Cuestiones acerca de la censura y las prohibiciones en Facebook
| revcom.us
Nota de la redacción: Un lector nos envió esta carta y pensamos que es importante compartirla como parte de la conversación necesaria —y algo para reflexionar— sobre la reciente prohibición permanente del portal de Facebook de ciertas personas, y explorar y comprender sus posibles implicaciones. Si bien han surgido nuevas cuestiones con la aparición de las redes sociales como fuentes y plataformas para compartir noticias, información y opiniones, y esto se merece mayor estudio, los precedentes que se están estableciendo hoy mismo tienen el potencial de ser muy peligrosos y por tanto hay que oponerse a ellos, al mismo tiempo que monitoreamos los sucesos por venir.
El jueves 2 de mayo, Facebook, la red social más grande del mundo, prohibió a Alex Jones de Infowars, un portal supremacista blanco que vomita teorías de conspiración, y a su colaborador Paul Watson; al líder de la Nación de Islam, Louis Farrakhan, conocido por traficar con el antisemitismo; a Milo Yiannopoulos, instigador fascista y supremacista blanco desde hace años; a la instigadora antimusulmana Laura Loomer; y a Paul Hehlen, candidato neonazi al congreso que se autodeclara “pro blanco” y que se postuló contra Paul Ryan en 2016. Esto, después de que ya haber prohibido los portales de grupos supremacista blancos y fascistas como Infowars y Nation in Distress (Nación en Apuros) que vomitan teorías de conspiración y “noticias falsas”.
En una declaración del 2 de mayo, un vocero de Facebook dijo: “Siempre hemos prohibido a individuos y organizaciones que fomentan y participan en violencia y odio, sin importar la ideología. El proceso de evaluar a posibles violadores es extenso y es lo que nos llevó a tomar la decisión de cerrar esas cuentas”. El criterio establecido por Facebook es vago y amplio, y abre las puertas a grandes abusos.
Si bien es cierto que los puntos de vista y la retórica que propagan los individuos prohibidos el 2 de mayo son repugnantes y dañinos, y por lo general son supremacistas blancos y/o antisemíticos, hay que señalar que también es cierto que en otras ocasiones Facebook ha prohibido o suspendido a grupos progresistas e individuos de Black Lives Matter, que luchan contra la brutalidad policial, así como partidarios de Rechazar el Fascismo / RefuseFascism.org.
Todo esto plantea una serie de interrogantes interrelacionados e inmediatos:
- ¿ Qué quiere decir que históricamente Facebook se ha autopromovido como una “plataforma abierta” en su intento de llegar a ser la plaza mundial digital del mundo con enorme alcance e influencia, y cada vez más ha estado vigilando y censurando el contenido que aparece en esta plataforma, atribuyéndose el poder de juez y árbitro sobre quién se permite —y quién no se permite— participar en esta plaza pública, permanentemente?
- Esto se manifiesta de forma concentrada en la prohibición de Louis Farrakhan. La prensa la atribuye el antisemitismo. Farrakhan sí ha fomentado deplorables y horripilantes teorías de conspiración antisemitas y es un reaccionario (vea este artículo en inglés en revcom), pero hasta donde yo sepa, no ha incitado actos de violencia contra individuos recientemente, y Facebook no ha presentado pruebas de tal cosa. Esto empieza a restringir quién tiene permiso de entrar a “la plaza pública”. ¿Cómo está esto relacionado a intentos anteriores y actuales de criminalizar a una amplia gama de grupos que se han opuesto o parece oponerse a la supremacía blanca, de un punto de vista u otro?
- ¿Qué tiene que ver esto con el hecho de que uno de los mayores generadores de violencia en el mundo —en el pasado y el presente— es el gobierno de Estados Unidos? ¿O que uno de los que más fomenta “odio” en el mundo es él que ocupa el cargo más alto de Estados Unidos, concentrando la supremacía blanca, la xenofobia y la misoginia de esta sociedad? Hasta donde yo sepa, no han prohibido permanentemente a ellos de Facebook, lo cual plantea dudas acerca de su criterio declarado.
- ¿Qué relación hay entre esta medida y el contexto más grande del ascenso del fascismo y la creciente criminalización del disentimiento y protesta? El régimen fascista de Trump y Pence pide que se criminalice la protesta con condenas duras, respalda leyes en múltiples jurisdicciones, y amenaza con aprobar leyes que penalizan severamente a universidades si no se les permiten que hablen los manifestantes reaccionarios y fascistas o si protestas de estudiantes y otros los corren del campus.
Si bien se puede ver en unos sentidos esta medida específica de Facebook como una contracorriente ya que la mayoría de las personas prohibidas ahora son supremacistas blancos que apoyan al régimen fascista, es probable que servirá de precedente que reverberará y rebotará contra las auténticas ideas progresistas y radicales — ideas e ideologías que Facebook y otros pueden afirmar y declarar que “fomentan o participan” en “violencia y odio”.
Estas y relacionadas cuestiones exigen atención a medida que esto se desenvuelva.