En cuanto al “Escuadrón”

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En cuanto a las cuatro congresistas, Alexandria Ocasio-Cortez, Rashida Tlaib, Ilhan Omar y Ayanna Pressley, o “El Escuadrón” como se les dice ahora, hay que decir tres cosas:

Primero, han dicho algunas verdades importantes. AOC tenía razón cuando dijo que los centros de detención de inmigrantes son “campos de concentración”. Como la organización Nunca Jamás señaló correctamente: “Como judíos, sabemos a qué puede conducir la separación de familias, las redadas encubiertas para arrestar gente y la creación de campos de concentración. Rechazamos esperar a ver qué va a pasar”. Además, tanto AOC como Ilhan Omar tenían razón al usar la palabra “fascismo” para describir las acciones de Trump y su régimen. Todos en la sociedad deben reconocer estas verdades y sus implicaciones.

Segundo, el fascista Trump ha singularizado a estas cuatro mujeres por quienes son y también como un suplente, un avatar, para sectores enteros de la población a la que buscan deshumanizar, aterrorizar y “limpiar” de Estados Unidos. El coro “depórtenla” es un genocida grito de batalla, una licencia para aterrorizar y eliminar a cualquiera que no sea blanco, ni nacido en Estados Unidos, ni cristiano, ni fiel al fascista-en-jefe. El hecho de que estas cuatro personas sean mujeres también tiene gran importancia, existe una clara corriente de venganza chovinista masculina, un deseo de regresar a las mujeres en general “a su lugar” lo que está azuzando el nivel de rabia vitriólica que se está lanzando en contra de ellas. Hay que tomar todo esto muy en serio, pues representa una amenaza real e inmediata para estas cuatro mujeres, así como para todos los sectores de la población los que, por medio de estas mujeres, están en la mira.

Tercero, y de extrema importancia: a pesar de haber contado algunas verdades importantes y a pesar de haber estado en la mira de formas viles, estas cuatro congresistas no representan ningún tipo de respuesta para las masas de personas. A pesar de haber calificado a Trump de racista y fascista, la respuesta principal de estas cuatro mujeres ha sido insistir en que las palabras de Trump son una “distracción” de los “verdaderos problemas” de la atención médica y los salarios. Además, han insistido repetidamente en que el racismo y la xenofobia de Trump “no representan lo que somos como país”. Por último, insisten en que su posición en los pasillos del Congreso se propone un futuro que se puede lograr trabajando dentro del sistema, e instan sin tregua a los que quieren un cambio real a que también inviertan sus energías y fondos en las elecciones.

¡Confiar en ellas o seguirlas en todo esto únicamente hará un daño tremendo!

El racismo y la xenofobia de Trump no son una distracción, sino que son el propósito: en realidad está llevando a cabo las primeras etapas de una limpieza étnica genocida ante los ojos de todo el mundo. Hay que hacer frente y detener esto, y no eludirlo ni dejarlo de lado con palabrería sobre “fríjol y tortilla”. Además, toda esta supremacía blanca, xenofobia y odio a las mujeres SÍ que es Estados Unidos, ¡y lo ha sido desde su fundación! “El Escuadrón” está invocando un MITO cuando hablan de la inclusión y la igualdad de Estados Unidos, mientras que Trump está arraigado en la verdadera historia del genocidio, chusmas de linchamiento, misoginia y saqueo global, que están al centro y cimientos de este país. Finalmente, las elecciones NO son un escenario en el que las personas tienen el poder de dirigir o controlar las instituciones del estado; más bien, las elecciones son un medio por el cual se está acorralando y controlando la actividad política de la gente de modo que ésta apruebe y acepte el sistema que gobierna y que ahora está avanzando hacia el fascismo.

Si queremos derrotar este impulso hacia el fascismo, y aún más fundamentalmente, si queremos deshacernos del sistema que engendró este fascismo y siempre ha sido una cadena ininterrumpida de opresión y explotación para las masas de personas, debemos romper con los confines de este sistema. Debemos emprender la lucha por una revolución real y, como parte de eso, unirnos muy ampliamente para expulsar al régimen.

 

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El ataque racista de Trump de la semana pasada contra las congresistas Ilhan Omar, Alexandria Ocasio-Cortez, Rashida Tlaib y Ayanna Pressley, y el asalto vil y más grande el que se concentró contra las decenas de millones de personas no blancas en Estados Unidos, volvieron a subrayar una vez más: el régimen de Trump y Pence encarna una amenaza muy directa y muy grave del genocidio supremacista blanco, la destrucción del medio ambiente y el holocausto nuclear. “El planeta está en llamas”, se dice. Y este monstruo fascista echa más y más gasolina sobre las llamas. Hay que detener a él, y a su régimen, ahora, antes de que puedan causar más estragos sobre la humanidad.

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