Un pasaje de CIENCIA Y REVOLUCIÓN, Sobre la importancia de la ciencia y la aplicación de la ciencia a la sociedad, la nueva síntesis del comunismo y la dirección de Bob Avakian
Una Entrevista a Ardea Skybreak

“Personalmente, no soporto la bandera estadounidense…”

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Veamos, también, el supuesto problema de migración. ¿Por qué hay diferentes países en primer lugar? Fíjate. ¿Por qué tenemos banderas e himnos nacionales, y por qué tenemos fronteras? ¿Por qué existen poblaciones enteras que tienen que vivir bajo la bota, sin una vida digna, pero que simplemente quieren trabajar y ser miembros productivos de la sociedad? Fíjate en todos los migrantes que se vienen a Estados Unidos que viven bajo la bota, que sufren la brutalidad y la desgarradora separación de familias, la encarcelación, la deportación o hasta la muerte a balazos en la frontera. Para ti, ¿eso es aceptable? ¡A mí, para nada! ¿A propósito, qué es lo que hace que los estadounidenses sean mejores que los demás? A mí, personalmente, no soporto la bandera estadounidense ni el himno nacional ni el juramento de la bandera estadounidense, ni ningún símbolo de tal suerte que proclamen que un país o una población de una parte del mundo sea mejor que los demás. Eso se llama “patrioterismo” o “chovinismo nacional” — ese modo de pensar de plano es feo y repugnante, y ¡debemos decir lo que es y rechazarlo! Todos debemos pensar más bien como ciudadanos del mundo y no como estadounidenses. Pero vemos que las personas se paran en las escuelas y los eventos deportivos — se paran por la bandera y el himno, ponen la mano sobre el pecho y quizás hasta cantan, y muchas veces lo hacen las personas las que oprime y denigra a diario ¡el mismo sistema al cual rinden homenaje!

Ya es hora de poner fin a esas cosas. ¡Que se pongan a pensar en lo que hacen, a qué rinden homenaje! La gente necesita pensar más sobre eso, y educarse sobre la verdadera naturaleza de este sistema. Estos asesinatos policiales, por ejemplo: no son una casualidad. Han ocurrido desde hace cuándo. Ocurren a una escala horripilante. Y siguen ocurriendo porque la raíz de ese problema se encuentra en los propios cimientos de este sistema.

 

El pasaje anterior es de CIENCIA Y REVOLUCIÓN, Sobre la importancia de la ciencia y la aplicación de la ciencia a la sociedad, la nueva síntesis del comunismo y la dirección de Bob Avakian, Una Entrevista a Ardea Skybreak.

De esta sección:

Una apreciación científica: El mundo de hoy es un horror para la mayoría de la humanidad, y es posible cambiarlo radicalmente

Pregunta: Bueno, continuemos sobre esta idea de aplicar la ciencia para entender por qué el mundo es así como es y cómo podría ser diferente, y lo que se podría hacer al respecto. Al ver el estado del mundo en este momento, en dos sentidos — uno, en un sentido más general, en términos de las condiciones en las que se encuentra la inmensa mayoría de la humanidad en este momento, el estado del mundo en un sentido más amplio, pero de ahí, pues al enfocarse en una dimensión particular de eso, obviamente ha sido muy alentador durante los últimos meses el surgimiento de cosas que no hemos visto en esta sociedad en Estados Unidos desde hace un buen tiempo, en términos de una resistencia generalizada a esta epidemia de asesinato policial y brutalidad policial, concentrada en los asesinatos de Michael Brown y Eric Garner y las decisiones de los grandes jurados de no acusar a los asesinos, por lo que decenas y decenas de miles de personas se lanzaron a las calles, interrumpiendo las actividades de siempre, y de ahí millones de personas en Estados Unidos y en el mundo han confrontado toda esa situación — pues de ahí ¿cómo aplicaríamos la ciencia, tanto a la particularidad del momento actual para entenderlo, pero también a captarlo en un marco más amplio, como decías, ¿por qué el mundo es así como es y cómo podría ser diferente?

AS: Bueno, para empezar, yo diría, de acuerdo, apliquemos la ciencia a determinar, en primer lugar, dónde se encuentra la humanidad, qué es el estado del mundo, qué es el estado de esta sociedad en la que vivimos. Muchas personas, entre ellas, BA, han dicho que el mundo, como es, es un horror. ¿Verdad? Ahora bien, lo dicen muchas personas, entre ellas BA, que en general aprecian mucho lo bello del mundo. Por mi parte, formada como bióloga, en las ciencias naturales, veo la belleza en todas partes del mundo natural, y entre las personas, en la gran diversidad y riqueza de la experiencia humana y todas las diferentes expresiones culturales y la gran variedad de la vida, que incluye la vida social. Hay gran belleza. Al mismo tiempo, no es posible negar que el mundo sea un horror para la mayoría de la humanidad en este momento de la historia.

Ahora, consideremos la cuestión del sufrimiento humano. No sería científico imaginarse que se pudiera eliminar por completo el sufrimiento humano. Siempre se sufrirá la pérdida, siempre habrá la muerte, siempre habrá tristeza, siempre habrá ciertas formas de enfermedad o de catástrofes que perjudican al ser humano. No creo que se pudiera decir nunca que llegaríamos al punto en que no haya sufrimiento humano; eso sería un mundo completamente idealizado y una ilusión falsa. Lo que sí se podría decir es que es posible llegar a un mundo que no se caracterice por tanto sufrimiento innecesario.

Pues, la realidad del mundo de hoy — mira esta sociedad, lo que acabas de decir, todos esos asesinatos policiales. Ya no lo puedo aguantar — y ¡ya no lo voy a aguantar! Prácticamente todos los días sin falta se oye de otra persona más, por lo general una persona negra o latina, varón, sin arma, acribillada en la calle por policías, y ¡éstos salen impunes! Por lo común, las autoridades lo aprueban, una y otra vez, porque la necesidad de que ocurran semejantes cosas es una parte integral de su sistema, para mantener su orden, requieren una represión de ese tipo para que su sistema siga funcionando con relativa normalidad. ¡Vaya sistema!

Además, hay tantas cosas en el mundo que están mal. El estatus de la mujer en Estados Unidos y por todo el mundo — el hecho de que las mujeres no reciben un trato de pleno ser humano, que son objeto de degradación y deshumanización constantes, reciben un trato de juguete, de objeto sexual, de algo menos que un pleno ser humano, de violaciones y golpes constantes. Lo he dicho antes: no importa si a ti no te pasa eso — cada vez que cualquier mujer en cualquier parte del mundo sufre una violación, golpes, la pornificación y de otras maneras deshumanización y degradación, todas las mujeres sufren degradación y deshumanización en todas partes.

Quisiera repetir que en serio siento que...como dijo BA en el reciente diálogo con Cornel West en la Iglesia Riverside... los jóvenes que mueren acribillados por la policía — ¡son nuestros jóvenes! Eso es lo que siento, de corazón. Y simplemente es intolerable esa pérdida de la vida humana, esa pérdida del potencial humano, que se desperdicia debido al funcionamiento de este sistema.

También es intolerable esta situación en que hay guerras sin fin. No es posible dejarlo atrás en este sistema: estas guerras del imperialismo, estos ejércitos de ocupación, este horrible sufrimiento el que sufre la gente en aras de los intereses de una clase capitalista, una pequeñísima parte de la humanidad que saca beneficio de eso.

Y ¿qué de la escala planetaria? ¡La crisis ambiental es de verdad, compañeros! Se debe entenderlo como toda una emergencia global. Pues, la Tierra es algo aparte, puede seguir sin nosotros, pero se restringirá severamente, y muy pronto, la capacidad del ser humano de vivir sobre este planeta, si no dejamos de despojarlo completamente y degradarlo constantemente. Y la razón principal por la que no podemos solucionar nada de eso, ni con suficiente rapidez ni en escala adecuada, es el sistema dominante que rige, la forma dominante de organización social que rige. Se necesita una revolución concreta para desmantelar completamente la organización de la sociedad y su actual configuración, y reemplazarla con una forma completamente nueva de organización que haría mucho progreso hacia la eliminación de estos problemas.

Veamos, también, el supuesto problema de migración. ¿Por qué hay diferentes países en primer lugar? Fíjate. ¿Por qué tenemos banderas e himnos nacionales, y por qué tenemos fronteras? ¿Por qué existen poblaciones enteras que tienen que vivir bajo la bota, sin una vida digna, pero que simplemente quieren trabajar y ser miembros productivos de la sociedad? Fíjate en todos los migrantes que se vienen a Estados Unidos que viven bajo la bota, que sufren la brutalidad y la desgarradora separación de familias, la encarcelación, la deportación o hasta la muerte a balazos en la frontera. Para ti, ¿eso es aceptable? ¡A mí, para nada! ¿A propósito, qué es lo que hace que los estadounidenses sean mejores que los demás? A mí, personalmente, no soporto la bandera estadounidense ni el himno nacional ni el juramento de la bandera estadounidense, ni ningún símbolo de tal suerte que proclamen que un país o una población de una parte del mundo sea mejor que los demás. Eso se llama “patrioterismo” o “chovinismo nacional” — ese modo de pensar de plano es feo y repugnante, y ¡debemos decir lo que es y rechazarlo! Todos debemos pensar más bien como ciudadanos del mundo y no como estadounidenses. Pero vemos que las personas se paran en las escuelas y los eventos deportivos — se paran por la bandera y el himno, ponen la mano sobre el pecho y quizás hasta cantan, y muchas veces lo hacen las personas las que oprime y denigra a diario ¡el mismo sistema al cual rinden homenaje!

Ya es hora de poner fin a esas cosas. ¡Que se pongan a pensar en lo que hacen, a qué rinden homenaje! La gente necesita pensar más sobre eso, y educarse sobre la verdadera naturaleza de este sistema. Estos asesinatos policiales, por ejemplo: no son una casualidad. Han ocurrido desde hace cuándo. Ocurren a una escala horripilante. Y siguen ocurriendo porque la raíz de ese problema se encuentra en los propios cimientos de este sistema.

Lo único bueno de este período reciente, lo que llamas este “momento”, es que ha surgido algo nuevo y hermoso, de que el pueblo se pone de pie y opone resistencia en formas que no hemos visto desde hace mucho tiempo. Eso es algo hermoso — los jóvenes y otros que se pusieron de pie en Ferguson, con gran valentía, y dijeron: ¡NO! Ya no aguantamos más. Y las personas que se movilizaron en torno al asesinato policial de Eric Garner. Efectivamente, participaron sectores amplios del pueblo, más allá de los más oprimidos que sufren más directamente la bota represora de la policía. También participaron personas de las capas medias, incluidos algunos blancos, que dijeron: No queremos vivir en una sociedad en la que estas cosas siguen ocurriendo. Pues eso es algo bueno, aunque hace falta mucho más resistencia de tal tipo. Una resistencia de tal tipo es muy, pero muy importante, y debe crecer y extenderse. Una de las cosas las que un conocimiento y análisis científico enseñan es que la protesta es muy buena y muy importante. Lo que se ha llamado “luchar contra el poder” es muy importante. Aumenta la fuerza del pueblo. Advierte a las autoridades que sus crímenes tendrán respuesta, que la gente ya no lo tolerará. Y eso es una parte muy importante de lo que tiene que ocurrir. Pero también tiene que ir más allá. ¿Por qué? Porque un análisis científico también dará evidencia clara de que la misma estructura de este sistema, el núcleo de su desarrollo y de su misma base, seguirá regenerando problemas de tal tipo, abusos de tal tipo, ultrajes e injusticias de tal tipo, una y otra vez, siempre y cuando se permita que siga en pie este mismo sistema capitalista.

A veces hablamos de las contradicciones imposibles de resolver del capitalismo. Si uno analiza estas situaciones por medio de la ciencia, capta cada vez más que este sistema no puede componerse por sí solo, que en lo fundamental no es capaz de corregir estos abusos. No puede acabar, en última instancia, con los asesinatos policiales de personas negras y latinas en esta sociedad. No puede acabar con el reino de sus capataces, la brutalidad de sus capataces, que reprime a un sector entero de la población. Por eso BA recalca todo el tiempo que tienes que entender que Estados Unidos, este sistema, fue construido a base de la esclavitud. No es cuestión de lo que pasa ahora solamente, origina en los mismos principios de Estados Unidos, país que se inició, se desarrolló, desde su misma fundación, a base de la esclavitud (y el genocidio de los pueblos indígenas), y todo lo que surgió de ese inicio sangriento continúa hoy y es una causa raíz directa de por qué los capataces uniformados, los defensores de este sistema capitalista, de costumbre matan a balazos a jóvenes no armados en las calles. Existe una conexión directa. La ciencia demuestra que esa conexión es concreta y objetiva, no es simplemente una opinión subjetiva de un individuo o una especulación sin fundamento. Para hacer semejante afirmación, se requiere evidencia concreta — y esa evidencia sí existe.

Es lo mismo con la cuestión de la opresión de la mujer. Es otra de esas contradicciones que el sistema existente no es capaz de resolver en lo fundamental. No puede, en última instancia, resolver ese problema, que está, según lo demuestra la ciencia, profundamente arraigado en las estructuras fundamentales de este sistema capitalista, así como de previos sistemas opresivos y explotadores desde un pasado muy, muy lejano. Pues sí, hay algunas mujeres, pocas, hay unos grupos de mujeres a los cuales les permiten subir la escalera social, como quien dice, bajo el capitalismo. Lo mismo se puede decir del pueblo negro — se permite a algunos a superar, a entrar en la clase media profesional o hasta se vuelven completamente burguesas, y es posible elegir a algunos funcionarios negros a altos cargos, hasta hay un presidente negro en esta actualidad. Pero nada de eso cambia nada en lo fundamental sobre la opresión profunda e implacable que se descarga sobre la inmensa mayoría de las personas negras en Estados Unidos, y también de otras personas de color. Pasa lo mismo con la mujer. Textualmente a la mitad de la humanidad, en otras palabras, a las mujeres, las mantienen en una posición inferior, en muchas formas, en Estados Unidos y por todo el mundo, y nada de eso cambia simplemente porque hay una que otra ejecutiva empresarial femenina o una representante gubernamental o unas burguesas acaudaladas. Nada de eso cambia el estatus y la experiencia de constante degradación y deshumanización de la inmensa mayoría de las mujeres en Estados Unidos y por todo el mundo.

Las guerras por el imperio son otra de las contradicciones imposibles de resolver de este sistema. En última instancia, no importa si de vez en cuando siquiera unos pocos políticos individuales u otros representantes de la clase dominante estén dispuestos a expresar oposición, hasta sinceramente, a una u otra guerra de agresión imperialista. Esta clase dominante va a continuar librando guerras por el imperio para extender, defender y consolidar su sistema imperialista. Y volverán a hacerlo una y otra vez. ¿Por qué? Porque las dinámicas subyacentes de su sistema impulsan ese proceso, quiéralo o no cualquier político u otra figura particular de la clase dominante. ¿Lo ves? La misma maquinaria de este sistema macabro repetidamente requiere semejantes guerras, para su constante mantenimiento, expansión y consolidación.

Por eso tenemos que reconocer el hecho de que lo que llamamos la opresión nacional, la opresión de pueblos minoritarios, y la opresión de la mujer, las guerras por el imperio y los ejércitos de ocupación — nada de eso puede resolverse, en última instancia, bajo este sistema. La ciencia puede analizar por qué nada de eso puede resolverse en lo fundamental bajo las estructuras del capitalismo-imperialismo. BA ha trabajado mucho durante décadas para analizar este tema e ilustrar concreta y profundamente por qué no es posible reformar este sistema, por qué no es posible componerlo con uno que otro arreglo, por qué hace falta una revolución concreta, en vez de trabajar por retocarlo aquí y allá.

Lo mismo se aplica en el caso del medio ambiente, el medio ambiente global. Aunque se diera el caso de que varios capitalistas y otras figuras de la clase dominante, como representantes gubernamentales en Estados Unidos u otros países, se convencieran personalmente de que existe una emergencia ecológica a nivel planetario, y que hace falta dar pasos concretos para salvar el medio ambiente planetario y evitar toda esa degradación que causa problemas críticos por todo el mundo — aunque algunos (o muchos) individuos de la clase dominante personalmente llegaran a convencerse y aunque intentaran instituir algunas reformas aquí y allá, ¡pronto se toparían con las limitaciones y obstáculos de su propio sistema! El sistema capitalista imperialista simplemente no tiene la organización y la estructura tales que permitan transformaciones radicales de tal tipo que se requiere concretamente para resolver la crisis ecológica global. Debido a las estructuras subyacentes y las “reglas de funcionamiento” de su sistema agresivamente competitivo e impulsado por las ganancias, los capitalistas simplemente no son capaces, no tienen la base material, para resolver concretamente este problema ambiental planetario, con suficiente alcance y escala, bajo el sistema actual.

Es muy importante entender todo eso, y cabe repetir, requiere ciencia para entender profundamente que no es posible simplemente “convencer” a los gobernantes a que cambien, porque ellos mismos se dejan llevar completamente por las reglas y maquinaria de su propio sistema, quiéranlo o no. La maquinaria del sistema capitalista imperialista tiene reglas básicas de funcionamiento, “reglas” que en última instancia no es posible cambiar sin cambiar el tipo de sistema bajo el cual vivimos. Si no reconocemos eso… si consideramos que la manera de cambiar el mundo… si creemos, por ejemplo, que se puede evitar que los policías maten a jóvenes negros no armados simplemente haciendo unas cuantas “reformas”, como ponerles cámaras corporales a los policías, o mejorar su entrenamiento, pues nos va a tocar un amargo desencanto, porque este sistema seguirá regenerando esta forma de terror y opresión. No le queda de otra.

Se da lo mismo con todas esas otras situaciones. Si creemos que simplemente al empoderar (darles poder) a algunas mujeres o muchachas, en unas instancias y unos lugares, eso quitará el peso de la opresión sistemática de la mujer en Estados Unidos y por todo el mundo, pues nos engañamos. Si creemos que al simplemente expresar la voluntad del pueblo de no librar la guerra, eso bastará para poner alto a todas estas guerras por el imperio, pues de igual manera nos engañamos. Y si creemos que al convencer a los capitalistas de que dejen de degradar tanto el medio ambiente, eso aumentaría las ganancias, o de que sus hijos y sus nietos sufrirán si no salvamos este planeta… si creemos que eso sea suficiente para resolver la crisis ambiental global, pues de nuevo nos engañamos.

¿Protestar? Definitivamente. La protesta es muy importante. Es muy importante que las masas populares, en Estados Unidos y en todas partes del mundo, expresen contundentemente que ya no tolerarán y ya no serán cómplices ni aceptarán más esos abusos e injusticias atroces. Es importante decir: NO, ya no lo aguantaremos. Como he dicho, eso es parte de forjar la fuerza del pueblo. Pero tenemos que ir más allá y entender que hay contradicciones inherentes a las estructuras de las economías y a la política bajo determinados sistemas, y que bajo un sistema capitalista, de plano no es posible que los capitalistas resuelvan dichas contradicciones subyacentes — las enjambres de estas contradicciones que causan horribles injusticias y abusos. Hace falta una economía diferente, hace falta una ideología diferente, hace falta una diferente concepción del mundo, hace falta diferentes objetivos sociales. Hace falta que diferentes fuerzas suban al escenario para implementar eso. Hace falta el poder estatal. La gente tiene que organizarse para una revolución concreta. Bueno, solamente en el curso de esta entrevista, no puedo detallar todos los patrones que comprueban que el sistema es incapaz de resolver esas contradicciones subyacentes, pero existe evidencia acumulada, entre ella mucha en la extensa obra de BA, que se ha desarrollado durante décadas, más de 40 años. El trabajo se ha hecho, el trabajo es profundo y de fondo, es científico, es metódico y sistemático. La gente debe examinarlo críticamente, explorarlo, estudiarlo. Que nadie descarte esta obra no más por no más. Esta obra analiza los problemas raíces subyacentes y las soluciones correspondientes.

No más voy a decir una cosa, y de ahí me callo por ahora sobre este punto [se ríe]. Uno de los aspectos más alentadores de la ciencia, también, es que demuestra el potencial del cambio positivo, cómo podríamos cambiar las cosas de unas maneras muy buenas. Sin la ciencia, uno da vueltas por la vida, topándose con problemas, quizás resolviendo uno que otro pequeño problema, mientras surgen más problemas, y en líneas generales uno no sabe ni qué hace. Pero, con la ciencia, puede determinar sistemáticamente no sólo la raíz de los problemas, sino también qué es la base para el cambio positivo. Una de las cosas las que la gente no capta muchas veces es que la base para la transformación revolucionaria de una sociedad, de un sistema social, el lugar en el que se encuentra, de hecho se halla en las mismas contradicciones del sistema. De hecho, en aquellas mismas contradicciones de las cuales acabo de hablar — las muy grandes, las que este sistema es incapaz de resolver, las que en última instancia no puede resolver. El hecho de que no pueden resolver estos problemas tan grandes y que siguen pisoteando y exprimiendo a las personas en diferentes maneras, crea las condiciones concretas que las impulsan en esa dirección... crea la base para que las personas puedan trabajar para influir en esas contradicciones, para activar a gente, a miles, a millones de personas, para empezar a forjar la capacidad de organizarse para una revolución concreta y construir una nueva sociedad sobre una base completamente diferente. Obviamente eso no resolverá todos los problemas de la noche a la mañana. Pero muchisimos problemas grandes sí se podrían resolver en una medida grande, gracias a la ciencia, y gracias a la iniciativa consciente de la gente que se organiza colectivamente para una revolución concreta.

 

 

 

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