Asesinato a sangre fría: Nathaniel Woods ejecutado por el estado de Alabama
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Poco después de las 9 pm del 5 de marzo, en el infame infierno que es el “Instituto Correccional” de Holman, el estado de Alabama ejecutó a Nathaniel Woods, un hombre negro de 43 años. Desde 2004, cuando fue golpeado, arrestado y acusado de asesinar a tres policías de Birmingham, Alabama, hasta el sádico tormento de sus últimas horas, a Nathaniel Woods lo abusó y finalmente lo asesinó la estructura policial y jurídica de este sistema injusto y racista hasta la médula.
Un linchamiento del siglo XXI
La noche del 17 de junio de 2004, cuatro policías blancos de Birmingham con una orden de arresto por delito menor llegaron en busca de Nathaniel Woods, que entonces tenía 28 años. Habían hostigado a Woods más temprano ese día, y luego lo persiguieron hasta una casa en un vecindario en gran parte negro y pobre.
Kerry Spencer, un compañero de Woods, dijo más tarde (en el propio juicio de Spencer) que estaba dormido en la casa cuando oyó un disturbio. Salió de su habitación y vio a Woods salir de la cocina, “con un nudo en la cabeza, sosteniendo sus ojos”. Los cerdos policías habían golpeado y rociado a Woods con gas Mace, pero Spencer no lo sabía todavía. Spencer dijo que tomó su rifle y comenzó a disparar en defensa propia a cuatro hombres en la habitación. Sus disparos mataron a tres de los policías e hirieron al cuarto.
No ha salido absolutamente ninguna evidencia o testimonio, durante el juicio de Nathaniel Woods ni desde entonces, de que Woods haya hecho ningún disparo o incluso que haya llevado un arma. Spencer ha dicho que él solo disparó a los policías. Pero, junto con Spencer, a Woods lo acusaron del asesinato de los tres policías, lo que posibilitaba la pena de muerte.
Durante el juicio de Woods en 2005, la fiscalía alegó que planeó la muerte de los policías atrayéndolos a la casa para que Spencer pudiera matarlos. En otras palabras, afirmaron que fue Wood que manipuló a los policías que lo habían seguido y acosado.
El juicio de Woods estuvo lleno de acusaciones absurdas, supuestamente respaldadas por el testimonio de soplones de la cárcel, sobre lo que Woods supuestamente pensó y dijo. Según la CNN, el fiscal principal alegó que Woods “se jactó de los disparos (supuestamente a otros presos de la cárcel del condado donde estaba detenido), amenazó al agente del sherifato y compuso dibujos y canciones alardeando de los asesinatos”.
Un artículo en el sitio web The North Star informó que durante el juicio de Woods “Testigos declararon que habló de su odio a la policía y un supuesto experto en letra afirmó que Woods escribió las palabras de una canción de Dr. Dre que llamaba ‘cerdos’ a la policía. Los fiscales también llamaron al estrado a las viudas de las víctimas, que expresaron su apoyo a la pena de muerte”.
Independientemente de que el testimonio de los soplones fuera cierto o no, es totalmente indignante que las afirmaciones sobre el desprecio de un joven negro por la policía se utilicen como supuestas “pruebas” de culpabilidad en un caso de pena de muerte. Según ese criterio, a millones de jóvenes en Estados Unidos los podrían enviar a prisión. Mucha gente llama “cerdos” a la policía porque, como demostraron una vez más estos policías de Alabama, ¡son unos cerdos asesinos, brutales y racistas! Y los deseos de venganza de las “víctimas” no deberían tener cabida en un tribunal1. Woods fue el objetivo de un linchamiento de hoy en día.
El jurado condenó a Nathaniel Woods por asesinato. Algunos jurados no estuvieron de acuerdo en dictar la pena de muerte a Nathaniel Woods, pero lo condenaron a muerte de todos modos por un voto del jurado de 10 a 2. Alabama es el único estado del país que no requiere un voto unánime del jurado para imponer la pena de muerte.
Una pesadilla de 15 años
Nathaniel Woods tenía una serie de abogados nombrados por la corte que socavaron constantemente su caso durante gran parte de las fases del juicio y apelaciones, durante el calvario que vivió. Cuando a Woods se le ofreció un acuerdo de culpabilidad por un cargo menor, su abogado, que nunca antes había tenido un caso de pena de muerte, le dijo que lo rechazara. El abogado le dijo a Woods, incorrectamente, que no le podía dar la pena de muerte ya que no apretó el gatillo durante el violento enfrentamiento. Fue un error fatal.
El primer grupo de abogados de apelación de Woods nunca impugnó su condena en los tribunales estatales, lo que significaba que su caso nunca sería “considerado seriamente”, como se señala en un artículo del sitio web The Appeal. Otros abogados de apelación de Woods no presentaron a tiempo los documentos clave. Entre ellos figuraban documentos que alegaba que importantes testigos habían declarado falsamente (o no habían testificado en absoluto) debido a los arreglos que habían hecho con la policía, y que los cuatro policías habían estado profundamente involucrados en el tráfico de drogas 2. El fiscal general de Alabama declaró que los documentos no eran admisibles en el caso porque los abogados de apelación de Woods no habían cumplido con su plazo.
Los tribunales de apelación no vieron esos documentos. Tampoco vieron pruebas que demostraran que ni Woods ni Spencer planeaban “atraer” a la policía a ningún sitio, ni pruebas que alegaran que los testimonios de los testigos que recibieron tratos de los fiscales eran mentiras. Estas cuestiones fueron finalmente planteadas por J.D. Lloyd, el último abogado de apelación de Woods, que se metió en el caso en 2017. Una vez más, los tribunales de Alabama se negaron a permitir que se admitieran como pruebas.
J.D. Lloyd dijo al sitio web The North Star poco antes de la ejecución que el caso contra Nathaniel Woods era “una farsa” y “es una pena que estemos a punto de ejecutar a un hombre que no fue el gatillero, cuyo caso tiene tantas cuestiones que ningún tribunal ha considerado”.
En los últimos 15 años, el caso de Woods lo han revisado tribunales superiores al menos nueve veces. Esto no significa que Woods haya recibido un “juicio justo” — es una condena del sistema jurídica de Estados Unidos y su capacidad de perseguir y condenar falsamente a las personas hasta a la cámara de la muerte, mientras mantiene una endeble fachada de “debido proceso”.
Todo el maldito sistema es culpable
Mucho apoyo a Nathaniel Woods surgió en todo Estados Unidos a medida que se acercaba la fecha de su ejecución y más gente se dio cuenta de las horribles injusticias de su arresto, juicio y sentencia. Más de 100.000 personas firmaron una petición que exigía el cese de su ejecución. Personas prominentes como Martin Luther King III y Kim Kardashian West pidieron al gobernador de Alabama Kay Ivey que interviniera y detuviera la ejecución. Kimberly Simmons, hermana de uno de los policías asesinados, escribió al gobernador de Alabama pidiendo que a Woods no lo ejecutaran.
Pero los funcionarios fascistas cristianos de Alabama dieron una respuesta a sangre fría. El Procurador General Steve Marshall dijo el 4 de marzo: “La única injusticia en el caso de Nathaniel Woods es la que se infligió a esos cuatro policías ese terrible día”. Los intentos de última hora de suspender la ejecución los denegaron el Gobernador Ivey y la Corte Suprema de Estados Unidos.
La sangre de Nathaniel Woods está en sus manos, así como en las de los policías y guardias de la prisión que lo atormentaron durante 15 años... el fiscal de distrito que lo procesó... los jurados que lo condenaron a muerte aunque no mató a nadie... los funcionarios del estado de Alabama que sostuvieron su juicio canguro... la policía y los funcionarios que suprimieron las pruebas durante los años del juicio... las familias de los policías que exigieron su ejecución como retribución… y la gobernadora Ivey quien insistió en llevar a cabo esta sentencia injusta.
Este sistema de injusticia racista ya está manchado de la sangre de Nathaniel Woods.
1. En el artículo “Bob Avakian sobre las leyes, la justicia y la eliminación de la opresión y explotación”, Bob Avakian desglosa, entre otras cosas, lo que está mal con la idea de los “derechos de las víctimas”, en particular en lo que se refiere a los procedimientos penales. [volver]
2. La coacción y las amenazas de la fiscalía contra los posibles testigos en el juicio de Nathaniel Woods se describen en un artículo detallado del sitio web The Appeal, “Alabama Prepares to Execute a Man Whose Case Is Haunted by Claims of Police Misconduct” [Alabama se prepara para ejecutar a un hombre cuyo caso se pone en duda por alegaciones de mala conducta policial].” [volver]
Nathaniel Woods