Trump orquesta el reconocimiento de Israel por parte de los EAU:
Una luz verde para el genocidio contra el pueblo palestino, peligros ominosos para el Medio Oriente y el mundo

| revcom.us

 

El 13 de agosto, Israel y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) anunciaron el establecimiento de relaciones diplomáticas plenas en un acuerdo fraguado por Trump. Esto tiene implicaciones inmediatas y ominosas para el pueblo palestino, y para la humanidad.

El estado de Israel nunca fue “una tierra sin un pueblo para un pueblo sin tierra” como afirman los partidarios de Israel. Fue establecido en 1948 por colonos judíos europeos en tierras habitadas durante siglos por el pueblo palestino árabe. De 1948 entrando a 1949, casi un millón de palestinos fueron expulsados violentamente de sus tierras, aldeas y hogares mediante sistemáticas violaciones, torturas y terror (para ver la documentación, incluidas referencias a relatos de estas atrocidades en fuentes pro-Israel, vea ¿Bastión de ilustración O matón para el imperialismo? El caso de ISRAEL). Los palestinos que se quedaron en lo que se convirtió en el estado de Israel siguen estando sometidos a una discriminación manifiesta, una confiscación arbitraria de sus tierras y una represión brutal.

En la región palestina de Gaza, dos millones de personas están encerradas en una enorme prisión al aire libre, con una tasa de 70 por ciento de desempleo juvenil, falta de acceso a necesidades básicas como el agua potable, y un sistema de salud que ha sido destruido por los bloqueos israelíes. Además, Israel ha emprendido repetidas “guerras” unilaterales contra Gaza durante los últimos 12 años, en que a propósito ha masacrado a cientos de niños y otros no combatientes.

En la región de Cisjordania de Palestina, los “asentamientos” israelíes incluyen viviendas suburbanas de lujo rodeadas de muros y conectadas por carreteras de las que están prohibidos los palestinos. Y comprenden campamentos altamente militarizados de fundamentalistas judíos genocidas violentos que han declarado su determinación de expulsar a todos los palestinos de Palestina. El 28 de mayo, el primer ministro israelí Netanyahu declaró, con el aval de Trump, que se comprometía a anexionar los asentamientos israelíes y las zonas que los conectan. Esto podría suponer hasta un 30% de Cisjordania, donde viven 2.8 millones de palestinos, y una zona que, según las resoluciones de las Naciones Unidas, es el núcleo de un futuro Estado palestino.

Una puñalada por la espalda

En el mundo árabe, Israel es considerado de forma amplia y correcta como un puesto de avanzada de la dominación occidental en una región con una larga historia de subyugación por el colonialismo y el imperialismo. Por esa razón, la mayoría de los regímenes reaccionarios del Medio Oriente, entre ellos aquellos que tienen relaciones extremadamente estrechas con Estados Unidos e Israel, como Arabia Saudita, han estimado que es necesario que no estableczcan relaciones diplomáticas formales con Israel y adopten posturas en organismos internacionales como la ONU que condenen los crímenes de Israel contra los palestinos.

Si bien este aislamiento diplomático de Israel por parte de la mayoría de los regímenes del mundo árabe ha sido transparentemente endeble y simbólico durante decenios, el reconocimiento formal de Israel por los EAU sirve de luz verde para que Israel intensifique la opresión del pueblo palestino. Y el reconocimiento de Israel por los EAU bien podría allanar el camino para que Arabia Saudita, el estado árabe más rico, reconozca a Israel. Trump dijo, después del anuncio: “Ahora que el hielo se ha roto, espero que más países árabes y musulmanes sigan a los Emiratos Árabes Unidos”.

Como una hoja de parra para encubrir la traición al pueblo palestino, Estados Unidos, Israel y los Emiratos Árabes Unidos empaquetaron el reconocimiento a Israel con afirmaciones de que Israel está abandonando los planes de anexionar formalmente los asentamientos en Cisjordania. Pero Netanyahu anunció que sólo accedió a retrasar los planes de anexión como parte del acuerdo de normalización con los EAU, y que la anexión era el derecho de Israel y sigue “en consideración”.

Una compleja mezcla de contradicciones y peligros

La orquestación del acuerdo entre los UAE e Israel por parte de Trump tiene por propósito apuntalar los intereses de Estados Unidos como líder número uno en una región estratégica de un despiadado mundo de explotación y opresión imperialista. Pero la maniobra también conlleva consecuencias potencialmente explosivas para todas las partes.

  1. En Israel, Netanyahu, que se puede sostener es el aliado internacional más cercano de Trump, está aquejado de graves investigaciones de escándalos y crisis. El reconocimiento por los EAU (y la posibilidad de que se produzcan más) refuerza su posición en el seno de la clase dominante israelí, y refuerza la posición de los sionistas más virulentos y rabiosos alineados con él.
  2. En la región, tanto Israel como los estados árabes alineados con Estados Unidos se enfrentan a la creciente influencia de Irán y de las fuerzas alineadas con él. Muchos estados árabes pro-estadounidenses, muchos de ellos con inmensas reservas de petróleo, están gobernados por lacayos obscenamente corruptos que permanecen en el poder sobre la base de ahorcamientos, torturas y la promoción de un fundamentalismo islámico draconiano. El acuerdo entre los UAE e Israel crea más oportunidades para que Irán impulse sus propias ambiciones depredadoras bajo el pretexto de defender la causa de los palestinos; el ministerio de relaciones exteriores de Irán declaró que el acuerdo entre Israel y los UAE “sin duda fortalecería el eje de la resistencia [las fuerzas alineadas con Irán] en la región”.
  3. Sobre este caldo volátil se ciernen los desafíos globales para el imperio estadounidense que representa el auge de la China capitalista-imperialista, que se apoya en el Medio Oriente para una gran parte de su petróleo y que está contendiendo en los ámbitos económico y diplomático con Estados Unidos en la región y por todo el mundo. En esta situación, los gobernantes estadounidenses, específicamente Trump, están operando como un jefe de la mafia que fortalece su alianza con sus súbditos mientras se enfrenta a sus rivales envalentonados grandes y pequeños, y tal vez se prepara para una guerra total. El régimen de Trump y Pence ha hecho añicos sus pretensiones de velar por los intereses del pueblo palestino y ha presionado a los estados árabes para que cooperen más abiertamente con Israel y le den legitimidad.
  4. Añádase a todo esto la realidad de que hay un demente fascista en la Casa Blanca con el dedo en el detonador nuclear, que está maniobrando febrilmente para amarrar o incluso posponer las próximas elecciones con algún pretexto, lo que podría incluir una guerra con Irán o un enfrentamiento con China. Si la guerra sí estalla, cualquiera que sea el incidente instigador o el razonamiento por parte de Estados Unidos, la gente tiene que entender que esta sería una guerra injusta por parte de Estados Unidos para imponer su posición en la cima de un mundo de brutal opresión.

Así que en esta situación, ¿cómo puede actuar la gente al servicio de los intereses de la humanidad aquí?

Durante más de 70 años, la existencia misma del pueblo palestino ha sido una espina clavada en el costado del capitalismo-imperialismo, y su resistencia ha sido una inspiración para los oprimidos de todo el mundo. Hoy, es de importancia crítica —mientras la gente desafía a este sistema en las calles, y mientras estudiantes en particular (pero otras personas también) están empezando a conocer la realidad de los crímenes que este sistema ha cometido en Estados Unidos y alrededor del mundo—, que como parte de organizarse para una revolución real en Estados Unidos, se ponga al descubierto y se le oponga a la verdadera historia de la opresión del pueblo palestino por parte de Israel y el papel de Estados Unidos en facilitar esta situación.


Algunos palestinos queman fotos de Donald Trump, el príncipe heredero de Abu Dabi Mohammed bin Zayed bin Sultan Al-Nahyan y el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu en protesta contra el acuerdo de los EAU con Israel, en la ciudad de Naplusa en Cisjordania, el 14 de agosto. (Foto: AP)


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Forjar Otro Camino...

Lo siguiente, sobre por qué Israel es un aliado tan clave para Estados Unidos en el Medio Oriente, es de Forjar otro camino, un discurso que pronunció Bob Avakian en 2006. Este análisis pionero, hecho durante los años del mandato de George W. Bush, sigue siendo muy relevante, especialmente en el contexto de la agudización de las contradicciones centradas en el Medio Oriente y las maniobras agresivas encabezadas por Estados Unidos en contra de Irán. Esta obra es una ilustración de la aplicación del método científico para abordar los conflictos internacionales y comprender las contradicciones sociales y políticas — e identificar dónde estriban los intereses fundamentales de la humanidad, dando una dirección y guía concreta para la repolarización estratégica para la revolución y una orientación plenamente internacionalista. Dada la situación actual en el mundo, instamos a nuestros lectores a que vuelvan a estudiar esta importante obra o que la estudien por primera vez.

Si examinamos a los demás gobiernos en la región, están Arabia Saudita y Egipto, que son fuertes aliados de Estados Unidos. Pero en Arabia Saudita y Egipto hay mucha inestabilidad y mucha volatilidad potencial: debajo del trono, por así decirlo, hay fuertes temblores — crece el peligro de “terremotos sociales” que podrían amenazar con hacer caer, o de hecho hacer caer, a esos gobiernos. Eso no sucede en Israel. A medida que la situación se desarrolle en general, ojalá que no haya solamente un “movimiento leal de oposición y paz” en la población israelí sino que en Israel se desarrolle un movimiento progresista mucho más poderoso con un punto de vista mucho más radical — y eso es algo que la gente progresista en Israel, o que tiene vínculos con la gente en Israel, debe trabajar para alentar y desarrollar. Pero por ahora no existe un movimiento positivo y genuinamente radical de ese tipo en Israel, y en este momento la dinámica como tal no es que cuanto más el régimen en Israel sea de núcleo duro, más va a entrar en antagonismos con la mayoría de la población. A corto plazo, en esencia la dinámica es todo lo contrario, desafortunadamente.

 

 

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