Giuliani y Lynch sueñan con desatar una represión al estilo de Hitler en todo Estados Unidos

| revcom.us

 

El miércoles 26 de agosto, dos cerdos fascistas, Patrick Lynch y Rudy Giuliani, pronunciaron discursos consecutivos en la Convención Nacional Republicana (CNR), para destacar a Trump como el presidente de “la ley y el orden”.

Estas fueron las opciones perfectas para promocionar a Trump. Lynch encabeza la PBA (Patrolman’s Benevolent Association [Asociación de Beneficencia de Agentes de Policía] — la que debería llamarse “Asociación de Brutalidad Policial”). En 21 años, Lynch nunca ha dejado de justificar ninguno de los cientos de asesinatos a civiles por parte del Dpto. de Policía de Nueva York (DPNY). En 2014 una pandilla del DPNY atacó a Eric Garner por supuestamente vender cigarrillos al detal y lo asfixiaron hasta la muerte. Garner suplicó repetidamente: “No puedo respirar” antes de morir. La respuesta de Lynch: “Si puedes hablar, puedes respirar”. Llamó al policía que lo estranguló un “modelo de lo que queremos que sea un policía”.

Giuliani, un firme aliado de Trump, fue alcalde de la ciudad de Nueva York de 1994 a 2001. En sus primeros cinco años, el DPNY mató al menos 187 personas; brutalizó a miles más. Bajo el mando de Giuliani, la policía de Nueva York disparó en 1994 a Nicholas Heyward Jr., 13, mientras jugaba con una pistola de plástico de color anaranjado. Las últimas palabras de Nicholas fueron “Sólo estamos jugando...”. El mismo año un joven puertorriqueño, Anthony Báez, fue asfixiado hasta morir después de que un balón de fútbol que lanzó accidentalmente golpeó un coche de policía. En 1997, cuatro policías de Nueva York golpearon y esposaron al inmigrante haitiano Abner Louima, lo llevaron a su comisaría y lo sodomizaron con el mango de madera de un desatascador de inodoros. Luego lo metieron, cubierto de sangre y heces, en la boca de Louima, rompiéndole los dientes.

Después de eso, las masas de Nueva York empezaron a hablar de la “Hora de Giuliani”, es decir, una hora en que los policías sabían que podían hacer cualquier cosa y salirse con la suya.

Estos dos cerdos reiteraban tres temas comunes en sus discursos.

Primero, afirman que las grandes ciudades están plagadas de “altísimos” índices de homicidio y otros delitos callejeros violentos1 , y equiparan esos crímenes con las protestas de masas de millones de personas contra la brutalidad policial y el racismo sistémico. Según Giuliani, las protestas iniciales rápidamente “se convirtieron en disturbios... Se quemaron y destrozaron negocios, las personas fueron golpeadas, baleadas y asesinadas. Los agentes de policía de rutina fueron asaltados, golpeados duramente y en ocasiones asesinados”2 . Junto con el uso cínico de los trágicos balaceos de jóvenes, describieron las ciudades de hoy como espantosos terrenos infernales que están al borde de volverse inmensamente peores.

Segundo, insistían en que los “demócratas radicales” son literalmente —en palabras de Giuliani— “pro-crimen” y “anti-policía” y están deliberadamente “esposando” a la policía. Lynch dijo que “La violencia y el caos que estamos presenciando ahora no es un efecto secundario... Es en realidad la meta [de la] izquierda radical”. Giuliani afirmó que los enemigos de Trump temían que Trump resolviera el problema de la “mala conducta policial”, lo que haría que Trump fuera más popular. Así que “La Vida de los Negros Importa y el Antifa entraron en acción y, en un instante, secuestraron las protestas pacíficas y las convirtieron en disturbios brutales y despiadados”. Mientras tanto, Giuliani afirmó que los alcaldes demócratas dieron órdenes para que la policía no hiciera arrestos, y si lo hacía, los demócratas “liberaron a los alborotadores para no interrumpir los disturbios”3 .

Tercero, únicamente si se levantaran todas las restricciones a la violencia policial, se podría detener esta pesadilla, y eso podría lograrse únicamente si los demócratas se quitaran del camino (de una manera u otra) — y que Donald Trump es el salvador que lo hará. Lynch dijo que los demócratas hacen que sea “imposible que los oficiales de policía hagamos nuestro trabajo... Nuestras manos están atadas”.

En resumen: los llamados delincuentes callejeros necesitan ser sometidos a golpes, apresados o asesinados; los manifestantes son meramente delincuentes callejeros disfrazados; y los demócratas son tan malos o peores que estos “delincuentes”. Eso es el propósito de todas las descaradas mentiras y propagación de temores histéricos de Giuliani y Lynch. No es simplemente que estén justificando los muchos crímenes que ya han cometido, tienen ganas de una “solución final” — un orden fascista, con los demócratas fuera del camino y los policías habilitados para “limpiar los problemas en un día”, como a Trump le gusta decir.

Lynch dice que Donald Trump “nos da a las fuerzas del orden el apoyo y las herramientas que necesitamos, para salir a las calles y poner fin a esto, punto, fin de la historia”. Donald Trump les promete “a los oficiales de policía de todas partes, ‘nunca los decepcionaré’”. Giuliani dice que Donald Trump, “con su ilimitado amor por nuestro país y por toda nuestra gente, su disciplinada ética de trabajo, su excepcional habilidad para inspirar y su profunda comprensión de nuestro sistema de gobierno y la fuerza de los valores estadounidenses, es el hombre en el que podemos confiar para... hacer que nuestra nación sea segura de nuevo”.

Si las cosas se desarrollaran de esta manera, esto sería una verdadera pesadilla, similar a los regímenes fascistas de Hitler en Alemania, Mussolini en Italia, Pinochet en Chile... o como la vida bajo los fundamentalistas islámicos en Irán o el régimen de Duterte en Las Filipinas. Estas son sociedades en las que el pueblo en su conjunto no puede hablar, no puede protestar, no puede respirar, y en las que la gente está constantemente sometida a una extrema violencia de parte del estado y de las organizaciones fascistas por cualquier razón o sin ninguna razón.

NO PODEMOS dejar que esto suceda.


1. El crimen violento en Estados Unidos ha venido disminuido durante décadas, aunque ha habido un pequeño aumento este año. En la ciudad de Nueva York —donde Giuliani dice: “Los asesinatos, los balaceos y los delitos violentos están aumentando a porcentajes nunca antes vistos”—, los delitos violentos han registrado mínimos récord. En 2001 —el último año de Giuliani como alcalde— hubo más del doble de asesinatos que en 2019. [volver]

2. Nótese que miles de manifestantes fueron “apaleados, baleados y asesinados” por la policía y las fuerzas fascistas. No hay ni un solo caso en que un agente de policía haya sido asesinado por un manifestante, aunque aparentemente uno fue asesinado por un fascista y otro fue asesinado por un desconocido mientras vigilaba una tienda. [volver]

3. En realidad, los alcaldes demócratas desataron una tremenda represión contra las protestas: en las primeras dos semanas de protestas, al menos 10.000 personas fueron detenidas en todo Estados Unidos. [volver]

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NYT Graphics [Materiales Gráficos del New York Times] @nytgraphics: En las marchas en Nueva York contra la violencia policial, agentes del DPNY respondieron a los manifestantes con puños, empujones, placajes y golpes en el cuerpo. Encontramos 64 episodios grabados en vídeo.
nytimes.com/interactive/2020/07/14/nyregion/nypd-george-floyd-protests.html

 

 

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