El crimen de Trump contra la humanidad

Trump MIENTE acerca de Covid … MUERTES innecesarias resultantes … Un avance FASCISTA — Primera Parte

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COVID, MENTIRAS Y UN CRIMEN CONTRA LA HUMANIDAD

Imagínense que alguien supiera que algunos incendiarios planeaban quemar un edificio de departamentos del cual él era propietario y administrador — un edificio de departamentos que no sólo estaba lleno de gente, sino que carecía de regadores y extintores adecuados.

Ahora imagínense que ese hombre no sólo decidiera guardar esa información para sí solo, sino que a sabiendas les dio a los inquilinos información falsa para hacer que se quedaran en ese edificio y no tomaran ninguna precaución contra incendios, con el pretexto de no “generar pánico”.

De ahí, imagínense que, de hecho, muchísimos de los inquilinos de ese edificio murieron innecesariamente.

En cualquier sociedad justa, esa persona sería, y debería ser, condenada y procesada por un crimen contra la humanidad.

Pero eso es exactamente lo que Donald Trump admitió que hizo con la información que él tenía de que la Covid-19 era extremadamente virulenta y que seguramente iba a causar muertes y sufrimiento a una escala enorme. No sólo hizo eso, sino que permitió que la sociedad en su conjunto entrara a esta crisis con una ausencia total de preparación adecuada — la que era, en mayor parte, su responsabilidad. Es más: Trump suprimió y atacó el conocimiento científico y en cambio repetía y propagaba ignorancia, desde el podio acreditado de la Casa Blanca.

Esto es más que —es mucho peor que— la incompetencia. Esto es negligencia criminal cruel y consciente.

Piénsenlo. Ustedes oyen la estadística de casi 200.000 muertos. Pero piensen en las personas detrás de las estadísticas. Piensen en las historias de los trabajadores y profesionales de salud, que trabajan heroicamente dobles turnos, que murieron por falta de equipo protector adecuado… los trabajadores de tránsito, los empacadores de carne, los empleados de abarrotes que murieron por contacto con los contagiados sin saber del peligro, sin protección, y con la única opción de arriesgarse la vida o pasar hambre… piensen en las personas de la tercera edad, abandonadas a fallecer en asilos, a solas con temor y sufrimiento. ¿Cuántas de esas muertes eran innecesarias?

Esto salió en el nuevo libro Rage [Rabia], de Robert Woodward. El artículo acompañante examina los hechos que han salido a la luz y analiza lo que impulsaba esta situación. Una cosa queda bien claro: Este crimen monstruoso es otra razón más de por qué este régimen fascista tiene que marcharse.

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“Él tenía fe en Donald Trump. Votó por él, lo escuchó, le creyó a él y a sus portavoces cuando dijeron que el coronavirus estaba bajo control y que iba a desaparecer, que estaba bien terminar con el distanciamiento social... Mi papá era un hombre sano, de 65 años. Su única condición preexistente era confiar en Donald Trump, y eso lo pagó con la vida”.

Kristin Urquiza, cuyo padre murió de Covid-19 el 30 de junio.

 

El 9 de septiembre, el periodista Bob Woodward publicó extractos de entrevistas grabadas con Donald Trump del 7 de febrero y el 19 de marzo. En ese entonces la epidemia de Covid-19 estaba haciendo estragos en China, con miles de infectados — el gobierno chino había cerrado la ciudad importante de Wuhan para detener la propagación. Pero en Estados Unidos sólo había una docena de casos confirmados y ninguna muerte. La mayoría de los estadounidenses estaban poco enterados de la amenaza emergente.

En estas entrevistas, Trump se porta como pez gordo, “enterando a Woodward” acerca del conocimiento que él tenía como jefe del gobierno más poderoso del mundo1 :

  • El 7 de febrero, Trump dijo: “Se transmite por el aire, Bob... Sólo respiras el aire y así se transmite”. Y “Esto es más mortal [que incluso “las agotadoras influenzas”]. Esto es el cinco por ciento contra el uno por ciento, y menos del uno por ciento. Así que esto es algo mortal”.
  • El 19 de marzo, señaló específicamente que no son sólo las personas mayores las que se enferman, sino que “También hay mucha gente joven”.

Así que Trump entendió en ese entonces que el coronavirus era altamente contagioso, al menos cinco veces más mortal que la influenza, y que tanto la gente mayor como la gente joven corrían riesgo.

Dado que el virus aún no estaba fuera de control, el daño potencial pudiera haberse reducido dramáticamente mediante una educación sistemática y la aplicación de políticas de salud pública, como “pruebas, rastreo y aislamiento”2 ; el uso de mascarillas; el distanciamiento social; y el cierre de negocios no esenciales. Esas medidas fueron muy eficaces en muchos otros países3 . Pero eso no ocurrió en Estados Unidos en su conjunto, aunque sí, posteriormente, en algunos estados como Nueva York.

En cambio, Trump se dio la vuelta y mintió públicamente, difundiendo desinformación y desarmando a la gente ante un grave peligro. Esto es lo que Trump dijo públicamente:

  • El 10 de febrero, Trump dijo: “sabes qué, mucha gente piensa que [el virus] desaparecerá en abril con el calor -- a medida que el calor empiece a sentirse. Típicamente, eso desaparecerá en abril”.
  • El 26 de febrero, dijo que “la gente se muere de la influenza... Se parece un poco a la influenza normal para la que tenemos vacunas. Y esencialmente tendremos una vacuna así para esto de una manera relativamente rápida”. (Repitió esta comparación, sabiendo que era falsa, el 4, 6, 9 y 10 de marzo).
  • El 27 de febrero, “Va a desaparecer. Un día — es como un milagro — desaparecerá”.
  • El 28 de febrero, Trump calificó de “patraña” a la crítica de los demócratas a su respuesta desastrosa.
  • Trump mintió a sabiendas del peligro para los adultos jóvenes y niños. El 6 de marzo: “Hemos tenido 11 muertes, y han sido en su mayoría personas mayores que son — que eran susceptibles a lo que está pasando”.

Al difundir públicamente la desinformación, Trump tampoco movilizó al aparato estatal del gobierno federal para responder con urgencia desde el principio y con la mejor ciencia disponible en cuanto a las medidas a tomarse para restringir la propagación de la epidemia a nivel nacional. Las mentiras tuvieron consecuencias en materia de políticas en los primeros días de la pandemia, cuando potencialmente se pudiera haber restringido más su alcance con fuertes medidas de contención. El sistema capitalista y su economía han representado importantes barreras contra lidiar con esta pandemia a nivel mundial, lo que incluye en las penurias económicas de las masas de personas, debido a las mismas medidas necesarias para contener la propagación de la pandemia, como hemos cubierto anteriormente en revcom.us. Pero el fascismo trumpista ha “amplificado” todo esto, como Bob Avakian subrayó en “La asesina ilusión de la “normalidad” y el camino revolucionario hacia adelante” — véase el recuadro acompañante.

La negligencia grave y criminal de Trump ha llevado a que hoy, Estados Unidos es el líder mundial en muertes por la Covid. Esto no implica que aunque Trump hubiera hecho todo bien, basado en la ciencia y la evidencia, la gente no habría muerto. Pero lo que SÍ está claro es que hubo muertes INNECESARIAS, debido a una negligencia grave criminal por parte del más alto cargo de Estados Unidos: de las personas que no fueron informadas adecuadamente y que corrieron riesgos innecesarios, al gobierno y sus organismos que no se movilizaron y prepararon adecuadamente, y medidas que no se tomaron.

Trump mintió. Se murieron personas. Como un acto, que por su escala o naturaleza conmociona la conciencia, esto constituye un crimen contra la humanidad.

Vea la Segunda parte.

 


1. Woodward escribe que el 29 de enero, el asesor de Seguridad Nacional de Trump le informó acerca de Covid, y le dijo que era “la amenaza más grande a la seguridad nacional” que él enfrentaría. [volver]

2. Es posible hacer abortar una epidemia en las primeras etapas mediante pruebas generalizadas, seguidas del rastreo y aislamiento de los contactos de cualquiera que dé positivo. Hong Kong, por ejemplo, al 11 de septiembre ha tenido tan sólo 99 muertes. [volver]

3. El New York Times señala que si Estados Unidos “hubiera tenido la misma tasa de mortalidad por el coronavirus que Canadá, más de 100 mil estadounidenses pudieran seguir con vida hoy día”. Y mientras el virus azotara a Corea del Sur y a Estados Unidos al mismo tiempo, al 10 de septiembre, Corea del Sur tenía 350 muertes por la Covid — Estados Unidos tenían 193.000, ¡casi 600 veces más! [volver]

Kristin Urquiza, MPA (ella) @kdurquiza: Estoy contemplando con seriedad lo siguiente para la tumba de mi papá. ¿Qué te parece? @MarkedByCovid [Marcado por la Covid] #TrumpLiedPeopleDied [Trump mintió, gente se murió] #TrumpLiedAmericansDied [Trump mintió, estadounidenses murieron] #TrumpKnewAmericansDied [Trump sabía, estadounidenses murieron]  #trumpknewandidnothing [Trump sabía y no hizo nada] #TrumpKnewVoteBlue [Trump sabía, voten por los demócratas]

Texto de la imagen: “Trump mintió y este hombre murió…”

De “LA ASESINA ILUSIÓN DE LA ‘NORMALIDAD’ Y EL CAMINO HACIA ADELANTE” de Bob Avakian:

En términos muy inmediatos, toda la perspectiva y los métodos, así como las prioridades de los fascistas, concentrados en el régimen de Trump y Pence —con el nombramiento del anti-científico Pence para encabezar los esfuerzos del gobierno en torno a la Covid-19; el rechazo inicial de Trump al alcance y al peligro que representa este virus y sus continuas mentiras al respecto; su burdo chovinismo pro estadounidense, de oponer Estados Unidos al resto del mundo; su reiterada tendencia a temerariamente negar la ciencia médica e ignorar las recomendaciones de los expertos médicos cuando vayan en contra de sus propios intereses y objetivos estrechamente concebidos y peligrosamente miopes; y más— amplifican y fortalecen las barreras que el “funcionamiento normal” del sistema capitalista-imperialista interpone en el camino de un enfoque sistemático y coordinado de combatir el coronavirus. 

 

 

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