Carta de un preso:

Observaciones sobre los 70 millones de personas que votaron por Trump

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Fondo de Literatura Revolucionaria para Presos:

Primero, quiero decirles que cada semana he venido recibiendo el periódico Revolución. Les agradezco. Cuando lo termino lo comparto con los que están cerca e interesados (e incluso a veces con los que no están interesados).

Segundo, en la carta del 22 de noviembre de 2020 sugieren que yo pida dos libros, los cuales quisiera recibir. Por lo tanto, les pido:

  1. La Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (Proyecto de Texto); y
  2. El Manifiesto Comunista, 1848 (Marx y Engels).

De acuerdo con su carta del 22/11/2020, les hago las siguientes observaciones sobre por qué 70 millones de persona votaron por Donald Trump.

Una importante figura en la lucha centenaria para liberar a los africanos en Estados Unidos de las brutales garras del capitalismo/imperialismo y de las personas que son los principales beneficiarios de este horripilante tratamiento comentó que “Un pueblo sin el conocimiento de su pasado, origen y cultura es como un árbol sin raíces”. Marcus Garvey entendió que la historia es importante si uno quiere entender en toda su extensión su lugar en la sociedad y en el mundo. Renunciar a la historia impediría comprender el presente.

Por tanto, volvamos en el tiempo a un período en que Estados Unidos nació y tenía “grandeza”. Presuntamente, los primeros que emigraron a América del Norte lo hicieron, en gran parte, para escapar de la persecución religiosa. Redactaron floridos documentos sobre las libertades que querían para sí mismos, pero siempre estaban dispuestos a negarseles hipócritamente (y sin vergüenza) a sus homólogos africanos. Si bien se crearon todo tipo de excusas para justificar la tiranía que infligeron e iban a infligir a los africanos esclavizados en América del Norte, que incluía, pero no se limitaba a la ciencia falsa y la justificación de tres quintas partes de un ser humano, la fuerza motriz fue el capitalismo, y el descarado deseo y voluntad de apabullar a los africanos (y a África) en su afán de obtener ganancias. Por lo común se dice que esto fue el “Pecado Original” de Estados Unidos. Yo personalmente objeto cuando se recurra a la religión para justificar crímenes contra la humanidad cometidos al servicio del sistema del capitalismo/imperialismo, primariamente porque estos mismos sistemas religiosos fomentaron el maltrato de “otros” (para los cristianos, “el esclavo obedece a su amo”; para el islam, “trata a sus esclavos con justeza”; y la insistencia del judaísmo en que el genocidio está bien si se están robando terrenos a órdenes de su dios).

Pero estoy divagando. En Estados Unidos nació una cultura en la que los blancos gobernaron y dominaron a los africanos. Saltamos rápidamene al presente y nos encontramos con que estamos ante la misma cultura en la que una parte importante de los blancos aún insisten en que son superiores puramente en virtud de su blanqueza. Si bien esta creencia se pregona ogullosa y públicamente por una bola vociferante (las asquerosas pandillas tipo MAGA [Hacer que Estados Unidos vuelva a tener grendeza]), los otros por toda una sarta de razones mantienen más en secreto su lealtad a la supremacía blanca. Si bien tal vez no estén dispuestos a declararse abiertamente (quizás por temor a que se les juzguen o se pongan en ridículo), están muy dispuestos, cuando se cierra la cortina del cubículo de marcaje de las papeletas, a votar por su supremacía blanca. O sea, están renuentes a vocear su apoyo a la supremacía blanca en público, pero más que contentos de votar a favor de apoyar la supremacía blanca en privado. Esta es evidencia prima facie de que los supremacistas blancos secretos representan una amenaza idéntica e incluso mayor que los payasos vociferantes sin máscaras faciales que escupen Covid-19 que hacen acto de presencia armados para amedrentar a sus oponentes. El hecho de que 70 millones de personas votaron por Trump evidencia que hay personas que en público no expondrán los puntos de vista de la supremacía blanca, pero en la privacidad del cubículo de votar expresarán su apoyo por ella. Los 70 millones partidarios de Trump son los descendientes de aquellos que cometieron el Pecado Original de Estados Unidos. Sin duda alguna, el sistema del capitalismo/imperialismo es la fuerza vital de estas bestias horrorosas. Para deshacerse de la supremacía blanca hay que destruir sistemática y permanentemente el sistema en el que se apoya para sobrevivir (un punto y una realidad salpicada de numerosas contradicciones). Si no, emergerán nuevas generaciones de racistas que abusaran de las nuevas generaciones de personas a las que consideran como los otros.

Gracias por su atención a esta carta. Quedo a la espera de sus comentarios al respecto (y eso obviamente incluye críticas, ánimo y sugerencias).

En la lucha,

Vea esta importante conversación de panelistas en inglés:

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