Reposteado de RefuseFascism.org (Rechazar el Fascismo):

La coalición de “izquierda” que te mantuvo fuera de las calles y que no detendrá al fascismo

Coco Das

| revcom.us

 

Alemania, 1933

“… una manifestación numerosa social-demócrata contra la dictadura sí sucedió el 3 de febrero en Fráncfort y, cuatro días después, otra tuvo lugar en Berlín. Los republicanos en ciudades pequeñas en Hessen como Auerbach y Bensheim marcharon bajo el ojo atento de la policía el 12 de febrero. Pero estos acontecimientos eran las últimas expresiones del antinazismo en Alemania”.

Peter Fritzche, De alemanes a nazis

Estados Unidos, 2020-2021

“Se mantendrían alejados de las calles por el momento y retendrían a las manifestaciones de masas que podrían exponerse a una turba armada azuzada por el presidente Donald J. Trump.

…En un año de energía política en auge en toda la izquierda, y de participación de votantes sin precedentes, un lado ha suprimido a sí mismo en extraordinaria medida durante el periodo postelectoral precario.

A partir de la violencia del 6 de enero, los líderes progresistas no han hecho ningún uso de protestas públicas de gran escala”.

Alexander Burns, “How Democrats Planned for Doomsday”,
(Cómo los demócratas planearon para el fin del mundo)
New York Times, 24 de enero de 2021

El artículo de Alexander Burns en el New York Times, citado arriba, relata los esfuerzos de una coalición grande de grupos activistas y estrategas de campaña del Partido Demócrata para responder a los intentos de Trump de anular las elecciones de 2020. Burns escribe, “Ya para cuando los amotinados saquearon el Capitolio, ya estaba preparada la maquinaria de la izquierda: preparada por haber bosquejado durante meses los escenarios del fin del mundo y esbozado las respuestas, durante incontables horas de ejercicios de formación e investigaciones de sobra respecto la opinión pública”.

Pero el artículo esquiva la pregunta: ¿Para qué cosa exactamente estaba lista esta coalición de “izquierda” el 6 de enero? Durante meses habían conspirado para mantener a la gente en una actitud de espera en vez de movilizar a sus seguidores, que sumaban en total a millones, en manifestaciones no violentas que pudieron haber demostrado al mundo la fuerza con la que contaba nuestro lado — una fuerza no violenta pero determinada en las calles, dispuesta a ponerse de pie contra un golpe de estado fascista en marcha. Si esta coalición realmente hubiera estado lista, miles de trumpistas no se hubieran imaginado que tendría éxito su interrupción al congreso al regresar a DC por TERCERA VEZ después del día de las elecciones. Si los de la coalición realmente hubieran estado listos, Trump y sus patrocinadores dentro y fuera del gobierno no pudieran continuar propagando la mentira de las elecciones robadas sin oposición masiva. En realidad, esta coalición estaba lista para hacer una sola cosa: impedir que tomaran las calles y expresaran su indignación los millones de personas que odian a Trump.

Pero dirijámonos por un momento al cuadro mayor.

Las elecciones de 2020 eran una confrontación decisiva en torno a la forma de gobierno en Estados Unidos. Durante los meses anteriores a los comicios —en realidad, durante años— Trump declaró que cualquieras elecciones que él perdiera serían ilegítimas; propagó mentiras de que inmigrantes votan ilegalmente; y a plena vista trató de sabotear las elecciones, de chantajear al presidente de Ucrania a socavar el servicio de correo de Estados Unidos.

Tras su pérdida en las elecciones, Trump se negó a reconocerla, aunque se desechó una tras otra de sus demandas judiciales contra los resultados. Sus patrocinadores trataron de cancelar millones de boletas de los votantes urbanos y mayormente negros de los estados en disputa. Sus seguidores rabiosos juraron seguir regresando a DC para “luchar por Trump”, lo que culminó en la invasión del Capitolio el 6 de enero. El de que no lograron anular las elecciones no cambia lo que era: un intento violento de golpe de estado por los fascistas, dentro y fuera del gobierno, que luchaban para mantenerse en el poder para dominar a todas las personas a las que odian con su terror supremacista blanco, misógina y xenófoba.

Tan envalentonado anda este movimiento fascista que aún DESPUÉS de esta invasión violenta, 8 senadores republicanos y 139 representantes (o sea, 2/3 de los Republifascistas en la Cámara de Representantes) todavía votaron en pro de anular las elecciones. Y por ahora, ya que Trump ha salido de la Casa Blanca y ha perdido su plataforma en las redes sociales, los fascistas en el gobierno como Josh Hawley, Lauren Boebert, y Marjorie Taylor Greene han tomado el timón de vomitar su fango tóxico en las ondas mediáticas.

Esto es el fascismo. Y esta coalición de activistas y estrategas, ante el hecho de que los fascistas siempre nos dicen lo que van a hacer, no hicieron casi nada con este aviso previo. Esta no era la coalición de la gente decente que hacía falta para hacer sonar la alarma y librar una resistencia proporcional al peligro, sino una coalición de los tímidos, que teme hasta mencionar la palabra golpe de estado y suprimió la resistencia “a extraordinaria medida”. La resistencia nula que generaron no detuvo nada — salvo el potencial de un poderoso movimiento de oposición al fascismo. Ha contribuido a una situación en que tenemos un enorme problema nazi en Estados Unidos y los fascistas por todo el mundo (enlace en inglés) quedaron impresionados e inspirados por lo que ocurrió el 6 de enero, sin considerarlo un fracaso para nada.

En estas elecciones, 81 millones de personas hicieron algo extremadamente insólito. Sacaron a un fascista del poder votando, y así impidieron, por un estrecho margen, un segundo mandato trumpista que hubiera permitido que el régimen fascista de Trump y Pence —y el movimiento virulento al cual permitieron que se forjara— consolidaran su poder, lo que representaba un grave peligro para la humanidad. Pero es muy posible que nunca se genere de nuevo la convergencia única de circunstancias que desembocó en la derrota electoral de Trump, notablemente una respuesta desastrosa a una pandemia global. Trump, y el trumpismo, aún tienen fuertemente dominado al Partido Republicano, y en las condiciones actuales no es probable que el senado vote para condenar a Trump en el juicio político de destitución que se avecina, especialmente en ausencia de un movimiento de masas que lo exigiera.

Según el artículo de Burns, la coalición canceló protestas planeadas, por temor a turbas armadas violentas y de represalias por parte de militares o paramilitares trumpistas. En otras palabras, debido al fascismo. Esto no tiene nada de diferente de las concesiones que hicieron los alemanes ante la violencia nazi, salvo que los nazis eran mucho mejor organizados en su violencia que Trump y sus golpeadores. Sí que hay grandes retos para que la gente decente se tome las calles, retos que incluyen los golpeadores fascistas armados y la COVID, pero crear y aprovechar las dificultades que impiden que la oposición salga a las calles es lo que hacen los fascistas. Preguntamos por qué la población alemana aceptó al nazismo, porque esa aceptación se volvió complicidad y colaboración. A menos que rompamos con los límites establecidos por lo que ha pasado por “la resistencia” en Estados Unidos, pues andamos sobre el mismo camino que el de los alemanes que no detuvieron a Hitler.

Sacamos a un fascista del poder votando. Pero no barrimos al fascismo votando simplemente, y no podemos hacerlo. La gente de Estados Unidos tendrá que hacer frente de lleno a este peligro y buscar los medios para repudiar públicamente y poner alto a un movimiento fascista estadounidense aún poderoso — aun si la supuesta coalición progresista no quiere que lo hagamos.

Súmense a Rechazar el Fascismo para demandar:

¡Fuera toda la cábala fascista!

¡CONDENEN a Trump en el juicio político de destitución!

¡En nombre de la humanidad, nos negamos a aceptar a un Estados Unidos fascista!

Sintonícense el lunes, 8 de febrero al Foro de Rechazar el Fascismo: El juicio político de destitución en el Senado y la necesidad de rechazar el fascismo, con Sam Goldman, el abogado Eric Seitz, y los autores Paul Street y Jared Yates Sexton. 8 pm hora del este. RSVP aquí.


Partidarios de Trump en un mitín el miércoles antes de que el presidente les dijera que marcharan hacia el capitolio. Foto: AP

El juicio político de destitución en el Senado y la necesidad de rechazar el fascismo

Vea una repetición en inglés de la transmisión en vivo del 8 de febrero en Youtube, Facebook y Twitter

Frances Fisher, actriz y activista

Eric Seitz, abogado, académico de Derecho Constitucional, Universidad de Hawai'i

Jared Yates Sexton, profesor, escritor y analista político, autor de American Rule: How A Nation Conquered the World But Failed Its People

Paul Street, historiador y periodista; autor de The Hollow Resistance: Obama, Trump, and Politics of Appeasement.

Sam Goldman, Consejo Editorial de RefuseFascism.org / Rechazar el Fascismo, presentador de los podcasts de @RefuseFascism

Condonen a Trump en el juicio político de destitución en el Senado

En nombre de la humanidad, nos negamos a aceptar a un Estados Unidos fascista

 

 

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