Informe de investigación de policías neoyorquinos detalla brutalidad indiscriminada y sistemática contra manifestantes por George Floyd
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En respuesta a la indignación y las revelaciones de la brutalidad policial y la represión de las protestas en la Ciudad de Nueva York después del asesinato policial de George Floyd, el alcalde de la Ciudad de Nueva York, Bill de Blasio, le encargó una revisión de las acciones policiales al Departamento de Investigación (DOI) de la ciudad. En diciembre de 2018, el DOI publicó su informe. Documenta la represión masiva, sistemática e indiscriminada de lo que reconoce repetidamente como “protestas principalmente pacíficas”.
- Del informe: “La revisión del DOI de las políticas del DPNY [Departamento de Policía de Nueva York] reveló que el Departamento no tiene una política específica para vigilar las protestas o la expresión protegida por la Primera Enmienda. Más bien, la Guía de Patrulla del DPNY cubre las manifestaciones en las políticas relacionadas con la vigilancia de ‘eventos especiales’, como los desfiles; ‘incidentes de emergencia’, como los desórdenes civiles; o ‘desórdenes inusuales’, como los disturbios”.
- El informe documenta que el papel de la unidad antiterrorista de la policía de Nueva York, SRG.29, es “[r]esponder a las movilizaciones que abarcan toda la ciudad, a los desórdenes civiles y a los grandes acontecimientos con personal altamente capacitado y equipo especializado para mantener el orden público”. [énfasis añadido]
- El informe documenta que el policía roció indiscriminadamente a los manifestantes el 1 de junio en el centro de Manhattan. La política oficial del DPNY prohíbe el rociar indiscriminado de gas pimienta. Sin embargo, “El Jefe del Departamento declaró que los miembros del SRG [la unidad de “contraterrorismo”] están autorizados a utilizar el spray de pimienta para el control de multitudes si lo aprueba un supervisor, y que este aprobó su uso en los manifestantes frente al Barclays Center [en Brooklyn] después de las lesiones sufridas por los agentes”.
- Aunque los funcionarios del DPNY admitieron ante el DOI que sabían que las protestas eran principalmente pacíficas, “Los mensajes públicos del Departamento, en ocasiones, reforzaron aún más las tensiones creadas por la estrategia de respuesta, al llamar la atención principalmente a la violencia y los saqueos sin reconocer simultáneamente el dolor y la ira que dieron lugar a las protestas, o la debida consideración a las numerosas personas que expresaban sus quejas con el gobierno de forma pacífica”.
- Aunque los funcionarios del DPNY afirmaron no saber lo que significaba “kettling” (encapsulamiento), “los informes indican que, en varios casos durante las protestas sobre Floyd, al menos algunos manifestantes no pudieron abandonar las formaciones antes de que les arrestaran, aunque no había pruebas de otra actividad delictiva más allá de la violación del toque de queda o de la presencia física”. Eso es encapsulamiento.
- El DOI informa que los manifestantes detenidos “se quejaron con frecuencia de que las esposas flexibles estaban demasiado apretadas y les causaban dolor o daños —algunos alegaron daños nerviosos a largo plazo— en sus muñecas o manos. Cuando expresaban estas preocupaciones a los agentes que los detenían o a otros agentes de la zona, les decían que los agentes carecían del equipo necesario para quitarles las esposas flexibles”.
- Los detenidos “informaron que, a su llegada al centro de procesamiento de detenciones, se les negó la posibilidad de llamar gratuitamente a su abogado o a un familiar, se les mantuvo bajo custodia durante largos periodos, a menudo en celdas abarrotadas, y se les negó el equipo de protección personal, que incluía protectores faciales y desinfectantes para las manos. Varios detenidos denunciaron además que destruyeron o confiscaron sus bienes personales durante las detenciones masivas relacionadas con las protestas”.
- Aunque el informe no se centra en los casos individuales de brutalidad policial, admite que fueron “ampliamente denunciados, como el vehículo policial en Brooklyn que arrolló a una multitud, el uso excesivo de porras y el uso de gas pimienta”.
- El DOI cita a representantes de la oficina del alcalde “que estaban en el lugar de los hechos durante las protestas y confirmaron haber observado casos que, en su opinión, constituían una fuerza desproporcionada por parte de los agentes, como puñetazos, patadas, placajes o el uso de porras para golpear a los manifestantes”.
- El informe documenta que la policía iba a por los funcionarios electos, el personal médico uniformado y los observadores legales. En una protesta, los observadores legales fueron “según se informa, atados con esposas de plástico y empujados al suelo, cuando la policía ejecutaba detenciones masivas por violaciones del toque de queda”. Y documenta que en otra protesta, los trabajadores médicos fueron “empujados, amenazados, detenidos y arrestados, a pesar de que su ropa, documentos y acciones los identificaban claramente como trabajadores de la salud cuyo único propósito era prestar la atención médica necesaria”.
- El DOI informó que “Cuando el DOI preguntó a los funcionarios del DPNY si, en retrospectiva, el Departamento podría haber hecho algo diferente y realizar algún otro cambio para mejorar su respuesta a las protestas, con pocas excepciones, los funcionarios no ofrecieron ninguno”. E incluso después de las protestas, después de la indignación pública, y después de implementar algunas reformas, “el entrenamiento [del DPNY] sigue muy centrado en los métodos de control del desorden, sin un componente suficiente de asuntos comunitarios o de desescalada”.
El DOI no es un grupo de derechos humanos, una ONG, una organización de libertades civiles, ni mucho menos una organización que se oponga a la brutalidad y al asesinato policial. Es una agencia oficial de la ciudad, responsable ante los mismos funcionarios que el jefe de la policía de Nueva York.
El informe dice explícitamente por qué el DOI está admitiendo lo que los manifestantes y millones de personas que vieron la brutalidad policial en contra de los manifestantes han venido diciendo todo el tiempo: “Cuando se considera que un policía es innecesariamente impaciente, grosero, brutal o injusto en el trato de un manifestante, es más probable que la gente vea a la policía (y a la ley en general) como ilegítima”.