Actualización del 30 de mayo de la Campaña de Emergencia para Liberar a los Prisioneros Políticos en Irán:

“Insoportable” — La vida de los prisioneros políticos en Irán pende de un hilo
Se necesita urgentemente una ola de protesta mundial — ¡Tenemos que ACTUAR ya!

| revcom.us

 


Fotografía compuesta de prisioneros de doble nacionalidad tras rejas en Irán

 

“Insoportable”. Ese es el título del desgarrador informe de Reza Khandan en Ms. Magazine desde la prisión de mujeres Qarchak en Irán. Khandan es el esposo de la abogada Nasrin Sotoudeh, quien se encuentra detenida por el “delito” de representar a activistas en defensa de los derechos humanos y de la mujer.

¿Qué es tan “insoportable”? “Entrar en estas celdas es como ser transportado a la Edad Media”, escribe Khandan, a un calabozo “de hacinamiento, falta de alimentación, tortura y violación” que los reclusos llaman “el fin del mundo”.

“Insoportable” no solo se aplica a Qarchak. Se aplica a todas las cárceles iraníes, a todo el sistema “judicial” del país y a la terrible situación a la que se enfrentan TODOS sus prisioneros políticos.

“Insoportable” es un grito desde el corazón, ¡y un llamado a ACTUAR!

El 13 de junio — ¡Un momento para actuar!

El 13 de junio, un grupo de prisioneros políticos comparecerá ante un tribunal en Teherán, posiblemente para que les dicte condena. Esto debe enfrentarse con una protesta internacional con la exigencia de su liberación inmediata e incondicional, en Alemania e Inglaterra, donde dos de estos prisioneros son ciudadanos, y en Estados Unidos, que ha contribuido muchísimo al sufrimiento del pueblo iraní, desde el sangriento golpe de estado de la CIA en 1953 hasta hoy con sus asesinas sanciones y amenazas de guerra.

Según los informes, el grupo incluirá a Nahid Taghavi (una doble ciudadana alemana-iraní) y posiblemente a Mehran Raoof (un doble ciudadano británico-iraní) y/o varias otras mujeres prisioneras políticas.

Cualquier condena que reciban sería totalmente arbitraria e ilegítima — al igual que sus arrestos y encarcelamientos.

“En primer lugar, estas personas no deben estar en la cárcel”, afirma el director del Centro de Derechos Humanos en Irán, Hadi Ghaemi, hablando de Taghavi y Raoof. Amnistía Internacional ha declarado que éstos son prisioneros de conciencia. Es posible que los acusen del delito abarcalotodo: “difundir propaganda contra el estado” — es decir, crímenes de pensamiento o comentarios críticos al régimen iraní de fundamentalistas teocráticos medievales. Taghavi ha sido trasladada una vez más a la población general de la prisión de Evin después de meses de aislamiento. Para cuando comparezca ante el tribunal, Mehran Raoof habrá estado en régimen de aislamiento durante ocho meses seguidos — una forma flagrante de tortura.

El sistema judicial de Irán — Una maquinaria ilegítima criminal para imponer el terror y la tiranía teocráticos

El “proceso” judicial de Irán no tiene más que ver con la justicia que un “tribunal” de inquisición en el que la capacidad de una mujer de sobrevivir a un intento de ahogarla se considera prueba de que es una bruja.

Irán no celebra juicios en ningún sentido significativo o reconocible de la palabra.

Si arrestan a una persona, no se le considera inocente hasta que se demuestre su culpabilidad, todo lo contrario. Un acusado rara vez tiene acceso a un abogado y está a la merced del interrogador. Las “confesiones” forzadas bajo tortura son una característica habitual de estos tribunales fundamentalistas islámicos, que se utilizan para comprobar la “culpabilidad” de la víctima. Amnistía Internacional documenta que esas torturas están “generalizadas” e incluyen “golpizas, flagelaciones, descargas eléctricas, posturas estresadas, simulacros de ejecución, el ‘submarino’, la violencia sexual, la administración forzada de sustancias químicas y la privación de atención médica”.

Por lo general, los abogados de Irán no reciben los expedientes de los casos sino hasta justo antes de las audiencias judiciales, y luego se les impide realizar una defensa seria. A menudo son amenazados o encarcelados por defender a los disidentes políticos, como en el caso de Nasrin Sotoudeh.

El abogado de Nahid Taghavi, por ejemplo, solo tuvo acceso al expediente de su caso cuatro días antes de su primera comparecencia ante el tribunal el 28 de abril de 2021, y ella ni siquiera pudo reunirse con él.

(Para una descripción espeluznante de las restricciones judiciales drásticas que el sistema kafkiana de Irán impone a los abogados defensores, vea: “Walking in a Minefield Without a Map: The Life of an Iranian Human Rights Lawyer”, Centro de Derechos Humanos en Irán, 15 de abril de 2021.)

Por lo general, ya se ha decidido el veredicto de culpabilidad antes de la fecha de la audiencia. La audiencia quizá dure unos 10 minutos y la condena generalmente la determina el fiscal/interrogador más que el juez. “Lo que tenemos son interrogadores que trabajan en nombre de las agencias de seguridad que presentan los cargos, y los jueces no tienen independencia”, explica Hadi Ghaemi. “Simplemente le dan un visto bueno al pliego de acusaciones presentado por el fiscal que trabaja con los interrogadores, e incluso las condenas se basan en lo que los interrogadores les dicen a los jueces”.

El poder judicial de Irán, al igual que el resto del régimen teocrático/misógino de la República Islámica de Irán, constantemente selecciona a las mujeres para el castigo más vengativo si se resisten a su opresión y se rebelan.

Los prisioneros son habitualmente condenados a castigos medievales, como latigazos, y más de 200 fueron ejecutados en 2020.

Latigazos es una palabra sanitaria y clínica para el desgarro bárbaro del tejido humano. Un informe fechado enero 2017 de Amnistía Internacional, “Iran: Wave of Floggings, Amputations, and other Vicious Punishments”, documenta lo común y corriente que son estos depravados castigos en Irán.

El caso de Nasrin Sotoudeh es un ejemplo escandaloso: fue condenada a 78 latigazos por atreverse a defender a las “muchachas de la calle Revolución”, mujeres que se negaron a usar el hiyab (para cubrirse la cabeza) y protestaron en público.

Si esto no conmociona su conciencia, ¿qué lo hará?

¡La vida de los prisioneros políticos en Irán pende de un hilo — Tenemos que ACTUAR ya!

Todo esto subraya lo urgente que es que firmen y circulen ampliamente el Llamamiento de Emergencia de la Campaña: ¡La vida de los prisioneros políticos en Irán pende de un hilo — Tenemos que ACTUAR ya!

Hay que publicar este llamamiento pronto, y pedimos a todos los que no lo han firmado que lo hagan y a todos los que ya lo firmaron que lo hagan circular.

Visite nuestro portal para obtener una lista inicial de signatarios y esté pendiente de las próximas convocatorias de fondos, apoyo y planes adicionales hasta el 13 de junio. Allí también puede inscribirse para ser voluntario de la Campaña de Emergencia, encontrar formas de ayudar y alentar a otros a hacer lo mismo por la nueva pestaña What We Can Do.

Que nuestra indignación se escuche por todo el mundo y dentro de Irán también.

Exigimos a la República Islámica de Irán: ¡Libertad para todos los prisioneros políticos ahora!

Al gobierno de Estados Unidos: ¡No a las amenazas bélicas, levanten las sanciones!


Conozca a algunas de las mujeres y hombres que han sido encarcelados en Irán por acciones pacíficas. #FreeThemAll [Libertad para todos los prisioneros políticos]

Las “confesiones” forzadas bajo tortura son una característica habitual de estos tribunales fundamentalistas islámicos, que se utilizan para comprobar la “culpabilidad” de la víctima. Amnistía Internacional documenta que esas torturas están “generalizadas” e incluyen “golpizas, flagelaciones, descargas eléctricas, posturas estresadas, simulacros de ejecución, el ‘submarino’, la violencia sexual, la administración forzada de sustancias químicas y la privación de atención médica”. Foto: Amnistía Internacional

La persecución, la re-persecución y la resistencia heroica de Narges Mohammadi

Narges Mohammadi es una representante desafiante, valiente y de renombre mundial del Centro de Defensores de Derechos Humanos en Irán. Su caso capta el carácter tiránico y fascista del sistema jurídico de Irán.

Recientemente salió de la cárcel después de cumplir casi seis años de una condena original de 16 años. Durante su encarcelamiento, fue brutalizada y agredida sexualmente. Describe un incidente en el que el médico de la prisión fue tan brutal que su interrogador tuvo que salir del cuarto. Sin embargo, sigue en pie de resistencia valiente. (Vea su nueva entrevista, en persa, donde describe con horripilantes detalles la “tortura blanca” del confinamiento solitario prolongado. Aquí se encuentra una traducción al inglés no oficial/aproximada realizada por un voluntario de la campaña).

Ahora, de repente, el 22 de mayo, fue condenada una vez más: ¡a dos años y medio de prisión, dos multas y 80 latigazos! ¿Su crimen? Propaganda contra el régimen “por hacer campaña contra la pena de muerte y por participar en un plantón en la cárcel en diciembre de 2019 para protestar contra el asesinato de manifestantes antigubernamentales un mes antes”, según informes de prensa. En una publicación de Instagram, Mohammadi dijo que uno de sus cargos es por celebrar una fiesta y bailar mientras estaba en la prisión. Declaró que no “aceptará ninguna de estas condenas”.

Su trato presagia los posibles horrores a los que se enfrentan todos los demás presos políticos, y su coraje debería inspirarnos a todos a luchar por ella y por todos los prisioneros políticos un Irán.

 

 

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