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Citas de
Forjar otro camino
Bob Avakian
Nota de la redacción: En 2007, revcom publicó Forjar otro camino, un discurso de Bob Avakian que analizaba la situación internacional, el conflicto entre el imperialismo (especialmente el imperialismo estadounidense) y el fundamentalismo islámico, y cuestiones importantes de estrategia, método, epistemología y moralidad. Cabe volver a estudiar este discurso en la crisis actual. Un miembro de la Gira Nacional “Organícense para una revolución REAL” ha seleccionado algunas de las siguientes citas para que los lectores conozcan un poco este discurso. Algunas de estas citas se reprodujeron en Lo BAsico.
Lo que vemos en contienda, con la jihad por un lado y McMundo/McCruzada [el imperialismo occidental en creciente globalización] por el otro, son sectores históricamente anticuados de la humanidad colonizada y oprimida contra sectores dominantes históricamente anticuados del sistema imperialista. Estos dos polos reaccionarios se oponen, pero al mismo tiempo se refuerzan mutuamente. Apoyar a uno u otro de esos polos anticuados, acabará fortaleciendo a los dos.
Esta es una formulación muy importante y crucial para entender muchas dinámicas que impulsan el mundo en este período, pero tenemos que tener en claro cuál de “los dos sectores históricamente anticuados” ha causado más daño y representa la mayor amenaza a la humanidad: los sectores dominantes históricamente anticuados del sistema imperialista, y en particular los imperialistas estadounidenses.
—Lo BAsico 1:28
Algo que es importante que captemos — y que creo que es un lema, o formulación, que se podría y se debe popularizar, es: si examinamos lo que hicieron en Irak, la manera en que lo justificaron y lo que ha pasado allá, se puede resumir en gran parte así: Nos mintieron y se engañaron a sí mismos. Este es un aspecto importante de lo que pasó. De veras ellos creen su propia propaganda. Su manera de ver el mundo — ellos realmente pensaban que es así. Pensaban que podían hacer lo que un funcionario del gobierno de Bush le dijo al corresponsal Ron Suskind — que ellos podían seguir creando su propia realidad en el terreno, como si ningún otro factor, y ninguna otra persona, tuviera nada que ver con la realidad y la manera en que se desarrolla.
Al oír a uno de estos voceros imperialistas hace poco en los medios de comunicación, no pude menos que soltar: “No entienden cómo funciona su propio sistema”. Es importante captar eso. Ellos no entienden la naturaleza material de la sociedad estadounidense ni en que se basa en lo fundamental.
Los intereses, objetivos y grandes planes de los imperialistas no corresponden a nuestros intereses — no corresponden a los intereses de la gran mayoría de la población en Estados Unidos ni de la abrumadora mayoría de la humanidad. Hay que entender las dificultades en que se han metido los imperialistas en aras de sus intereses, y hay que responder a ellas, pero no desde su punto de vista y sus intereses sino desde el punto de vista de la gran mayoría de la humanidad y de la necesidad básica y urgente de un mundo diferente y mejor, de otro camino.
—Lo BAsico 3:8
Pero su problema, como vemos, ya sea en Afganistán o en Irak, es que los imperialistas saben invadir a países y tumbar regímenes, pero cuando se encuentran en la posición de ocupar al país y se encuentran ante una población movilizada en su contra, ya se convierte en una dinámica distinta, y no les es tan fácil. No les es tan fácil mantener el “orden” e imponer los cambios que quieren imponer de acuerdo a sus intereses. No les es fácil imponer esto “desde arriba hacia abajo” — que es la única manera en que los ocupantes imperialistas pueden imponer cambios.
Aparte de la bancarrota moral de buscar evitar el caos para sí mismo y las cosas que le afecta de manera más inmediata, mientras muchísima otras personas están envueltas en esto y sufren horriblemente —aparte de toda esa dimensión moral, de la que hablaré en adelante porque de hecho es algo que hay que subrayar y debatir con la gente—, se tiene la realidad de que, incluso aquellos que ahora ocupan en los enclaves privilegiados en los países imperialistas y en otras partes del mundo no podrán evitar que les afecten los grandes trastornos y el caos que se avecinan en este período. Lo esencial no es si habrá caos o no, o si terminará por afectar a la gente de todas partes, de una manera u otra. Lo esencial es: ¿adónde llevará esto, cuáles serán los resultados y qué clase de mundo surgirá de todo esto?
En términos básicos, Israel es un estado colono de asentamiento impuesto en la región del Medio Oriente, a costa del enorme sufrimiento para el pueblo palestino (y a los demás pueblos de la región más ampliamente). Israel no hubiera podido nacer sin el apoyo del imperialismo, y aparte de actuar en aras de sus propios intereses, también es un baluarte armado e instrumento de imposición para el imperialismo estadounidense, el cual le proporciona al estado israelí miles de millones de dólares al año en ayuda, especialmente ayuda militar.
A manera de principio general, y específicamente para los que nos encontramos en este país imperialista, tenemos una responsabilidad especial de oponernos al imperialismo estadounidense, a nuestra “propia” clase dominante y a lo que está haciendo por todo el mundo. Pero al mismo tiempo, eso no quiere decir que estas fuerzas fundamentalistas islámicas no son históricamente anticuadas y no son reaccionarias. No cambia el carácter de su oposición al imperialismo y lo que engendra y la dinámica de la que es parte — la realidad de que estos “dos sectores históricamente anticuados” sí se refuerzan mutuamente, aunque se oponen el uno al otro. Además, es muy importante captar, y luchar para que otros capten, que si uno apoya a uno u otro de los “dos sectores históricamente anticuados”, fortalecerá a ambos. Es crucial zafarse de esa dinámica — para forjar otro camino.
La ignorancia generalizada que sí existe, incluso en la población relativamente culta en Estados Unidos, en general va acompañada de la actitud de “somos los buenos” en el mundo, así que nuestras acciones que causan sufrimiento a otras personas no se pueden juzgar de la misma manera que si las mismas acciones fueran de otros. En parte por una actitud semejante, y en parte por la ignorancia a secas, es muy probable que una mayoría de la gente en Estados Unidos no sepa — o no haya sido capaz o no haya querido “procesar la información”— de que de hecho Estados Unidos ha lanzado bombas atómicas, que soltó bombas atómicas sobre poblaciones civiles. O de alguna manera es como la letra de una canción de Bob Dylan que mencioné en mi autobiografía (From Ike to Mao and Beyond, My Journey from Mainstream America to Revolutionary Communist, de Bob Avakian). Cuando el personaje de una canción de Dylan pide que lo dejen entrar a un refugio antiaéreo, el dueño le dice que no y lo amenaza, y luego se desarrolla el siguiente intercambio: “Le dije: ‘Entiendes que no dejaron entrar a Jesús tampoco’, y él me dijo: ‘tú no eres él’”. Esa es la misma lógica de mucha gente en Estados Unidos —la lógica que utilizan sistemáticamente los gobernantes y los apologistas de este sistema— cuando sale a flote tan sólo un poco de la “barbarie sin igual” que han cometido. “Lo hicimos nosotros —así que no cuenta… ustedes no son nosotros”.
Mucha gente habla del “sentido común”, y eso es algo que con frecuencia invocan muchos políticos, conductores de programas de entrevistas y otra gente derechista semejante, especialmente cuando quieren enganchar cierto filisteísmo al servicio de sus metas reaccionarias. Dicen: “Pues, sencillamente hablemos aquí con sentido común”. Bueno, en cuanto a la epistemología, cuando estamos bregando con la gente sobre cómo entender lo que está pasando en el mundo y por qué, es muy importante captar la realidad de que el “sentido común” tiene dos (o ambos) significados: una lógica elemental y/o una manera de pensar que se basa(n) en suposiciones que están tan arraigadas en la cultura dominante que la gente no cuestiona, o ni siquiera está consciente de ellas.
En los años 1960 había un lema, que no era totalmente científico, pero era más bueno que malo, y más correcto que incorrecto: “O eres parte de la solución o eres parte del problema”. Ese tipo de orientación no estuvo mal. Si trazamos líneas divisorias irrevocables y si no tratamos de convencer a las personas de que se encuentran del lado equivocado (o que tratan de sentarse al margen), pues bien, sí, eso sería malo. Y si no se hacía ningún tipo de análisis materialista de cuáles son las fuerzas motrices materiales que subyacen a las cosas, y cuáles son en realidad las fuerzas gobernantes y aquellos que toman las decisiones en la sociedad — pues, sí, eso sería malo. Pero no es malo, y de hecho es muy necesario, presentar el reto a las personas: Fíjense, hay un gran terremoto aquí, y ningún aspecto de la manera en que se está abriendo la tierra va a llevar a nada salvo a un desastre; tenemos que forjar otro camino, ustedes tienen que participar en ese proceso — y para hacerlo, tendrán que salir de su “zona de confort y comodidad”.
Esta es la única oportunidad que tienen las masas. Ellas no tienen ninguna otra oportunidad. Mobile Shaw tenía razón: colectivamente somos la única esperanza que tienen las masas de personas. Por supuesto, hay otros comunistas por todo el mundo. Pero colectivamente somos la única esperanza que tienen las masas de personas y la única esperanza que tiene el mundo — una esperanza de que toda esta locura, destrucción y sacrificio que de todos modos se avecinan vaya a llevar a algo mucho mejor. No debemos rehuir a esa responsabilidad. Tampoco debemos olvidar, en todo lo que hacemos, que ese es nuestro papel. Aun cuando nada más estamos tomando café y platicando con alguien —y en general siguiendo nuestro camino para resolver muchas otras cosas que no abarquen una revolución—, nunca debemos olvidar que esa es la meta de todo lo que hacemos. Tenemos que tener siempre los brazos muy abiertos y esa visión panorámica; y, como he dicho antes, tenemos que estar dispuestos a ir al borde de “ser descuartizados”, sin permitir que eso de hecho pase, para poder hacer avanzar todo esto.
Tenemos dos cosas a nuestro favor, contra todas las cosas muy grandes que tenemos que confrontar, las cosas gigantescas y trascendentales a las que tenemos que hacer frente, las cosas muy imponentes. Uno es nuestro punto de vista y método materialista dialéctico, nuestro enfoque científica de la realidad. Y el otro es la realidad misma y su movimiento y desarrollo, que ese punto de vista y metodología reflejan y abarcan.
Esta es una analogía que me ha servido: la realidad es como el fuego, como un objeto que arde, y si quieres levantar ese objeto y moverlo, necesitas un instrumento con que hacerlo. Si tratas de hacerlo con las manos sin protección, el resultado no será bueno. Esa es otra manera de ver el papel de la teoría con relación al mundo mayor que hay que cambiar, con relación a la práctica y en particular a la práctica revolucionaria, para cambiar el mundo.
—Lo BAsico 4:21
La teoría y la línea (política e ideológica) son abstracciones de la realidad que, cuanto más correctas que sean, tanto más podrán guiarnos para cambiar el mundo de acuerdo con su verdadera naturaleza y su verdadero movimiento. Si se va a tomar la teoría y la línea como instrumentos para cambiar el mundo, hay que asumirlas y bregar con ellas por derecho propio — como una abstracción de la realidad de donde provienen y de la cual son una concentración— y, claro, como recalcó Marx y como nosotros tenemos que recalcar, la cual, para cambiar el mundo, hay que retomar de nuevo. Pero si se descarta el paso de bregar con la teoría, como abstracción, se descarrilará y se terminará mal.
A propósito, todo el mundo puede entender las abstracciones, no solo un puñado de personas. La teoría revolucionaria, la teoría comunista, tiene que presentarse de modo comprensible a las masas populares. Pero las masas hacen abstracciones todo el tiempo, aunque con distintas concepciones del mundo. Yo nunca he conocido a una persona de las masas básicas o de otras capas sociales que no tenga toda clase de teorías sobre muchos temas (la mayoría tomadas de la burguesía y en esencia como reflejo de su punto de vista), aunque algunas sólo lo hacen indirectamente y parecen ser, y en cierto sentido son, ideas y teorías que “inventaron” por su cuenta, y reflejan más o menos inconscientemente el punto de vista burgués en la sociedad. Naturalmente, para hacer abstracciones teóricas que reflejan el movimiento y desarrollo de la realidad más acertada, profunda y plenamente, se requiere la concepción del mundo y la metodología comunista, y cada día más aprender a aplicarlas de una manera consecuente y sistemática. Como Lenin recalcó (en ¿Qué hacer? y otras obras), este punto de vista y metodología comunista no “se prenderá” de por sí en las masas de manera espontánea; es algo que se les tiene que llevar desde afuera de su experiencia directa e inmediata. Pero aún es cierto que todo el mundo hace abstracciones teóricas de una u otra forma —todos son capaces de hacer eso— y, fundamentalmente, es cuestión de cómo lo hacen y con qué concepción del mundo y metodología.
—Lo BAsico 4:22
La vida de los estadounidenses no es más importante que la de la gente de otros países.
—Lo BAsico 5:7
Esto me lleva a una formulación que me encanta porque capta gran parte de la esencia de la situación. Poco después del 11 de septiembre de 2001, alguien dijo o escribió que vivir en Estados Unidos es como vivir en la casa de Tony Soprano. Uno sabe o intuye que todas las cosas que ha conseguido tienen que ver con lo que hace el señor de la casa en el mundo. Pero no quiere examinar la situación a fondo porque eso podría trastornarlo todo — tanto lo que tiene, todas sus cosas, como lo que da por sentado en la vida.
—Lo BAsico 5:10
Hay un punto donde la epistemología y la moral se encuentran. Hay un punto donde uno tiene que decir: No es aceptable no querer mirar algo, o no creerlo, porque incomoda. Y: no es aceptable creer algo porque tranquiliza.
—Lo BAsico 5:11
“Nunca subestimar la gran importancia de la ideología”.
Tenemos un ejemplo muy negativo en los fundamentalistas islámicos, en que su manera de hacer lo que hacen tiene un componente ideológico muy potente.
¿Cómo responde la gente a la situación en que se encuentra? Ante esa situación, ¿qué camino toma y a qué responde? No está escrito de antemano. No hay una sola manera de responder, automáticamente y sin importar las influencias. Hasta el nivel de sacrificio a que uno está dispuesto a llegar depende de la orientación ideológica en una medida muy grande.
—Lo BAsico 5:15
De Bob Avakian — Líder revolucionario, autor del Nuevo Comunismo:
ESTE ES UN MOMENTO POCO COMÚN
EN QUE LA REVOLUCIÓN SE VUELVE POSIBLE —
POR QUÉ ES ASÍ, Y CÓMO APROVECHAR ESTA OPORTUNIDAD POCO COMÚN