Necesitamos un mundo completamente diferente
Cómo la revolución lidiaría con las epidemias
| revcom.us
Después de más de un año y medio de la pandemia de COVID-19, de hecho las cosas se están volviendo peores en todo el mundo. Todo ello, a pesar del heroico trabajo de los científicos al producir una vacuna, a pesar del conocimiento de cómo prevenir la transmisión del virus, a pesar de la tremenda creatividad de las personas cuando se desencadenen en torno a una causa común.
En Estados Unidos, más de 600.000 personas han muerto, y hay otro aumento de casos y muertes con una nueva variante del coronavirus, a medida que los hospitales se llenan una vez más en alguna parte del país. En este momento, decenas de miles de personas por todo Estados Unidos están hospitalizados y cientos mueren a diario. Casi todos estos casos actuales de COVID-19 se encuentran en personas que no han sido vacunadas — mientras los fascistas republicanos propagan mentiras peligrosas contra las vacunas y movilizan a la gente contra el uso de máscaras que salvan vidas, lo que han engañado y confundido a millones de personas. Y mientras el gobierno afirma que la economía ha “vuelto”, millones de personas ahora enfrentan desalojos y hambre inminentes.
La pandemia sigue asolando a miles de millones de personas más, en todo el mundo. El acceso extremadamente desigual a las vacunas que salvan vidas ha hecho que la división entre los países imperialistas ricos y las naciones pobres oprimidas sea aún más aguda y mortal. Menos de dos de cada 100 personas en África han sido vacunadas; en Asia, menos de 10 de cada 100; en Estados Unidos, más de uno de cada dos se vacunó. En Indonesia, tan sólo el 27 de julio, más de 2.000 personas murieron por COVID-19. Los pacientes desesperadamente enfermos no tienen oxígeno ni siquiera camas de hospital, y ni siquiera hay cupo para enterrar a los que han muerto a causa de la enfermedad.
Los gobernantes del mundo, y de Estados Unidos, luchan entre sí, sin respuestas reales — mientras las masas sufren horriblemente.
La pandemia habría cobrado vidas —hasta muchas vidas— en cualquier sistema social. Pero este sistema capitalista-imperialista es responsable de muchas muertes innecesarias.
¡Sin embargo, no tiene por qué ser así! En un sistema diferente —un sistema socialista en el camino hacia el comunismo— sería posible lidiar con esta situación de una manera completamente diferente. El poder estatal y el sistema económico estarían orientados a superar las cadenas y cicatrices de la sociedad capitalista: las salvajes desigualdades y las relaciones opresivas y formas de pensar... para satisfacer las necesidades de la gente de una manera que el capitalismo nunca tendría posibilidades de hacer... y activar la iniciativa consciente de la gente para hacer todo eso.
Nos estamos organizando ahora para una revolución real para deshacernos de este sistema — y estamos luchando por un tipo completamente nuevo de poder estatal — la Nueva República Socialista en América del Norte.
Lo siguiente es una parte de lo que SEMEJANTE sociedad socialista haría:
Uno. El poder revolucionario se prepararía para desastres como este, y no dejaría la sociedad indefensa.
La Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de Bob Avakian, dice lo siguiente:
Se harán investigaciones y otro trabajo para anticipar en la mayor medida que sea posible, y para prevenir en el mayor grado posible, los brotes de enfermedades y epidemias, y detectar y tratar tales brotes y epidemias tan rápida y eficazmente como sea posible en los casos en que no sea posible prevenirlos.
Simplemente comparen eso con lo que hizo el sistema actual. El gobierno supo desde hace años que un virus como este podía atacar fácilmente. Incluso realizó estudios que indicaron lo que necesitarían: camas de hospital adicionales para emergencias... la preparación de reservas de equipo protector como máscaras y máquinas de emergencia como respiradores mecánicos... planes anticipados de cómo ayudar a las personas en una emergencia sin que millones pasen hambre o algo peor. Pero se hizo muy poco de eso.
¿Por qué? Porque el sistema bajo el que vivimos —el capitalismo-imperialismo— NO está organizado con una orientación para satisfacer las necesidades de la gente. Este sistema se basa en una competencia a muerte entre quienes poseen los medios para crear riqueza, quienes deben crear cada vez más riqueza o hundirse. Así que lo que es rentable determina en última instancia lo que se hace y lo que no se hace. La planificación para emergencias, el almacenamiento de suministros críticos y la producción de vacunas que pueden ser necesarias en el futuro no son tan “rentables” a corto plazo y se recortaron cada vez más antes de que azotara el COVID.
Dos. El nuevo estado socialista sacaría lecciones del conocimiento de los científicos y la gente común de todo el mundo para vencer la epidemia. Para citar otra vez la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte:
En concordancia con un enfoque científico así como una orientación internacionalista, se compartirán tan completamente como sea posible la investigación y el desarrollo y los avances prácticos en el campo de la medicina con las personas en este campo (y otros campos relacionados) en otras partes del mundo y se promoverá y se llevará a cabo la cooperación en la detección, el combate y la prevención de brotes de enfermedades y epidemias….
Pero veamos la manera en que funciona este sistema bajo el que nos encontramos hoy: mientras los científicos han tratado de cooperar a través de las fronteras y sin tener en cuenta las ganancias privadas, las grandes empresas farmacéuticas controlan los derechos para producir los medicamentos y utilizarlos con fines de lucro. Quién puede comprarlos determina a dónde van. Así que las potencias imperialistas ricas se abastecen de vacunas más que suficientes para sus propias poblaciones... y dan el mínimo indispensable para los miles de millones de personas en las zonas pobres y oprimidas del mundo.
Tres: Las masas de personas no solo serán informadas verazmente de toda la situación, su inteligencia, creatividad y espíritu de autosacrificio se pondrán en práctica. Una vez más de la futura Constitución:
En el tratamiento de enfermedades y en otros aspectos de la medicina, se tomará en cuenta y se aprovechará plenamente las susceptibilidades así como las experiencias y los conocimientos de los pacientes y del pueblo en general como un requerimiento básico y un recurso básico en la práctica de la medicina y en el desarrollo y aplicación de la ciencia médica.
Como parte de eso, las personas recibirán capacitación en el método científico como parte fundamental de su educación. La Constitución establece que:
El sistema educativo en la Nueva República Socialista en América del Norte habrá de capacitar a las personas en buscar la verdad dondequiera que ésta conduzca, con un espíritu de pensamiento crítico y curiosidad científica y de esta manera aprender continuamente acerca del mundo y estar mejor capacitadas para contribuir a cambiarlo en conformidad con los intereses fundamentales de la humanidad….
Las teorías científicas y de otro tipo que han reunido estos criterios y han sido claramente confirmadas y validadas por medio del método científico (tal como la evolución, que es uno de los hechos más sólidamente confirmados y bien establecidos en toda la ciencia) se presentarán por lo que son: un entendimiento acertado y válido de la realidad; y estas teorías servirán de fundamento desde el cual avanzar para conocer más acerca del mundo y para cambiarlo, mientras que al mismo tiempo se alentará y se apoyará la aplicación continua del método científico a fin de seguir aprendiendo más acerca de la dinámica de los procesos tales como la evolución y el mundo material natural en general.
Compare eso con el sistema en el que vivimos ahora, que mantiene a la mayoría de la gente en la ignorancia acerca de la ciencia y en la pasividad e innecesarios temores durante una crisis como la actual, vulnerable a todo tipo de teorías de conspiración. Piense en lo que se podría hacer si el sistema educativo —incluido el aprendizaje permanente— preparara personas con un conocimiento real y las herramientas para aprender más y contribuir al proceso ... piense en lo que se podría hacer si todo tipo de personas con todo tipo de conocimientos trabajaran en colectivo en torno a los problemas: cómo producir las vacunas y distribuirlas, cómo educar a la gente y todas las demás cosas que este sistema no hace ni puede hacer.
Por último, pero no menos importante: debido a que la producción social estaría orientada a satisfacer las necesidades de la gente, y no a favor de las ganancias de tal o cual capitalista, las necesidades podrían almacenarse con anticipación y sería posible compartirlas de manera equitativa cuando OCURRA un desastre como este. Compare eso con este sistema, cuando millones de personas no tienen dinero para el alquiler, ni siquiera para comer, y se quedarán sin hogar o con hambre. Y la Nueva República Socialista en América del Norte no acaparará todo eso de manera egoísta, sino que trabajará incansablemente para ayudar a la gente del mundo.
El mundo visualizado en esta Constitución es posible. Pero para hacer realidad ese mundo, necesitamos una revolución real. Contamos con la dirección de semejante revolución, en Bob Avakian, BA. Tenemos la estrategia que él ha desarrollado, la cual, por medio de lucha dura, puede llevarnos allá. Y ahora nos encontramos en un momento especial y poco común, uno en el que una revolución podría ser realmente posible. Como dicen los revcom:
Somos seguidores de BA. Y tú también tienes que convertirte en seguidor de BA. Nunca ha existido un líder así en Estados Unidos y no existe ningún otro líder parecido en el mundo ahora. No podemos darnos el lujo de no seguir a esta dirección si alguna vez quisiéramos lograr liberarnos y poner fin a esta locura. [De los Revcom (revcom.us): Una Declaración, un Llamamiento a que se organice ahora para una revolución real]
Piense en el mundo que podría ser posible por medio de una revolución y piense en el futuro que enfrentamos ahora sin una revolución. Ahora, éntrele a esta revolución.