El complot contra Mumia Abu-Jamal:

Nuevo testigo vincula la condena de Mumia
a escándalo de corrupción policial

Obrero Revolucionario #899, 23 de marzo, 1997

El 10 de marzo, los abogados del preso político revolucionario Mumia Abu-Jamal presentaron poderosas nuevas pruebas de que lo condenaron falsamente del homicidio del policía de Filadelfia Daniel Faulkner.

Durante el juicio de Mumia en 1982, Cynthia White fue la principal testigo de la fiscalía y el único testigo que dijo que vio a Mumia con una pistola en la mano en el lugar donde murió Faulkner.

Ahora, una nueva testigo ha dicho que la policía coaccionó a White para que diera falso testimonio. La nueva testigo es Pamela Jenkins, quien conocía muy bien a White, pues las dos eran prostitutas e informantes de la policía en el centro de Filadelfia en la época de la muerte de Faulkner. En una declaración jurada presentada a la Suprema Corte de Pensilvania, Jenkins declara que White le dijo que la policía la amenazó para que diera testimonio contra Mumia. Jenkins también declara que la policía trató de presionarla a ella para dar testimonio contra Mumia e identificarlo como el asesino, pero que no lo hizo.

Jenkins es la principal informante y testigo del gobierno en una investigación federal en Filadelfia, que hace poco llevó a la condena por corrupción de policías del distrito 39. (Véase el artículo acompañante.) Además, su testimonio vincula la conspiración contra Mumia a esa red de corrupción policial. Thomas Ryan, uno de los condenados en el escándalo del distrito 39, es el mismo policía que presionó a Jenkins a dar falso testimonio contra Mumia en 1982.

Leonard Weinglass, el principal abogado de Mumia, dijo: "Esta declaración añade otro elemento a nuestra premisa general de que la acusación contra Mumia fue fruto de intimidación y amenazas a los testigos, y de mala conducta de la policía".

La conspiración contra Mumia

Cuando las autoridades acusaron a Mumia de matar a Faulkner en diciembre de 1981, ya lo conocían muy bien. Cayó en las miras de la notoria operación COINTELPRO del FBI cuando se afilió al Partido Pantera Negra a la edad de 15 años. Más tarde, era conocido en Filadelfia por ser periodista radical y por denunciar la brutalidad policial y demás injusticias. Apoyó a la organización MOVE, que estaba bajo sitio constante de la policía.

El juicio de 1982, presidido por el juez Albert Sabo, fue una farsa. Sabo confabuló con la fiscalía, que le negó a la defensa información sobre pruebas y testigos importantes. Sabo echó a Mumia del juzgado durante la mayor parte del juicio y escogió a un abogado para defenderlo contra su voluntad. No le dio a la defensa los fondos necesarios para contratar investigadores ni expertos en balística. Como resultado, en julio de 1982 lo condenaron y lo sentenciaron a muerte.

La Suprema Corte de Pensilvania rechazó su apelación y la Suprema Corte federal decidió no verla. En el verano de 1995, el gobernador Tom Ridge firmó una orden de ejecución al enterarse de que Mumia estaba a punto de entablar una apelación post condena (PCRA) y una petición de un nuevo juicio. Sabo presidió la audiencia PCRA también y rechazó la petición de un nuevo juicio.

En la primavera de 1996, los abogados de Mumia localizaron a Veronica Jones, uno de los principales testigos de la fiscalía en el juicio de 1982. Originalmente Jones le dijo a la policía que vio a dos hombres huir corriendo del lugar donde murió Faulkner. Pero en el juicio cambió su versión de los hechos y dijo que no vio huir a nadie. En una audiencia PCRA en octubre de 1996, Jones dijo que cambió su versión de los hechos porque unos detectives amenazaron con meterla a la cárcel muchos años. La fiscalía mandó arrestar a Jones en el banquillo, inmediatamente después de dar su testimonio, por una orden de arresto pendiente desde hace mucho tiempo. Sabo, quien presidió esa audiencia también, amenazó con meterla a la cárcel por perjurio y decidió no sentar su testimonio en el acta.

Los abogados de Mumia han apelado todas esas decisiones y actualmente la Suprema Corte de Pensilvania está considerando su apelación.

La historia de Pamela Jenkins

El 10 de marzo, los abogados presentaron un nuevo memorial a la Suprema Corte de Pensilvania relacionado con la declaración de Jenkins. Weinglass, la abogada Rachel Wolkenstein, Jenkins y Veronica Jones hablaron en una rueda de prensa en Filadelfia.

Weinglass dijo: "Como ahora Pamela Jenkins nos ha dado información crucial sobre lo que motivó a Cynthia White a dar testimonio contra Mumia (información que le negaron a la defensa en violación de una orden de la Suprema Corte federal de que la entregaran), pedimos que vuelvan a considerar el caso y que la Suprema Corte de Pensilvania lo devuelva al tribunal de Filadelfia para que se presente su testimonio. Pensamos que el testimonio de Pamela Jenkins, junto con el de Veronica Jones acerca de la intimidación policial y el de William Singletary, exige un nuevo juicio sin audiencias adicionales e incluso, de acuerdo a la doctrina de la Suprema Corte de Pensilvania, requiere que retiren todas las acusaciones contra Mumia". (En la audiencia PCRA de 1995, Singletary dijo que la policía lo amenazó para que cambiara su testimonio de que vio a otro hombre matar a Faulkner.)

Cuando era adolescente, a Pamela Jenkins la arrestó Thomas Ryan, un agente encargado de localizar a niños ausentes de la escuela. Más tarde, Ryan pasó a ser policía de Filadelfia, inició una relación con Jenkins y la reclutó como informante. Cuando murió Faulkner, Jenkins era prostituta y trabajaba en el centro de la ciudad junto con Cynthia White.

En la rueda de prensa, Jenkins contó cómo la policía la presionó para dar testimonio contra Mumia: "Tenía 16 años. Me llevaron a la delegación y me hicieron preguntas acerca del caso... Desde hace 16 años o más he sido informante de Tom Ryan. Tom Ryan me llevó a una reunión con Richard Ryan y me preguntaron qué sabía sobre el caso de Jamal. Me presionaron para que dijera que vi a Jamal con una pistola. No quería decirlo así que siguieron presionándome. Me pagaron $150 para localizar a Cynthia White".

En su declaración jurada, Jenkins dice: "Sabía que Cynthia White trabajaba de prostituta en el centro, específicamente en la esquina de la Locust con la 13, durante 1980 y 1981; era prostituta e informante policial y se acostaba con varios agentes de ese distrito.... En ese mismo tiempo, Cynthia White me dijo que tenía miedo de la policía y que esta la estaba presionando para que dijera algo acerca del incidente. Lucky [Cynthia White] también me dijo que un policía amenazó con matarla por algo relacionado con el caso de Jamal".

El nuevo memorial dice: "La descripción que da Jenkins de la intimidación de prostitutas concuerda con el patrón de actividades de la policía y las prostitutas en el centro de Filadelfia en esa época.... En 1981, el FBI inició una investigación clandestina del control policial de las prostitutas en el centro, donde ocurrió el balaceo. Desenmascaró una profunda relación simbiótica en la que los policías del distrito recibían dinero para `protección', y manipulaban a las prostitutas y los alcahuetes para que dieran testimonio falsificado a favor de la fiscalía. A la larga, la investigación llevó a la condena de más de 20 policías de Filadelfia por varios delitos, entre ellos exacción de alcahuetes y prostitutas. Como parte del escándalo del distrito 39, se han descubierto patrones de corrupción parecidos en otros lugares".

El papel de Cynthia White

En la rueda de prensa, Weinglass explicó la importancia del testimonio de Jenkins sobre Cynthia White, la principal testigo de la fiscalía: "Como ya mencioné, [Cynthia White] fue el único testigo que dijo que Mumia tenía una pistola la noche del balaceo. Ningún otro testigo presencial vio una pistola en su mano. Además, es peculiar que todos los testigos de la fiscalía dijeron que no vieron a Cynthia White en el lugar de los hechos. De hecho, dos testigos de la defensa dijeron que ella estaba bastante lejos del lugar del incidente cuando ocurrió y que no hubiera podido ver los acontecimientos que dijo que vio.

"Solo hay que examinar su testimonio en el juicio para darse cuenta de que es falso y producto de coacción. Primero, dijo bajo juramento que Mumia desenfundó una pistola con la mano izquierda. Tres días después, también bajo juramento, dijo que la desenfundó con la mano derecha. Cinco meses más tarde, en el juicio, dijo que no recordaba en qué mano estaba. Todo su testimonio indica que la coaccionaron y la intimidaron. Y hoy, se ha presentado una testigo (Pamela Jenkins) que ha explicado por qué Cynthia White dio falso testimonio contra Mumia".

El papel de la policía

La declaración de Jenkins presenta nueva información sobre el papel de la policía en la conspiración contra Mumia. De acuerdo a Jenkins, Thomas Ryan le dijo que entre los policías presentes en en lugar donde murió Faulkner esa noche figuran Richard Ryan, uno conocido como "Boston" y otro conocido como "Sarge". La abogada Wolkenstein dijo que "Sarge" podría ser Louis Maier, uno de los condenados en el escándalo del distrito 39. Es la primera vez que los abogados de Mumia han oído de esos policías. No los mencionan los documentos que la fiscalía entregó a la defensa, los informes policiales ni ningún otro documento.

Weinglass dijo que los investigadores de la defensa llevan mucho tiempo tratando de localizar a Cynthia White. Sospechan que está en los alrededores de Filadelfia y que la policía la tiene escondida. Hay claras pruebas de que es así. Después de dar su testimonio falso en el juicio de Mumia, White siguió trabajando de prostituta con la protección de la policía. La arrestaron muchas veces, pero cada vez retiraron las acusaciones.

En 1987, la acusaron de robo. Un juez estaba a punto de negarle fianza cuando un detective le pidió que la soltara porque era testigo en "un caso muy importante". La soltaron; nunca se presentó a su juicio y desapareció. La policía no puso su nombre en la "lista NCIC", una lista nacional de personas con acusaciones pendientes.

Weinglass dijo: "No se trata de un caso común y corriente. Es un caso especial y la policía está resuelta a garantizar que Mumia siga condenado y que lo ejecuten. Así que es una situación muy difícil. En las últimas cuatro semanas un equipo de investigadores ha estado tratando de superar a la policía de Filadelfia en su propio juego, lo que no es nada fácil. Afortunadamente, Pamela Jenkins está aquí, dispuesta a correr el riesgo, un riesgo muy serio, por decir la verdad. Muy poca gente está dispuesta a hacer esto. Veronica lo ha hecho. Ahora Pamela lo ha hecho. Cynthia sigue siendo difícil de localizar; estamos cerquita pero una fuerza muy resuelta nos está bloqueando el paso".

Con valentía, Veronica Jones está defendiendo a Mumia a pesar de las claras amenazas de la policía y las autoridades. Participó en un programa de ¡Rehusar & Resistir! el 9 de marzo en Nueva York. Al día siguiente, en la rueda de prensa en Filadelfia, Jones le pidió a Cynthia White que se presentara. Dijo con emoción: "Lucky, sabemos que estás por aquí.... Podemos resolver este caso si tú te presentas. Todos hemos perdido mucho por decir la verdad. He perdido un ser muy querido, pero las personas más importantes todavía están conmigo.... Haznos este favor. No es tanto. Entonces quizás puedas dejar atrás el pasado, como nosotros lo estamos haciendo".

*****

La nueva información que ha salido en el caso de Mumia presenta claras pruebas de que lo condenaron falsamente; es una historia de una profunda injusticia. Las nuevas pruebas de que existen vínculos entre el caso de Mumia y los escándalos de corrupción policial en Filadelfia muestran que es mucho más que la historia de un solo hombre. Su vida es una concentración del tratamiento rutinario de los negros a manos de la policía, los tribunales, las cárceles, los medios de comunicación... en realidad, a manos de todo el sistema.

Además, muestra cómo el gobierno trata a la oposición política, especialmente a los revolucionarios que logran conectarse con los del fondo de la sociedad. Se está fomentando un clima que pide más cárceles, más castigos y más ejecuciones. Para todos los que quieran derrotar estas medidas fascistas, la lucha en defensa de Mumia es un frente de batalla clave.

LAS NUEVAS PRUEBAS
TIENEN QUE OIRSE.
¡MUMIA TIENE QUE TENER
UN NUEVO JUICIO!


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