Bob Avakian
Obrero Revolucionario #906, 11 de mayo, 1997
Este es el quinto artículo de una nueva serie de comentarios de Bob Avakian sobre algunos aspectos de la economía imperialista y su efecto en el estado de ánimo de las masas.
Volviendo al tema general de la situación objetiva y su relación con nuestro trabajo, un marco de referencia importante para calibrar el desarrollo de la situación objetiva, y en particular el acercamiento de una situación revolucionaria en un país imperialista como Estados Unidos, es lo que dice el artículo "Verdaderamente podríamos 1", (el primer artículo titulado "¿Verdaderamente podríamos ganar?"*) sobre "condiciones básicas, algunos elementos básicos que serían esenciales" para cualquier posible insurrección que tenga posibilidades de triunfar en un país así.
Primero, tiene que haber una crisis seria en la sociedad y en el gobierno. Es importante recalcar la segunda parte: una crisis en el gobierno y no solo en la sociedad en general. No tiene que ser necesariamente una crisis que paralice políticamente a la clase dominante y le impida gobernar. Pero sí tiene que haber intensas pugnas dentro de la clase dominante y en gran medida tiene que haber perdido la iniciativa política y, podríamos decir, la iniciativa moral; tiene que haber perdido en gran medida la autoridad política y moral.
Mejor dicho, una de las principales características de una crisis revolucionaria es que, a diferencia de los "tiempos normales", en un sentido fundamental y cualitativo, las masas populares (las masas proletarias y las amplias masas de otras capas) empiezan a cuestionar el derecho y la capacidad de gobernar de la clase dominante. Una de las manifestaciones clave de eso es el grado en que la crisis del gobierno se extienda al pilar central del poder estatal de la clase dominante: sus fuerzas armadas. No podemos atenernos a eso y, naturalmente, no toda la polarización que se dé en sus fuerzas armadas será favorable para nosotros. Es casi seguro que algunos sectores tomarán el camino de la reacción extrema, mientras que otros gravitarán hacia la posición revolucionaria. Pero, en un sentido general, cuanto más se manifieste esa crisis en las fuerzas armadas del enemigo (en descomposición de la moral, la unidad y la "cohesión"), tanto más favorables serán las condiciones para la revolución.
Además de una crisis seria en la sociedad y en el gobierno, también tiene que haber convulsiones y rebelión social, del proletariado y de otros sectores oprimidos, así como de sectores de la capa media, y tiene que haber un partido de vanguardia capaz de transformar la convulsión y rebelión social en una insurrección organizada, y de darle dirección; tiene que haber una fuerza dorsal compuesta de proletarios y otros oprimidos capacitados sistemáticamente con la línea del partido y que han trabajado bajo su dirección.
Como orientación y tarea generales, un partido de vanguardia en un país como Estados Unidos tiene que aplicar el principio de "acelerar y a la vez aguardar" los cambios en la situación objetiva a su trabajo preparatorio antes de que madure y estalle una situación revolucionaria. Eso quiere decir que tenemos que hacer todo lo posible para que surjan, para gestar, esas condiciones favorables para la revolución y la insurrección; o sea, en cualquier momento dado tenemos que operar según las condiciones objetivas, pero también hay que procurar al máximo afectarlas y transformarlas. Eso implica perseverar en la orientación y el trabajo de "acelerar y aguardar", pero también implica aprovechar al máximo todo giro repentino de la situación, todo sacudón social, toda "minicrisis" que estalle, aun antes de que madure una situación revolucionaria.
Volviendo al tema de la crisis del gobierno como elemento necesario de una situación revolucionaria y del acercamiento de las condiciones que harían posible librar una lucha definitiva por el poder, lo que Lenin recalca a continuación es de gran importancia: "los intereses de grupos burgueses en pugna" que "se desenmascaran" es "material indispensable" para desenmascarar su naturaleza y hacer ver a las masas que el sistema es inútil y que deben apoyar la revolución. (Lenin, Obras completas, Tomo 33, p. 237) Eso reitera que uno de los ingredientes clave de una situación revolucionaria es que cada vez más gente empiece a cuestionar no solo el derecho de la clase dominante a gobernar sino su capacidad de hacerlo. Esto se acelera cuanto más la clase dominante se enrede en pugnas y luchas intestinas.
En términos estratégicos esto es muy relevante, pero también podemos ver aspectos hoy en Estados Unidos. Piensen en estas palabras de Lenin con respecto a la situación actual, ya sea con respecto a campañas electorales u otros aspectos de la vida política y social de Estados Unidos: "los intereses de grupos burgueses en pugna" que "se desenmascaran" es "material indispensable" para desenmascarar su naturaleza y hacer ver a las masas que el sistema es inútil y que deben apoyar la revolución. Esto cobrará más importancia, de una forma concentrada y ampliada, al acercarse una crisis revolucionaria; aunque también es importante, y en particular cuando estallan "minicrisis", durante todo el período de preparación para una situación revolucionaria.
* "¿Verdaderamente podríamos ganar? Las posibilidades de una guerra revolucionaria", de Bob Avakian, salió en el No. 431 del OR, 16 de noviembre, 1987. También está en la colección "A raíz de la guerra del Golfo, más sobre ¿Verdaderamente podríamos ganar?", disponible en RCP Publications, P.O. Box 3486 Merchandise Mart, Chicago, IL 60654, o en las librerías o sucursales de Libros Revolución.
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