Lima, Perú, "No hay presos": Masacre ordenada por Washington

El Buró de Información del Movimiento Revolucionario Internacionalista


Obrero Revolucionario #909, 1º de junio, 1997

El Buró de Información del Movimiento Revolucionario Internacionalista nos envió esta declaración. La traducción es del Obrero Revolucionario:

Una vez más, el gobierno peruano de Fujimori se ha cebado con sangre; y esa sangre ha salpicado al gobierno de Estados Unidos y otros gobiernos que hicieron posible la masacre a sangre fría de todos los militantes del MRTA (Movimiento Revolucionario Túpac Amaru) que se apoderaron de la embajada.

Justo después de la toma de la residencia del embajador en diciembre, el gobierno despachó a Estados Unidos, ola tras ola, unidades especiales del ejército y la policía para entrenarse para una misión especial: la que acaban de cumplir con saña. ¨Puede alguien dudar que desde el primer momento este plan se concibió con la clara y expresa intención de no hacer presos?

Después, la oficina del presidente Clinton alabó a Fujimori por "cumplir con los intereses de su gobierno y su pueblo". ¨Hubiera dicho eso si esta bárbara masacre no le conviniera al imperialismo yanqui? Cuando le preguntaron a los voceros del gobierno estadounidense si desempeñaron algún papel en el asalto a la embajada, prácticamente guiñaron el ojo y solo dijeron que no tuvieron notificación "oficial". El propio Fujimori le dijo a la prensa que Vladimiro Montesinos, su mano derecha y conocido agente de la CIA, jugó un papel central. Aunque a la fecha se conocen pocos datos, la prensa ni siquiera se molesta en negar que fue una operación de Estados Unidos.

El propio Fujimori es una operación de Estados Unidos. En vísperas de asumir la presidencia en 1990, lo mandaron llamar a Washington para decirle que tenía que implementar un programa económico completamente diferente al que delineó durante la campaña presidencial. En 1992, cuando ordenó la ejecución a sangre fría de más de 50 líderes y militantes presos del Partido Comunista del Perú (PCP), Estados Unidos aumentó su ayuda económica y militar. El embajador estadounidense aplaudió discretamente cuando meses después, ante las rencillas intestinas de la clase dominante que estaban mermando la capacidad de combatir del gobierno, Fujimori envió tanques al parlamento para disolverlo y tomó todo el poder en sus manos. A Fujimori le gusta pavonearse y dárselas de "hombre fuerte", pero para lo único que sirve es para hacer el trabajo sucio de Estados Unidos.

La residencia del embajador japonés era una réplica de la mansión esclavista de la película Lo que el viento se llevó. Pero el blanco de los militantes del MRTA que la tomaron no era el sistema que esclaviza a Perú, manejado por capitalistas extranjeros, capitalistas criollos lacayos y tiranos feudales, a pesar de que sus rehenes eran destacados representantes de ese sistema. A cambio de su libertad, el MRTA exigía la libertad de sus militantes presos (unos 500 de los 4200 hombres y mujeres que el gobierno reconoce como presos políticos) y un "diálogo" para participar en un "proceso político" pacífico de tipo electoral.

A pesar de los deseos del MRTA, los reaccionarios no los trataron a ellos con la misma gentileza con que ellos trataron a los reaccionarios. Desde el momento en que se iniciaron las negociaciones, empezaron a excavar túneles y a elaborar planes para matar a todos y cada uno de los rebeldes en cuanto fuera posible. De los tres individuos que formaban la "Comisión de Garantes" de las negociaciones, el asistente del jefe de la Cruz Roja Internacional el Lima fue expulsado de Perú la víspera del asalto; el arzobispo de Ayacucho, que muchas veces ha bendecido a las fuerzas armadas del gobierno y su sagrada trinidad de violación, tortura y masacres, decidió, curiosamente, irse de vacaciones ese día; el embajador canadiense, según dice la prensa, pudo haber aprovechado su visita a la embajada poco antes del asalto para facilitarlo.

Los maoístas no nos oponemos a toda clase de negociaciones. Entrar o no en negociaciones en un momento dado es una consideración táctica, que se juzga según los intereses revolucionarios del pueblo. Pero, la estrategia de luchar para obligar al otro lado a negociar es ineludiblemente una trampa mortal. Como dijo Mao Tsetung, y como acaba de comprobarlo Fujimori, los imperialistas y sus secuaces jamás guardarán sus cuchillos y dejarán de ser genocidas. Y como también dijo Mao, y se ha comprobado una vez más, sin un ejército popular, nada tendrá el pueblo. La alianza reaccionaria de la clase dominante peruana y el imperialismo ha repetido la lección, a un terrible precio, de que el poder nace del fusil.

Desde 1980, el PCP (llamado Sendero Luminoso en la prensa), que participa en el Movimiento Revolucionario Internacionalista, viene dirigiendo a las masas populares, especialmente al campesinado pobre, en la construcción de bases de apoyo en el campo. Ahí, los más atropellados ahora detentan el poder político y empiezan a construir una sociedad completamente diferente. El plan es acumular fuerzas a lo largo de un período prolongado y cercar las ciudades desde el campo hasta que el pueblo armado constituya un ejército revolucionario con suficiente fuerza para conquistar el poder en todo Perú y transformarlo al servicio de la revolución mundial. Las bases de apoyo--el apoyo organizado y armado del pueblo--es el "secreto" que ha permitido al PCP resistir constantes ataques y difíciles situaciones. Sin las bases de apoyo y el Ejército Popular de Liberación, las FFAA reaccionarias, sin duda alguna, se desbocarían y ensañarían contra el pueblo, y destruirían al PCP. Esa guerra popular, que cuenta con mucho apoyo en todos los continentes, es hoy más claramente que nunca la única esperanza de las masas peruanas y una gran fuente de inspiración para los pueblos del mundo.

Hoy Fujimori y sus amos están borrachos de sangre, pero en la mañana, cuando se despierten, tendrán que encarar la realidad. Por todo el mundo se está repudiando este crimen y a los responsables, y sacando lecciones.

Buró de Información del
Movimiento Revolucionario Internacionalista
23 de abril de 1997


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