Mensaje Revolucionario para el 12 de octubre

Obrero Revolucionario #927, 12 de octubre, 1997

El 12 de octubre de 1997, se celebrará en Nueva York la Marcha de Todos los Inmigrantes, auspiciada por la Coordinadora 96 y el Centro de Trabajadores Latinos, de la plaza Columbus Circle a la ONU, para protestar contra la racha de leyes que atacan a los inmigrantes. Su manifiesto dice: "Estas leyes xenófobas dan un sello de aprobación oficial a la creciente violencia contra nuestra comunidad. En otras partes del mundo, nuestros hermanos y hermanas padecen medidas semejantes. En solidaridad con los inmigrantes de todo el mundo, nos comprometemos a reclamar nuestros derechos humanos por todas partes. Con nuestra demanda de "¡Amnistía general ya!" exigimos: alto a la brutalidad policial; que se respeten nuestros derechos humanos y laborales; amnistía para todos los indocumentados; ciudadanía sin burocracia; buena educación para nuestros hijos; y que aumenten el salario mínimo.

El OR saluda a todos los del 12 de octubre. El sistema está librando una guerra contra el pueblo y es urgente que redoblemos nuestra lucha ante las terribles injusticias que sufren los latinos y los inmigrantes.

El pueblo exige justicia y dignidad. Dos cosas que el sistema no es capaz de darnos.

En vez, sus desalmadas y chovinistas leyes criminalizan a los inmigrantes. Los policías invaden nuestras comunidades y maltratan a nuestra gente. Con el pretexto de la "guerra contra la droga" hostigan y meten a la cárcel a miles de personas, mientras la CIA inunda nuestros barrios de drogas. Millones no tienen trabajo digno, servicios de salud ni educación adecuada. Sin embargo, sobran las cárceles. La frontera es una zona de guerra. A los inmigrantes legales les niegan welfare y estampillas de comida. Hay una racha de nuevas leyes que amenazan la condición migratoria de millones de personas. Se insulta la verdadera historia y cultura de los chicanos, puertorriqueños, dominicanos, mexicanos, centroamericanos y demás latinos. Hasta se atreven a prohibirles que se expresen en su propio idioma.

Así las cosas, el sistema le echa la culpa al pueblo.

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Por todo el planeta la gente está viviendo en un infierno por la manera en que el sistema imperialista maneja la sociedad. Pueden decir cuantas veces les dé la gana que "este es el mejor de los mundos", pero la verdad es que los pueblos del mundo jamás serán verdaderamente libres mientras vivan la pesadilla del "mercado libre".

...Una haitiana huye de un gobierno militar creado por Estados Unidos.

...Un campesino mexicano, expulsado de su milpa por el TLC/NAFTA, se viene al Norte a buscar trabajo.

...Un salvadoreño huye de escuadrones de la muerte formados por Estados Unidos.

...Un trabajador chino va a dar en un campo de detención de la Migra porque el capitalismo ha arruinado la otrora economía revolucionaria de la China maoísta.

Estados Unidos es un país opresor que domina a países pobres de todo el mundo. Por eso, por el funcionamiento salvaje del imperialismo, muchos se ven obligados a venir a trabajar acá. Pero una vez aquí, el gobierno persigue y deporta a los que no tienen papeles. Como dijo la activista del movimiento de santuario Stacy Merkt, lo que hace Estados Unidos es "quemar una casa y luego cazar a los que se escapan".

No es un crimen cruzar la frontera para dar de comer a la familia; es un crimen desencadenar a los sabuesos de la Migra y militarizar la frontera para perseguir y maltratar a los inmigrantes.

Un país opresor como Estados Unidos no tiene el derecho de "controlar" sus fronteras, y toda razón que tengan los inmigrantes para cruzarla es justa.

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Hace más de 500 años, con la invasión de Cristóbal Colón, empezó el exterminio de los pueblos indígenas de las Américas. La historia de este país está escrita con la sangre de genocidios, pogromos racistas y sufrimiento de las amplias masas. Hoy, los imperialistas quieren hacer más lucrativo su sistema y todas sus "soluciones" están causando más sufrimiento por todo el mundo.

Ante semejante situación, muchos inmigrantes procuran hacerse ciudadanos con la esperanza de que así obtendrán algunos derechos. Sin embargo, les ponen más obstáculos, como el "English only" en los exámenes de ciudadanía. El Partido Republicano quiere efectuar cambios sin precedentes a la Constitución para negarle la ciudadanía a personas nacidas aquí de padres "ilegales". Tenemos que oponernos a todas esas barreras contra los inmigrantes, pero también tenemos que darnos cuenta de que la ciudadanía no puede parar esta guerra contra el pueblo.

El gobierno miente para que la gente pelee entre sí. A la clase media le dicen que los inmigrantes, así como los sin techo, las madres solteras y los chavos negros, son los que les están arruinando la vida. A los pobres nacidos aquí les dicen que los inmigrantes "les quitan el trabajo". Dicen que los que reciben welfare son parásitos.

Pero, ¿quién da de comer a quién? La respuesta desenmascara otra hipocresía amerikkkana.

Nosotros trabajamos en la cosecha, en la costura, lavamos platos, limpiamos oficinas, manejamos camiones, cuidamos niños, hacemos partes para computadoras, trabajamos de albañiles, etc. ¡Y los parásitos que se enriquecen de nuestra mano de obra nos pintan como diablos y criminales, y nos echan la culpa por todos los problemas!

Nosotros hacemos todo el trabajo, ¿por qué entonces no podemos manejar la sociedad? El pueblo necesita soluciones revolucionarias. Tenemos que tumbar este sistema y arrebatarle a la clase dominante monopolista capitalista el volante de la sociedad, para que la gente común y corriente maneje la sociedad en común y por el bien de todos.

Muchos sueñan con ese día, con la oportunidad de poner las cosas al derecho y construir una sociedad libre de desigualdades e injusticias.

Un mundo en el que los latinos, los negros y otros oprimidos tengan derechos iguales y sean tratados como seres humanos. Un mundo en el que exista igualdad de idiomas. Un mundo en el que las "mujeres sostengan la mitad del cielo". Un mundo en el que la cultura de los oprimidos sea apreciada y enseñada en las escuelas. Un mundo en el que la juventud pueda caminar con orgullo sabiendo que tiene un futuro. Un mundo sin fronteras.

Ese sueño puede ser una realidad. Pero solo se puede alcanzar con una poderosa lucha contra el sistema. Esa es la única manera de que el pueblo consiga el Poder y haga cambios, y no tratando de convencer a los capitalistas chupasangres de que dejen de ser lo que son. Como dijo Mao Tsetung: "El pueblo, y solo el pueblo, es la fuerza motriz que hace la historia mundial".

Muchos dicen que no es posible hacer una revolución en un país como este. Ven que muchos de la clase media se tragan las mentiras del gobierno y apoyan los ataques contra los pobres, que sectores de la población son requeterracistas y tienen ideas retrógradas. Los inmigrantes de países pobres ven cómo vive la gente aquí y concluyen: "Muchos viven la buena vida, esa gente nunca se rebelará".

Pero el PCR tiene una estrategia para unir a todos los que se pueda unir para derrotar al enemigo. Sabemos que en un país como Estados Unidos las posibilidades para que se dé una lucha revolucionaria dependen de que el sistema esté en una profunda crisis. Por eso tenemos que construir un movimiento revolucionario, un poderoso frente único bajo la dirección del proletariado, de los que no tienen nada que perder más que sus cadenas.

El imperio yanqui es un gigante con pies de barro. Con la lucha es posible cambiar el equilibrio de fuerzas para que sea más favorable para el pueblo y, en última instancia, para la revolución.

Necesitamos un poderoso movimiento de resistencia capaz de encarar todos los ataques contra el pueblo. Tenemos que transformar nuestras escuelas, sitios de trabajo y comunidades en plazafuertes de resistencia revolucionaria. Tenemos que organizar soluciones colectivas para los problemas que enfrentamos y no hacernos la falsa ilusión de que este sistema mentiroso va a hacer algo bueno por el pueblo.

En los últimos años, se han abierto nuevos frentes de lucha contra el sistema: la lucha en California contra la 187, la lucha contra los ataques a los programas de acción afirmativa, la lucha para defender la vida de Mumia Abu-Jamal y la lucha contra la brutalidad policial. Pero ahora tenemos que esforzarnos por elevar el nivel de nuestra resistencia, para que sea más amplia, más resuelta y más diversa.

Tenemos que unir nuestras luchas comunes y dirigirlas contra el enemigo común. Que la lucha en un frente estimule a la lucha en todos los frentes.


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