25 aniversario

La ocupación armada de Wounded Knee de 1973

Obrero Revolucionario #956, 10 de mayo, 1998

El 27 de febrero de 1998, centenares de personas de todo el hemisferio fueron a la reserva Pine Ridge, en Dakota del Sur, para conmemorar, celebrar y discutir el 25 aniversario de la ocupación de Wounded Knee.

Un participante nos dijo: "En 1973 la posibilidad de cambio se vislumbraba y respondimos como se debe. Tales momentos pueden ocurrir en cualquier instante. Espero vivir más momentos de esos en el futuro".

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"Defenderé a mis hermanos y hermanas. Diré la verdad y por qué fuimos a Wounded Knee. Lucharé por mi pueblo. Viviré por ellos, y si para detener las atrocidades que sufren los indígenas de la reserva Pine Ridge tengo que entregar mi vida, estoy listo para morir por ellos".

Pedro Bissonette, durante los juicios de los acusados de Wounded Knee,
27 de junio, 1973. Pedro fue asesinado tres meses
después por la policía en un retén de Pine Ridge.

Hace 25 años, en la primavera de 1973, cientos de indígenas y seguidores se reunieron en el pueblo de Wounded Knee en la reserva Pine Ridge del estado de Dakota del Sur. ¿Su meta? Hacer una poderosa declaración contra los asesinos ataques de la policía y los agentes federales, y exigir que el gobierno respetara los tratados que daban a los indígenas tierras y autonomía.

Al día siguiente de su llegada, los rodearon 300 guaruras del FBI, el Buró de Asuntos Indígenas (BIA), mariscales federales, el Departamento de Justicia y la policía estatal y local.

Los indígenas montaron una defensa armada. El cerco duró 71 días.

La heroicidad y militancia de los luchadores de Wounded Knee resonó por todo el mundo y prendió un poderoso movimiento de apoyo a la lucha de los pueblos indígenas.

Guerras, tratados violados y la masacre
de Wounded Knee

Los lakota (también llamados siux) llevaban muchos años cazando en las praderas norteamericanas antes de la invasión de los europeo-americanos. Los lakota, y sus aliados los arapaho y los cheyenne, lucharon contra los invasores. Comandados por el cacique Red Cloud, derrotaron a la caballería en 1868 en la guerra de Boseman Trail. El gobierno se vio obligado a firmar el tratado de Fort Laramie. Este decía que las tierras que rodean los Black Hills (los Cerros Negros, lugar sagrado de los lakota), que abarcan el este de Montana, Wyoming y el oeste de Dakota del Norte y del Sur, pertenecerían al pueblo lakota para siempre.

El gobierno violó el tratado en poco tiempo, cuando se descubrieron yacimientos de oro en los Black Hills. La caballería (al mando del general George Custer) llegó a proteger a los buscadores que inundaron la región. Los colonos masacraron sistemáticamente a los búfalos, la base de la vida de los lakota. En 1876 estalló una guerra y, a pesar de la muerte de Custer y su caballería en la batalla de Little Big Horn, el ejército a la larga derrotó a los indígenas y mató a dos de sus grandes dirigentes: Crazy Horse y Sitting Bull.

El 29 de diciembre de 1890, en un pueblo llamado Wounded Knee, el ejército masacró sin piedad a 300 lakota, que huían en medio del frío invernal.

Ese mismo año, acorraló a los últimos grupos de lakota en campos de concentración conocidos como "reservas".

Cien años de maltrato

Durante los cien años siguientes, trataron de que los indígenas se dedicaran a la agricultura, abandonaran su idioma y cultura, se consideraran "ciudadanos estadounidenses", y se asimilaran a la sociedad. A los niños los separaron de sus padres y les prohibieron hablar su propio idioma. Prohibieron ceremonias religiosas tradicionales como la Danza del Sol. Llegaron misioneros cristianos a convertirlos y el gobierno estableció "consejos tribales" para imponer su voluntad en las reservas.

Las consecuencias de cien años de ocupación y represión armada han sido devastadoras. El promedio de vida de los lakota es de 46 años. El suicidio y el alcoholismo son altísimos. En 1973 había 137 iglesias en la reserva de Pine Ridge: más de una iglesia por cada 100 habitantes.

Los indígenas son una de las capas más pobres de la población. En los años 60 el desempleo en la reserva alcanzaba el 54%. La mayoría de los trabajos eran del gobierno federal o tribal. Un tercio de la población dependía de la ayuda pública o de pensiones del gobierno.

En los años 70, solo la mitad de la tierra de la reserva pertenecía a los indígenas, y el gobierno federal preparaba un nuevo robo. Los Black Hills y la reserva de Pine Ridge contienen enormes depósitos de uranio, que es crucial para la construcción de armas nucleares. Los autores del libro Agents of Repression señalaron: "En general, los planes de industrialización de los Black Hills son asombrosos. El proyecto cuenta con un gigantesco parque industrial de una veintena de plantas de más de 10.000 megavatios operadas con carbón, una docena de reactores nucleares, grandes tuberías de lechado de carbón que usarán millones de galones de agua, y por lo menos 14 grandes minas de uranio".

Toneladas de desperdicio radiactivo contaminaron el riachuelo Cottonwood y se filtraron a las aguas subterráneas de Pine Ridge, exponiendo a docenas de miles a radiación.

En los 60, se forjó un poderoso movimiento de resistencia de los pueblos indígenas de Estados Unidos. Su punto culminante fue la ocupación armada de Wounded Knee en 1973.

Nace el Movimiento Indígena Americano

El cerco de Wounded Knee se dio en medio del repunte de lucha contra la guerra de Vietnam y el movimiento de liberación negra en Estados Unidos en los años 60 y 70. El pueblo vietnamita estaba dándole duro a la máquina militar yanqui. Todo el país se sacudía por la lucha contra el sistema.

En 1968 se formó el Movimiento Indígena Americano (AIM). Inspirados por el Partido Pantera Negra, indígenas de los ghettos urbanos echaron raíces en las comunidades indígenas y formaron comités de seguridad para defenderse del maltrato racista de la policía y los tribunales. Su meta era unir a los indígenas de todos los pueblos en un solo movimiento.

AIM participó en numerosas luchas, como la ocupación de la isla de Alcatraz en la bahía de San Francisco (que duró 19 meses), ocupaciones del monte Rushmore, un "Día de Luto" celebrado en Plymouth Rock el día de Acción de Gracias y una caravana de Tratados Violados a Washington, D.C., que terminó con la toma del edificio del BIA.

En febrero de 1972 Raymond Yellow Thunder, un lakota, fue golpeado y secuestrado por dos hombres blancos de Gordon, Nebraska. Lo llevaron a un salón de baile de la Legión Americana, donde una manada de blancos lo patearon una y otra vez. Su aporreado cadáver apareció dos días después. Tales ataques de racistas blancos y la policía eran pan de todos los días en Pine Ridge. AIM organizó una caravana de 200 carros a Gordon y obligó a las autoridades a presentar serios cargos contra los asesinos y a destituir al jefe de la policía.

Severt Young Bear dijo: "Cuando AIM vino y ayudó a la familia a investigar la muerte, los más viejos que viven en las reservas, en la zonas rurales, alzaron la cabeza y empezaron a hablar. Y han hablado contra el BIA, el gobierno tribal, el sistema de orden público en la reserva y los maltratos por rancheros no indígenas que viven en la reserva. La copa finalmente se desbordó en Wounded Knee".

Al gobierno le preocupaba mucho la creciente influencia de AIM en Pine Ridge. En la primavera de 1972 el Buró de Asuntos Indígenas impuso la candidatura de Dick Wilson como jefe tribal. Wilson era un reaccionario, patriota a morir y detestaba a AIM. Inició un reino de terror en la reserva contra AIM y sus simpatizantes. Su grupo de guaruras pagados con fondos tribales, llamados los "GOONS" (Guardianes de la Nación Oglala), amenazaron, maltrataron, golpearon y tirotearon a cientos de personas. Hirieron a familiares de activistas y quemaron sus casas.

La Organización de Derechos Civiles de los Siux Oglala (OSCRO), a la cabeza de los indignados residentes de la reserva, trató de sacar a Wilson por las buenas, conforme a la ley. En respuesta, él llamó a la policía del BIA y el FBI para protegerlo. Empezaron a vigilar todo movimiento de AIM y de OSCRO. Wilson prohibió todas las reuniones y protestas públicas.

En febrero de 1973 se vislumbraba una gran confrontación.

El sitio de Wounded Knee

El 27 de febrero, una caravana de 200 carros llenos de indígenas y simpatizantes viajaron de noche a Wounded Knee. Un líder de AIM explicó por qué: "Nuestra idea inicial era ir al Buró de Asuntos Indígenas de Pine Ridge y botar el gobierno a la fuerza. Pronto nos dimos cuenta de que eso era imposible, porque lo tenían completamente rodeado de alguaciles federales y agentes del BIA, bolsas de arena, ametralladoras y fortificaciones por todo el pueblo. Para evitar una batalla campal, decidimos venir a Wounded Knee, porque tiene una importancia histórica para nuestro pueblo y porque está ubicado en el corazón de la reserva Pine Ridge. Viniendo aquí, ocupando este lugar, le queríamos decir a la nación siux que podía contar con nosotros, que lucharíamos con ellos y los protegeríamos".

Al llegar a Wounded Knee, hicieron una declaración de sus demandas: querían audiencias sobre el tratado de Fort Laramie de 1868 y una investigación al Buró de Asuntos Indígenas y al gobierno tribal de Pine Ridge.

El gobierno respondió con 300 policías, alguaciles federales y agentes del BIA y el FBI; rodearon Wounded Knee y pusieron barricadas en la carretera. Nadie podía entrar y arrestaban a todos los que salían. Como describe el libro Agents of Repression: "En la primera operación dentro de las fronteras nacionales desde la guerra de Secesión, el Pentágono invadió a Wounded Knee con 17 transportadores blindados, 130.000 balas de M-16, 41.000 balas de M-1, 24.000 bengalas, 12 lanzadores de granadas M-79, 600 cajas de gas lacrimógeno C-S, 100 rondas de explosivos M-40, helicópteros, jets Phantom y personal, bajo la dirección del general Alexander Haig".

Los amerindios excavaron sus propias trincheras y pusieron barricadas. Formaron un escuadrón de seguridad dirigido por un veterano de Vietnam. Se comunicaban con radios de banda corta entre trincheras, con su cuartel general y con los que patrullaban a pie. Se armaron con pistolas calibre .22, escopetas, varios rifles de caza y un AK-47 que un veterano se había traído de Vietnam. Para eludir los retenes del gobierno, llegaban a caballo o a pie con comida, medicinas y municiones.

Durante los siguientes 70 días las autoridades provocaron tiroteos casi diariamente. Dispararon miles de balas y lanzaron gas lacrimógeno para despejar las trincheras. El gobierno rechazó todas las propuestas de los indígenas. Pero no se rindieron.

La Nación Oglala Independiente

El 10 de marzo, las autoridades retiraron sus barricadas con la esperanza de que los indígenas se entregaran. Por el contrario, estos lo vieron como una victoria y aprovecharon la oportunidad para fortalecerse. Cientos de simpatizantes llegaron a Wounded Knee con alimentos y medicinas.

Al día siguiente, los jefes y líderes espirituales de la Nación Oglala y AIM declararon el renacimiento de la Nación Oglala Independiente. Ciento ochenta y dos oglalas, 160 indígenas de otras naciones y siete blancos se declararon ciudadanos. Exigieron una discusión del Tratado de Fort Laramie con representantes del gobierno federal.

Una lakota recordó: "Por primera vez en años, el pueblo oglala se podría organizar de acuerdo con los antiguos valores espirituales tradicionales. La vida de los indígenas es su espiritualidad. ¡Eramos libres! Era la primera vez que teníamos libertad. Organizamos un hospital y una escuela para nuestros hijos, teníamos un comisariato colectivo y nuestra propia fuerza de seguridad para proteger nuestras fronteras. Hombres y mujeres se casaron, y nacieron niños en una tierra libre. Por 71 días el pueblo indígena mandó. Hombres y mujeres trabajaron lado a lado en la cocina, en los búnkers, en las patrullas, en el hospital, y en las escuelas y en las constantes negociaciones con el gobierno".

Una posición firme recibe
fuerte apoyo

La valerosa posición de Wounded Knee inspiró a millones. Otras naciones indígenas cancelaron contratos con las compañías mineras. Simpatizantes de más de 60 naciones se colaron por las barricadas para unirse a sus hermanos. Muchos arriesgaron la vida para transportar por avión alimentos al lugar sitiado. Cientos caminaron muchos kilómetros por los cerros para unirse a la lucha o llevar comida y medicinas. Médicos y enfermeros de todo el país fueron a ofrecer sus servicios. Muchos eran veteranos de Vietnam. De todo el mundo llegaron telegramas de apoyo. Miles de personas participaron en manifestaciones de apoyo por todo Estados Unidos y todo el mundo.

Ese amplio apoyo le impidió al gobierno lanzar un gran ataque militar.

Las tácticas del gobierno

Por eso el gobierno intentó sacarlos a fuerza de hambre, poniendo más soldados y organizando constantes patrullas. Desde el 11 de marzo muy pocos alimentos y medicinas lograron entrar. El 26 de marzo el gobierno cortó las líneas telefónicas y los últimos periodistas se fueron de Wounded Knee.

Esa noche el gobierno lanzó un gran ataque: ¡más de 20.000 balas en una sola noche! Al día siguiente el gobierno anunció docenas de acusaciones contra los sitiados.

También desató una ola de represión a nivel nacional contra los simpatizantes de la ocupación: la policía allanó organizaciones como la Cruzada por la Justicia, un grupo de chicanos de Denver, Colorado; balaceó a numerosos indígenas y partidarios, y detuvo a los que reunían comida y medicina para Wounded Knee.

El 5 de abril las negociaciones se rompieron otra vez porque el gobierno repitió la condición de entregar las armas. Clyde Bellecourt de AIM dijo: "A nuestros compañeros no les gusta nada que lleguen alguaciles armados a buscarlos y ellos no tengan armas. Tienen muy presente lo que le pasó a Big Foot y su banda en 1890, y desconfían totalmente del gobierno en este momento".

El gobierno comenzó una gran balacera el 17 de abril. Un balazo le dio al apache Frank Clearwater en la cabeza y lo mató. El 26 de abril murió de un balazo en la cabeza Buddy Lamont, un oglala de Pine Ridge.

El 4 de mayo, la Casa Blanca prometió en una carta una reunión para discutir el Tratado de Fort Laramie, si entregaban las armas. Cuando decidieron hacerlo el 9 de mayo, más de 150 personas se fueron de Wounded Knee durante tres noches, llevándose sus armas.

El gobierno no cumplió una sola demanda. El 31 de mayo cientos de indígenas esperaban a los representantes de la Casa Blanca. Un auxiliar de Nixon les entregó una carta que declaraba: "Los días de hacer tratados con los indios terminaron en 1871, hace 102 años...".

El gobierno no investigó al BIA, como prometió. No le hizo juicio a Wilson ni a sus guaruras. En cambio, el FBI acusó a casi 700 personas en conexión con la ocupación de Wounded Knee.

Durante los siguientes tres años 69 miembros y partidarios de AIM fueron asesinados en Pine Ridge. Hubo más de 300 ataques y balaceras. AIM hizo todo lo posible por defender al pueblo y hacer cumplir sus demandas. En medio de esa lucha, el gobierno acusó falsamente a Leonard Peltier, un dirigente de AIM, de matar a dos agentes del FBI y lo encerró de por vida.

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"Querían meternos a la cárcel, llevarnos ante sus tribunales, condenarnos a muchos años en sus penales. Querían infundirnos miedo. Pero... no nos dejamos asustar por las amenazas del FBI. No nos preocupaban porque ya habíamos estado en sus penales. Les decíamos: `Estamos hartos de eso'".

Dennis Banks, Movimiento Indígena Americano

Durante cien años, Wounded Knee fue un símbolo de las horribles masacres de los indígenas por la caballería. Pero en 1973, se volvió un símbolo de algo muy distinto: de resistencia y de territorio liberado.

Veinticinco años más tarde, esta histórica ocupación sigue siendo un poderoso símbolo de esperanza y lucha. Nunca se olvidarán los días de libertad y sacrificio en Wounded Knee.

Fuentes

Voices From Wounded Knee: The People Are Standing Up (Voces de Wounded Knee: El pueblo se levanta), publicado por Akwesasne Notes

In the Spirit of Crazy Horse (Al espíritu de Crazy Horse), de Peter Mathiessen

Agents of Repression: The FBI's Secret Wars Against the Black Panther Party and the American Indian Movement (Agentes de la represión: La guerra secreta del FBI contra el Partido Pantera Negra y el Movimiento Indígena Americano), de Ward Churchill y Jim Vander Wall


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