Vidas Robadas en la frontera

Matan a balazos a dos inmigrantes

Obrero Revolucionario #977, 11 de octubre, 1998

El fin de semana del 26 y 27 de septiembre, agentes de la Patrulla Fronteriza mataron a balazos a dos mexicanos en la frontera, entre San Diego y Tijuana. El sábado por la noche, mataron a uno al norte de Colonia Libertad, un barrio de Tijuana a lo largo de la cerca. El Los Angeles Times informó que unos agentes trataron de capturar a tres personas que saltaron la cerca al este de San Ysidro. Un hombre se escapó pero agarraron a otro y lo tiraron al suelo. Cuando el tercero, Oscar Abel Córdoba Vélez, de 23 años y de Guadalajara, fue a ayudar a su compañero, un agente le disparó en el pecho.

La Patrulla Fronteriza dice que tenía una piedra en la mano y que "amenazaba" al agente. Pero testigos entrevistados por el consulado mexicano en San Diego desmintieron esa versión oficial. El cónsul informó que le dijeron que cuando el agente baleó a Córdoba Vélez, este "no tenía nada en las manos, ni arma ni piedras".

El domingo por la noche mataron a otro inmigrante, de 35 años, en circunstancias parecidas (al cierre de esta edición, todavía no se sabe su nombre). Murió en Goat Canyon, a un kilómetro del mar. La Patrulla Fronteriza dijo que un grupo de inmigrantes apedreó a un agente, y que este se iba a subir a su vehículo cuando un hombre con una piedra en la mano arremetió contra él. El agente lo mató de un tiro en el estómago.

En ambos incidentes, el pretexto fue que los agentes, fuertemente armados, se sintieron en "peligro de muerte". ¿Cuántas veces hemos oído ese mismo pretexto de los guaruras que maltratan y asesinan al pueblo? En la Palestina ocupada, los soldados israelíes matan chavos palestinos por tirarles piedras. En Nueva York, la policía balea jóvenes por tener una pistola de juguete o hasta un dulce. El Proyecto Vidas Robadas ha documentado muchos casos de asesinato a sangre fría a manos de la policía por todo el país.

A Oscar Córdoba Vélez y al otro inmigrante muerto les robaron la vida por el "crimen" de cruzar la frontera en busca de trabajo para subsistir.

Estas muertes son parte de una racha de asesinatos de la Patrulla Fronteriza. El 11 de septiembre, un agente mató a tiros a un inmigrante en San Luis, Arizona. Como de costumbre, dijeron que el hombre lo "amenazó" con una piedra.

En otros dos incidentes cerca de San Diego, la Patrulla Fronteriza abrió fuego contra vehículos. El 26 de septiembre, un agente le disparó a un carro, pero no hubo muertos ni heridos. Dos días antes, unos agentes le dispararon a un carro lleno. Al chofer lo hirieron en el pecho. La Patrulla Fronteriza dijo que trató de atropellar a los agentes.

Un vocero dijo que la Patrulla Fronteriza permite que sus agentes abran fuego si se sienten en grave peligro. Agregó que solo pueden disparar "con el fin de parar la actividad amenazante de la persona o animal que hace necesaria el uso de fuerza mortal". Comparar a inmigrantes y animales es un buen ejemplo de la mentalidad de esos fascistas.

Otro vocero dijo: "Un José típico o una María típica quiere cruzar la frontera para buscar trabajo. Ahora son más agresivos porque hay gente que espera 40 ó 50 días para cruzar, y hay mucha desesperación". Otro ejemplo de racismo.

Pero esas palabras también muestran la realidad de la frontera. La terrible pobreza de México ha empujado a mucha gente hacia el norte en busca de trabajo. Pero ahora tropiezan con la creciente militarización de la región fronteriza, llena de agentes con los más modernos instrumentos de alta tecnología, como anteojos infrarrojos y detectores de movimiento. En grandes extensiones de la frontera han puesto un muro de hierro. La Operación Guardián y otras operaciones parecidas la han convertido en una zona de guerra.

Con el fin de esquivar las patrullas, muchos inmigrantes están cruzando en zonas más remotas, en montañas y desiertos, donde hay más peligro y donde muchos han muerto. En la última semana encontraron otros cinco cadáveres en el valle Imperial y el desierto cerca de El Centro, California. Según las estadísticas oficiales, 126 inmigrantes han muerto este año cruzando la frontera a California y Arizona.

Otros inmigrantes siguen cruzando en las zonas donde están concentrados los agentes de la Migra y su brutalidad y racismo causa mucha furia. El cónsul mexicano dijo que "apedrear a los agentes se ha vuelto cosa de casi todos los días en los últimos años".

La Patrulla Fronteriza y los medios tildan de "criminales" a los inmigrantes y dicen que "amenazan" a los agentes. Esto pone la realidad patas arriba. El gobierno y sus guaruras empujan a los inmigrantes a arriesgar la vida cruzando desiertos y montañas. Ahora los agentes abren fuego contra los que recogen una piedra para defenderse o huyen para que no los capturen. ¿¡Quiénes son los verdaderos criminales!?


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