El FBI quiere hacerte un examen de ADN

Obrero Revolucionario #1010, 13 de junio, 1999

La policía hace una redada en un barrio pobre; allana un multifamiliar, tumba puertas y saca a todos los residentes, incluso ancianos, niños, enfermos. Los reúne en el patio, donde un ayudante de laboratorio, reforzado por dos policías con armas semiautomáticas, les mete un algodón a la boca. Luego guarda el algodón en tubos de laboratorio. Así toman muestras de ADN, que mandarán al laboratorio policial. Han cumplido su misión.

Las autoridades sueñan con un futuro donde esos operativos sean comunes. Están haciéndole mucha propaganda a la identificación con ADN--llamada huella genética--diciendo que es clave para "combatir el crimen", pues quieren que sea una herramienta básica de la policía, el FBI, etc.

El FBI informa que las leyes estatales actuales obligan a los condenados de ciertos delitos a someterse a un examen de ADN. En febrero del presente, el Departamento de Justicia recomendó que se investigara la posibilidad de requerir que todo detenido dé una muestra de ADN. En Carolina del Norte, un proyecto de ley en consideración requiere un examen de ADN para los condenados de delitos graves; el gobierno de Louisiana aprobó esa medida para todo detenido (entra en vigor en septiembre). Asimismo, el comisionado de policía de Nueva York propuso que los detenidos se sometan a dicho examen y el alcalde, "Adolfo" Giuliani, para no quedarse atrás, ¡lo recomendó para todo recién nacido!

Las autoridades han estudiado la experiencia de Inglaterra, que desde 1995 tiene una extensa base de datos de ADN. La Asociación de Jefes de Policía de dicho país quiere información genética de toda la población. El New York Times informó: "En casos de delitos graves, es común que la policía inglesa pida, o requiera, que los habitantes de un pueblo o los residentes de un multifamiliar se sometan a un examen de ADN para eliminarse como sospechosos y facilitar la caza del delincuente".

En pocas palabras, las autoridades están empleando la información genética con más frecuencia. Es una nueva arma muy peligrosa de su arsenal represivo.

¿Qué es el ADN?

El ADN (ácido ribonucleico) es el material molecular de los genes; juega un papel esencial en la biología humana. En los últimos años, se ha hablado mucho de la genética (ciencia que estudia los genes) y de nuevos descubrimientos acerca del ADN. Es común oír que los genes "determinan" muchos rasgos físicos y psicológicos, como enfermedades, homosexualidad o una predisposición a la delincuencia. Dicha teoría se presenta como un "hecho científico", cuando en realidad corresponde a un enfoque llamado determinismo biológico, que refleja la ideología de la clase dominante en el campo de las ciencias.

En su libro Exploding the Gene Myth (El mito de los genes), la bióloga Ruth Hubbard y su coautor Elijah Wald desmienten el determinismo: "El lenguaje de los genetistas es muy tendencioso. Al describir el papel de los genes y el ADN, los biólogos moleculares y la prensa emplean palabras como `controlar', `programar' y `determinar', que no son adecuadas porque atribuyen un papel determinante al ADN. En realidad, este no `hace' nada; es una molécula sumamente inactiva. Está en la célula esperando que las demás moléculas reaccionen con él. En cierto sentido, el ADN se parece a un libro de cocina". Agregan: "El mito del gene todopoderoso se basa en un enfoque científico erróneo que descarta el medio en que nosotros y nuestros genes existimos. Es muy peligroso; da cabida a discriminación genética y a manipulaciones médicas arriesgadas".

Las huellas genéticas no son confiables

La identificación con ADN examina una muestra de ADN para compararlo con otra muestra. El ADN contiene millones de "bases" químicas; a través de procesos científicos es posible determinar su orden en la cadena de ADN. Teóricamente, los forenses pueden identificar un perfil genético con una pequeña muestra de cabello, sangre, piel o semen; entonces se compara ese perfil con la muestra de un "sospechoso" o una víctima.

Se dice que los perfiles genéticos son infalibles, tales como las huellas digitales. Sin embargo, estas pueden ser difíciles de obtener; es más fácil obtener una muestra de ADN y supuestamente no presenta problemas de deterioro ni se puede modificar. Un trozo de tela encontrado en "el lugar de los hechos" podría tener una muestra de ADN. De ahí sacan el perfil y lo comparan con el perfil del "sospechoso"; para obtener esa muestra, simplemente le sacan un poquito de sangre o le meten un algodón a la boca y raspan unas células. ¡El Departamento de Policía de Nueva York reveló que le ofreció un café a un "sospechoso" y obtuvo una muestra de ADN de las moléculas de saliva que quedaron en la taza!

Hablar de "huellas genéticas" implica que la identificación con ADN es un proceso sencillo e infalible, lo cual no es cierto. Muy al contrario, encierra muchos problemas. Hace unos años, la Asociación de Laboratorios Forenses mandó 50 muestras de ADN a las compañías Cetus, Cellmark y Lifecodes para ver si podían determinar cuáles eran idénticas. Cetus y Cellmark se equivocaron en el caso de varias muestras. Lifecodes obtuvo un buen resultado, pero el análisis lo hicieron unos científicos, y no los ayudantes de laboratorio que lo hacen rutinariamente. El Laboratorio Forense del FBI hizo una prueba similar y tuvo problemas parecidos.

Varios científicos han descrito problemas fundamentales de la identificación con ADN. Los destacados genetistas Richard Lewontin y Daniel Hartl de la Universidad Harvard abordan el tema en una ponencia que salió en la revista Science.

Por otra parte, existe falta de objetividad dado que las autoridades a cargo de los análisis de ADN buscan condenar al "sospechoso"; es común que los resultados se sesguen debido a pruebas fraguadas o contaminadas, además de los prejuicios de científicos e investigadores oficiales. Como consecuencia, la "identificación" con ADN puede ser errónea.

Hubbard y Wald señalan: "En pocas palabras, actualmente no es posible confiarse de los datos ni de los científicos que los generan. Lamentablemente, a los jueces y jurados, al igual que al público en general, los impresiona mucho el mito y el poderío de la ciencia. Es común apantallar con pruebas de ADN y que estas resulten decisivas en un juicio, aunque no sean científicamente confiables".

Las bases de datos

Lo fundamental de la identificación con ADN es la correspondencia de muestras. Por eso, el gobierno quiere expandir las bases de datos de ADN.

Hasta ahora los análisis de ADN se hacen en laboratorios, pero están ideando nuevas tecnologías rápidamente. Por ejemplo, el Instituto Nacional de Justicia otorgó $5 millones para diseñar un microchip que podría analizar una muestra en dos minutos. Es decir, la tecnología está avanzando a todo vapor y hace falta información acerca de cómo se empleará contra el pueblo.

Como mencionamos, en este momento todos los estados requieren que los condenados de un delito den muestras de ADN. Hasta la fecha han recolectado 600.000 muestras y analizado más de 250.000. Si se hiciera realidad la visión fascista de examinar a todo detenido, recogerían 15 millones de muestras al año.

En octubre pasado el FBI estableció NDIS, una base de datos que vincula los laboratorios forenses del país; el sistema de informática CODIS permite comunicarse con el archivo federal de información genética, además de intercambiar y comparar perfiles genéticos a través de computadora. Se ha instalado en 94 laboratorios de 41 estados. El CODIS de Washington, D.C., tiene dos "índices": los perfiles genéticos de condenados de delitos sexuales y violentos, y las pruebas de ADN encontradas en el lugar de los hechos.

Una "gran ventaja"
para la policía

En varios casos, las pruebas de ADN han exonerado a gente falsamente condenada por el sistema de "justicia". Por ejemplo, Rolando Cruz pasó diez años en el pabellón de los condenados a muerte en Illinois, falsamente acusado de homicidio. En 1995, salió en libertad, gracias en parte a pruebas de ADN. Asimismo, Anthony Gray, condenado de homicidio y violación en Maryland, recibió dos condenas de cadena perpetua. Confesó por coacción, pero los análisis de ADN confirmaron que no estuvo en el lugar de los hechos. En 1997 otro individuo confesó y se comprobó que su ADN sí correspondía. Finalmente, pusieron en libertad a Gray en 1999. Los abogados Barry Scheck y Peter Neufeld establecieron el Proyecto Inocencia, y han probado la inocencia de 32 personas, 12 de ellas condenadas a muerte, con ADN.

Sin embargo, Hubbard y Wald señalan: "Nos dicen que los perfiles genéticos ayudarán tanto a los acusados como a los fiscales, puesto que pueden establecer tanto la inocencia como la culpabilidad. Sin embargo, a menos que la tecnología sea más disponible y barata, en los tribunales representa una ventaja para la fiscalía. Los acusados y sus abogados no cuentan con los recursos económicos para emplearla".

Desde luego, la clase dominante no emplea la información genética con el afán de evitar condenas injustas sino para identificar y controlar a grandes sectores del pueblo. Hablando sin pelos en la lengua acerca de la expansión de identificación con ADN, el gobernador de Nueva York, George Pataki, dijo: "Será una gran ventaja para la policía".

Los exámenes de ADN tienen otras consecuencias de corte fascista. Ira Glaser de la Unión Americana de Libertades Civiles explicó que las bases de datos: "Generan información sobre unas 4000 enfermedades y problemas genéticos que debe ser confidencial, y que puede emplearse para negar seguro de salud y empleo" (programa "Burden of Proof" de CNN). En 1997, una encuesta de la Asociación Americana de Gerentes reveló que se ha llegado muy lejos, pues unas 6000 compañías (6% a 10% de los entrevistados) contestaron que ya están empleando exámenes genéticos. Además, el Consejo en pro de la Genética Responsable documentó centenares de casos de gente de buena salud a la cual se le negó seguro de salud o empleo por "predicciones" genéticas.

Mucho más está en juego que el derecho a la "confidencialidad". Como Glaser señaló en CNN: "La historia demuestra que el gobierno comete abusos; generalmente utiliza la información para otros propósitos. El número de Seguro Social es un ejemplo muy claro. Asimismo, información acerca de las etnias supuestamente servía exclusivamente para fines estadísticos, pero se empleó para arrestar a los americanos de origen japonés durante la II Guerra Mundial. La información recopilada con ciertos propósitos se emplea para otros, aunque siempre afirman que no será así".

Philip Bereano, profesor de tecnología y administración pública de la Universidad de Washington, Seattle, le dijo al New York Times: "Las bases de datos de ADN empezaron con parias, es decir, delincuentes sexuales. Ya abarcan a condenados de delitos graves y seguramente abarcarán a toda la población; eso da a la élite el poder de controlar a los ciudadanos `ingobernables'".

Genes "criminales"

La campaña de identificación con ADN ocurre en el contexto de determinismo biológico, que afirma que los genes determinan el comportamiento humano y descarta el papel de la sociedad que moldea e influye todo aspecto de la salud, fisiología y comportamiento. Teorías seudocientíficas de "criminalidad" y "genes criminales" han ganado la aceptación de científicos "destacados", quienes sostienen que ciertos individuos tienen genes que los hacen "más agresivos" y, por ende, "predispuestos a la delincuencia". En esta situación, la expansión de las bases de datos de ADN plantea la posibilidad de mayor represión, así como la pesadilla de redadas de gente con "genes criminales".

Stephen Jay Gould desmiente las falsas teorías del determinismo biológico en su libro La falsa medida del hombre: "¿Por qué la conducta violenta de algunas personas desesperadas y desalentadas tedría que indicar la existencia de algún desorden específico en su cerebro, si en el caso de la corrupción y la violencia de ciertos miembros del Congreso y ciertos presidentes no se elabora una teoría similar? Las poblaciones humanas presentan una gran variabilidad en todos los aspectos del comportamiento; el mero hecho de que unos hagan algo y otros no, no constituye prueba alguna de que el cerebro de los primeros padezca de alguna patología específica. ¿Hemos de concentrarnos en el desarrollo de una hipótesis carente de toda base, acerca de la violencia de unos pocos--hipótesis acorde con la filosofía determinista que consiste en culpar a la víctima--, o, al contrario, hemos de tratar de empezar por eliminar la opresión que construye ghettos y mina la moral de sus pobladores en paro?"

Muchos académicos y científicos se oponen al determinismo biológico. En 1992, se canceló una reunión en la Universidad de Maryland porque los oponentes del determinismo exigieron que el Instituto Nacional de Salud le retirara los fondos. Se llevó a cabo en 1995, pero hubo oposición a dichas teorías. Dorothy Nelkin, profesora de sociología de la Universidad de Nueva York, asistió y señaló: "Declaran que los factores sociales no importan; así las explicaciones genéticas de la delincuencia son una justificación muy conveniente para los que buscan desmantelar los programas de bienestar social".

El trabajo y la lucha colectiva de la humanidad ha sentado las bases para grandes avances científicos, pero la burguesía los utiliza como un arma contra los proletarios y los oprimidos. Las "huellas genéticas" se emplean para criminalizar al pueblo y aumentar la capacidad represiva del estado. Los verdaderos criminales son el sistema y su clase dominante.


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