Verano de Libertad de Filadelfia, 1999:
Informe desde las primeras filas

Osage

Obrero Revolucionario #1017, 8 de agosto, 1999

Le agradecemos a Osage, uno de los voluntarios del Verano de la Libertad de Filadelfia (VLF), por este artículo:

En el tren de Nueva York a Filadelfia no dejaba de pensar en los jóvenes que, en el verano de 1964, fueron de voluntarios al Sur para inscribir a los negros a votar. Ese fue el Verano de la Libertad de Misisipí; pensé en los tres chavos que los racistas mataron ese verano. Es difícil para la juventud radical de hoy ver que inscribir para votar podría ser una actividad peligrosa. Pero me imagino que los que lo hicieron estaban plenamente conscientes del momento en que vivían, de la intensidad de la situación y de que estaban arriesgando la vida al ir al Sur, donde los linchamientos de negros eran frecuentes.

El Verano de la Libertad de Filadelfia se inspira en el Verano de la Libertad de Misisipí y se propone movilizar a la gente de Filadelfia para fundirla con la resolución ardiente de la juventud de apoyar a Mumia y parar la ejecución. Mumia es un periodista negro revolucionario condenado a muerte porque condenó la brutalidad y la corrupción de esta sociedad. Fuimos a pedir a la gente que lo defienda, que se oponga a la ejecución y que lo haga con un sentido comunitario con la campaña de afiches Cara de Justicia. Ibamos a desenmascarar las mentiras y la desinformación que riega buena parte de la prensa, como por ejemplo que la gente de Filadelfia no apoya a Mumia. No estábamos seguros de cómo respondería la policía a nuestra llegada, y fue algo que nos preocupó todo el tiempo que estuvimos en Filadelfia.

Lo que nunca olvidamos fue que era un momento crucial en la defensa jurídica de Mumia.

Todos ansiábamos conectarnos con la gente, especialmente en Germantown (G-Town), donde algunos pasamos el Verano de la Libertad el año pasado. Qué ganas tenía de ver a los chavitos.

DIAS 1 y 2: Llegan las tropas

Cuando llegamos éramos 15, 10 de Nueva York, y estábamos esperando unos cuantos más ese día y al día siguiente. ¡El lunes, cuando empezó oficialmente el VLF, contábamos con 15 personas más de las que esperábamos! Los primeros días los pasamos resolviendo problemas como: ¿quién va al aeropuerto a recoger a la compañera de Santa Cruz?, ¿quién va a recibir a los chavos que vienen de Cleveland?, ¿quién va a recoger a las cuatro de la madrugada a los chavos de Chicago que vienen con cuatro horas de retraso? ¡En nuestra primera orientación éramos 40!: de Nueva York, New Jersey, Ohio, Illinois, California, Massachusetts, Washington, D.C. y Hawai! Representábamos a muchas nacionalidades, puntos de vista políticos y edades (la mayoría de 17 a veintitantos años).

Muchos se enteraron del VLF por medio de amigos, de ¡Rehusar & Resistir!, o cuando fueron a la Marcha de Millones por Mumia el 24 de abril en Filadelfia y San Francisco. D., un estudiante de Boston de 18 años, quien en abril organizó un paro de clases por Mumia en su prepa, dijo que vino porque quería saber más sobre el caso de Mumia para ser mejor organizador: "Es algo que no me podía perder; tenía que estar aquí. Estamos en un momento crucial del caso de Mumia y estamos haciendo muchas cosas para conseguir su libertad". C., de 22 años, es de Hawai y dijo que vino por muchas de las mismas razones y porque quería estar en Filadelfia, el corazón de la batalla y la ciudad de Mumia. "También quería aprender de chavos de otras partes del país, para que más gente se vaya enterando; porque creo que hay que hacer más paros y otras cosas, en las universidades y escuelas".

L., es del Area de la Bahía de San Francisco; compartió su experiencia en la huelga de hambre contra la destrucción de los programas de estudios étnicos en la Universidad de California en Berkeley. Dijo: "Esta es una oportunidad para ponernos en contacto directo con la gente y para trabajar con otros chavos, aprender de ellos y ver qué es lo que están haciendo para impulsar la defensa de Mumia". D. tiene 18 años y es de Cleveland; dijo que fue a Filadelfia por la importancia del caso y porque el tiempo apremia. Lo explicó así: "La batalla para liberar a Mumia va a decidir muchas cosas importantes para el futuro: lo que el sistema considere que puede hacer sin mayores consecuencias, así como lo dispuesta que esté la gente a luchar. Si sale libre, motivará a oponerse al sistema".

El centro de nuestro trabajo fue la campaña de afiches Cara de Justicia, que empezamos el año pasado. El nuevo y magnífico afiche (con un enorme retrato de Mumia con el puño en alto y las palabras bien claras y patentes: "Alto a la ejecución'') se podía poner en muchas manos. "Es una manera de expresar apoyo, la gente lo puede poner en una ventana", dijo J., un voluntario de 25 años de Nueva York y militante de ¡R&R! Además es algo que se puede llevar a la iglesia, la mezquita, o a amigos o familiares.

La campaña nos permitió conocer a los vecindarios y los vecinos. Fuimos de puerta en puerta, hablando sobre la sentencia de Mumia e invitando a la gente a que compartir a sus experiencias con nosotros. A cambio, nos invitaban a entrar a su casa, a tomar un refrsco y nos abrían la puerta de su vida. Red, de la Brigada de la Juventud Comunista Revolucionaria de Boston, dijo: "Nunca antes había ido de puerta en puerta para hablar. Esa gente sabe mucho sobre la jodida situación en que vivimos; eso solo se aprende viviéndolo". Tuvimos la oportunidad de conectarnos con la gente y de hablar sobre lo que piensan de Mumia, la policía y la alcaldía, y vimos su respuesta a nuestro trabajo. A., de Nueva York, dijo que uno de nuestros puntos fuertes es el entusiasmo y la resolución: "Los voluntarios hicieron grandes esfuerzos para ir a Filadelfia. Estaban dispuestos a aprender mucho y tener los ojos abiertos y la mente clara. Los voluntarios profundizaron su amor por el pueblo y por Mumia". Y yo creo que la gente se dio cuenta.

DIA 3: Ballyhoo

Decidimos anunciar nuestra presencia con un "ballyhoo", una marcha lenta pero muy enérgica, por la comunidad. Parábamos a repartir afiches y platicar. Teníamos una manta grande que proclamaba: "¡Mumia es audaz, y nosotros también! ¡No vamos a parar hasta que salga libre!" y coreamos esa consigna casi todo el trayecto. Antes de arrancar esperamos a que se nos unieran chavos del vecindario. ¡Que maravillosa bienvenida nos dieron! La gente salió a la puerta a gritar, "¡Es inocente!", "¡Viva!" y muchos pidieron afiches. A todos nos alegró mucho y los que no habían estado ahí antes vieron cuánto apoyo tiene Mumia. Todos se dieron cuenta de que no había de que estar nerviosos.

Más tarde ese día nos organizamos en escuadras, o sea, en el grupo con el que viviríamos y trabajaríamos. Para la mayoría fue una manera completamente nueva de organizarse. Cada escuadra viviría en una casa; dos en G-town y una en West Filadelfia. En nuestra casa, conocida como "La original Germantown", platicamos sobre cómo trabajaríamos con la campaña Cara de Justicia; las preguntas que haríamos; la manera de presentarnos y sobre cómo invitar a la gente a platicar con nosotros. Muchos no habíamos hecho trabajo de puerta en puerta y nos sentíamos un poco nerviosos, así que decidimos hablar de lo que nos inquietaba: ¿pensarían los vecinos que es mala educación que un montón de chavos blancos vaya a tocar a la puerta? ¿Qué hacemos si nos empiezan a gritar? ¿Qué hacemos si nos invitan a entrar? ¿Qué les decimos si quieren saber por qué hemos ido a su barrio?

En un principio, D. se sentía un poco nervioso sobre cómo reaccionaría la gente cuando fuéramos a tocar a la puerta, pero la reacción de los vecinos lo tranquilizó. "Uno aprende quiénes son los partidarios, los que se alegran cuando nos ven venir", dijo. Sacamos fotocopias de mapas de G-Town y nos repartimos manzanas entre los 12 miembros de la escuadra, que subdividimos en grupos de tres y cuatro para hacer un trabajo más concentrado. Al mismo tiempo, teníamos que hacer planes para recoger a los voluntarios que seguían llegando. Eso se complicó porque el teléfono dejó de timbrar. Sonaba medio timbre y luego solo se oía estática. Así se quedó el teléfono, y que sepamos sigue descompuesto. Lo curioso es que los grupos Familiares y Amigos Internacionales de Mumia Abu-Jamal, Estudiantes y Jóvenes para Parar la Ejecución de Mumia (SYSTEM, en inglés) y el capítulo de ¡R&R! han tenido problemas telefónicos similares.

El calor fue un gran problema: nos cansaba, nos agotaba y era difícil concentrarse. Sabíamos que nos íbamos a quemar y la insolación era inminente. Tomamos galones de agua al día, nos rociábamos agua o nos ventilábamos con un cuaderno, cualquier cosa. Pero a veces también fue algo positivo porque la gente veía lo comprometidos que estábamos a ir de puerta en puerta en semejante calor.

Nuestra escuadra decidió distribuir el afiche de tres de la tarde a siete de la noche y después de cenar. Recorrimos el vecindario anotando las direcciones donde la gente era positiva, hostil o no estaba, para volver a donde nadie contestó o a donde querían seguir platicando sobre y Mumia. A muchos les impresionó de veras que tantos chavos respaldaran a Mumia a tal punto que fueran a pasar el verano en campaña por él. A muchos también les sorprendió nuestro interés en sus opiniones y que quisiéramos enfrascarse en serias discusiones.

Una de las preguntas que muchos tenían era: ¿por qué Mumia? Muchos conocen a alguien que fue a parar en la cárcel injustamente, o que la policía maltrató y declaró culpable. A veces eso les había pasado a ellos. Así que en vez de dudar lo que le pasó a Mumia, muchos querían saber por qué él es tan importante. Muchos lo recuerdan de cuando era locutor de radio. M., de Detroit, dijo: "Pensamos que deben darle un nuevo juicio y que debe salir libre". Recuerdan lo que le pasó a MOVE. Saben mucho sobre la corrupción y la brutalidad policial y recuerdan que Mumia denunciaba todo eso, y unos sabían que lo sigue haciendo. Conocimos a muchos que lo conocieron: compañeros de escuela, novias, vecinos y hasta quienes estuvieron en la cárcel con él.

DIA 6: Bloqueo a la Campana de la Libertad

El fin de semana del 3 y 4 de julio fue el más ajetreado. Llegó una gran cantidad de voluntarios, muchos inesperados. Muchos fueron al programa hip-hop del viernes por la noche y a la acción de desobediencia civil del sábado para bloquear la Campana de la Libertad. (El 3 de julio de 1982 fue el día que sentenciaron a Mumia.) El bloqueo de la Campana de la Libertad fue un importante avance en las acciones de apoyo a Mumia; 95 personas bloquearon la entrada con el cuerpo. Además, unos se pudieron quedar en G-Town preparando la marcha del lunes 5, pues solo quedaban un par de días. La emoción y la intensidad eran palpables. Cuatro voluntarios de nuestra escuadra iban a participar en la acción de desobedencia civil para cerrar la campana sabiendo que serían arrestados. Podrían pasar varios días en la cárcel porque era fin de semana de fiestas. Afortunadamente, salieron en cuestión de horas.

Los chavos que participaron en esa acción dijeron que fue la manifestación más emocionante de su vida. S., una universitaria de 20 años de Nueva York, dijo: "Todos estaban muy emocionados, intensos y llenos de solidaridad. Me pareció que todo el movimiento se estaba apoyando, a pesar de que pertenecían a diferentes grupos, y eso es algo nuevo". Una cadena humana, coreando, cercó el pabellón de la Campana de la Libertad y lo cerró. Los que estaban adentro se sentaron frente a la campana y la policía tuvo que sacarlos a la fuerza. Los últimos arrestados fueron dos chavos que se treparon a una saliente muy alta del edificio con una manta que proclamaba "¡Libertad para Mumia!"; la policía necesitó una carretilla elevadora para bajarlos. Otros se tiraron en el camino de los coches celulares que llevaban a los arrestados. A unos los detuvieron más de nueve horas. Esa noche, el carro en que íbamos se descompuso y varias personas pararon para ayudarnos. Cuando le dijimos a un señor qué hacíamos en Filadelfia, sacó del bolsillo un rollo de afiches de Mumia y dijo: "Con que eso es lo que son; me acaba de dar estos afiches otro grupo que está allá. Yo los llevo a donde tienen que ir". Otro señor nos dijo que estuvo dos años en el mismo pabellón de la cárcel que Mumia. Nos dio su dirección y nos hizo prometer que iríamos a darle afiches. Antes de irse dijo: "Ese compañero es fuerte".

Esa noche, acostado en el techo de la casa de G-Town, me puse a pensar que convivir con los demás voluntarios nos enseña a conocernos y aprender los unos de los otros. Aquí estábamos, unidos por la gran determinación de parar la ejecución; ahora teníamos que encontrar la manera de convivir, pues la falta de espacio personal y el calor planteaban gruesos obstáculos.

Desde la casa, en cualquier momento del día se oía jazz, hip-hop, reggae, alguien tocando el saxo o cantando sobre una melodía barroca. Conversamos sobre la clase de mundo que queremos y sobre cómo obtenerlo; cómo organizar la casa; la colectividad y cómo obtenerla. Por primera vez unos nos dimos cuenta de que no tenemos que vivir como manda la sociedad. Entre las distintas escuadras este debate fue muy intenso. Hablamos de que los voluntarios para cocinar y limpiar no debían ser siempre mujeres y por qué; de lo que sería necesario para erradicar cosas como la brutalidad policial, la pobreza, la opresión de la mujer y la injusticia, así como de nuestro papel en eso. M., de D.C., dijo: "Estamos viviendo lo que predicamos".

Las discusiones, el cocinar juntos, las pláticas nocturnas, los juegos y demás actividades nos unieron más. En nuestra casa, colgamos pancartas con citas de ¡R&R!, poetas, Ossie Davis, Che Guevara y Mao Tsetung. Creamos una comunidad que los chavos del vecindario querían compartir. Pero claro, también querían sándwiches de cacahuate y mermelada, jugar con nosotros y tocar el piano. Por supuesto, cuando entre ocho y 15 personas viven y trabajan juntas, sin poder estar solas un rato, sin alivio del calor, no siempre hay armonía. Nunca hubo calma, pero compartimos la responsabilidad de trabajar como escuadra.

DIA 7: 4 de julio

Este día contábamos con muchos más voluntarios. Vinieron de Atlanta, Detroit, San Francisco, Carolina del Norte, Minnesota, Ohio, New Jersey y Filadelfia. En la manifestación "¿Qué es para el esclavo el 4 de julio?", éramos más de 60. Además de veteranos del Verano de la Libertad, había gente de la Red Juvenil de ¡R&R!, la red juvenil anarquista y otros que se enteraron en la manifestación del 24 de abril. También había miembros de la Coalición Libertad para Mumia de Minnesota y de la Coalición Libertad para Mumia de Santa Cruz. Unos se enteraron del Verano de la Libertad de Filadelfia en las universidades y otros porque eran militantes de SYSTEM, la Red de Birmingham contra la Pena de Muerte o la Coalición Nacional para Abolir la Pena de Muerte.

El 4 de julio, el presidente Clinton fue a Filadelfia a entregar la "Medalla de la Libertad" al presidente de Corea del Sur, Kim Dae-jung, quien estuvo sentenciado a muerte por ser disidente. La agencia noticiosa Associated Press informó que se podían escuchar nuestras voces sobre la voz de Dae-jung. E. (auspiciado por la Campaña Nacional para Abolir la Pena de Muerte) habló en nombre del grupo. También hablaron M., de la Red Juvenil de ¡R&R!, y F., de Filadelfia. A mí me emocionó lo que dijo E., quien recién empezó a militar en ¡R&R!, pues expresó nuestra determinación con convicción y pasión.

DIA 8: Marcha en la comunidad

Red, de Boston, dijo que si llegaba 10% de los que dijeron que irían a la marcha, sería muy buena. La respuesta de los vecinos era positiva; estaban de acuerdo con que tenía que hacerse la marcha y les gustó la idea que de se realizara en la comunidad. Desde muy temprano los voluntarios notaron una mayor presencia policial, tanto de uniformados como de tiras. La importancia de eso la captamos después.

Lo más temible era el calor, que iba a subir a 110/45 grados. Pero eso tampoco nos detuvo. Marchamos a lo largo de la avenida Chelton, la principal calle comercial; marchamos de cuatro a seis manzanas hasta un parque donde esperábamos encontrarnos con otros manifestantes. "[La chota] nos hizo sentir que estábamos cumpliendo algo. Pero unos voluntarios tenían un poco de miedo, así que no nos lanzamos del todo a la calle desde el principio", dijo D., de Cleveland.

Esperábamos a muchos en el parque y yo tenía muchas ganas de llegar. Cuando llegamos, a todos nos sorprendió que solo nos esperaba un puñado de vecinos. Nos preguntábamos: ¿dónde están los demás, toda la gente que dijo que iba a estar aquí? Jana, de la Red Juvenil, y otros empezaron a hablar. Jana dijo que si nosotros mismos no nos tomábamos en serio, pues los vecinos tampoco lo harían. Así que nos lanzamos a la calle. Al ver la respuesta de apoyo de los vecinos que pasaban en carro, salían a la puerta, bajaban a la acera, miraban desde la ventana, tocaban la bocina y levantaban el puño o el afiche de Mumia, todos marchamos con más confianza y energía. Unos carros le dieron la vuelta a la manzana para unirse a la marcha y seguirla por detrás. Levantamos la frente y el puño más.

Nuestro grupo brincaba y coreaba: "¡Esto es por Mumia, levanta el puño si me sientes, libertad todo el día, libertad toda la noche, lo vamos a sacar de la cárcel!", al ritmo de una canción de Jay-Z. Paramos en las esquinas para hablar sobre el caso, explicar el objetivo del Verano de la Libertad de Filadelfia y por qué fuimos de todas partes, del afiche Cara de Justicia y de lo que era necesario para parar la ejecución. A todos los que pasaban les dábamos volantes y afiches. El hecho de que éramos de todas partes del país encantó. En un par de ocasiones arrancamos a toda carrera por una o dos cuadras, como hicimos durante la Marcha de Millones por Mumia (OR, No.1005).

Regresamos a la casa de G-Town para ver si lográbamos movilizar a más vecinos. Unos chavos nos siguieron en bicicleta, metiéndose entre nosotros con afiches de Mumia en el manillar. Más tarde, cuando estábamos de nuevo en la calle principal, un radiopatrulla nos quiso orillar a la acera, pero cuando pasó echamos a correr detrás por una cuadra y media, ¡gritando y chillando! ¡Eso les encantó a los vecinos!

Los chavos que iban en bicicleta se adelantaron y nos esperaron, y cuando nos acercamos se pusieron a corear: "¡Es inocente!: ¡Libertad para Mumia!, ¡Libertad para Mumia!" Le contaban a sus amigos y parientes: "...¡y luego corrieron tras la policía!" ¡La comunidad entera supo lo que pasó! ¡Eramos prácticamente legendarios! Por una vez, la gente corrió tras la policía en vez de al revés, dijo un voluntario. Después unos vecinos de G-Town nos contaron que la policía andaba advirtiendo que quien fuera a la marcha iría a parar a la cárcel.

DIAS 12-14: Cambios

Cerca de nuestra casa de G-Town hay una calle que las madres cierran al tráfico para que los chavos jueguen. En esa cuadra se ven muchos afiches de Mumia. Varios chavitos de ahí nos dijeron después de la marcha que querían su propio "desfile" por Mumia. Que sus padres les dijeron que lo que hicimos fue "muy bueno" y que "tenía que hacerse". A los chavos también les parecía divertido, así que decidimos ayudarlos al día siguiente a hacer una manta ahí en la calle. Sobre una sábana pintaron manos y con los colores del arco iris: "¡Mumia es audaz, y nosotros también!" Cantaron, corearon y bailaron con los puños en alto. Una chava que parecía la mayor (tenía unos 10 años) dijo: "¡No es justo estar en el pabellón de la muerte 17 años!"

El lunes después de que partimos de Filadelfia, la chota invadió la calle donde juegan los niños con el cuento de investigar un robo. Dijeron que un "vecino" llamó y empezaron a "tomar datos". Todo el tiempo se reían y esgrimían las armas. También amenazaron con abrir la calle para que no puedan jugar los niños. La interpretación popular fue que eso indica que la situación de Mumia está que arde. Es importante prestar atención a lo que pasa en Filadelfia, para que la gente de allá no se sienta sola.

Despedirnos de amigos y de los chavos que conocimos fue duro. Cuando los que ya habíamos ido antes a pasar el verano en Filadelfia hablábamos de cómo nos ha cambiado esa experiencia, los nuevos voluntarios se rieron. Pero después, muchos admitieron que la experiencia los cambió. J., uno de los escépticos, dijo: "[Me] ha dado una buena idea del enorme esfuerzo que va a ser necesario para salvar la vida de Mumia. Poder hablar con la gente de Filadelfia fue una experiencia increíble. El apoyo a Mumia es considerable, de toda clase de gente y por diferentes razones; y poder conectarse con eso a un nivel personal me impactó tanto que es difícil describirlo". L., de San Francisco, lo resumió muy bien cuando dijo: "Probablemente no se juzga el Verano de la Libertad de Misisipí por la cantidad de votantes que inscribieron, sino más bien por el impacto que tuvo en los voluntarios". Lo mismo se puede decir sobre el Verano de la Libertad de Filadelfia.


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