Unir a todos los que se pueda unir: Algo fundamental para la victoria o derrota de la revolución

Bob Avakian

Obrero Revolucionario #884, 1 de diciembre, 1996

La aplicación de la orientación de unir a todos los que se pueda unir -en todo momento y en toda lucha, con los intereses estratégicos en primer lugar- es crucial. Lo es no solo en un sentido político, y no solo en el trabajo que hacemos durante este período. Si hacemos todo nuestro trabajo, como debemos hacerlo, como preparación para la futura conquista del poder (y, más allá, para la transformación de la sociedad), podremos ver claramente que trabajar con todas las capas sociales, guiados por la estrategia del Frente Unico bajo Dirección Proletaria (FU,DP), tiene implicaciones muy estratégicas.

Como escribí en uno de los artículos de la serie "Pregúntale al Presidente" sobre el proceso de preparación para librar la guerra revolucionaria cuando se presenten las condiciones apropiadas: "En todo momento el pueblo debe armar resistencia contra sus opresores y defenderse de sus ataques y de sus sabuesos. El partido debe dirigir a las masas en esas luchas y procurar que ese trabajo contribuya a la preparación omnímoda de la revolución, convirtiendo los lugares donde el pueblo vive y trabaja en plazafuertes de la revolución. Pero en Estados Unidos y otros países imperialistas, solo es correcto entrar en una `situación de guerra' y en acciones militares contra el sistema cuando se presenten las condiciones para llevarlas a la victoria. Como dijo Mao, la guerra revolucionaria es una guerra de las masas; solo cuando las masas estén listas y dispuestas a apoyar y a participar activamente en esa guerra será posible triunfar. El objetivo de la guerra popular maoísta no es desafiar al sistema militantemente, sino tumbarlo; no es combatir, sino ganar" (OR, No. 834).

Y como dije en "¿Verdaderamente podríamos ganar?": "Cuando sea la hora propicia para lanzar la guerra revolucionaria, debe comenzar como insurrecciones populares, centradas en las zonas urbanas, destinadas al establecimiento de un régimen revolucionario, en la mayor cantidad de territorio posible, y luego librar una guerra civil para derrotar completa y definitivamente a la vieja clase dominante y sus fuerzas armadas contrarrevolucionarias" (OR, No. 480).

Ahora bien, si uno se pone a pensar concretamente en lo que sería necesario para ganar en un país como Estados Unidos, tendría que reconocer, una vez más, lo sumamente importante que es esta estrategia del Frente Unico bajo Dirección Proletaria.

¿A qué fuerzas habría que movilizar al campo de batalla y unir en torno a la bandera revolucionaria? ¿Cómo se manifestaría eso, no solo políticamente a lo largo de todo el proceso preparatorio, y no solo políticamente cuando llegue la hora de pasar a la lucha para tomar el poder, sino también en cuanto a los aspectos e implicaciones militares en ese momento? Se puede ver que algo fundamental para la victoria o derrota de la revolución es si se ha aplicado, durante todo el proceso, la estrategia del FU,DP o si se ha aplicado otra estrategia.

En otros escritos he caracterizado esto como "romper el cerco". Mejor dicho, la futura insurrección armada y la guerra civil posterior sería, en un sentido, un proceso único, pero con dos fases distintas y relativamente separadas. Y tanto en la fase inicial de la insurrección, como después para ligar las zonas conquistadas por las fuerzas revolucionarias durante la insurrección y formar un gobierno revolucionario y prepararse para la guerra civil, sería necesario tomar en cuenta y manejar una característica muy importante, una contradicción saliente, en una sociedad como Estados Unidos. Esa característica es: la base más sólida de la insurrección armada y guerra civil estaría concentrada en los centros urbanos, donde viven millones; a la vez, hay amplios sectores del proletariado que no están concentrados en los centros urbanos. Unos están en los suburbios, proletarios que tienen trabajos miserables en los suburbios, que viven en pésimas viviendas en los suburbios. Además, hay otros sectores del pueblo, otros sectores de la clase obrera, ampliamente definida, así como sectores de la clase media, que viven fuera de los centros urbanos y que hay que ganar (por lo menos a una "neutralidad amistosa") para que la futura insurrección armada triunfe y tenga posibilidades de pasar a la guerra civil revolucionaria.

LECCIONES DE LA REBELION DE LOS ANGELES

Una de las cosas que la clase dominante procura hacer cuando estalla una rebelión urbana es contenerla inmediatamente a la zona donde ha estallado. Y uno de los magníficos aspectos de la Rebelión de Los Angeles de 1992 fue que la clase dominante no la pudo controlar inmediatamente; al principio no logró contenerla con los métodos tradicionales con que había contenido otras rebeliones.

Se ha dicho que, en cierta medida, el entonces jefe de policía, Darryl Gates, decidió no contenerla inmediatamente y dejarla arder un rato para después decir: "Ya ven, ahora tienen que dejar de regañarme por mandar mis muchachos a maltratar, espiar a todo mundo y joder a todos. Ahora ven cuánto me necesitan para impedir estas cosas. Así que dejen que mis muchachos hagan lo que tienen que hacer". Es posible que algo así haya ocurrido al estallar la rebelión, o sea que Gates haya tomado una decisión así y que eso haya contribuido, en un sentido secundario y táctico, a que la rebelión se les escapara más de las manos. Pero lo principal es que la rebelión estalló con gran fuerza, más de lo que anticipaban.

Ahora bien, si nos imaginamos algo que no sea una rebelión espontánea (por más grande que haya sido la Rebelión de Los Angeles del 92 y por más que haya prendido chispas en otros lugares e incluso haya tenido impacto internacional), si uno se pone a pensar en algo completamente diferente, una insurrección armada que sería organizada y coordinada en un sentido estratégico, está claro que el otro lado habría tomado medidas para contenerla y reprimirla. El otro lado ha estudiado (y sigue estudiando) todas las experiencias de guerras populares e insurrecciones.

Indudablemente las autoridades han estudiado las lecciones de la Rebelión de Los Angeles, así como de otras rebeliones similares. Y si se ven ante una insurrección armada, incluso si hasta cierto punto las toma por sorpresa, tomarán las medidas necesarias para contenerla y reprimirla en los centros urbanos, donde estallaría y donde estaría su principal base de apoyo. Le darían mucha importancia política a eso, pero sobre todo mucha importancia militar. En resumidas cuentas, el enemigo dirá: "¡Vaya! Pagaremos un precio político por aplastar esto, pero tendremos que pagarlo de todos modos. Haremos lo que sea necesario; cometeremos barbaridades y genocidio para pararla. Las cuentas políticas las arreglaremos después". No debemos engañarnos, eso es lo que harán, y tenemos que estar preparados.

Así que, ¿qué pueden hacer los revolucionarios para romper el cerco y burlar los intentos de contener y suprimir la insurrección en cuanto estalle? Eso no es algo que se pueda dejar para después, para hacerlo a la volada.

Si las fuerzas revolucionarias no han llevado a cabo su trabajo durante todo el período preparatorio de acuerdo con la estrategia revolucionaria del Frente Unico bajo Dirección Proletaria, la revolución se encontraría en una posición mucho más débil. Bueno, de todos modos, cuando las fuerzas revolucionarias lleguen a la conclusión de que ha llegado la hora, tendrán que lanzarse y aprender a luchar y crear condiciones más favorables mediante la lucha. De todos modos, sean cuales sean las condiciones, eso sería un gran elemento. Pero permítanme presentar su lado positivo: cuanto más los revolucionarios lleven a cabo correctamente la estrategia del FU,DP, tanto más hará posible determinar, en primer lugar, si es posible iniciar la insurrección en los centros urbanos. Porque la situación de la gente en los centros urbanos no está aislada de lo que suceda en su entorno con las otras capas sociales. Incluso el deseo de las masas básicas de librar una lucha así de resuelta dependería no solo de las condiciones objetivas en general sino en gran medida de lo que piensen que harían las otras capas sociales si deciden lanzar la lucha por el poder.

Mejor dicho, si las masas básicas perciben que las otras capas sociales se inclinan a favor o estarían dispuestas a participar y apoyar su lucha (o que por lo menos estarían dispuestas a tomar una posición de neutralidad amistosa), entonces se inclinarían más a lanzar la insurrección. Por otro lado, si les parece que todos los demás se van a oponer y que eso le va a dar carta blanca a las autoridades, y quizás incluso a guardias blancas, para que cometan masacres, entonces, naturalmente, se inclinarían menos a participar en semejante lucha.

Así que, todo el trabajo político entre todas las "capas populares" y la estrategia del Frente Unico bajo Dirección Proletaria durante todo el período preparatorio, así como cuando llegue la hora de lanzar la insurrección armada, tendría una profunda influencia, en cierto sentido una influencia decisiva, hasta para iniciarla.

PROBLEMAS HISTORICOS DE LA REVOLUCION

Una vez que las fuerzas revolucionarias lanzaran la insurrección, el problema de romper el cerco es una lucha a muerte, textual y políticamente. Determinaría si la insurrección podría sobrevivir y avanzar, o si sería aplastada.

Así que el problema de romper el cerco y de atravesar zonas en disputa tiene mucho que ver con la estrategia del FU,DP. Atravesar las zonas en disputa es una de las cosas más difíciles. No quiero entrar a fondo en una discusión sobre estrategia y doctrina militar, pero vale la pena mencionar dos problemas gigantescos que las fuerzas revolucionarias tendrían que encarar a nivel militar. Bueno, habría muchos problemas, pero hay dos que son gigantescos. Uno: aprender a tomar, o a evitar y aislar para tomar después, las plazafuertes del enemigo. Ese ha sido, históricamente, un problema mayúsculo de las fuerzas insurgentes y los revolucionarios tendrían que aprender a manejarlo.

Históricamente, los ejércitos caracterizados por un nivel tecnológico inferior y no tan organizados ni experimentados como su adversario, han salido mal librados en esto. Así que las fuerzas revolucionarias de un país como Estados Unidos tendrían que manejar ese problema, es una gran contradicción. En el momento de lanzar la insurrección, el enemigo debe estar debilitado, su aparato represivo minado de contradicciones y sufriendo cierta desintegración. Así y todo, cómo lidiar con una plazafuerte de un enemigo mejor organizado, entrenado y armado, no dejaría de ser un problema gigantesco.

El otro problema gigantesco es el de operar en espacios abiertos y en zonas en disputa, en donde las fuerzas populares son mucho más vulnerables a tal enemigo que en condiciones en las que puedan combatirlo de cerca, en diversos terrenos, como en zonas urbanas donde el enemigo se concentra en espacios reducidos y las fuerzas revolucionarias pueden entremezclarse con él hasta cierto grado, lo cual le dificulta usar su armamento pesado y aéreo para bombardear las zonas en disputa. Eso no quiere decir que no lo harían, pero política y militarmente se les hace más difícil. Pero cuando las fuerzas revolucionarias tengan que avanzar por espacios abiertos y zonas en disputa, el enemigo tendría la ventaja. Por tanto, si las fuerzas revolucionarias no han hecho su trabajo correctamente entre todas las capas sociales, ¿cómo resolverían esos problemas?

Una vez iniciada la insurrección, sería de grandísima importancia la amistad u hostilidad de la población de esas zonas por donde las fuerzas revolucionarias tendrían que pasar y combatir para conectar zonas liberadas (y extenderlas y consolidarlas) y hacer preparativos para la guerra civil. El que en general esa gente sea amistosa, o por lo menos tome una posición de neutralidad amistosa o, por otro lado, que sea hostil a las fuerzas revolucionarias o quizás incluso tome partido con la clase dominante para reprimir la insurrección y aplastar las fuerzas revolucionarias, puede inclinar la balanza dramáticamente. Tendría una influencia fundamental en que la insurrección triunfe o no.

El que se logre conseguir apoyo material y político de esas capas, en vez de que se lo ofrezcan al enemigo, sería decisivo. Eso incluiría información de inteligencia. Debido a la manera de combatir de los revolucionarios, una gran cantidad de la información y de la comunicación, así como de todo lo demás, depende de las masas. Debido a la manera de combatir de las fuerzas revolucionarias, así como debido a sus principios y a los recursos materiales que tengan, y que no tengan, no pueden depender de la tecnología. Tendrían que depender de las masas en el campo de la inteligencia, tanto para que les den información a ellas como para que le den desinformación al enemigo.

¿Qué posibilidades tendría de triunfar la revolución si no se lleva a cabo la estrategia del FU,DP, si no se ha estado impulsando sin cejar esa orientación de unir a todos los que se pueda unir?

Para que quede más claro, miremos más allá de la lucha por el poder: aun si se pudiera triunfar a corto plazo sin haber trabajado correctamente con esas otras capas sociales, las posibilidades de continuar la revolución y transformar la sociedad serían menores si esas capas sociales están en contra. Pero incluso a más corto plazo, habría menos posibilidades de ganar una insurrección y entrar en la guerra civil (y menos posibilidades de ganar la guerra civil) si no se ha llevado a cabo la estrategia del Frente Unico bajo Dirección Proletaria en conjunto con las otras capas sociales, por todas las razones que he mencionado.

La primera parte de esta serie salió en el OR, No. 881.


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