La batalla de Wounded Knee, 1973

Relatos de la resistencia del pueblo lakota

Debbie Lang

Obrero Revolucionario #1038, 16 de enero, 2000

En la primavera de 1973, cientos de indígenas y seguidores ocuparon el pueblo de Wounded Knee en la reserva Pine Ridge del estado de Dakota del Sur. Exigían que el gobierno suspendiera el asesinato y el hostigamiento de partidarios del Movimiento Indígena Americano (AIM), de sus seguidores y de los tradicionalistas, y que respetara los tratados que le dieron al pueblo lakota (también llamado siux) autodeterminación en los Black Hills.

El gobierno respondió despachando 300 efectivos del ejército, FBI, Buró de Asuntos Indígenas (BIA), mariscales federales y policía estatal. Los indígenas montaron una defensa armada que duró 73 días. Su heroicidad y militancia resonó por todo el mundo y prendió un poderoso movimiento de apoyo a la lucha de los pueblos indígenas. En Wounded Knee, en 1890 el ejército federal masacró a 300 hombres, mujeres y niños siux, y desde entonces ha sido un símbolo de lucha.

Después del sitio, el gobierno federal desencadenó una ola de represión contra los habitantes de Pine Ridge. De todo el país llegaron valientes militantes de AIM, entre ellos Leonard Peltier, a organizar la defensa de la reserva.

En 1977 las autoridades acusaron injustamente a Leonard de matar a dos agentes del FBI, por lo cual ha pasado 23 años en un calabozo. Pero Leonard ha ganado respeto y apoyo por todo el mundo como voz de los pueblos indígenas y como preso político que no se deja quebrantar.

Noviembre 1999 fue el Mes de Libertad para Leonard Peltier y miles de personas viajaron a Washington, D.C., para exigir su libertad. Entre ellos estuvieron veteranos del sitio de Wounded Knee y de la lucha en la reserva Pine Ridge. Este artículo recoge conversaciones que tuvo nuestra corresponsal Debbie Lang con esos luchadores.

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"Entre las historias de lo que vivió nuestro pueblo hay relatos sobre nuestra familia. Tengo una abuela que sobrevivió la masacre de Wounded Knee de 1890; se llamaba Dora Hi White Man. Tengo recuerdos de ella y soy muy afortunada de haber conocido a una sobreviviente de la masacre. Si uno piensa que eso ocurrió hace mucho, pero mucho tiempo, está equivocado porque yo conocí a mi abuela, que logró escaparse de la masacre.

"Soy de Oglala. En 1973 era niña. Una noche el cielo se puso rosado (de las bengalas disparadas por el gobierno). O sea que Wounded Knee está al otro lado de esa colina. Dije: `¡Orale! ¡Qué chévere! ¡Sigan haciendo lo que están haciendo!'. Estaba encantada. Ni me imaginaba que mi nación estaba en guerra con una potencia mundial. Estaba orgullosa de ellos. Desde ese entonces me he sentido orgullosa de ser indígena. Me da orgullo saber que si se meten con nosotros, se meten en líos".

Arlette Loud Hawk, lakota, reserva Pine Ridge

En la década de los 60, en pleno apogeo de la lucha contra la guerra de Vietnam y el movimiento de liberación negra, surgió un poderoso movimiento de pueblos indígenas de Estados Unidos. AIM movilizó a una nueva generación para luchar contra las autoridades y participó en numerosas luchas, como la ocupación de la isla de Alcatraz en la bahía de San Francisco (que duró 19 meses), ocupaciones del monte Rushmore, un "Día de Luto" celebrado en Plymouth Rock el día de Acción de Gracias y una caravana de Tratados Violados a Washington, D.C., que terminó con la toma del edificio del BIA.

Carter Camp, del Movimiento Indígena Americano (AIM), me dijo: "Nuestra gente esperaba que alguien se pusiera de pie y dijera ¡basta ya! Nos han oprimido muchos años y es hora de luchar. El Movimiento Indígena Americano representó al pueblo como una sociedad guerrera; dijo que ya no vamos a permitir que nos sigan atropellando, que nos sigan robando tierras, que sigan pavimentando nuestras reservas y tapando nuestros ríos".

La reserva Pine Ridge contiene numerosas riquezas naturales, como carbón, uranio y agua subterránea, estimada en millones de galones. En 1868, el gobierno federal negoció el tratado de Fort Laramie después de perder la guerra. Pero enseguida empezó a violarlo y a robarse la tierra y los recursos naturales. El gobierno federal y la iglesia cristiana querían obligar a los lakota a asimilarse, por lo cual secuestraban niños para meterlos en escuelas y les prohibían practicar su cultura y ceremonias religiosas. En la década de 1970, a los lakota solo les quedaba un tercio de sus tierras y el gobierno tenía planes de robarse más para apoderarse del uranio (para la producción de armas nucleares).

En febrero de 1972 Raymond Yellow Thunder, un lakota, murió de una paliza propinada por dos blancos de Gordon, Nebraska. Los ataques racistas eran muy comunes en la reserva, pues los blancos gozaban de impunidad. Pero esa vez AIM organizó una caravana de 200 carros a Gordon y presionó a las autoridades a entablar serios cargos contra los asesinos. Todo eso emocionó a los indígenas de la reserva y, como dice Rosaline Jumping Bull, quien se crió en la reserva: "Mi papá era empleado del Buró de Asuntos Indígenas (BIA), trabajaba en el departamento de crédito. Un día llegó a la casa con la noticia de que unos muchachos extraños de pelo largo fueron a la oficina y que se llamaban AIM. Como a nosotros nos permitían tener el pelo largo, no lo concíamos y decidí ir a ver con mis propios ojos. Por esos días mataron a mi tío Raymond Yellow Thunder en Gordon, Nebraska. Mi mamá me dijo que no fuera, que ni lo pensara dos veces porque siempre me metía en líos. Bueno, me fui a la carrera procurando que no me vieran mis padres, tenía ganas de ver la marcha de AIM, y la pasé a todo dar, fue algo muy alegre. No sabía que podíamos contraatacar, ¿me entiendes? Siempre me decían que no podía contraatacar, que tenía que obedecer a los blancos. Eso es lo que mis padres y mi abuela me decían siempre. Pero después llevé a mi mamá y le gustó".

Arlette Loud Hawk era adolescente en 1973. Me dijo: "Recuerdo todo gráfica y vívidamente, con mucha claridad. en parte se debe a que recuerdo a mi primo Wesley Bad Heart Bull, a quien mataron en Buffalo Gap, un pueblo cercano. El nombre de soltera de mi mamá era Stella Bad Heart Bull, y mataron al hijo de su hermano. Pero antes mataron a mi primo Lesley Bandley. Era soldado y un día que iba caminando por la carretera lo mataron unos muchachos blancos. Lesley Bandley y Wesley Bad Heart Bull no recibieron justicia.

"Mis padres conocían a Dennis Banks y a Russell Means, ambos militantes de AIM. Mi tío era vicepresidente de la tribu Oglala Siux; él se llamaba Dave Long y siempre venía a visitar a mis padres. Cuando supimos de la muerte de mi primo, mi tío le dijo a mi mamá que llamara a AIM".

El 6 de febrero la policía atacó una protesta de AIM frente a la corte de Custer para que acusaran de homicidio al que mató a Wesley Bad Heart Bull. Arlette recuerda haber visto por la TV que unos "indígenas estaban luchando contra los mariscales federales" que los atacaron.

Para contrarrestar la influencia de AIM, en la primavera de 1972 el gobierno impulsó la candidatura de Dick Wilson como jefe tribal. Wilson era un reaccionario, patriota a morir y detestaba a AIM. Desató un reino de terror en la reserva contra AIM y sus simpatizantes. Con su grupo de matones a sueldo llamados GOONs (Guardianes de la Nación Oglala), amenazaron, maltrataron, golpearon y tirotearon a cientos de personas, hirieron a familiares de activistas y quemaron sus casas. Wilson contaba con el apoyo del FBI y el BIA. Carter Camp describe la fuerza armada que el gobierno federal le envió a Wilson:

"Había una unidad especial de mariscales que se llamaba Grupo de Operaciones Especiales, que no eran como los demás detectives de traje y corbata en las ciudades. Estos siempre estaban vestidos de militar y portaban ametralladoras M-16, se trasladaban en portatropas y tenían helicópteros. Ya sea un matrimonio o un entierro, donde sea que se congregaban los indígenas, ese grupo siempre estaba presente. Empezaron a decir que no podíamos andar en grupos de más de cuatro. Así era la opresión que vivía nuestro pueblo cuando solicitó el apoyo del Movimiento Indígena Americano".

Ellen Moves Camp me contó cómo se pusieron en contacto con AIM: "Llamamos a AIM porque ya estaba en Rapid City. Estuvieron en Washington y fueron a la corte de Custer. Así que invitamos a que vinieran por estas partes. En ese entonces nos acompañaba un muchacho que se llamaba Pedro Bissonnette, a quien mataron los GOONs y nos aconsejaron unirnos al movimiento pro derechos civiles. Ellos empezaron a ayudarnos". En una reunión secreta, Ellen Moves Camp y otros indígenas de la reserva Pine Ridge consiguieron el apoyo de los mayores para invitar a AIM.

"...los mejores días y los más libres que he vivido"

"Por razones de seguridad dijimos que íbamos a una reunión/wacipi en Porcupine. La carretera pasa por Wounded Knee. Cuando empezó a llegar la gente ya teníamos establecido un perímetro, tomamos rehenes, corrimos a los agentes del BIA, cortamos la mayoría de las líneas telefónicas y empezamos 73 de los mejores días y los más libres que he vivido. Todavía arde en mí el honor de haber sido escogido para ser de los primeros. Esa noche no teníamos la menor idea de lo que nos esperaba. Fue una noche fría, sin mucha luz de luna, y recuerdo lo nervioso que estaba durante el viaje de Oglala a Wounded Knee.... Llevamos pocas armas. Teníamos que confiscar las armas del almacén de la reserva. Me preocupaba que no llegáramos a tiempo, o sea, antes de que empezara la balacera....

"Ibamos a un lugar sagrado y cada uno sabía que era así. Lo sentíamos. Como guerrero que dirigía a guerreros recé ante Wakonda por la vida de todos y por la sabiduría de saber qué hacer. Nunca más he vuelto a ofrecer el tabaco con tanta súplica ni me he puesto las plumas con tanto propósito. Fue el nacimiento de la Nación Oglala Independiente. Esa noche alcanzamos todos nuestros objetivos sin bajas. En la fría oscuridad esperaba la llegada de la caravana (o que empezara la batalla). Estaba en el mismo lugar donde la caballería de Custer asesinó a nuestra gente. Ahí oré por los indefensos hechos trizas por cañones Hotchkiss y pisoteados por caballos montados por wasicu (blancos) borrachos. Al descender a la quebrada sentía que me acariciaban sus espíritus, ahí esperaba mi futuro y sentía mi pasado. Luego levanté un ramo de salvia nutrida en 1890 por sangre de niños rojos arrebatados de brazos maternos y muertos a bayonetazos. La yerba sagrada que me unté aceró mi resolución y ahuyentó todos los temores. En la oscuridad busqué a Big Foot y a Yellow Bird y les dije en voz alta: `Estamos reunidos con mis antepasados, estamos en nuestro hogar'".

Carter Camp, de Remembering Wounded Knee

Carter Camp dice que escogieron Wounded Knee por ser un lugar histórico que tiene un significado especial para los indígenas y es conocido en el mundo entero gracias al libro de Dee Brown Enterrad mi corazón en Wounded Knee. Además dijo: "En el techo del cuartel del BIA habían amontonado sacos de arena y colocado ametralladoras calibre .50, pensando que lo íbamos a atacar. Pero nosotros sabíamos que no lo podíamos atacar porque teníamos pocas armas. Cuando decidimos ayudar al Comité pro Derechos Civiles de Oglala y a los tradicionalistas, buscamos un lugar donde pudiéramos resistir un tiempo sin que nos aniquilaran en un dos por tres. Sabíamos que nos podrían aniquilar, pero queríamos un lugar donde se supiera".

El 27 de febrero, una caravana de 200 carros salió rumbo a Wounded Knee. El escuadrón de avanzada ya lo había liberado. Carter nos cuenta cómo lo hicieron:

"Primero detuvimos a todos los agentes del BIA, los desarmamos, les quitamos los radios y los dejamos ir. Tomamos 11 rehenes y los pusimos en un lugar seguro. Después de un par de horas llegaron los dirigentes de AIM en la caravana de carros con más de 400 personas. Establecimos un perímetro y los agentes del FBI recién empezaron a darse cuenta de que los tomamos por sorpresa, que ya estábamos adentro y que nos estábamos atrincherando. También se dieron cuenta de que ya no solo nuestra vida sino la de ellos estaba en juego. Estábamos en una posición defensiva, atrincherados y con ventaja. No sabían qué hacer. Por eso retrocedieron y eso nos dio tiempo para colocar a nuestra gente y así empezó el sitio de 73 días".

Todos los que recuerdan el sitio de Wounded Knee dicen que fue uno de los mejores momentos de su vida. Russell Loud Hawk ayudó a establecer el perímetro y tenía una gran sonrisa cuando me dijo: "AIM se propuso poner las cosas al derecho en la reserva, porque el gobierno les estaba dando duro a los tradicionalistas. Por eso me alegró que vinieran y por eso me uní a ellos. Le estaba preguntando a una señora si recordaba las locuras que hicimos, ahí rodeados. Hicimos cosas increíbles; creo que fuimos más vivos que los del FBI".

Carter Camp me dijo: "Luchamos todos los días y estábamos en peligro todos los días. Pero también había mucho que celebrar. Cuando no estábamos combatiendo o cuando no estábamos en peligro, la pasamos de maravilla. De noche sacábamos el tambor y todas las tribus se ponían a cantar sus canciones. Tenemos ceremonias muy especiales que nunca hacíamos en público, pero ahora todos podían participar, no había por qué esconderlas, todos podían participar. Había ancianos, shamanes, mujeres y niños.

"Eramos una comunidad fuerte; todos teníamos trabajos que cumplir y todos combatíamos. Pero podíamos vivir juntos y teníamos cosas que queríamos hacer, podíamos decir lo que queríamos y ver al mundo de la manera que lo veían los indígenas. Así que todos nos sentíamos bien. Alcanzamos una unidad poco común. Somos de diferentes tribus y no acostumbramos a unirnos de esa manera. Llegó gente de todas partes, eran miles. En un momento dado podía haber de 700 a 800 personas en Wounded Knee, pero venían y se iban; aunque un grupo de AIM y de tradicionalistas se quedó el tiempo que duró el sitio".

Ellen Moves Camp recuerda: "En la mañana hacíamos reuniones y rezábamos. Todos participábamos y después nos poníamos a hacer gestiones. Todas las noches entrábamos en las cabañas de sudar.... Cuando abrían fuego contra nosotros, todos se quedaban quietos para ver qué pasaría. Una vez salí para ver el tiroteo, las bengalas que nos disparaban.... La situación estaba mal, pero todos estaban contentos y todos trabajaban juntos. Nadie andaba quejándose. Todos estábamos unidos. Fue buena onda".

Legado que perdura

El 11 de marzo, los jefes y líderes espirituales de la Nación Oglala Siux declararon el renacimiento de la Nación Oglala Independiente y solicitaron hablar con representantes del gobierno federal sobre el tratado de Fort Laramie firmado en 1868. Pero el gobierno respondió mandando refuerzos para impedir que llegaran alimentos y suministros a Wounded Knee. Luego cortó las líneas telefónicas y la prensa se fue. Lanzó muchísimas acusaciones contra los luchadores. El 4 de mayo la Casa Blanca envió una carta prometiendo que su representante se reuniría con los jefes siux para conversar sobre el tratado de Fort Laramie, siempre y cuando los indígenas depusieran las armas. Aceptaron y terminaron la ocupación.

El gobierno jamás investigó al BIA ni acusó a Dick Wilson y sus GOONs por los asesinatos que cometieron. En vez, desató un reino de terror contra la reserva y acusó a casi 700 personas en conexión con la ocupación de Wounded Knee.

Ellen Moves Camp participó en las negociaciones. Con respecto al comportamiento del gobierno, dice: "Los que vinieron de Washington vinieron a mentirnos. Jamás cumplieron lo que prometieron. Nosotros tratamos de negociar de buena fe pero ellos mintieron. Prometieron hablar sobre los tratados y cumplirlos, pero nunca lo hicieron".

La valerosa posición de Wounded Knee inspiró a millones de personas. Cientos arriesgaron la vida para unirse a la causa o llevar alimento y medicinas. Médicos y enfermeros fueron a establecer una clínica. De todo el mundo llegaron telegramas de apoyo, y miles de personas participaron en manifestaciones en ciudades de Estados Unidos y de otros países. Ese amplio apoyo le impidió al gobierno lanzar un gran ataque militar.

Carter Camp me dijo: "Wounded Knee nos galvanizó a todos los indígenas. Durante el tiempo que duró la ocupación, los indígenas de Seattle a Washington, D.C., de Nueva York a la Florida, atacaron las oficinas del BIA, denunciaron los deplorables servicios médicos y exigieron que sus propios gobiernos tribales cancelaran los contratos con las compañías de uranio y carbón, etc. Los indígenas se estaban haciendo escuchar.

"Wounded Knee y el ascenso del Movimiento Indígena Americano, así como las luchas que estallaron a fines de los años 60 y en los 70, cambiaron para siempre la percepción que los indígenas tienen de sí mismos. Empezaron a pensar en el futuro, dejaron de pensar en que podrían ser exterminados y que esta sería la última generación. Fortaleció a todas las naciones indígenas.... Empezaron a tener orgullo de sus orígenes y de lo que son, y eso no había ocurrido en Estados Unidos en muchas, pero muchas generaciones. También sirvió para que el gobierno supiera que hay una línea más allá de la cual no nos pueden empujar. Ya estábamos hartos y si nos empujaban un poco más íbamos a luchar".


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