Bob Avakian, presidente del PCR,EU
Obrero Revolucionario #1097, 8 de abril, 2001, en rwor.org
No olvidemos la crítica de Mao a las tendencias pacifistas y derrotistas ante la guerra revolucionaria: no es correcto ni beneficia al pueblo hablar solamente de los aspectos negativos de la guerra revolucionaria--la destrucción--y no de los aspectos liberadores. Pero eso no quiere decir que Mao y los demás líderes del proletariado no han tomado muy en serio la cuestión de librar una guerra revolucionaria para tumbar al sistema reaccionario.
Mao (al igual que Lenin) recalcó el planteamiento del estratega militar Clausewitz (un alemán del siglo 19) de que la guerra es la continuación de la política... por otros medios. A fin de cuentas, en un país como Estados Unidos, la guerra revolucionaria será una continuación de la política revolucionaria, así como la guerra contrarrevolucionaria de los imperialistas será una continuación de la política reaccionaria. Mao sintetizó algo muy fundamental sobre la guerra en general, y la guerra revolucionaria en particular: "Ustedes combaten a su manera y nosotros a la nuestra". Su manera se apoya (y solo puede apoyarse) en la tecnología, y oculta de las masas los verdaderos motivos de la guerra e incluso de los mismos soldados. Nuestra manera se apoya (y solo puede apoyarse) en plasmar cabalmente los anhelos de cambio radical de las masas, y en su decisión consciente de poner todo en juego y librar la guerra revolucionaria que logrará ese cambio.
Es una profunda verdad que en la guerra el factor decisivo es la gente y no las armas, pero eso debe concretarse en la doctrina y estrategia militar y, lo que es más, en la manera de librar y ganar la guerra revolucionaria cuando se presente la oportunidad. Es decir, no basta con ser "más valientes" que las fuerzas imperialistas.
Desde luego, el valor y la osadía, la capacidad de sacrificio del pueblo consciente que lucha por su emancipación y la de la humanidad, y las lecciones e inspiración que brinda el MLM serán factores muy importantes para el ejército revolucionario del proletariado. Sin embargo, cuando llegue el momento, eso debe plasmarse plenamente en doctrina militar, en principios de operación del ejército, en fuerzas y destacamentos militares, y en formas de combate que puedan DERROTAR al enemigo en el campo de batalla.
En un país como Estados Unidos, antes de que se desenvuelva una situación revolucionaria (durante todo el período de preparación) es imprescindible que el partido de vanguardia siga elaborando su doctrina y línea militar básica porque si no, no estará en condiciones de dirigir a las masas a la insurrección armada seguida por la guerra civil cuando esté "a la orden del día".
Ojalá que LE TOCARÁ A CADA FUERZA MILITAR COMBATIR CON LAS ARMAS DE LA ÉPOCA QUE CORRESPONDE A SU IDEOLOGÍA. Por ejemplo, a los fascistas cristianos (quienes, cabe señalar, juegan un papel muy importante en todo nivel de la clase dominante de Estados Unidos y en particular en las fuerzas armadas) y las fuerzas militares que dirigen les tocaría combatir con las armas de hace tres o cuatro mil años: no tendrían armas de fuego ni tanques ni helicópteros ni aviones. Lucharían con espadas y cosas por el estilo, escudos de metal quizás, pero no tendrían armas de fuego ni tanques ni helicópteros ni aviones ni misiles ni armas nucleares, pues su ideología representa puras babosadas... relaciones sociales, ideas y "valores" de hace miles de años. A los fundamentalistas islámicos por igual les tocaría combatir con armas de hace 1500 años, o sea, de la época de Mahoma. A ellos también les tocarían espadas y escudos, y no tendrían armas de fuego ni tanques ni aviones ni nada de eso; no les tocarían misiles ni artillería ni nada. Y a los sionistas, que justifican con citas de la Biblia el robo de la tierra de Israel del pueblo palestino, les tocaría combatir con las armas que tenían los personajes del Antiguo Testamento.
Es decir, todo mundo, y nosotros también, lucharía con las armas de la época que corresponde a su ideología. ¡Qué gusto nos daría! Claro, aun así no dependeríamos de la tecnología; seguiríamos apoyándonos en el proletariado y las masas pero, ¡cómo nos gustaría tener tecnología muy avanzada que corresponda al hecho de que nuestra ideología es la más avanzada de la historia y hoy por hoy representa un gran salto hacia un futuro liberador para la humanidad! Pero, claro, eso jamás ocurrirá así; ¡ni modo pensar que será así, ni mucho menos contar con eso!
Es una fantasía, un chiste, pero pone de relieve lo extremas que son las contradicciones básicas del sistema capitalista imperialista en este momento: la contradicción entre las fuerzas de producción altamente desarrolladas y socializadas, por un lado, y la acumulación privada capitalista, monopolizada por un puñado de explotadores, por el otro. Señala la contradicción entre esas fuerzas de producción muy avanzadas y las relaciones capitalistas imperialistas de propiedad y explotación, y la correspondiente superestructura política, cultural e ideológica, que arrastra conceptos y costumbres caducos, como las milenarias supersticiones y oscurantismo religioso que pretenden imponer. Sin embargo, las fuerzas revolucionarias tendrán que trabar combate con ellos y derrotarlos con toda su tecnología y horribles medios de destrucción... pero también con sus profundas debilidades estratégicas.
Las debilidades estratégicas del enemigo
¿Cuáles son esas profundas debilidades estratégicas? La contradicción fundamental de su sistema, y el gran sufrimiento y destrucción que genera una y otra vez... Su naturaleza fundamental de crueles explotadores que imponen indecibles horrores a las masas de todo el planeta... Las necesidades del "imperio", precisamente su ingerencia constante en otros países; "se extienden mucho" y "se meten en líos" y guerras en una y otra región del mundo.
No olvidemos la experiencia de Vietnam y la profunda crisis que provocó para su sistema, en el plano internacional y en el mismo Estados Unidos, y en sus propias fuerzas armadas. Durante la guerra de Vietnam, en medio del auge de protesta que sacudió la sociedad y las fuerzas armadas, se desintegraron unidades militares, desobedecían órdenes de combate y les lanzaban granadas y alzaban las armas contra sus propios oficiales (lo que se llamaba "fragging"). La cuarta parte de las fuerzas armadas estadounidenses (en Vietnam y en el mundo entero) desertó. Eso nos da una idea muy concreta de lo que ocurre cuando estalla una verdadera crisis, cuando se extienden mucho y se meten en líos, sobre todo si están perdiendo una guerra y sufriendo muchas bajas como en Vietnam. La misma lógica del sistema produce constantemente esa clase de situaciones, de una forma u otra, en mayor o menor grado.
Otra debilidad estratégica es la contradicción entre la pregonada "libertad y democracia" del sistema, por un lado, y su verdadero papel opresivo y explotador en el país y en el mundo entero, por el otro. Por ejemplo, gente que se cree lo de la democracia y quiere cambios sale a protestar, y de repente le cae el veinte sobre la verdadera naturaleza del estado, del sistema, de las relaciones de poder de la sociedad. Comienzan a cuestionar lo que jamás cuestionaron y platican con los amigos, la familia; se arman discusiones: "Tú no entiendes porque no estuviste ahí; no viste lo que yo vi; no lo viviste en carne propia, pero yo sí. La policía se ensañó con los que protestaban, los medios de comunicación echaron mentiras y taparon la verdad, y todo lo demás". Así que esa contradicción entre la pregonada libertad y democracia del sistema, por un lado, y su verdadero papel opresivo y explotador en el país y en el mundo entero, por el otro, no existe en un plano abstracto; al contrario, es una vulnerabilidad estratégica muy importante del sistema.
Otra contradicción clave, otra vulnerabilidad estratégica es el hecho de que la gente conforme, que apoya al sistema, tiende a ser más "floja" y menos dispuesta a hacer grandes sacrificios. Es preciso captar eso y sus implicaciones para el apoyo (o la falta de apoyo) que el sistema tendría en una guerra contra una fuerza revolucionaria, una guerra que no podría ganar rápidamente.
Hay que considerar el impacto que ese hecho tendría incluso en las mismas fuerzas armadas. Sin embargo, debemos ser dialécticos, no simplistas, pues sí tienen fuerzas que los apoyarán hasta la muerte. Actualmente su estrategia militar se fundamenta en librar guerras donde básicamente no sufren bajas, donde tienen una ventaja abrumadora y pueden golpear al enemigo sin muchas bajas. Así se lo propusieron en Irak y hace poco en Yugoslavia, y básicamente lo lograron.
Han sacado sus propias conclusiones de la experiencia de Vietnam: si empieza a haber muchas bajas, eso provocará grandes conflictos y trastornos sociales, y una gran protesta popular. Pero a fin de cuentas, si peligra su sistema y su poder, contarán con fuerzas que los apoyarán incondicionalmente, fuerzas dispuestas a arriesgar mucho y a luchar implacablemente para mantener el sistema. Las fuerzas revolucionarias no deben pensar que dichas fuerzas siempre serán muy "flojas" ni que se esfumarán ante el primer golpe del ejército revolucionario.
Pero en el fondo--o sea, al aplicar la dialéctica a ese problema y analizarlo más a fondo--se destaca una verdad fundamental: cuando las fuerzas imperialistas sufren derrotas y reveses en el campo de batalla, cuando tienen muchas bajas y mucho sufrimiento, se impondrá el hecho de que sus partidarios más firmes son gente acostumbrada a una vida acomodada, gente que por lo general no está dispuesta a hacer grandes sacrificios (y difícilmente se convence de la necesidad de hacerlo). Y eso minará el apoyo a la guerra imperialista. Es decir, sus partidarios se desmoralizarán, e incluso las mismas tropas se desanimarán y se desintegrarán, y algunas pasarán a las filas de las fuerzas revolucionarias. Pero debemos tener muy presente que eso solo pasará si las fuerzas revolucionarias traban combate con ellas y las derrotan en el campo de batalla, o sea, no sucederá simplemente con convocatorias y discursos; eso jamás dará resultado.
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Y más importante aún, no debemos perder de vista NUESTRAS GRANDES VENTAJAS ESTRATÉGICAS. Al contrario, debemos basarnos en ellas siempre. En ellas nos fundamentamos para librar la guerra revolucionaria, y para la estrategia y doctrina militar.
¿Cuáles son nuestras grandes ventajas estratégicas? Lo que representamos, y en particular el hecho de que representamos la única solución a las contradicciones fundamentales del sistema, o sea, la única solución que beneficia a la vasta mayoría de la humanidad del mundo entero. Otra ventaja nuestra es la concepción del mundo y la metodología del MLM, que nos brinda la comprensión más cabal y correcta del mundo, y nos permite transformarlo. Para luchar "a nuestra manera" nos basamos precisamente en eso, y lo concretamos en una poderosa resistencia y finalmente en una guerra revolucionaria contra el sistema. Nos basamos únicamente en eso.
Para librar una guerra que podrá triunfar, y hacerlo de tal manera que sirva a la meta de movilizar a las masas para transformar radicalmente la sociedad, es imprescindible apoyarnos en las masas y su lucha cada vez más consciente y resuelta.
Nuestras grandes ventajas estratégicas y sus grandes debilidades estratégicas deben concretarse en medios y métodos de guerra cuando llegue el momento de librar la guerra revolucionaria.
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