Cruel decisión

Suprema Corte prohíbe el uso medicinal de marihuana

Obrero Revolucionario #1104, 24 de mayo, 2001, en rwor.org

El 14 de mayo, la Suprema Corte prohibió la distribución de marihuana con fines medicinales. Como consecuencia, ahora son ilegales los clubes de compra de marihuana que se formaron en California para abastecer a miles de enfermos graves cuando el estado legalizó el consumo de marihuana con fines medicinales.

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En 1998, el gobierno federal (con Clinton a la cabeza) mandó cerrar los clubes de compra de marihuana. Un tribunal de apelaciones rechazó la orden del gobierno federal, y este apeló a la Suprema Corte. Ahora la Corte decidió a favor del gobierno federal, para inmensa alegría de Bush. La Corte no anuló las leyes de California que despenalizaron la distribución de marihuana con fines medicinales, pero declaró que el consumo medicinal no constituye una excepción de las leyes federales y que, por lo tanto, los clubes de compra son ilegales. ¿Que qué?

El razonamiento de la Corte es un círculo vicioso: como la marihuana es ilegal, no puede ser buena para los enfermos... así que sigue siendo ilegal. El magistrado Clarence Thomas dijo que como la Ley Federal de Sustancias Controladas la prohibió en 1970, "se ve que la marihuana no tiene beneficios medicinales y que no se debe eximir". En esencia, la Corte dice que la marihuana es mala "porque me cae", aunque alivie el dolor y sufrimiento de unos 100.000 enfermos.

El ultrarreaccionario Clarence Thomas y el resto de la Corte de momios anularon la decisión de un tribunal de apelaciones; mandaron al diablo la opinión del 56% de los votantes de California que legalizaron el uso medicinal de la marihuana; pasaron por alto las investigaciones de médicos y científicos que han estudiado la marihuana por años; y rechazaron fríamente las necesidades y experiencias de los enfermos que se alivian con ella. La marihuana calma las terribles náuseas de la quimioterapia, abre el apetito a enfermos de SIDA que de otra forma se enflaquecen peligrosamente y relaja los espasmos musculares de la esclerosis múltiple. También alivia los síntomas de glaucoma, anemia falciforme, asma, epilepsia y otras enfermedades.

Siguiendo el absurdo, la Corte dijo que la marihuana solo se puede adquirir legalmente para investigación, pero los científicos señalan que el gobierno no les facilita marihuana para investigaciones porque estas pueden demostrar que la marihuana sí ayuda a los enfermos.

La decisión de la Corte fue unánime: 8 a 0. Un magistrado no votó porque su hermano también es juez y trabajó en la apelación.

El secretario de Justicia aplaudió la decisión; dijo que es una victoria para las fuerzas del orden y que "reafirma el papel central del gobierno en la regulación de sustancias controladas".

Respaldando la "guerra contra la droga", la Suprema Corte atiza la "guerra contra el pueblo". Esto afectará rápidamente a los enfermos que fuman marihuana. El abogado de la cooperativa de compradores de Oakland (el caso que vio la Suprema Corte) cree que las autoridades federales procederán a cerrar los clubes de compra a toda velocidad. Muchos pacientes tendrán que buscar marihuana ilegalmente en el mercado negro; los que no puedan o no quieran hacerlo, sufrirán innecesariamente.

Al bote

"Existen muchos ejemplos de las tácticas violatorias que se emplean comúnmente contra los fumadores de marihuana: perros antidroga, vigilancia desde helicópteros, análisis médicos, intervención de teléfonos y registro de la basura. Asimismo, intervienen fuerzas militares y soplones. El gobierno (federal, estatal y local) gasta unos $7 billones al año para arrestar y encarcelar a los fumadores de marihuana".

Organización Nacional pro Reforma de las Leyes de Marihuana (NORML)

No debe caber duda de que esta decisión de la Suprema Corte llevará a más gente al bote.

En Colorado, el 1º de junio iban a empezar un programa para pacientes: los que se inscribieran podían comprar, tener y sembrar marihuana. Pero el día de la decisión de la Suprema Corte, el procurador del estado dijo que cualquiera que tuviera marihuana "se exponía a las fuerzas del orden".

El gobierno federal gasta $16 billones al año en la "guerra contra la droga", que ataca a los consumidores y vendedores de marihuana. La Organización Nacional pro Reforma de las Leyes de Marihuana, que ha investigado a fondo las sentencias, calcula que desde 1965 han arrestado a más de 9 millones de personas por tener o vender marihuana: un arresto cada dos minutos.

En 1997 hubo más de 700.000 arrestos y el 87% fueron por posesión. Ese mismo año, 30 personas purgaban condenas de cadena perpetua por marihuana. Se calcula que en la actualidad hay 60.000 presos por marihuana; 15.000 solo la tenían (no vendían) y 23.000 no se metían con otras drogas. La cantidad de arrestos aumentó durante la presidencia de Clinton (el hombre que fumó pero que dice que no inhaló) y todo indica que el gobierno de Bush (el hombre que tomaba pero que dice que no se daba pericazos de coca) va a ser peor.

En algunos estados, tener una pequeña cantidad de marihuana se castiga con una multa, pero en muchos estados los castigos son gruesos. En Alabama, el cultivo se castiga con cadena perpetua, lo mismo que un segundo arresto por vender. En Indiana, "ir a sabiendas a un lugar donde se consumen drogas" se castiga con 180 días de cárcel y una multa de $1000, o sea que ir a montones de lugares públicos es ilegal.

En Luisiana, tener marihuana se castiga con 20 años de trabajos forzados. Cultivar una sola planta en la casa se pena con 15 años de cárcel en Misuri, y cadena perpetua en Oklahoma y Rhode Island. En Montana, si uno le da un cachito de su planta a otra persona, la sentencia es cadena perpetua. El gobierno federal sentencia a cadena perpetua por sembrar más de 100 matas. En algunos estados, la policía se puede llevar un carro si hay una pizca de marihuana. En todo el país, echan a toda la familia de los proyectos de vivienda pública si una persona tiene un cigarro de mota.

A los que fuman, siembran o compran marihuana por razones medicinales les espera lo mismo.

Pero hay una intensa contracorriente. Se sabe que la "guerra contra la droga" no ha parado el consumo de drogas y muchos ven que ha servido para darle más poderes a la policía, ocupar comunidades enteras, parar a los negros porque sí, militarizar las fronteras e inmiscuirse en países como Colombia, Perú y México.

La cruzada contra la marihuana está tan desprestigiada que cuando el gobierno llevó a juicio a la cooperativa Oakland Cannabis Buyers, decidió que no sería un juicio con jurado: temía que ningún jurado de California la condenara.

Hay, incluso, sectores de la clase dominante opuestos a la guerra contra la droga (por sus propios intereses de clase). Nueve estados han legalizado el uso medicinal de la marihuana: Arizona, Alaska, Colorado, Hawai, Maine, Nevada, Oregon, Washington y California. Connecticut permite a los enfermos de cáncer y de glaucoma tener marihuana con receta.

Una de cada cinco personas vive en un estado que ha despenalizado el uso medicinal de la marihuana. Por lo tanto, era inevitable que se planteara si los estados tienen derecho de despenalizar parcialmente la distribución de una droga prohibida por las leyes federales. Una función de la Suprema Corte es resolver las diferencias entre las leyes estatales y federales (o sea, resolver disputas de la clase dominante). Eso fue lo que hizo en este caso.

Al rechazar la despenalización de la distribución de marihuana a enfermos, la Suprema Corte ha respaldado la "guerra contra la droga". Tradicionalmente, los gobiernos estatales (no el gobierno federal) son los encargados de frenar la distribución. Si ellos consideran que el uso medicinal de marihuana es legal, ¿quién hará cumplir la decisión de la Suprema Corte? Varios magistrados dijeron que la distribución debía seguir siendo ilegal, pero que se podría permitir el consumo por razones de salud (¿qué lógica tiene eso?).

Con una firma, la Suprema Corte volvió criminales a más de 100.000 personas y reforzó la atmósfera de crueldad de "la ley". Esto no ha terminado el debate interno de la clase dominante sobre la marihuana, pero puso a la Suprema Corte del lado de una gran injusticia: la cruzada federal contra la marihuana.

Resistencia a un fallo nauseabundo

"Otras drogas se pueden recetar y vender con fines medicinales..., pero no la marihuana. Conforme a la Ley de Sustancias Controladas, la marihuana no tiene ningún uso medicinal".

Magistrado Clarence Thomas

"Clarence Thomas dice que la marihuana no tiene usos medicinales. Otra cosa cantaría si tuviera mi cáncer... Las náuseas que da la quimioterapia no se parecen a las demás; no paran, no aflojan... El cuerpo envenenado se defiende; quiere vaciarse, expulsar toda onza de toxina para sobrevivir. Yo lo sé... mi primera quimioterapia la pasé sin mota. Una sola vez. De ahí en adelante, no capitaneé el barco de la quimioterapia sin fumar inmediatamente la hierba mágica. Y era mágica. Calmaba el mar ahí mismo. Despejaba el cielo. Tan pronto el humo llegaba a los pulmones, la superficie se calmaba... La mota era una de las pocas drogas que me daba alivio. No me tumbaba ni me aceleraba; no me destrozaba el músculo cardíaco ni me dejaba calvo; no me embotaba ni me enredaba la lengua; no me atacaba el estómago ni me dormía los dedos. Me daba paz, me tranquilizaba el estómago, me revivía el apetito. No me hizo adicto. No costaba un dineral. (Mi mamá la sembraba en el patio). Daba resultado".

Dr. Dan Shapiro, profesor de medicina de la Universidad de Arizona

"La Suprema Corte tiene las manos manchadas de sangre y no se las podrá lavar con nada. No voy a dejar de hacer nada de lo que hago".

Asistente de abogado de Oakland con tumor cerebral

En California se formaron muchos clubes de compra con aprobación del gobierno y ahora están muy desilusionados. Un activista dijo: "Organizamos esos clubes como una medida temporal, pensando que las instituciones democráticas nos protegerían. Pura ingenuidad".

La decisión de la Corte Suprema ha prendido muchas protestas y parece que va a tropezar con un fuerte desafío. Jeff Jones, director ejecutivo de la cooperativa Oakland Cannabis Buyers, dijo que la cooperativa de 6000 miembros no aceptará la decisión. Dejará de dispensar marihuana pero luchará contra su criminalización y seguirá ayudando a los pacientes.

Scott Imler, director de un club de compradores, dijo: "Estamos cansados de escondernos, de la vergüenza; queremos dejar eso atrás. No vamos a volver a escondernos o a comprar en la calle". La reverenda Lynnete Shaw, que opera un club de compradores en el condado Marin, dijo que la organización seguirá distribuyendo marihuana a los pacientes. Valerie Corral, de Wo/Men's Alliance For Medical Marijuana, dijo: "No va a cambiar lo que hacemos si no vienen y nos paran".

Como la Suprema Corte dejó abierta la posibilidad de que el consumo sea legal (sin distribución organizada), se está explorando la posibilidad de ayudar a los pacientes a cultivar su propia mota y a convertir los clubes de compradores en salas de cultivo de los pacientes. El problema es el tiempo, como dice Scott Imler: "A uno le avisan que en pocos días le aplicarán quimioterapia, pero la planta tarda cinco meses en crecer".

Otra forma de resistencia prevista es que los jurados no condenarán a los acusados. El mes pasado, un jurado del condado de Sonoma absolvió a un señor que tenía un cultivo de 850 matas y dijo que era por razones medicinales.

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"A la larga, Estados Unidos va a tener que permitir el uso medicinal de la marihuana. Mientras tanto, será como la resistencia francesa: muchos arriesgarán la vida para que otros vivan".

Kenneth Toglia, Cooperativa de Pacientes

¿Qué justificación tiene el gobierno para hacer esto? Hay que preguntarse: ¿qué clase de sociedad demoniza y criminaliza esta planta para imponer un programa de represión, espionaje y cárcel para las masas? La guerra contra la droga es una guerra contra el pueblo.


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