El SAT: Un examen de desigualdad

Obrero Revolucionario #1106, 10 de junio, 2001, en rwor.org

En la sociedad capitalista, un sistema educativo de grandes desigualdades reproduce la desigualdad. Los niños de comunidades pobres asisten a escuelas inferiores con salones apiñados, maestros mal pagados y pocos recursos. Para muchos, la escuela no es más que una cárcel, donde los controlan con policías armados, detectores de metal, registros y malos tratos. Exámenes que discriminan a los pobres y las nacionalidades oprimidas dan la pauta para el proceso de aprendizaje. En las escuelas de las clases acomodadas, la educación se distingue por el afán de buenas calificaciones y premios, la competencia egoísta y el elitismo.

Borrador del Programa del Partido Comunista Revolucionario

Este año más de dos millones de estudiantes de preparatoria presentarán el examen de admisión universitaria SAT en todo el país; de los resultados dependerán, en gran parte, sus posibilidades de entrar a la universidad y de estudiar en las mejores universidades.

El 18 de febrero, en un anuncio sorpresivo el presidente de la Universidad de California (UC), Richard Atkinson, recomendó eliminar el SAT para el ingreso a esa institución. Fue muy buena noticia para cualquiera que haya tomado el SAT, ¡pues qué horror que el futuro de uno dependa de las respuestas a una serie de preguntas de elección múltiple, y que un examen de unas cuantas horas determine su valor y sus posibilidades!

Atkinson advirtió que el mal uso del SAT es tan generalizado que "perjudica el sistema educativo". Agregó: "Cualquiera que trabaje en educación debe estar muy preocupado por la exagerada importancia que se da al SAT, que de hecho está deformando las prioridades y prácticas pedagógicas; por el impacto negativo en la confianza y anhelos de los jóvenes; y por el hecho de que muchos lo consideran injusto... Las universidades, que reciben miles de solicitudes de estudiantes preparados, dan un peso excesivo al SAT". Atkinson recomendó que el senado académico elimine el SAT para el año 2003 y que instituya un proceso de selección más amplio.

Debate y lucha en el sistema educativo

Atkinson no recomienda eliminar todos los exámenes estandarizados, pero su propuesta de eliminar el SAT sacudió al sistema educativo porque a lo largo de 50 años ha determinado quién entra a la universidad. Actualmente, 1800 de las 2100 universidades del país lo emplean en el proceso de selección. Además, UC es una de las mayores y más prestigiosas universidades públicas del país; tiene ocho ciudades universitarias y 170.000 estudiantes, y es el cliente más importante del SAT. Si decide eliminarlo, eso tendrá impacto en todo el país.

La recomendación de Atkinson prendió nuevos debates sobre el SAT y la situación general del sistema educativo porque actualmente se desenvuelve una lucha muy aguda sobre el rumbo de la educación.

Por un lado, fuerzas poderosas quieren dar mayor énfasis a exámenes como el SAT a fin de reforzar las "normas" capitalistas y determinar qué universidades sirven y cuáles no. Hace poco, la Cámara de Representantes aprobó una ley (el eje del plan del presidente George Bush para la educación) que instituirá exámenes anuales de matemáticas y lectura para los estudiantes del tercer al octavo grado.

Pero por otro lado, muchos pedagogos tienen serias dudas sobre la tendencia de orientar la educación hacia dichos exámenes, en vez de fomentar la creatividad y el aprendizaje. Hace poco, maestros y padres de familia de varios estados iniciaron "un mes de resistencia contra los exámenes" y en Albany, Nueva York, 1500 personas celebraron un mitin contra los exámenes del estado.

Atkinson dice que lo inquietó mucho su visita a una escuela particular donde unos niños de 12 años estaban preparándose para el SAT, ¡aunque no lo presentarán hasta que tengan 17 ó 18 años! Dijo: "Cada mes pasan horas preparándose, directa e indirectamente, para el SAT. Estudian largas listas de analogías verbales muy rebuscadas. Ese tiempo no lo dedican a desarrollar la lectura y la escritura, sino a aprender técnicas para presentar un examen. Eso me alarmó".

Muchos docentes también están alarmados por la creciente polarización y segregación del sistema educativo, precisamente cuando la población es más heterogénea. Eso se ve muy claramente en California, el estado de mayor población del país, donde los blancos ahora son una minoría. En 1995, los directores de la Universidad de California eliminaron la "raza" como criterio de selección. En 1996, la Proposición 209 eliminó la acción afirmativa (programas contra la discriminación). Como consecuencia de esas embestidas racistas, la cantidad de estudiantes negros y latinos se desplomó, sobre todo en las universidades más prestigiosas de UC, como Berkeley.

En 1997, el 7,3% de los estudiantes de UC Berkeley eran afroamericanos y el 17,1% eran latinos. En 2001, el porcentaje de negros disminuyó a 3,9% y de latinos a 12,7%. En los últimos cuatro años, la cantidad de estudiantes negros y latinos ha disminuido en un 32%.

Un sistema de grandes desigualdades

La propuesta de eliminar el SAT dio rienda suelta a la ira que causa en las comunidades oprimidas, pues la gente está muy consciente de que esos exámenes bloquean el ingreso de sus hijos a las mejores universidades. Un vocero de UC le dijo al San Francisco Chronicle: "Nos sorprendió la reacción de la gente".

De hecho, el debate sobre el SAT ha puesto de relieve las grandes desigualdades del sistema educativo, que ese mismo sistema perpetúa. Por ejemplo, los fondos de las escuelas públicas provienen de impuestos sobre la propiedad. Naturalmente las escuelas de las comunidades acomodadas reciben más fondos y son mejores que las de las comunidades pobres, y por eso los estudiantes de clase media y de familias adineradas tienen una gran ventaja.

Esos factores económicos también influyen mucho en quiénes terminan la prepa y quiénes no. El New York Times (25 de marzo de 2001) informó que es tres veces más probable que un estudiante latino abandone los estudios que un estudiante blanco debido a presiones de pobreza, trabajo, malas escuelas y el enfoque "English only" del sistema educativo. Para las latinas, otros factores importantes son la falta de control de natalidad, la dificultad de hacerse un aborto y la "mentalidad machista". El 31% de los muchachos latinos no termina la prepa; para los afroamericanos la cifra es 12,1% y para los blancos 7,7%. En el caso de las muchachas, el 26% de las latinas, el 13% de las afroamericanas y el 6,9% de las blancas no terminan.

Bob Herbert informó en el New York Times (12 de marzo de 2001) que las clases pequeñas son un factor muy positivo para el rendimiento académico, especialmente de los estudiantes pobres y de nacionalidades oprimidas. En un estudio, las clases pequeñas disminuyeron la disparidad en los exámenes de estudiantes negros y blancos en un 38%. Pero las clases pequeñas solo se ven en las escuelas adineradas; además, la administración de Bush va a recortar los fondos destinados a reducir el tamaño de las clases.

Otra desventaja para los estudiantes pobres y de nacionalidades oprimidas es que no les ofrecen clases avanzadas (Advanced Placement, o AD). Esas clases preparan a los estudiantes para exámenes como el SAT y es común que las universidades les den créditos por haber cursado esas materias. En San Francisco, la ACLU ha entablado una demanda porque el sistema de clases avanzadas discrimina a los estudiantes de las nacionalidades oprimidas. Según una investigación, aunque son el 60% de los estudiantes de secundaria en California, son apenas el 30% de los que reciben esas clases.

Reproducir la opresión nacional y de clase de una generación a otra

El SAT es un examen de tres horas con 138 preguntas de vocabulario, lectura y matemáticas, casi todas de elección múltiple. Se supone que los ejercicios de analogías, completar una frase, lectura, matemáticas y comparación cuantitativa miden aptitudes intelectuales, independientemente de los estudios del alumno o de la escuela.

Pero cuando los estudiantes van a la escuela, o cuando presentan un examen, entran en juego las profundas desigualdades de la educación y de la sociedad en general. Los exámenes como el SAT perpetúan esas desigualdades. MALDEF (Fondo para la Defensa Legal de los Mexicano-Americanos) señala que mientras haya grandes desigualdades en las escuelas, ningún examen de selección será justo: "Lo único que hacemos es reproducir las inequidades de las escuelas públicas en el sistema de educación universitaria".

El College Board (que administra el SAT) afirma que el examen no discrimina a ningún grupo étnico. Dice que las disparidades en los resultados se deben al sistema educativo y no al examen. En parte, tiene razón: es innegable que la opresión nacional y la supremacía blanca moldean el sistema educativo; pero es igualmente cierto que muchos estudios a lo largo de los años han demostrado que el SAT no mide objetivamente lo que uno ha aprendido o puede aprender. Los resultados dependen de la clase social del alumno y de si el inglés es su idioma materno.

Peter Sacks, autor de Standardized Minds: The High Price Of America's Testing Culture and What We Can Do to Change It (Mentes estandarizadas: El alto precio de la mentalidad de los exámenes en Estados Unidos y cómo cambiarla), dice que el SAT casi no predice si un estudiante saldrá bien en el primer año de la universidad: "Y posteriormente, no ayuda en nada. Además, el SAT selecciona a los jóvenes de acuerdo a clase y nacionalidad, e incluso género, y perpetúa los privilegios de la clase media alta, a los cuales los partidarios del examen dicen oponerse". Sacks dice que las últimas investigaciones comprueban que los resultados del SAT se correlacionan con los ingresos de la familia; con cada $10.000 de ingresos el puntaje sube de 15 a 50 puntos (la revista The Nation, 2 de abril de 2001). Una tabla de Newsweek (5 de marzo de 2001) relaciona puntaje con ingresos: los estudiantes de familias que ganan menos de $10.000 sacan un promedio de 800 a 850 en el SAT y los de familias que ganan más de $100.000 sacan de 1150 a 1200.

Perpetuar la opresión nacional, la supremacía blanca y el privilegio masculino

El SAT ha servido como el gran guardián de la supremacía blanca y masculina. Discrimina a las mujeres y hace que muchos estudiantes de las nacionalidades oprimidas ni soliciten admisión.

Los afroamericanos de la generación de 1999 sacaron en promedio 93 puntos menos que los blancos en la sección de lectura y vocabulario, y 106 puntos menos en matemáticas. Jay Rosner, de Princeton Review Foundation (que da cursos de preparación para el SAT), afirma: "El SAT da preferencia a los blancos y todo mundo lo sabe". Rosner ha estudiado a fondo el SAT y ha concluido que casi no incluye "preguntas que dan preferencia a los negros"; un mayor porcentaje de blancos que negros respondió correctamente a 474 de las 580 preguntas del SAT en 1988 y 1989. Para él, esas son "preguntas que dan preferencia a los blancos". Rosner logró disminuir en un 40% la disparidad en los resultados de negros y blancos con un examen que tenía preguntas que no daban preferencia a ninguna nacionalidad. Además, el hecho de que el tiempo para el examen es fijo y uno tiene que hacerlo muy rápidamente es una gran desventaja para los que no dominan el inglés.

En 1997, la Universidad de Texas decidió aceptar a todos los estudiantes que quedaran en el 10% superior de su clase, independientemente de los resultados del SAT. Como consecuencia, aceptó más gente de nacionalidades oprimidas y el rendimiento académico mejoró.

Los estudios del SAT también demuestran que discrimina a las mujeres. Según un estudio de la facultad de Educación de UC Berkeley, las muchachas que tienen las mismas o mejores calificaciones que sus compañeros de clase sacan de 30 a 50 puntos menos que ellos en la sección de matemáticas del SAT. Eso se debe en parte a la necesidad de resolver los problemas muy rápidamente. En los cursos de matemáticas las muchachas sacan calificaciones iguales a los muchachos cuando se trata de resolver problemas complejos, pertinentes a la situación del alumno/a que ponen importancia en el razonamiento sostenido. El estudio concluyó: "Los exámenes de ingreso a la universidad no miden la aptitud de analizar problemas complejos y elaborar soluciones apropiadas".

El profesor Claude Steele de la facultad de Educación de la Universidad Stanford hizo un estudio impresionante que comprueba los profundos efectos de la opresión nacional y el racismo de la sociedad estadounidense. En el estudio, dos grupos de estudiantes negros y blancos presentan un examen tipo SAT. Al primer grupo le dicen que es solo un estudio y que no tiene mayor importancia, y los negros y blancos salen igual. Al segundo grupo le dicen que el examen medirá su aptitud verbal y de razonamiento, y los negros sacan 50% menos que los blancos.

Steele lo llama "la amenaza del estereotipo" porque: "Si uno pertenece a un grupo que tiene un estereotipo negativo en cuanto a aptitudes intelectuales, eso lo podrá afectar profundamente en un examen estandarizado... esa amenaza perjudica su rendimiento". Irónicamente, la amenaza afecta más a los buenos estudiantes; se ponen muy nerviosos, leen varias veces las preguntas y revisan su trabajo, lo cual es fatal en un examen de "aptitudes" de tiempo fijo.

El SAT refuerza los males de la educación burguesa

El SAT no mide nada. Mejor dicho, mide la cantidad de dinero que uno gasta para sacar un alto puntaje, y su clase social, los cursos que toma y las técnicas que aprende para manipular el examen. No tiene nada que ver con los conocimientos. Mide cierto tipo de conocimiento muy limitado. No mide la capacidad de analizar ni el espíritu crítico. A fin de cuentas, es otro instrumento para que los hijos de las élites entren a la universidad y los demás no.

Estudiante de la Universidad Estatal de San Francisco

La meta del sistema educativo en la sociedad capitalista... es enseñarles la concepción del mundo capitalista...

Borrador del Programa del PCR

El SAT refuerza la concepción del mundo y la salvaje competencia del capitalismo. En los últimos años, la competencia para ingresar a las universidades más famosas ha empeorado, debido a la creciente polarización de la sociedad, a la reducción de trabajos industriales con buenos salarios, al crecimiento del sector de servicios y de oficina con bajos salarios, y a la reducción de la clase media y profesionista de altos ingresos.

En esta situación hay mayor competencia para ingresar a las universidades y ha nacido una gran industria de cursos de preparación para los exámenes; unos 150.000 estudiantes gastan $100 millones anuales en cursos de preparación para el SAT. El precio de un curso de 12 semanas asciende a $750 y algunos estudiantes pagan $400 por hora a profesores particulares.

Naturalmente, los que tienen tiempo y dinero para esos cursos llevan la ventaja; y todo eso fomenta el concepto burgués de afán de buenas calificaciones, competencia y yo primero.

Un estudiante de prepa de San Francisco le dijo al OR: "Si el propósito [del examen] fuera medir los conocimientos de uno y lo que le han enseñado, no sería necesario estudiar tantas técnicas para presentarlo y para manipular el examen. No tiene nada que ver con los conocimientos. Todo mundo compra los libros y toma los cursos porque se cree que es importantísimo salir bien en el SAT. No tiene caso. Una compañera de clase pasó todo el verano haciendo tarjetas para memorizar el vocabulario del SAT. ¿Qué caso tiene? ¿Cómo le va ayudar eso en la vida? ¿A poco eso demuestra lo que ha aprendido en la escuela? No demuestra absolutamente nada".

Revolución en el sistema educativo

El sistema educativo socialista estimulará y desarrollará la creatividad, el espíritu crítico y el deseo de conocer y transformar el mundo. A los estudiantes no los descartarán, vigilarán, sentenciarán a clases aburridas ni castigarán por pensar de modo diferente; por el contrario, se dedicarán a estudio e investigación prácticos y a la vez visionarios, realizarán proyectos artísticos y, por encima de todo, se lanzarán a la lucha de clases para revolucionar la sociedad. Las escuelas establecerán lazos entre la teoría y la práctica, y entre el sistema educativo y las masas; por ejemplo, una clase de ciencias podría trabajar con gente de la comunidad para investigar y resolver un problema ambiental.

Borrador del Programa del Partido Comunista Revolucionario

La propuesta de eliminar el SAT es un soplo de aire refrescante en el ambiente putrefacto del sistema educativo de este país, con sus ataques a la acción afirmativa, exámenes estandarizados, afán de buenas calificaciones, etc. Pero eso por sí solo no eliminará las grandes desigualdades del sistema educativo y la sociedad. ¡Para nada!

¿Por qué la sociedad capitalista no puede utilizar los talentos y el potencial de millones de jóvenes? ¿Por qué solo da la oportunidad de entrar a la universidad a unos cuantos? O sea, ¿por qué descarta a los demás con exámenes o por sus calificaciones? Porque el sistema no sirve; está asfixiando, en vez de liberar, la gran capacidad productiva de la humanidad.

Nos dicen que algunos son "más inteligentes" que otros, pero ese concepto es propio de una sociedad dividida en clases, donde el capital manda. En esta sociedad no es posible desencadenar el potencial de mucha gente y por eso buscan la forma de apagar sus aspiraciones. Nos dicen que algunos "se merecen" la educación universitaria y los demás deben hacer trabajo manual.

Los comunistas entendemos que los individuos no son idénticos, que tienen aptitudes distintas y variadas, pero estamos luchando por una sociedad sin clases, donde eso no sirva para crear diferencias de clase ni forme la base para que un grupo domine a otro.

Nuestra consigna es de cada cual según su capacidad a cada cual según sus necesidades. Para eso es necesario unir todos los puntos fuertes del pueblo y encauzarlos para liberar a la humanidad.


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