Bob Avakian, presidente del PCR,EU
Obrero Revolucionario #1124, 28 de octubre, 2001, en rwor.org
¿Han notado la hipocresía de que muchos de los mismos pendejos (hasta los más altos niveles del gobierno) que han tratado de acabar el derecho al aborto y la libertad reproductiva de la mujer, de repente, ahora dicen que la opresión de la mujer por el Talibán es horrible?
Lo que hace el Talibán en nombre del Islam no difiere en esencia de lo que haría la interpretación literal de la Biblia que proponen muchos fascistas cristianos, como Falwell, Robertson y varios asesores cercanos de Bush (por no hablar de él). Si no lo creen, ¡lean la Biblia!
Los defensores del imperialismo yanqui (y "occidental") están explotando la furia por la atroz opresión del Talibán a la mujer (y en general por la franca desigualdad y opresión de la mujer en el "mundo musulmán") para justificar su "campaña" y para reafirmar la "superioridad de la civilización occidental" sobre la civilización islámica (ya sea de modo craso o sutil). Por eso, en esta crisis y guerra es importante seguir desenmascarando la opresión de la mujer en Estados Unidos y los otros países imperialistas "avanzados" y "modernos".
Como señala Predicando desde un púlpito de huesos, existe una unidad fundamental entre las formas "tradicionales" (y "fundamentalistas") de opresión de la mujer que pregonan los fascistas cristianos y, por otra parte, las formas de opresión de "fin del imperio": la extensa pornografía y la cosificación del cuerpo y la sexualidad de la mujer; la esclavitud de millones de mujeres en el "comercio sexual" que "sirve" principalmente a los hombres de países imperialistas; el hecho de que en Estados Unidos una de cuatro mujeres sufrirá agresión sexual, etc.
Son los dos lados de la misma moneda y son parte de la opresión general de la mujer en el mundo de hoy dominado por el imperialismo.
Predicando analiza concretamente los países imperialistas, especialmente Estados Unidos y el programa fascista cristiano, comparado con la democracia y decadencia burguesa de "laissez faire". Pero el punto señalado arriba se aplica también a la relación entre las formas "tradicionales" y "fundamentalistas" de opresión de la mujer en buena parte del "Oriente Medio" y otros "países islámicos" (y del tercer mundo, incluso países en que predomina el cristianismo, donde no se ha realizado la transformación demócrata-burguesa de la sociedad o se ha realizado de modo parcial e incompleto), comparados con los países imperialistas demócrata-burgueses. Mejor dicho, el maltrato, la desigualdad, la subordinación y la degradación de la mujer no es menos fundamental e indispensable en los países imperialistas burgueses "modernos" que en las sociedades "islámicas" y otras sociedades con fuertes aspectos precapitalistas, aunque se manifiesten de distintas formas.
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Tenemos que tener en cuenta el argumento de que, aunque la opresión de la mujer en Estados Unidos sea violenta, la situación es mejor que en el Afganistán del Talibán.
Esa es una contradicción difícil y delicada. Es cierto que la imposición de la burka (la túnica de pies a cabeza) y otras limitaciones a la mujer por el Talibán son formas de opresión que esencialmente se han eliminado con la transformación demócrata-burguesa de la sociedad. Naturalmente, nosotros apoyamos las reformas demócrata-burguesas, en oposición a las relaciones de opresión feudales y otras relaciones precapitalistas.
En cierto sentido, esto es parecido a decir que la democracia burguesa es "mejor" que el fascismo, si uno aceptara esa comparación. Pero esa no es la comparación que se debe plantear: la "alternativa" no se debe limitar a la sociedad demócrata-burguesa (con sus formas explotadoras, opresoras y represivas de relaciones y gobierno) contra formas feudales (o fascistas) de gobierno, represión y opresión. Tampoco debemos olvidar que el gobierno burgués (o sea, la dictadura burguesa) de carácter democrático se puede convertir en una dictadura franca sin disimulos, en fascismo: un punto muy importante en vista de lo que está sucediendo en la sociedad estadounidense hoy.
No debemos permitir que la situación se defina en términos de qué formas de opresión y explotación (y de dictadura reaccionaria) son "mejores".
Específicamente, y especialmente en las actuales circunstancias, no podemos permitir que la situación se defina de tal modo que se acepte la noción (o pretensión) de que Estados Unidos y otros imperialistas representan "progreso" o "liberación" para la mujer o en general para Afganistán y el mundo.
Este punto lo ilustra el hecho de que los gobiernos que instaló o apoyó la Unión Soviética en Afganistán trataron de realizar reformas (mayores derechos y oportunidades para la mujer en la educación y en muchos otros campos) que, vistas aisladamente, son mucho mejores que lo que representa el Talibán y otros mujadines que lucharon (con enorme apoyo de Estados Unidos) contra la ocupación soviética y los gobiernos que respaldaba. Pero el afán del socialimperialismo soviético de imponer tales reformas por medio de dominación imperialista no representó una "liberación" para la mujer afgana ni para el pueblo afgano. La liberación tiene que provenir de su propia lucha revolucionaria consciente y jamás se obtiene con una agresión, invasión, ocupación o dominación imperialista.
Tenemos que recalcar que tanto las relaciones sociales demócrata-burguesas como las feudales (y otras relaciones precapitalistas) encarnan una opresión horrible para la mujer, aunque la forma sea distinta; asimismo, hay que recalcar que se necesita una ruptura radical con todo eso: con las formas precapitalistas y con las formas burguesas (y demócrata-burguesas) de opresión, explotación y represión.
En el mundo de hoy, esa ruptura radical la encarna el marxismo-leninismo-maoísmo y por todo el mundo, incluso en Afganistán, luchan por ella fuerzas MLM. Debemos unirnos y apoyar a todas las masas que se levanten contra todas estas formas de opresión y explotación, en todo el mundo; y debemos extender el apoyo más fundamental a las fuerzas MLM, que representan el único camino para que las masas salgan de estos horrores: el único camino para tumbar, arrancar de raíz y abolir completamente, un día, todas las formas de opresión de la mujer, y toda la explotación y opresión de los seres humanos en todo el mundo.
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