Microbios, gases y bacterias: Made in USA

Obrero Revolucionario #1127, 18 de noviembre, 2001, en rwor.org

En 1763, lord Jeffrey Amherst buscaba una nueva arma contra los pueblos amerindios que rechazaban a los colonos ingleses en el valle de Ohio. En una carta al coronel Henry Bouquet, comandante de las fuerzas inglesas en Pensilvania, escribió: "¿No habrá una manera de infectar a las tribus revoltosas con viruela? En este momento es preciso utilizar cualquier táctica con tal de doblegarlas".

Bouquet respondió: "Procuraré inocularlas... con cobijas que les haré llegar casualmente y tomaré precauciones para no contagiarme".

Amherst lo aplaudió: "Su propuesta de inocular a los indios por medio de las cobijas es buena; hay que emplear cualquier método que sirva para extirpar esa raza, que es una escoria".

Bouquet le ordenó al capitán Ecuyer, comandante de los "Americanos Reales", citar a los jefes de los delaware en el fuerte Pitt y obsequiarles regalos infectados. El 24 de junio, este escribió en su diario: "Como símbolo de nuestro gran aprecio, les regalamos dos cobijas y un pañuelo del hospital de viruela. Ojalá que surtan efecto".

En poco tiempo, los pueblos amerindios del valle del río Ohio se contagiaron de viruela, lo cual provocó muchas muertes de los mingo, delaware y shawnee.

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La estructura de poder angloamericana tiene una larga tradición de guerra biológica en estas tierras.

Hoy, cuando el gobierno y los medios de comunicación buscan "sospechosos" de los ataques con ántrax, debemos tener presente que las fuerzas armadas de este país son el líder mundial del desarrollo, producción, proliferación y empleo masivo de armas químicas y biológicas.

La siguiente cronología es muy ilustrativa:

1917-18:
I Guerra Mundial

Estados Unidos no quiso firmar los acuerdos internacionales de 1898 y 1907 que prohibieron los "proyectiles cuyo objeto es la difusión de gases asfixiantes o nocivos", y empleó 1000 toneladas de fosgeno, gas mostaza y proyectiles de cloro contra los alemanes en la I Guerra Mundial.

En esa guerra se dispararon un total de 124.200 toneladas de proyectiles de gas nocivo que causaron 400.000 muertes. La indignación popular llevó al acuerdo de Ginebra de 1925, firmado por Estados Unidos, que prohibió el uso de gases asfixiantes, tóxicos y nocivos.

1941-45:
II Guerra Mundial, se inicia el programa
estadounidense de armas biológicas

En las batallas de la II Guerra Mundial no se emplearon extensamente armas químicas y biológicas, aunque los nazis usaron enormes cantidades de gas tóxico en los campos de concentración.

Sin embargo, en esos años Estados Unidos estableció el Servicio de Guerra Química, que más tarde se llamó el Cuerpo Químico del Ejército, y destinó millones de dólares al desarrollo de armas biológicas mortíferas. Además, reclutó universidades y la industria privada a ese programa.

Según una cronología elaborada por el Proyecto contra la Proliferación de Armas Químicas y Biológicas: "En agosto de 1942, George Merck, el presidente de la compañía farmacéutica Merck & Co., aceptó el nombramiento de jefe del nuevo Servicio de Investigación Bélica, la dependencia que coordina los recursos públicos y de instituciones particulares para el programa de guerra biológica. Encabezado por un pequeño grupo de gente bien conectada, [inició] proyectos de investigación en docenas de universidades".

El objetivo era elaborar bombas de ántrax para emplearlas contra Alemania. Un artículo del Los Angeles Times (1987) informó sobre las investigaciones del historiador de la Universidad Stanford Barton J. Bernstein al respecto: "Le informaron al primer ministro británico, Winston Churchill, que 1000 proyectiles, cada uno de 225 kilos con cuatro bombas de ántrax de 48 kilos, destruirían los seres vivos en una zona de 65 kilómetros cuadrados. Entre los blancos estaban Berlín, Hamburgo, Francfort, Aachen y Wilhelmshafen. La producción de bombas se atrasó y en 1944 no se disponía de suficiente cantidad. En 1945, 'Alemania estaba a punto de rendirse'".

En 1943, Estados Unidos mandó en secreto un buque con 100 toneladas de bombas de gas mostaza a Europa, supuestamente para responder en caso de un ataque alemán con gases. Los alemanes bombardearon el buque; murieron 83 marineros muertos y 534 quedaron gravemente heridos. Esto no se supo sino hasta 1959.

1945-91:
China, Corea y la guerra fría

Después de la II Guerra Mundial, Estados Unidos le apuntó a la Unión Soviética, la República Popular de China y Corea.

En diciembre de 1951, el secretario de Defensa ordenó que "se alistara tan pronto como sea factible" el uso ofensivo de armas biológicas. En pocas semanas, el comandante de la Fuerza Aérea informó que eso se estaba "materializando rápidamente".

Aunque Estados Unidos lo niega, Corea del Norte afirma que fue el blanco de ataques biológicos con peste en 1951.

En 1952, los gobiernos de China y Corea del Norte acusaron a Estados Unidos de atacar a Corea del Norte y el noreste de China con bombas bacteriológicas. China estableció la "Comisión Internacional Científica para la Investigación de los Hechos Relacionados a Guerra Bacteriológica contra Corea y China". La Comisión, que contó con la participación de científicos de Suecia, Francia, Italia, Rusia, Brasil e Inglaterra, concluyó: "De hecho, los pueblos de Corea y China fueron el blanco de armas bacteriológicas empleadas por destacamentos de las fuerzas armadas estadounidenses.... entre ellos, cólera, ántrax, peste y fiebre amarilla introducidos por medio de almejas, plumas, piojos, pulgas, roedores, mosquitos, conejos y otros pequeños animales". Estados Unidos lo negó, pero posteriormente admitió que tenía la capacidad de hacerlo.

Según William Blum, el autor de Rogue State (Gobierno paria), Estados Unidos soltó "enormes cantidades de napalm en Corea, un promedio de 280.000 litros diarios en 1952".

Desde finales de la II Guerra Mundial hasta 1991, la Unión Soviética fue el blanco principal del imperialismo yanqui, que elaboró varias estrategias para ganarle en una guerra. Con ese fin desarrolló, puso a prueba y almacenó una amplia gama de armas químicas y biológicas, e hizo pruebas secretas en el Caribe, Canadá y en el propio Estados Unidos.

En 1977, salió a la luz en audiencias del Comité de Inteligencia del Senado que, de 1949 a 1969, se realizaron en secreto 239 pruebas de agentes biológicos al aire libre, 80 de ellas con bacterias vivas. Las fuerzas armadas supuestamente creían que las bacterias no eran nocivas, pero en varios casos se comprobó que no era cierto. En 1994, un experto en guerra biológica declaró que por 20 años el ejército soltó nubes de microbios "simulados" y agentes químicos en centenares de zonas pobladas:

• Desde finales de los años 40 hasta la década de los 50, un equipo estadounidense/canadiense/británico roció bacterias en las Bahamas, lo cual causó la muerte de miles de animales.

• En 1950, el ejército roció en la ciudad de San Francisco billones de bacterias serratia marcescens desde un buque de la Marina cerca del puente Golden Gate. Se suponía que las bacterias no eran nocivas, pero fue necesario hospitalizar a 11 personas con infecciones urinarias y respiratorias severas, y una murió.

• En los años 50, los investigadores del ejército soltaron bacterias serratia en la Ciudad de Panamá y en Key West, Florida, y partículas de sulfuro de zinc y cadmio en Winnipeg, Canadá, y en Minnesota y otros estados del centro de Estados Unidos para ver cuánto se dispersarían.

• En 1966, soltaron el bacilo subtilis en el metro, donde se difundió por muchos kilómetros.

• En 1965, soltaron el bacilo globigii en el aeropuerto nacional de Washington y en la terminal de autobuses Greyhound.

En las audiencias de 1977, también se reveló que de 1956 a 1961, la CIA tenía un programa secreto de experimentos de control mental llamado MK-ULTRA. En muchas ciudades, agentes de la CIA echaron alucinógenos como LSD y mescalina en bebidas sin que los "sujetos" se dieran cuenta y los "observaron". Muchos alucinaron o se enfermaron, y se sabe que dos murieron.

De 1944 a 1974, el Departamento de Defensa y la Comisión de Energía Atómica estudiaron en secreto los efectos de la radiación; expusieron a miles de personas a dosis nocivas de materiales radiactivos y les inyectaron plutonio. En 1995, un comité del gobierno informó que se realizaron 4000 experimentos en docenas de hospitales, universidades y bases militares, por lo general sin permiso ni conocimiento.

• Desde los años 40 hasta la década pasada, pusieron a prueba armas químicas como gas mostaza, VX, sarin, cianuro de hidrógeno y otros agentes neurotóxicos en Panamá. En los primeros experimentos expusieron a soldados a esas sustancias, con consecuencias trágicas. También hicieron pruebas secretas de Agent Orange y otros herbicidas tóxicos en los años 60 y 70; rociaron las selvas panameñas para simular los campos de batalla del sureste de Asia. En la invasión de Panamá en 1999, los habitantes de la aldea de Pacora (en las montañas cerca de la capital) dijeron que los bombardearon con un agente químico que les quemó la piel y les produjo un escozor fuerte y diarrea. El ejército dejó muchos sitios contaminados con residuos de armas químicas, además de numerosos proyectiles que no detonaron.

1961-1975:
Vietnam: Napalm, Agent Orange
y gas neurotóxico

Estados Unidos desató la guerra aérea más intensa y violenta de la historia contra la guerra popular librada por Vietnam del Norte y el Frente de Liberación Nacional.

Descargó siete millones de toneladas de bombas sobre Vietnam, Camboya y Laos --el triple de la II Guerra Mundial--, aparte de armas químicas como napalm, bombas incendiarias de fósforo blanco, Agent Orange, y gas lacrimógeno y neurotóxico.

Se calcula que mató a tres millones de vietnamitas y envenenó millones de hectáreas de tierra de cultivos y selva.

Napalm. Esa gasolina pegajosa, que simboliza el horror y los crímenes de esa guerra, incendió bosques, aldeas y gente. El napalm arde a unos 3000 grados centígrados; se pega en la piel y puede quemar hasta el hueso. Chupa el oxígeno del aire y asfixia a los que están cerca.

Nick Ut, el fotógrafo de la agencia noticiosa AP que sacó la foto conocida mundialmente de la niña vietnamita Kim Phuc (quien corría aterrada con quemaduras de napalm), dijo: "Había napalm en todos lados y saqué muchísimas fotos de ataques con napalm. Ese día, saqué una foto de un niño que murió frente a la cámara. Minutos después saqué la foto de Kim Phuc".

Defoliantes & Agent Orange. Estados Unidos empezó a destruir las selvas y los cultivos de Vietnam en 1961, cuando surtió masivas cantidades de Agent Orange (una mezcla de los defoliantes 2,4-D y 2,4,5-T) y otros defoliantes --entre ellos algunos con arsénico-- a los pilotos de Vietnam del Sur y les enseñó a usarlos.

En 1967, 18 gigantescos aviones C-123 con tanques especiales para transportar 4500 kilos de Agent Orange y mangueras de alta presión para rociarlo recorrían el cielo de Vietnam a un costo de $60 millones al año. Ese mismo año, un estudio japonés afirmó que nueve millones de hectáreas de tierra cultivable en Vietnam del Sur estaban destruidas. Un campesino describió un ataque químico de tres días cerca de Da Nang en febrero de 1966:

"Afectó una zona de 120 kilómetros (de este a oeste) por 150 kilómetros (de norte a sur). En cinco minutos acabaron con las plantas de tapioca, camote y banana. El ganado se murió... Los peces flotaban muertos en las quebradas y arroyos. El ataque químico de tres días envenenó a docenas de personas, mató a unas diez y le dio a 18.000 la enfermedad "natus" [que provoca erupciones cutáneas severas]".

Asimismo, en 1980, se supo que Estados Unidos roció Agent Orange en 58.000 hectáreas de la zona desmilitarizada en la frontera de Corea del Norte y Corea del Sur.

Gases lacrimógenos. En 1962, Estados Unidos empezó a surtir al ejército del gobierno títere de Vietnam del Sur gas lacrimógeno CN y CS (super gas lacrimógeno), así como el gas DM que causa náusea. Se emplearon contra protestas y más tarde en muchos operativos militares, en violación del tratado de 1925. Era común que los helicópteros yanquis soltaran centenares de granadas de gas lacrimógeno para hacer salir a los luchadores de liberación de túneles y escondites, y luego tapizaran la zona con bombas. En mayo de 1966, soltaron 12 toneladas de gas CS en la frontera de Camboya.

Gas neurotóxico. En 1998 un reportaje de CNN y la revista Time destapó nueva información sobre el uso de armas químicas y del gas neurotóxico en combate en Vietnam. Durante el operativo militar Tailwind, atacaron a una aldea con el gas neurotóxico sarin; emplearon el gas contra civiles, desertores estadounidenses y luchadores de liberación de los ejércitos de Vietnam y Laos. Según el reportaje de CNN/Time, se usó por lo menos 20 veces gas neurotóxico en la guerra de Vietnam.

El ex almirante Thomas Moorer, jefe de operaciones navales durante la guerra de Vietnam y posteriormente jefe del Estado Mayor, confirmó que tenían bombas CBU-15 con gas neurotóxico y admitió que las usaron en repetidas ocasiones. Posteriormente, CNN retractó el reportaje bajo fuertes presiones de la estructura de poder y las fuerzas armadas, y despidió a los periodistas responsables. Sin embargo, estos no se han retractado.

1962-1996:
Cuba

Cuando un barco cubano hizo escala en Puerto Rico para realizar reparaciones en 1962, la CIA contaminó la carga de azúcar destinada a la Unión Soviética. El presidente, John Kennedy, ordenó que el azúcar no se subiera nuevamente al barco por temor a la protesta e indignación pública, pero la CIA reveló más tarde que: "Cuba enviaba mucho azúcar y le echamos muchos contaminantes".

Ese año, un agente de inteligencia militar le pagó $5000 a un técnico canadiense que trabajaba de asesor agrícola del gobierno cubano por infectar los pavos con un virus mortal.

En 1971, la CIA entregó el virus que causa la fiebre porcina africana a exilados cubanos; seis semanas más tarde, hubo un brote de la enfermedad en Cuba (la primera en el hemisferio occidental) y tuvieron que matar 500.000 cerdos.

Diez años después, una epidemia de la fiebre hemorrágica dengue recorrió a Cuba, con 300.000 enfermos y 158 muertos. Posteriormente, se supo que a finales de los 50 el ejército hizo experimentos de cría de mosquitos para introducir el dengue. Y en 1984, un exilado cubano declaró ante un tribunal de Miami que viajó a Cuba en 1980 con "la misión de introducir bacterias contra los soviéticos y la economía cubana".

En octubre de 1996, un piloto cubano observó que un avión de fumigación estadounidense roció una sustancia en siete ocasiones en la provincia de Matanzas. El avión (del Departamento de Estado) tenía permiso de sobrevolar Cuba rumbo a Colombia. Dos meses después, se registraron indicios de Thrips palmi, un insecto que come plantas (que no se conocía en Cuba); la plaga se difundió rápidamente y afectó los cultivos de maíz, frijoles, calabaza, pepino y otros. En abril de 1997, Cuba acusó a Estados Unidos en la ONU de "agresión biológica".

1980-1988:
La guerra entre Irán e Irak

Los imperialistas yanquis llevan más de 10 años arengando sobre el peligro de las "armas de destrucción masiva" iraquíes. Sin embargo, se les "olvida" mencionar varios hechos clave: en primer lugar, los inspectores de la ONU han desmantelado prácticamente todos los sistemas de armas de Irak.

Segundo, Estados Unidos y sus aliados abastecieron a Irak de armas químicas y biológicas. Según un informe de 1994 del Senado, de 1985 a 1989, las compañías estadounidenses exportaron a Irak "un caldo de materiales biológicos" (entre ellos, ántrax, botulismo y la bacteria e. coli) con licencia del Departamento de Comercio. El comité del Senado informó: "Posteriormente se comprobó que esos microorganismos... eran idénticos a los que... encontramos y removimos del programa iraquí de guerra biológica".

Tercero, cuando Irak usó esas armas, Estados Unidos casi no protestó porque en ese momento le convenía apoyar al gobierno de Saddam Hussein en la guerra contra Irán.

Irak empleó armas químicas, principalmente gas mostaza, contra las tropas iraníes en 1984, 1985 y 1986. En un principio Estados Unidos lo criticó, pero no respaldó ninguna acción del Consejo de Seguridad de la ONU. El Consejo apenas condenó a Irak en 1986, dos años después del primer ataque químico.

A finales de los 80, el gobierno iraquí usó gas tóxico contra el pueblo oprimido curdo sin ninguna protesta seria de parte de Estados Unidos.

1991:
La guerra del golfo Pérsico

Agua envenenada. Aunque el gobierno y la prensa estadounidense no lo llamen guerra biológica, eso es precisamente lo que es. Durante "Tormenta del Desierto", las fuerzas militares de la coalición encabezada por Estados Unidos apuntaron contra el sistema de agua y la red eléctrica de Irak; destruyeron completamente 11 de las 20 centrales eléctricas y dañaron seis. En palabras de un socorrista iraquí: "Se destruye la infraestructura de un país, y las aguas negras llenas de microbios inundan las calles; se impide que los niños tengan agua pura; se crea desnutrición; se impide que entren medicinas al país. Todo eso es un excelente caldo de cultivo para la enfermedad y la muerte".

Las sanciones impuestas después de la guerra han bloqueado la reconstrucción de la infraestructura. La contaminación del sistema de agua y la escasez de alimentos y medicinas ha causado un dramático aumento en las enfermedades, la inanición y la muerte a lo largo y ancho del país. La ONU calcula que unos 5000 niños iraquíes mueren al mes debido a esta situación.

Proyectiles radiactivos. Estados Unidos estrenó una nueva arma en la guerra del Golfo Pérsico: proyectiles antitanques de un material radiactivo llamado "uranio agotado"(DU). Según el ejército, no había peligro de radiación, pero al detonar, los proyectiles sueltan un polvo altamente tóxico que se inhala o ingiere; permanece en el cuerpo y causa cáncer del pulmón y de los huesos, y males del riñón.

Las fuerzas armadas yanquis descargaron 860.590 proyectiles de uranio agotado en la guerra del Golfo. Centenares de toneladas de casquillos quedaron en Irak y Kuwait, y han convertido la región en un enorme basurero tóxico. Un estudio iraquí de agosto de 1995 informó a la ONU del aumento dramático del cáncer y otras enfermedades en el sur de Irak. Los funcionarios de la salud dicen que el nivel de radiactividad en la región es "150 a 200 veces mayor que lo normal" y que "el cáncer ha aumentado 10 veces en los últimos años".

The Nation informó: "Un informe secreto de la Comisión Británica de Energía Atómica que se filtró al periódico Independent de Londres en noviembre de 1991 advirtió que la cantidad de uranio agotado que quedó en el golfo Pérsico podría provocar 'potencialmente 500.000 muertes' por el aumento de cáncer".

Otra investigación (de la Asociación Operación Escudo del Desierto/Tormenta del Desierto) encontró que de los 10.051 veteranos de la guerra del Golfo que sufren de enfermedades misteriosas, el 82% entró a vehículos capturados del enemigo y probablemente se expuso a municiones de uranio agotado.

Nubarrones tóxicos sobre el Golfo y el síndrome de la guerra del Golfo. Tras la guerra del Golfo, docenas de miles de soldados y reservistas experimentaron problemas médicos debilitantes y a veces mortales: colapso del sistema inmunológico, problemas respiratorios, fuertes dolores de los músculos y articulaciones, dolor de cabeza, diarrea, mareos, cansancio, pérdida de memoria, úlceras de la piel, y problemas del intestino y del corazón. Se dieron casos de cáncer y muchos niños nacieron con defectos. Ahora esas enfermedades se conocen como el síndrome de la guerra del Golfo. En marzo de 1996, más de 80.000 veteranos lo padecían.

Las causas del síndrome no están del todo claras, pero los investigadores están convencidos de que es el resultado de exponerse a sustancias químicas y tóxicas en la guerra.

Las fuerzas militares bombardearon instalaciones químicas, biológicas y nucleares en Irak. (Según una investigación del Senado, bombardearon 18 instalaciones químicas, 12 instalaciones biológicas y cuatro instalaciones nucleares). Los vientos llevaron esas sustancias a grandes zonas de Irak, Kuwait, Arabia Saudita e Irán. Algunos veteranos dicen que los ataques de misiles iraquíes contra Estados Unidos y las fuerzas de la coalición también causaron la difusión de sustancias tóxicas.

Es innegable que los altos funcionarios del gobierno y los oficiales militares estaban conscientes de que las tropas se exponían a sustancias químicas tóxicas, pero no lo admitieron hasta 1996 (cinco años después de la guerra).

Por otra parte, muchos veteranos opinan que sus males son el resultado de ser conejillos de indias para cocteles de vacunas: vacunas experimentales para "protegerse" de las armas químicas y biológicas iraquíes.

1999:
La guerra de los Balcanes,
un crimen ecológico contra Yugoslavia

Los científicos advirtieron que el bombardeo de la zona industrial de Pancevo desataría una pesadilla ecológica de sustancias carcinógenas, pero la OTAN no les hizo caso y la bombardeó más de 20 veces en dos meses y medio. En una noche se incendiaron 80.000 toneladas de petróleo, 3000 toneladas de etileno diclorado, monómero de cloruro de vinilo y mercurio; todas esas sustancias son tóxicas y probablemente causan cáncer. Un profesor de la Universidad de Belgrado dijo que el ataque de 1999 fue una "guerra química" que soltó centenares, y posiblemente miles, de sustancias tóxicas y carcinógenas al ambiente y perjudicó gravemente el ecosistema de la región y la cadena de alimentación de Yugoslavia.

Aparte, los aviones yanquis dispararon 31.000 proyectiles de uranio agotado durante la guerra de los Balcanes.

Violaciones de las convenciones de control de armas y el desarrollo de armas biológicas de destrucción masiva

Hoy se fomenta el pánico por el ántrax y se amenaza desatar la máquina militar contra cualquiera que ataque a Estados Unidos con armas químicas o biológicas. Y en el colmo de la hipocresía, Washington se empeña en destripar los convenios que prohíben el desarrollo y producción de armas biológicas a fin de fortalecer su arsenal biológico.

No se ha encontrado la manera de obligar a los países a cumplir dichos convenios. En los últimos 10 años se han celebrado negociaciones con el propósito de hacer cumplir la Convención sobre Armas Biológicas y Tóxicas de 1972, firmada por 143 naciones (entre ellas Estados Unidos), que prohíbe el desarrollo, producción o posesión de armas biológicas. Las negociaciones culminarán en una reunión internacional en noviembre. Hace unos meses, Estados Unidos anunció que no aceptará inspecciones de instalaciones y planteó que más bien se debe prestar atención a castigar a los países que desarrollen o empleen armas biológicas (una vez que lo hayan hecho).

En el número del 25 de octubre de Counterpunch, el grupo Sunshine Project dice que actualmente la Convención prohíbe toda una clase de armas y que Estados Unidos busca "una clasificación de armas biológicas como 'buenas' y 'malas', lo cual le permitiría seguir elaborando una serie de armas biológicas como el hongo Agent Green que ataca cultivos, además de las llamadas 'armas no letales' (que el Pentágono desarrolla, en sus palabras, para controlar 'civiles potencialmente hostiles') y los microorganismos genéticamente alterados de la Marina, que digieren materiales como el plástico, los combustibles, el caucho y el asfalto".

Sunshine Project también sostiene que Estados Unidos busca "cambiar el enfoque del control de armas para que en lugar de impedir el desarrollo de armas biológicas" se castigue a los violadores. Evidentemente, respaldaría medidas de acuerdo a sus propios intereses imperialistas, es decir, no castigaría a sus amigos y aliados sino a sus rivales y adversarios.

La oposición oficial a fortalecer la Convención se da tras una serie de revelaciones asombrosas sobre proyectos secretos de guerra biológica. El artículo "U.S. Germ Warfare Research Pushes Treaty Limits" (Investigaciones estadounidenses sobre guerra biológica podrían violar el tratado) del New York Times (4 de septiembre, 2001) informa: "En los últimos años, Estados Unidos ha emprendido un programa secreto de investigación de armas biológicas que, según algunas autoridades, pone a prueba los límites del tratado mundial que prohíbe dichas armas". Dichos programas, llamados "Clear Vision" y "Bacchus", buscaban establecer instalaciones en Nevada para la producción de armas biológicas.

El Times agrega: "Hace unos meses, según funcionarios del gobierno, el Pentágono propuso el diseño por medio de la ingeniería genética de una bacteria de ántrax potencialmente más fuerte que produciría una enfermedad mortal ideal para la guerra bacteriológica". El gobierno se opone a inspecciones internacionales porque quiere que tales proyectos sean secretos. Afirma que simplemente "calca los pasos que un país o un terrorista daría para elaborar un arsenal biológico" y que tiene propósitos estrictamente defensivos. Pero en vista del largo historial imperialista de masivos horrores biológicos y químicos contra los pueblos de muchos países, ¿a poco los que no hayamos perdido los sesos les vamos a creer?

Fuentes:

"When U.S. Attacked itself--Government tested germs, drugs on unsuspecting citizens", San Francisco Chronicle, 28 de octubre, 2001

"Of Microbes and Mock Attacks: Years Ago, the Military Sprayed Germs on U.S. Cities", Wall Street Journal, 22 de octubre, 2001

"Ataques a desertores: Se denuncia: Estados Unidos empleó gas neurotóxico en la guerra de Vietnam", Obrero Revolucionario No. 965, 12 de julio, 1998

"Military Says Goodbye to Napalm", San Francisco Chronicle, 4 de abril, 2001

"The United States and the Iran-Iraq War", Stephen R. Shalom, en la internet en: Zmag.org

"The United States vs. Iraq--A Study in Hypocrisy", William Blum, 9 de febrero, 1998 (www.thirdworldtraveler.com)

"Umatilla Residents See Nerve-Gas Facility As Bulls-Eye in the Wake of Terror Attacks", Wall Street Journal, 23 de octubre, 2001

"U.S. Seeks Changes in Germ War Pact", New York Times, 1º de noviembre, 2001

"U.S. Germ Warfare Research Pushes Treaty Limits", New York Times, 4 de septiembre, 2001

"Gulf War's Deadly Legacy", San Francisco Chronicle, 11 de marzo de 2001

Rogue State: A Guide to the World's Only Superpower, William Blum, Common Courage, 2000

Iran and Iraq At War, Shahram Chubin y Charles Tripp, Westview, 1988

Chemical & Biological Warfare--America's Hidden Arsenal, Seymour M. Hersh, Anchor Books, 1969

"Informe de un testigo presencial: Lo que Estados Unidos le hizo al pueblo iraquí", Obrero Revolucionario No. 1121, 7 de octubre, 2001

"El síndrome de la guerra del Golfo; Cruel encubrimiento", Obrero Revolucionario No. 884, 1º de diciembre, 1996

"Eco-Crisis Feared in Yugoslavia-Scientists say NATO air attacks did long-term damage", San Francisco Chronicle, 11 de agosto, 2000

"Amnistía Internacional denuncia violaciones de derechos humanos en E.U.: Brutalidad policial 'extensa y sistemática'", Obrero Revolucionario No. 978, 18 de octubre, 1998

"Two Fisted Assault on Germ Weapons Control: Will the Bio-Weapons Convention Be Left Standing?", The Sunshine Project, en Counterpunch, 25 de octubre, 2001


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