Watts: Un día de resistencia

Obrero Revolucionario #1146, 14 de abril, 2002, posted at http://rwor.org

Recibimos la siguiente carta de Joe Veale, vocero de la rama de Los Ángeles del PCR.

Estimado Obrero Revolucionario:

¡El sábado 9 de febrero fue un buen día para las masas de Watts! La Brigada de la Juventud Comunista Revolucionaria de Watts y chavos del multifamiliar Nickerson Gardens convocaron a ¡UN DÍA DE RESISTENCIA! Invitaron a todos: jóvenes y mayores, negros y latinos, a todos los que apoyan la lucha contra la criminalización de toda una generación. Un día para proclamar, ante amigos y enemigos por igual: ¡No toleraremos la represión cotidiana de la juventud! No toleraremos la brutalidad cotidiana y constante que la policía y las autoridades descargan sobre la juventud. Como dice la convocatoria: ¡LA JUVENTUD NO ES EL PROBLEMA, EL PROBLEMA ES EL SISTEMA! Respondieron chavos, adultos, el Comité de Watts contra la Brutalidad Policial (CWBP), el Cuerpo de Tamborileros de Watts, negros y latinos.

Ese día, el pueblo le arrebató a la policía el día y la noche porque trata como criminales a la juventud. La resistencia organizada del pueblo solo duró unas pocas horas, pero fueron dichosas. Unas 35 personas vestidas de negro se reunieron en un parque del multifamiliar, muy cerca de donde hace dos años la policía mató a Chubby Dotson, y lo acordonaron con una cinta amarilla como la que usa la policía, pero para impedir que la policía entrara y el pueblo pudiera celebrar su combatividad. La cinta tenía siluetas de policías disparando que dicen: "Peligro, policía presente". Cada vez que pasaba un radiopatrulla hacíamos sonar sirenas de niebla, matracas y les gritábamos "¡Asesinos! ¡Asesinos!" y "¡Ojo a la chota!" (en inglés y español). Les tomábamos fotos y les dejamos saber que no eran bienvenidos.

Siempre he pensado que vivir en un multifamiliar es casi como estar en el penal; uno siempre se encuentra con uniformados y armados. Otra cosa similar es el color de las paredes: siempre son de un color opaco. Las celdas eran de un color soso y deprimente, para no despertar emoción, incitación ni esperanza. Cuando estuve, las celdas eran blancas o grises.

Los multifamiliares de aquí son blancos. La mañana del "Día de resistencia" los chavos decoraron las paredes con mantas a color que proclamaban; "¡La juventud no es el problema; el problema es el sistema!", "¡Dejen de faltarnos al respeto, de degradarnos y maltratarnos!" y "¡NO aceptaremos un futuro de prisiones y castigo!". Corrió la voz y el multifamiliar zumbaba de debate, indignación por el tratamiento de la policía a la juventud y alegría por hacer algo para combatir la represión y luchar por algo distinto. También hubo controversia sobre la mejor manera de cambiar la situación.

El parque es una pequeña cancha en medio del multifamiliar, con árboles, una que otra mesa y parrillas. En un día cálido se vería gente mayor platicando en las mesas, chavos jugando y corriendo, y mujeres con carreolas platicando.

La cosa se puso buena como a las 4:30 de la tarde. Las mesas eran concentraciones de celebración y feroz resistencia. De un árbol colgaban dos muñecos. Uno era un puerco rosado con colmillos sangrientos y un gorra de policía; el otro era un Tío Sam, con barba canosa y chistera, representando la "vida americana": una vida que lleva al 70% de los niños de tres años más pobres de los ghettos a caer en la telaraña del sistema de justicia penal antes de llegar a la adolescencia. El puerco representaba al Departamento de Policía, que es quien hace cumplir la represión y supresión para el Tío Sam. Las masas desahogaron su justa ira contra ambos muñecos.

Los miembros del Comité de Watts contra la Brutalidad Policial llegaron en grupo con una manta de apoyo a lo que estaban haciendo los chavos. Había mantas en inglés y español colgadas de árboles y mesas.

El programa empezó con declaraciones de apoyo: francas y claras manifestaciones de cómo la policía trata a la juventud. La de una chamaca de 11 años nos ahogó de emoción. Dijo que la inspiró mucho un libro sobre Harriet Tumban, pues ella arriesgó la vida para liberar a los esclavos. También habló de que la policía maltrata a los negros, y que la única razón por la que los trata así es porque son negros. Ella y otro joven, más o menos de la misma edad, dijeron que sueñan con un mundo en el que nunca más se vuelva a tratar a la gente así. Esas palabras me llenaron de orgullo y resolución.

Uno de los momentos más alegres y emocionantes fue el de hacer justicia. Un chavo del CWBP agarró el altoparlante y dijo: "¡Queremos justicia para nuestros seres queridos asesinados por la policía!". Luego, esgrimiendo un bate de béisbol, preguntó quién quería ser el primero. Un señor negro de 87 años tomó el bate, dio un batazo como alguien que ha vivido 87 años en el infierno y por poco destruye al muñeco del policía. ¡Todos nos moríamos de la risa! Su batazo habló por todos. El siguiente bateador era un chavo tamborilero que estaba inquieto e impaciente esperando su turno. Cuando le preguntaron por qué estaba inquieto, dijo: "¡La chota trató de matarme, yo quiero mi turno, si ese viejo le pega otra vez, no va a quedar nada para mí!". Otro tamborilero grito, "¡Libertad para Mumia!" antes de darle un garrotazo al Tío Sam. Ambos muñecos fueron severamente castigados por la furia popular. Después los quemaron y bailaron alrededor de las llamas.

Ya destruidos los muñecos, unos chavos informaron que desde que oscureció andaban recorriendo el multifamiliar vestidos de negro, con linternas grandes, sirenas de niebla y pitos para vigilar a la policía y ver que no se metiera a hostigar ni a maltratar, especialmente ese día. En cuanto veían un radiopatrulla lanzaban la voz de alerta: "¡Ojo a la policía!", y les pedían a los policías identificación. Esto es algo nuevo y revolucionario nacido de la lucha popular. Hubo un fuerte aplauso de agradecimiento.

A lo largo del día pasaron muchos radiopatrullas y era obvio que no les gustaba lo que estábamos haciendo. De vez en cuando ponían la sirena, para intimidarnos y ahogar lo que se decía. Se veía que nos querían atacar, pero la situación los hizo pensar dos veces pues les podría salir el tiro por la culata.

Lo que hicieron fue mandar gente que trabaja con la gerencia para provocar un pleito entre negros y latinos. Uno admitió que la policía les pagó para que hicieran eso. Pero los rodeamos y les dijimos que se fueran a otro lado con esas pendejadas, que eran unos indeseables. Se fueron como perros con la cola entre las patas.

Al anochecer hubo un llamamiento a "¡Retomar la noche!". Nos lanzamos a la calle con antorchas, que alumbraban el cielo como nuestras consignas alumbraban los rostros de quienes nos miraban. ¡Para las autoridades éramos una amenaza!

Coreamos: "¡Si no hay justicia, no habrá paz! ¡No a la pinche policía asesina!" y "¡Retomar la noche, retomar el día! ¡La juventud es el futuro, aquí estamos y no nos vamos!". El eco de nuestras voces retumbaba con fuerza y claridad de las paredes de los edificios, y el cuerpo de Tamborileros de Watts por el Futuro combinó con un lindo ritmo tocado de todo corazón. A lo largo de la marcha, desde carros o entradas, los vecinos nos saludaban, levantaban el puño, asentían o gritaban: "¡Qué bueno! ¡Órale!".

Un momento muy emocionante sucedió cuando llegamos a una esquina donde había un grupo de personas y un radiopatrulla con las luces apagadas y dos agentes. Empezamos a corear: "¡Asesinos, asesinos!", en inglés y español, señalando a los policías. Unos chavos se acercaron al radiopatrulla con linternas y alumbraron las carotas de los chotas y les dijeron: "¡Dónde está la identificación!". Los policías andan sigilosamente por el multifamiliar y cuando ven a alguien brincan y le piden identificación. Esta vez les voltearon la tortilla y cuando los chavos les gritaron "¡¿Qué les parece?!", todos nos moríamos de risa.

Todo esto es nuevo, no se ha visto en Watts, en los multifamiliares. ¡Les encantó! ¡Es una señal de que las cosas están cambiando!

Regresamos al parque alegres y un chavo puso música a todo volumen para bailar y cantar con los Dead Prez y el CD de The Coup "Party Music". Todos cantábamos: "Es hora de levantarse ya...".

Nos acompañamos los unos a los otros a la casa. Todos iban orgullosos de que negros y latinos, jóvenes y adultos, se unieron en su barrio para manifestar resolución de luchar por un futuro mejor para esta generación. El 9 de febrero los vecinos de Nickerson Gardens proclamaron: ¡No a la brutalidad policial ni a descarado hostigamiento de la juventud! ¡No aceptaremos un futuro de prisiones y castigo!

Rumbo a la casa no dejaba de pensar en el basquetbolista Darrel Dawkins, que en los años 70 fue directamente de la prepa a las ligas mayores. Darrel pegaba unas clavadas que a veces rompían el tablero, y les ponía nombre a las mejores: "¡Trueno de chocolate!" y "¡Toma!" son algunas de las que recuerdo. Pensaba en eso porque me pareció que ese día las masas les dieron a la policía y el sistema que protege y sirve una de esas clavadas que dice: "¡Toma!" y un poco del "Trueno" por venir.

En lucha,
Joe Veale, vocero de la rama de Los Ángeles del PCR,
con la colaboración de la BJCR de Watts


Este artículo se puede encontrar en español e inglés en La Neta del Obrero Revolucionario en:
rwor.org
Cartas: Box 3486, Merchandise Mart, Chicago, IL 60654
Teléfono: 773-227-4066 Fax: 773-227-4497
(Por ahora el OR/RW Online no se comunica por correo electrónico.)