La entrevista del OR

Que resuene

Obrero Revolucionario #1173, 3 de noviembre, 2002, posted at http://rwor.org

La entrevista del OR

Una sección especial para que nuestros lectores se familiaricen con las opiniones de importantes figuras del arte, la música y la literatura, la ciencia, el deporte y la política.

Los entrevistados expresan sus propias opiniones, naturalmente, y no son responsables de las ideas que aparecen en otras partes de esta página web.

El 6 de octubre, por todo el país miles y miles de personas iniciaron un nuevo movimiento de resistencia contra el programa oficial de guerra y represión con las multitudinarias protestas de No en Nuestro Nombre. Miles Solay es militante de ¡Rehusar & Resistir! y organizador del proyecto No en Nuestro Nombre; él y Rabeena Niaz fueron los maestros de ceremonias del mitin del parque Central de Nueva York, donde 25,000 personas dijeron la Promesa de Resistencia. El 19 de octubre, el OR platicó con Miles sobre el impacto y la importancia de esa gran manifestación de resistencia.

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OR: Miles, tú has participado en el proyecto No en Nuestro Nombre desde su inicio; ¿qué pensaste al ver esa gran multitud en el parque Central?

Antes del 6 de octubre, estábamos convencidos... confiábamos que podíamos hacerlo, que podíamos construir un gran movimiento de resistencia. Pero ese día en la tarima, cuando nos miraban 25,000 personas que buscaban cómo hacerse oír, cómo unirse, empecé a tener una idea más concreta de lo que se necesita para parar todo esto. Fue como un vistazo del futuro, porque apenas era el comienzo y me pareció que en verdad es posible parar la ofensiva de guerra y represión, ¡que sí se puede!

Una cosa muy buena del movimiento No en Nuestro Nombre, que se subrayó ese día, es que une a personas de muy diversos puntos de vista sobre las causas de todo esto e incluso sobre lo que ocurre con la supuesta guerra contra el terrorismo; pero a pesar de las divergencias, las une una promesa común, una causa común: oponerse a todo esto y pararlo .

OR: ¿Por qué la Promesa de Resistencia ha tenido tanto eco?

Básicamente por tres razones: primero, con ella asumimos la responsabilidad de oponernos a lo que el gobierno hace en nuestro nombre; segundo, hacemos causa común con los pueblos del mundo; y tercero, manifestamos nuestro compromiso con la visión de que: "Otro mundo es posible y juramos hacerlo real". Es un compromiso de a de veras.

Para mí la Promesa tiene mucho eco y no simplemente porque se está poniendo de moda; conmueve profundamente e incluso la prensa la ve con mucho interés porque, a través de ella, la gente se manifiesta colectivamente , sobre todo cuando se dice en un lugar público al unísono. Se manifiesta un compromiso colectivo a los que viven aquí y en todos los rincones del planeta.

Además, la Promesa es una guía; es muy poética pero a la vez es muy concreta y sirve de guía. No es una canción, pero cada generación tiene su himno, por decirlo así, una vara con la cual se mide, y la Promesa es tal vara: "¿Has dicho la Promesa?". Es solemne, sincera, desafiante, muy oportuna y a la vez universal, y todo eso conmueve profundamente. Se ha traducido a 10 idiomas.

OR: Para ti, ¿qué se logró el 6 de octubre?

Ese día unas 100,000 personas de todos los sectores nos unimos a lo largo y ancho del país y gritamos: "¡NO!"; esta guerra no se libra por nuestro beneficio ni bien, y vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para pararla porque no estamos de acuerdo en lo absoluto. El 6 de octubre sentó las bases. Fue un acto de resistencia en que manifestamos: ¡No en nuestro nombre! Gente de todos los sectores nos dimos cita y dijimos: ¡No lo permitiremos!

Fue un comienzo. Sabemos muy bien que hay muchísima gente en este país que no está de acuerdo con la guerra contra el mundo ni con las medidas internas de corte fascista, con las redadas de inmigrantes mesorientales y sudasiáticos. Ya no se puede pasar por alto todo eso. En cualquier pizzería se debate "la guerra contra el terrorismo", la inminente invasión de Irak. Está en boca de millones y millones de personas en todo el país.

El 6 de octubre fue un parteaguas, una decisión, un hasta aquí: no cerraremos filas con el sistema; ¡basta ya!, ¡no nos dejamos!

La importancia del 6 de octubre y de la Promesa de Resistencia radica en lo que la clase dominante nos está pidiendo:completa pasividad, que no hagamos nada, que no alcemos la voz ni movilicemos. El 6 de octubre miles y miles de personas manifestamos que vamos a hacer todo lo contrario.

Dijimos: "¡No! Esto es injusto, inmoral e ilegítimo", como dice la Declaración de Conciencia. ¡No lo permitiremos! No seguiremos con la rutina de siempre mientras peligran las vidas de centenares de miles de iraquíes y Donald Rumsfeld contempla una lista de 60 países para invadir. El 6 de octubre manifestamos que hay que parar esta gran embestida.

OR: La situación actual le plantea un gran reto a la nueva generación. El 6 de octubre, los jóvenes manifestaron con mucha pasión su decisión de asumir este reto. ¿Cómo ves eso?

Nuestra generación se desenvuelve en un mundo de guerra injusta y mentiras descaradas que divulgan a todo volumen la radio, la televisión, las revistas. Nos quieren imponer un programa. No quieren que hagamos causa común con los pueblos del mundo, ni siquiera que reconozcamos que el resto del mundo existe, salvo en lo que afecte a los intereses de Estados Unidos.

Los jóvenes estamos muy entusiasmados con la Promesa porque habla de los pueblos del mundo, y nos estamos dando cuenta de que nuestro futuro está unido idesligablemente al de los otros seis billones de seres humanos que habitan el planeta.

Hasta ahora no han puesto el servicio militar obligatorio oficialmente, pero en cierto sentido nos están obligando a prestar servicio en esta guerra contra el mundo a través de la opinión pública, a través de la pasividad, a través del silencio, a través del servilismo. Pero muchos no estamos de acuerdo con el futuro que nos ofrecen.

OR: En todos los grandes movimientos de resistencia se da una relación dinámica entre la voz de conciencia de figuras intelectuales y culturales, por un lado, y los movimientos juveniles, por el otro. Hace poco el New York Times , el LA Times y USA Today publicaron la Declaración de Conciencia firmada por artistas e intelectuales. ¿Cómo ha impactado a los jóvenes?

A veces se tiene un concepto erróneo de la importancia de esas figuras queridas, escritores prominentes, artistas y demás. O sea, a veces se piensa que el chiste es que tengan renombre, pero aparte de eso, su participación en los movimientos de resistencia tiene una gran importancia, pues esa amplia gama de escritores, cineastas, intelectuales, signatarios de la Declaración de Conciencia se han ganado el respeto de la sociedad, y el hecho de que alcen al unísono una voz de conciencia da oxígeno, abre un espacio, para que los jóvenes entren al movimiento de oposición.

Un aspecto importante, complejo, es que muchos chavos están cuestionando, buscando y preguntando: ¿qué se necesita para parar todas estas guerras injustas?; ¿por qué estamos como estamos?; ¿con quién podemos contar para parar la máquina militar de dominación: el Congreso, las Naciones Unidas? Y el hecho de que esos artistas se la están jugando por la causa ayuda a los jóvenes a decidir a qué dedicar la vida.

OR: ¿Cuál es el próximo paso? ¿Qué se necesita para parar la ofensiva de guerra y represión?

La situación clama resistencia masiva. El reto que se nos plantea es el mismo que se les plantea a billones de personas en todo el planeta. Pero resulta que ocupamos un lugar muy especial y tenemos la opción de dejarnos llevar o unirnos con los que luchan por parar esta guerra contra el mundo y parar la represión en este país. Al potenciar la resistencia indomable de millones y millones de masas se abre la posibilidad de parar todo eso. Y con No en Nuestro Nombre se han sentado las bases para construir un movimiento que no se deje desviar.

Para parar la ofensiva de guerra y represión es necesario que en los días que vienen las 100,000 personas que dijimos la Promesa de Resistencia el 6 de octubre movilicemos a millones más, y que organicemos y manifestemos una resistencia formidable. El 6 de octubre y las grandes protestas del 26 de octubre contra una guerra en Irak son el inicio. Que la Promesa de Resistencia sea nuestra guía: ¡Ya basta! Vamos a mover cielo y tierra. A esta tremenda embestida tenemos que oponerle una pujante y monumental resistencia cuantitativa y cualitativamente.


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