Revolución #172, 9 de agosto de 2009
CAVILACIONES Y FORCEJEOS
Sobre la importancia del materialismo marxista, el comunismo como una ciencia, el trabajo revolucionario con sentido y una vida con sentido
Parte 8
[Nota de la redacción: A continuación presentamos la octava parte del texto de una charla que dio Bob Avakian anteriormente este año, que empezó a salir en el número 163 de Revolución. Las partes 1-7 salieron en los números 163-167, 169 y 171. La octava entrega, junto con la sexta y la séptima, es de la sección “La base social para la revolución”. Otras partes de esta sección saldrán en futuros números. En preparación para su publicación se le hicieron revisiones y se le agregaron notas. El texto íntegro saldrá en línea próximamente. Otras partes de la charla están en línea en http://revcom.us/a/162/ruminations-TOC-es.html.]
Ganar a las personas a que sean comunistas, emancipadores de la humanidad
En vista de eso, quiero hablar una vez más de la importancia fundamental de forjar el núcleo sólido comunista y a la vez fortalecer continuamente este núcleo de un movimiento revolucionario más amplio — un movimiento que tenga como objetivo la revolución y nada menos. Esto subraya una vez más la gran importancia de luchar para ganar a la gente hacia la orientación de ser emancipadores de la humanidad, en oposición a las nociones de venganza —“los primeros serán los últimos, y los últimos serán los primeros”, “esta es mi oportunidad para tratar de estar en la primera posición” y así sucesivamente— lo que es, en gran medida, la manera espontánea en la que las personas ven la cuestión del cambio en la sociedad, cuando y en la medida en que se ponen a pensar sobre eso. Por lo tanto, tiene que haber una lucha para que la gente se zafe de esa perspectiva y haga una ruptura con ésta y llegue a ser emancipadores de la humanidad — para esforzarse conscientemente no sólo por la eliminación de esta o aquella relación de opresión y no sólo por un cambio de lugar en el marco de la opresión y la explotación, sino la eliminación de toda la opresión y explotación en todo el mundo.
Esto pone de relieve por qué hoy es tan crucial prestar tanta atención a las cuestiones de la perspectiva, la orientación y los objetivos comunistas, en contraste con las perspectivas y los programas que representan los intereses y las aspiraciones de otras clases y en particular en contraste con la perspectiva y los intereses de la burguesía y lo que está concentrado en la frase “derecho burgués”: la noción de “derecho” (o derechos) en el marco de la sociedad burguesa, una sociedad dominada por una clase explotadora, una sociedad basada en las relaciones de explotación que las encarna y las impone. Esto tiene una importancia crucial si de verdad va a haber en el futuro una revolución y si de hecho esa revolución va a conducir a un mundo radicalmente nuevo.
Al mismo tiempo, si bien es importante llevar esta lucha entre las masas básicas —los proletarios y otras personas explotadas sometidas en la base de la sociedad—, también existe una importancia crucial de ganarse a un sector de los intelectuales —y, en términos más generales, los jóvenes educados— a la visión y también al objetivo concreto del comunismo. En repetidas ocasiones, vemos que la clase dominante desvía, tergiversa, degrada y calumnia las aspiraciones de los jóvenes a un mundo mejor, incluso cuando éstas se expresen espontáneamente. De nuevo el papel de Obama es un ejemplo concentrado de eso. Por ejemplo, vemos una gran cantidad de jóvenes hoy, acudiendo en apoyo a la amplia convocatoria de Obama para cumplir una forma u otra de “servicio” al país —no sólo el servicio militar sino incluso otras formas de servicio— en la educación o en términos de la infraestructura o de otras necesidades del país, tales como las percibe y las presenta la clase dominante de la cual Obama es un representante y a la cual sirve. Lo que Obama pide es servir al imperialismo — al sangriento sistema que aplasta, degrada, brutaliza y literalmente masacra a millones de personas año tras año, década tras década, al servicio de la explotación y para reforzar las relaciones de opresión, incluidas aquellas entre los países y pueblos opresores y oprimidos, y la opresión de la mujer.
Con Obama hoy se oye este eco de John Kennedy [habla con el acento de Nueva Inglaterra]: “No preguntes lo que tu país puede hacer por ti, pregúntate qué puedes hacer tú por tu país”. Obama está muy conscientemente haciendo eco de esto con su llamado al servicio. Y como un artículo en el número 153 de Revolución señaló, esto se dirige, se distorsiona y se pervierte al servicio del imperialismo estadounidense. Esto es algo que se aprendió en la década del 1960. Una manifestación muy importante de esto ocurrió con la gente que entró en el Cuerpo de Paz y ahí descubrió lo que el imperialismo estaba haciendo y lo que les canalizaban y conducían a hacer como parte de un organismo imperialista — y que luego regresaron y formaron grupos como Returned Volunteers (Voluntarios que volvieron) que fueron explícitamente antiimperialistas. Aprendieron en esos tiempos, en una situación en que las personas se levantaban contra el imperialismo en todo el mundo, cuáles eran las relaciones concretas a las cuales les llamaban a dar servicio, al ser parte de organismos imperialistas como el Cuerpo de Paz. Aprendieron que las cosas como el Cuerpo de Paz eran “apéndices” y partes del mismo aparato general como el ejército estadounidense, la CIA y otros instrumentos de la dominación y explotación imperialista violenta trituradora de la vida — y se rebelaron contra eso. Esto pone de relieve lo crucial que es que las personas se zafen del marco levantado por los imperialistas en que éste las condiciona a ver la posibilidad de hacer contribuciones para un mundo mejor: las formas en que se distorsiona y se pervierte eso en beneficio de los objetivos literalmente sanguinarios del imperialismo — sí, tales como los representa Obama, no menos que Clinton, no menos que “W” Bush y los demás.
Al mismo tiempo, vemos que en el mundo de hoy crece el fenómeno del fundamentalismo islámico, una concepción del mundo anticuada, que representa relaciones anticuadas, relaciones altamente opresivas, incluidas muchas formas de esclavización de las mujeres. Esto atrae a las personas debido a que lo consideran una fuerza que se opone a las potencias imperialistas dominantes de Occidente (como quiera que entiendan eso), representadas sobre todo por Estados Unidos. Al respecto cabe recordar de nuevo el comentario de un observador burgués sobre la gente que llevó a cabo lo que objetivamente eran actos de terrorismo en Inglaterra, sobre la base de haber estado bajo la influencia de esta ideología fundamentalista islámica. Señaló que hace una generación estas personas o muchas de ellas habrían sido maoístas. Ahora bien, como he recalcado anteriormente, esto categóricamente no quiere decir que los maoístas llevan a cabo la misma clase de tácticas que los fundamentalistas islámicos —claramente los comunistas tienen una concepción del mundo muy diferente y objetivos fundamentales diferentes y de eso, tácticas muy diferentes—, pero lo esencial es que hace algunas décadas, en circunstancias en las que en el mundo en general el comunismo revolucionario ejercía un impacto y una influencia mucho más poderosos, tales personas o muchas de ellas hubieran estado en un camino mucho mejor y radicalmente diferente, hubieran sido atraídas a una concepción del mundo radicalmente diferente y verdaderamente liberadora y a una estrategia completamente diferente para cambiar el mundo que se apoya en las masas populares y las atrae, las mujeres no menos que los hombres, y pretende arrancar de raíz todas las relaciones de explotación y opresión, y no tiene por objeto aterrorizar a algunos sectores de la población de modo que acepten una nueva forma de opresión o una forma ligeramente alterada de opresión.
En este contexto, también cabe recordar un artículo en primera plana del New York Times del 24 de diciembre de 2008, que cita a un joven de un país del Medio Oriente diciendo que el movimiento fundamentalista islámico es para los jóvenes de hoy lo que el panarabismo fue para la generación de sus padres.
Este fenómeno general es algo que he señalado y analizado con cierta profundidad en el libro ¡Fuera con todos los dioses! Desencadenando la mente y cambiando radicalmente el mundo. Pero algo que no traté suficientemente en ese libro (he hablado en otros lugares sobre esto pero en realidad desearía haberlo comentado más en ese libro... pero voy a tratarlo aquí [risas]) es que, además del fenómeno de las masas pobres del campo —los campesinos y otras gentes— desterrados y expulsados hacia las zonas urbanas y en particular los cinturones de miseria en los países por todo el tercer mundo, también existe el fenómeno de los jóvenes educados que tienen una educación (como un comentarista burgués lo dijo) con cierta base estrecha: las personas que van a la universidad para convertirse en ingenieros, técnicos o profesiones similares pero encuentran frustradas sus aspiraciones debido a la corrupción de los gobiernos de esos países (así lo ven espontáneamente muchos de estos jóvenes) pero fundamentalmente debido al hecho de que la economía de esos países y su papel dentro del marco general del imperialismo no puede proporcionar una salida a estas aspiraciones — lisa y llanamente, no puede proporcionar suficientes posiciones y puestos de trabajo para las personas que reciben educación y formación en estos ámbitos. Esta es una de las fuentes que están alentando las tendencias y movimientos islámicos fundamentalistas organizados en muchos de estos países. Y esto está alentando al fundamentalismo islámico —y otros fundamentalismos religiosos— en el mundo de hoy en un sentido más amplio.
En oposición a esto, es necesario captar mucho más amplia y profundamente la imaginación de las personas en general, de las masas básicas pero también de los jóvenes educados —inspirarlos con la visión del comunismo y ganarlos a su perspectiva y objetivos verdaderamente liberadores, ganarlos a que realmente sean emancipadores de la humanidad que aspiren a abolir todas las cadenas mentales así como económicas, sociales y políticas que mantienen sometidas a las masas populares— como una parte importante de la construcción del movimiento general para la revolución hacia el objetivo final de un mundo comunista. Esto es un punto sumamente importante y es algo al que volveré: qué trae de atractivo lo que el comunismo representa y la necesidad de llevar todo eso con mucho más audacia y energía y luchar por todo eso entre los jóvenes educados así como entre las masas básicas y otros sectores de la población.
Continuará.