Sobre la democracia proletaria y la dictadura del proletariado - Un punto de vista radicalmente diferente sobre cómo dirigir la sociedad
De: "Cómo vencer las dos cuestas: Más sobre conquistar el mundo"

Parte 7: El dominio de clase, los derechos del individuo y la abolición de clases

Bob Avakian

Obrero Revolucionario #1220, 23 de noviembre, 2003, posted at rwor.org

De una charla de Bob Avakian, presidente del PCR, titulada "Cómo vencer las dos cuestas. Más sobre conquistar el mundo".

Hablando de la relación dialéctica entre el dominio de clase y los derechos del individuo, volvamos nuevamente a la polémica contra K. Venu y, concretamente, a tales derechos. Venu los aborda en el marco de criticar el "reduccionismo de clase" (reducir todo meramente a relaciones de clase) en la historia del movimiento comunista internacional y aplaudir el "avance histórico" de la democracia burguesa que, según él, reconoce tales derechos, aunque admite, al menos en teoría, que es en última instancia una dictadura burguesa. Como ya mencioné, Venu tergiversa lo que Marx y Engels dijeron en La ideología alemana sobre la "diferencia entre la vida de cada individuo, en cuanto se trata de su vida personal, y esa misma vida supeditada a una determinada rama del trabajo y a las correspondientes condiciones". En la polémica exploramos más a fondo el mismo pasaje que Venu cita (muy selectivamente) y lo que dijo Marx en Grundrisse acerca del carácter fundamentalmente ilusorio de la independencia (o la libertad y autonomía) del individuo en el capitalismo: "...para los individuos de una clase, etc., es imposible superarlas [las condiciones de existencia sociales] en su totalidad sin suprimirlas". (Vea Un mundo que ganar , 1992, No. 17, p. 54-57).

Es un punto muy importante que concentra una profunda verdad acerca de la relación entre los derechos del individuo, y las condiciones y relaciones sociales, y en la sociedad de clases, las relaciones de clase. Para los individuos de una clase, etc., es imposible superar las condiciones de existencia sociales en su totalidad sin suprimirlas. Esa es la concepción marxista correcta y está relacionada con la crítica que hice del libro Democracy and Its Critics (La democracia y sus críticos) de Robert Dahl* y, en particular, la "poliarquía" y los intereses, especialmente de la élite, que compiten entre sí; Dahl dice que las masas pueden influenciar esos intereses y que en una sociedad moderna grande (y capitalista) eso en sí es la democracia y es su expresión más elevada. Afirma que el proceso democrático es un fin en sí mismo, que representa un bien social. En mi crítica, recalqué que de plano eso no toma en cuenta la realidad de las divisiones y dictadura de clase en la sociedad de clases, que lo refuta contundentemente.

Pero por otro lado, el hecho de que el marxismo reconoce que en lo fundamental las relaciones sociales (y en la sociedad de clases, las relaciones de clase) moldean y determinan las condiciones y libertad del individuo no quiere decir que no dé importancia a sus derechos y libertades. Por ejemplo, en la célebre afirmación de la "Crítica del programa de Gotha", que hemos citado a menudo al hablar de las condiciones necesarias para la transición el comunismo, Marx habla de poner fin a la "subordinación esclavizadora de los individuos" a la división de trabajo como parte necesaria de dicha transición y de crear las condiciones sociales para alcanzar el comunismo. Pero, repito, como vemos en la cita arriba de Grundrisse , Marx no separa eso de las relaciones sociales (ni de las relaciones de clase en la sociedad de clases); lo ubica, en última instancia, en ese marco. Pero eso no quiere decir que no dé importancia a expandir la libertad del individuo.

En ese sentido, es muy pertinente lo que abordamos en El falso comunismo ha muerto... ¡Viva el auténtico comunismo!sobre el igualitarismo relativo y la abundancia común en el avance por el socialismo al comunismo: "...en cada una de esas etapas o espirales [de la transición socialista] en el avance al comunismo se deben elevar las condiciones materiales del pueblo de un plano más o menos igual a otro... luego a otro... mientras que en cada etapa se siguen disminuyendo en la mayor medida posible las diferencias que quedan". (p. 89)

Eso está relacionado al hecho de que las diferencias individuales se dan, en última instancia, en el marco de determinadas relaciones sociales (y relaciones de clase en la sociedad de clases), pero también al hecho de que en el proceso de avanzar al comunismo es necesario superar las divisiones sociales y, además, como dijo Marx en la "Crítica del programa de Gotha", superar la subordinación esclavizadora de los individuos a la división de trabajo; y eso, a su vez, está estrechamente relacionado con el punto fundamental que Marx recalca (y al cual volveré varias veces en esta charla) sobre la relación entre "derecho" y las condiciones materiales subyacentes.

La orientación de subrayar la importancia de superar la subordinación esclavizadora de los individuos a la división de trabajo corresponde a la visión básica de la sociedad comunista que se encuentra en los primeros escritos de Marx. En lo personal, por un tiempo le di menos importancia a esa visión y pensé que quizá era algo de "su primera etapa" que después superó, ¡o hubiera superado! Pero me parece importante retomar esa visión de la sociedad comunista en que la gente trabaja de día, se dedica a la pesca por la tarde y en la noche a la lectura. Pescar... la verdad, ¿quién sabe?, ¡quizá a alguno se le antoje!... Y eso es, precisamente, o sea, quizá no me antoje para nada, pero a otros sí. Dije, medio en broma, que a lo mejor Marx superó esa visión, o la hubiera superado, porque no toma en cuenta suficientemente el elemento de la vida colectiva. Claro, es una formulación abreviada (dedicarse al trabajo en la mañana, a la pesca por la tarde y en la noche a la lectura) que de por sí no expresa todas las complejidades; sin embargo, sigo pensando que no da una idea adecuada del elemento colectivo de la sociedad comunista, en la cual sigue siendo necesario reunirse y tomar decisiones sobre el rumbo de la sociedad (y en la cual el papel, los derechos y la libertad del individuo se dan necesariamente en ese marco).

Pero, por otro lado, es cierto que la formulación abreviada de Marx expresa la importancia de superar la subordinación esclavizadora de los individuos a la división de trabajo. O sea, nos proponemos crear las condiciones, crear un mundo, en que todos dediquemos cierto tiempo al trabajo y a la actividad política en aras del bien común, pero además de la centralización y colectivización, haya descentralización e iniciativa individual, y grupos o individuos hagan actividades que les parezcan. No debemos olvidar ese elemento de nuestra visión ni aceptar el estereotipo burgués, que aprovecha deficiencias secundarias pero importantes de la experiencia de los países socialistas hasta la fecha y el hecho de que en la descripción del comunismo y en la historia del movimiento comunista internacional se ha enfocado unilateralmente el aspecto de la colectividad.

Pero así y todo, hay que subrayar la diferencia fundamental entre el punto de vista comunista y anarquista incluso en una situación en que en realidad es posible y necesario eliminar el estado: en la sociedad comunista. Es decir, además de discrepar con los anarquistas acerca de cuándo, cómo y en qué circunstancias será posible, deseable y necesario eliminar el estado, discrepamos acerca de cuál será la situación en ese entonces. No habrá libertad individual absoluta en la sociedad comunista; de hecho, no la hay ni la puede haber en ninguna sociedad, y eso está ligado a otra afirmación muy importante de Marx (a la cual aludí antes): "El derecho no puede ser nunca superior a la estructura económica ni al desarrollo cultural de la sociedad por ella condicionado", la cual se relaciona dialécticamente con lo que dijo acerca de superar la subordinación esclavizadora de los individuos a la división de trabajo.

El comunismo requerirá y posibilitará, en un nivel cualitativamente superior, emancipar al individuo de la subordinación a la división de trabajo; sin embargo, en cualquier etapa o nivel de la sociedad (y en el comunismo también) seguirá siendo cierto que la libertad individual se desprende de las condiciones generales de la sociedad y no puede basarse en otra cosa ni divorciarse ni elevarse por encima de ellas. Precisamente por eso Marx dijo: "El derecho no puede ser nunca superior a la estructura económica ni al desarrollo cultural de la sociedad por ella condicionado". O sea, jamás se dará una situación en que reine la autonomía o libertad individual absoluta. Concretamente, jamás se dará una situación en que se debe dar prioridad a los intereses de determinados individuos por encima de los intereses de toda la sociedad. Esa es una contradicción muy importante. Incluso al alcanzar el comunismo, con la abolición de clases y del dominio de clase (el estado y todas las jerarquías), los intereses de la sociedad (en cualquier etapa del comunismo) seguirán siendo más importantes que los intereses de determinados individuos, aunque, como señalamos en Democracia: ¿Es lo mejor que podemos lograr?, se manifieste de una manera radicalmente diferente en la sociedad comunista comparada con el capitalismo y todas las sociedades anteriores, incluso el socialismo.

Según este principio marxista-leninista-maoísta sobre la relación entre el individuo y la colectividad, y entre la libertad y las condiciones materiales subyacentes, en la sociedad comunista la libertad individual será mucho mayor que en el más democrático de los estados burgueses, mucho mayor que en todos los estados, todas las sociedades de clases, incluso el socialismo.

Volviendo al punto de Grundrisse que citamos en la polémica contra K. Venu, en el capitalismo la libertad individual es esencialmente ilusoria, pues el individuo no puede zafarse de las condiciones sociales y, concretamente, de las relaciones de clase. En contraste, en el comunismo, con la abolición de las distinciones de clase, la libertad individual tendrá un alcance cada vez mayor, aunque no habrá libertad individual "absoluta" ni libertad absoluta de ningún tipo. Siempre habrá necesidad (habrá que hacerle frente a las condiciones sociales y naturales), y la libertad consiste en reconocer y transformarla en un proceso permanente e inacabable.

La gente: ¿Un medio para lograr un fin o un fin en sí mismo?

A la luz de todo esto, quiero volver a lo que dijimos en Democracia: ¿Es lo mejor que podemos lograr?acerca del "imperativo categórico" moral de Emmanuel Kant, y en particular, el principio de tratar siempre a la gente como un fin en sí mismo y no simplemente como un medio para lograr un fin. Señalamos que no es posible cumplir ese principio en la sociedad de clases, ni será posible ni deseable en la sociedad comunista. Claro, eso es muy polémico. Los demócratas de todo tipo están de acuerdo con tal principio y lo defienden como norma de conducta universal que, si no existe en la sociedad actual, debe existir. Gente progresista e incluso radical (en muchos sentidos) lo plantea y, aunque reconozca que no guía a la sociedad burguesa, dice que debe guiarla y que debemos aspirar a una situación, y luchar por crear una situación, en que los individuos se traten unos a otros como un fin en sí y no simplemente como un medio para lograr un fin. O sea, dicen que ningún individuo debe ser instrumento de los deseos, objetivos o voluntad de otro sino que lo deben tratar en todo momento como un ente en sí, con su propia integridad y autonomía; jamás lo deben reducir a un medio para lograr otros fines.

El libro Democracia recalca que en una sociedad dividida en clases no es posible cumplir ese principio ni tampoco será posible ni deseable en la sociedad comunista, pues por mucho que avance la humanidad, los intereses de la sociedad siempre tendrán mayor prioridad que los de determinados individuos. El avance de la sociedad en general y el mayor alcance de la libertad de todos debe tener prioridad sobre los intereses de cualquier individuo. Eso es correcto e importante pero se presta a malas interpretaciones (y distorsiones), como por ejemplo que los derechos individuales (o el trato de individuos por otros o por el estado o la sociedad) no tienen mayor importancia. Democracia no dice eso y es muy importante aclarar cualquier mala interpretación.

Decir que no es posible tratar a la gente como un fin en sí mismo y no simplemente como un medio para lograr un fin porque los intereses y el desarrollo de la sociedad deben tener prioridad sobre los intereses individuales no quiere decir que un individuo domine o explote a otro (y el libro lo deja muy claro) ni que al ejercer sus derechos individuales esclavice o explote a los demás. Tampoco quiere decir que a la hora de tomar decisiones y fijar prioridades, la colectiviedad ignore las necesidades y preocupaciones de los individuos, aunque en general estas se subordinan necesariamente a los intereses y preocupaciones de la sociedad.

La sociedad comunista se propone superar las distinciones y divisiones de clase, la explotación y la opresión, y como parte de eso, superar las relaciones explotadoras y opresoras entre individuos. O sea, las relaciones entre individuos se transforman como parte del proceso de transformar las relaciones entre las fuerzas y clases sociales. Como hemos señalado, jamás podemos cumplir el principio que Kant plantea, pero también es cierto que el alcance de la libertad individual (y en ese sentido, la autonomía individual) se expandirá en la sociedad comunista (acuérdense de la formulación de Marx que mencionamos antes de dedicarse al trabajo por la mañana, a la pesca por la tarde y en la noche a la lectura). Aquí hay una relación dialéctica --una relación contradictoria, una unidad de contrarios -- entre reconocer que los intereses de la sociedad siempre deben tener prioridad sobre los intereses individuales y, por el otro lado, que el alcance de la autonomía y libertad individual se expandirá constantemente, en oleadas, en la sociedad socialista, y mucho más y de modo cualitativamente superior en el comunismo.

Así que al señalar las limitaciones del principio de Kant y decir que en lo fundamental no es aplicable, no es que le restemos importancia a los derechos individuales o a expandir la libertad individual en la sociedad socialista y comunista sino que nos basamos en otra síntesis del problema.

Para concluir, refutamos el principio de Kant no porque la relación y trato entre individuos no tenga importancia para los comunistas o en las sociedades socialista y comunista. Nuestro argumento esencial es que las relaciones entre individuos no pueden ser superiores ni iguales a las relaciones sociales de la sociedad (y el mundo), y eso persistirá aun cuando las distinciones de clase se hayan superado.
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NOTAS:

* Vea la parte 2, "La dictadura del proletariado y la dictadura burguesa: Las similitudes... y las profundas diferencias", OR No. 1215, en la Internet en: rwor.org.

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