Cálculos, clases e
imperativos categóricos
MARTIN: ¿Cuál es la conclusión,
qué indica, cuando todavía no estamos en la
situación, por ejemplo, cuando podemos producir
alimentos de una forma completamente distinta y pensamos
que sería mejor hacerlo de esa manera, y
posiblemente lo es? Pero en estos momentos no estamos en
una posición que nos permita tomar esas decisiones,
y sin embargo es posible; como dije, hay que hacerlo.
Esto se plantea de la forma más aguda donde la
pregunta que salta, al tratar de ubicarnos y entendernos
en el contexto del torbellino de los acontecimientos
mundiales, es: "¿Qué me conviene por mi
propio interés?". Yo lo llamo
subdeterminación. Que exista ese momento de
subdeterminación, bueno, yo mismo lo quiero
entender, pero lo que tiene que suceder en ese momento es
algo más que sopesar el interés propio de una
manera calculadora. Bueno, claro que uno no se sienta,
dibuja una tabla de dos columnas, las llena, suma y
resta, y llega a un resultado. No, es algo más
dinámico, es una lucha mental; más que mental,
es una lucha sobre cómo vivir la vida este día,
esta semana, este año. Y se da ese momento de
indecisión en que lo que tiene que decidir la
situación es algo como: "¿Qué es lo
correcto aquí? ¿Cuál es el camino
correcto?".
Algo como Vietnam, quién sabe adónde
irá a parar la ola actual de guerras o lo que llaman
acciones de Estados Unidos en los países del tercer
mundo, y si llegará a una arena en que haya más
bajas, más "feedback", por así
decirlo, y se sienta una repercusión en este
país de modo más directo. Bueno, se está
sintiendo una repercusión ahora, después del 11
de septiembre, con el fortalecimiento del aparato
represivo, pero me refiero a lo que siempre dicen:
"cuando empiecen a llegar las bolsas de
cadáveres". Quién sabe adónde
llegará eso.1 Yo me inclino a pensar que el
sistema actual va a ser muy cuidadoso, no que tenga
perfecta libertad en este caso, y se puede ver obligado,
quiéralo o no, pero creo que está muy
consciente del síndrome de Vietnam. Creo que cuando
George Bush "el primero" anunció la
derrota de Saddam Hussein en la guerra del Golfo
recalcó algo como: "Y finalmente superamos el
síndrome de Vietnam". Lo dijo en voz muy alta.
No me parece cierto en absoluto. Creo que es muy claro
que esa mentalidad define la estrategia bélica.
Quién sabe adónde irá a parar esto, pero
inclusive en el caso de algo parecido a Vietnam, aunque
las bajas del otro lado fueron muchísimo más
altas que las de Estados Unidos, tenemos que apoyar a la
gente de Vietnam. Y esa reflexión no se debe basar
(y cuando digo "no se debe" ya tiene
connotaciones éticas) solamente en un cálculo
de qué intereses se benefician.
Como dijiste, y con mucha razón, algo muy
interesante del imperialismo —interesante y
extraordinariamente horrible, tan horrible como nunca se
ha visto en la historia de la humanidad— es que en
el desequilibrio del mundo básicamente lo que existe
es que sistemas que tienen medios de producción
avanzados diezman a sistemas que están en una
situación semifeudal, que básicamente son
agrícolas, etc. Entonces, no veo cómo los
intereses motivarán llegar a donde hay que llegar.
En ese momento es cuando debe entrar una pregunta como:
"¿Qué es lo que se debe hacer?". No
lo digo como una especie de "formalismo
vacío", y no creo que Kant lo dijera en ese
sentido, como lo pensó Hegel. Yo creo que Kant
estaba muy consciente de que nos hacemos esa pregunta en
el contexto de la situación en que nos encontremos.
Pero ese es el tema de lo ético, decir:
"¿qué es lo que se debe hacer?" y
hacerlo porque es lo que se debe hacer.
AVAKIAN: Hace un rato decías que, bueno, hay que
ir de los intereses más inmediatos y estrechos a los
intereses más generales. Seguramente en algún
momento dejará de ser así, pero creo que hasta
cierto punto, eso es correcto y es importante. Hay
intereses estrechos y hay intereses generales. En una
revolución, motivamos a la gente a ir contra sus
intereses más estrechos y momentáneos. Lenin
polemizó contra eso con la cuestión del
derrotismo revolucionario y también un poco en
Qué hacer con respecto al economismo y
otros puntos. Decías que tenemos que decirle la
verdad a los obreros, que con una revolución pueden
bajar los salarios, pero que de todos modos valdrá
la pena; yo añadiría que corresponde a sus
intereses generales deshacerse de una sociedad como esta
y crear una sociedad mejor. Creo que eso corresponde a
los intereses objetivos de la mayoría de la gente,
incluso en una sociedad como Estados Unidos, y por
supuesto mucho más de la mayoría de la gente
del mundo.
Como decía, Bush machaca mucho que la
ciudadanía se tiene que sacrificar por el bien
común, que debe mandar a sus hijos y a los adultos
jóvenes a morir al servicio del imperialismo. Y una
revolución requiere toda clase de sacrificios; no
solo el sacrificio extremo de dar la vida, sino montones
de sacrificios que van contra los intereses o inclusive
las necesidades individuales en el sentido más
estrecho. Jamás se podrá hacer una
revolución ni motivar a la gente a hacer una
revolución si no se plantea la visión más
amplia y más radical de una sociedad completamente
distinta que debería existir y que, además,
puede existir, y si no se plantea que hay que luchar por
hacerla realidad. Entonces, ¿tiene cabida el bien?
Sí. Tiene cabida hacer algo porque es lo que se debe
hacer. Por decirlo de otra forma, los principios tienen
cabida. Esa es otra forma de decir lo ético o el
bien. Los principios desempeñan un papel importante;
hacemos algo por nuestros principios, a diferencia de
hacerlo por la motivación pragmática de que
vamos a sacar una ganancia inmediata, de hacer lo que
dé más ganancia inmediata. Actuamos por nuestro
compromiso a ciertos principios.
Lo que yo quisiera recalcar es que esos principios generales se
fundamentan en nuestra visión de la sociedad, en el punto
de vista de nuestra clase (en la sociedad de clases), sin verlo
de una forma economicista estrecha. En ocasiones he usado una frase
medio irónica, la "posición parecida a dios que
tiene el proletariado", para describir, desde la posición
estratégica del proletariado y de lo que se necesita para
su emancipación en el sentido más pleno (no la posición
espontánea de proletarios individuales), lo que se puede
ver del alcance de la historia y de la dirección en que se
encamina la sociedad y en que necesita avanzar. No que se encamine
inevitablemente, pero adónde, en qué dirección,
hay muy fuertes tendencias; y esas tendencias no se han desarrollado
inevitablemente, pero se han desarrollado. Hay una cierta tendencia
que apunta en cierta dirección. También hay, como
lo has señalado tú y como lo he señalado yo,
la posibilidad de que la humanidad se extinga debido a las mismas
contradicciones que hacen posible un mundo mucho mejor y totalmente
diferente de comunismo. Así que no hay nada inevitable, pero
hay ciertas tendencias, ciertos fundamentos para avanzar hacia el
comunismo. Y lo que consideramos correcto, bueno, basado en principios,
depende de cómo vemos eso, de qué tipo de sociedad
nos parece posible y, a la vez, deseable.
Después, como decía antes, esto medio adquiere vida propia.
Mejor dicho, tiene cierta autonomía: uno tiene ciertos principios
y lo llevan a actuar de cierta manera, en vez de actuar de una manera
calculadora. Cuando escribí el libro Predicando desde un
púlpito de huesos,di ejemplos de esos principios, como
el caso de las mujeres de la clase dominante: nos oponemos a ellas,
pero no las llamamos "putas burguesas". No decimos que
está bien agredirlas sexualmente porque son miembros de la
clase dominante, pues eso refuerza la opresión de todas las
mujeres y la opresión de todos los miembros de la sociedad
en general. Eso va contra nuestros principios y no decimos, de manera
estrecha: "Bueno, quizá en este caso está bien porque
es un ejemplo secundario". Decimos que no, que eso va contra
nuestros principios.
Otra forma de decirlo es que existe una relación
entre los medios y los fines (y no me refiero al
imperativo kantiano de considerar a los seres humanos
como fines, no como medios). A los comunistas nos acusan
de creer que los fines justifican los medios, pero yo
creo que es al revés: tenemos ciertos fines, u
objetivos, y los medios tienen que derivarse de ellos y
concordar con ellos. Bueno, como decía antes, eso no
implica que jamás se pueda llegar a un arreglo mutuo
o compromiso, pero no se puede transigir en cuanto a los
principios fundamentales o esenciales. A veces hay que
dar un paso atrás, pero no tirarse al pantano.
Hacia el final de mi libro Para una cosecha de
dragones,dice que tenemos que confrontar al enemigo
en las trincheras, literalmente y en sentido
metafórico (literalmente cuando llegue el momento y
en sentido metafórico todo el tiempo), y que tenemos
que derrotarlo sin volvernos como él. Esa es otra
forma de decir que no podemos adoptar cualquier medio, y
definitivamente no podemos adoptar sus medios. Tenemos
que adoptar medios que se deriven de nuestros fines, que
concuerden con ellos y que avancen hacia ellos: al tipo
de sociedad que queremos forjar. No podemos hacer que
todo esto sea realidad ahora y no podemos "vivirlo
ahora"; por ejemplo, no podemos vivir sin
mercancías, por más que queramos eliminarlas un
día. Ni siquiera en el socialismo podremos vivir sin
mercancías. Pero no queremos adorarlas; no queremos
hacer de ellas un fetiche consciente, además de su
"fetichización" objetiva. Tenemos que
tolerar ciertas cosas porque todavía no se pueden
eliminar; pero eso no implica que los principios no
importan. Y no implica que no tratemos de vivir lo
más que podamos del futuro en todo momento, tanto a
nivel personal como en nuestras relaciones con la
sociedad y en lo que hacemos para cambiar la
sociedad.
Así que me parece que los principios tienen
cabida, la moral tiene cabida, lo ético tiene
cabida, pero está "situado" en ese
sentido, tiene cierto contenido, y distintas personas con
una visión diferente de la sociedad, de cómo
debería y podría ser, tienen una visión
distinta de los mismos fenómenos y de lo que
consideran bueno, moral, etc. Veamos el ejemplo de la
explotación. Tú escribiste: "Podemos decir
que es fundamental que el hecho de que una persona
explote a otra es la definición de maldad".
MARTIN: Cierto.
AVAKIAN: Bueno, sí, excepto que la burguesía
y nosotros no estamos de acuerdo en lo que constituye
explotación.
MARTIN: Efectivamente.
AVAKIAN: Uno lee a Ayn Rand y dice: "Los
comunistas toman la empresa privada y la iniciativa
creadora y lo llaman explotación".
MARTIN: Sí, nosotros lo llamamos "abrir
fuentes de trabajo".
AVAKIAN: Ajá. "Y, sí, pagamos salarios
bajos en Indonesia, pero si no fuera por nuestras
fábricas estarían mucho peor".
MARTIN: Ajá.
AVAKIAN: Solo aceptan llamar parcialmente
explotación lo que nosotros llamamos
superexplotación: que un niño de Haití,
Paquistán u otro país trabaje 12 horas al
día, siete días a la semana, duerma debajo de
la máquina, se le arruine la salud y le roben la
vida. En ese caso a veces dicen: "Bueno, sí,
eso es explotación", a menos que sean ellos los
explotadores. Algunos teóricos y apologistas
burgueses dicen: "Sí, eso es
explotación"; pero nosotros decimos (como
señalabas tú) que el hecho en sí de que el
sustento de una persona dependa de otros que han
monopolizado los medios de ganarse la vida y que la
única forma de subsistir es crear más riqueza
para ellos, eso en sí es explotación. Eso lo
aprendimos de Marx, eso es explotación. Esto lleva a
lo que dijiste sobre los romanos, que cuando algo mejor
es posible, entonces, carajo, debemos apoyar lo que es
mejor. Bueno, es posible algo mejor y no tenemos que
esperar que el capitalismo dé enemil giros
más y se termine por su cuenta porque nunca lo
hará.
MARTIN: Ajá.
AVAKIAN: Ya se ha creado la base para algo mejor.
Nosotros lo vemos todo desde ese punto de vista, de que
es posible algo mejor. No importa si lo llaman
explotación o chimichurri; es posible que los seres
humanos reciban un tratamiento mejor que el que reciben
en esta sociedad, en la producción, en las
relaciones sociales, en la cultura y todo; y por lo tanto
queremos eso que es mejor. No es solo que lo queramos
subjetivamente; también reconocemos que corresponde
a los intereses de la gran mayoría de la gente. Por
eso, desde esa posición estratégica, todas
estas otras cosas son intolerables. Hablábamos de
otros tiempos, cuando los campesinos se alzaron en
Alemania, aunque no podían crear otro modo de
producción ni una sociedad diferente, o era muy poco
probable. Y quizá la burguesía tenía una
base mucho mejor —no mejor sino más
favorable— para imponer su modo de producción
y su sociedad. Entonces, ¿por qué apoyar a los
campesinos contra los opresores feudales y, además,
contra la burguesía, cuando la burguesía
salió a reprimir a los campesinos?
Porque, repito, nuestra revolución es una
revolución hecha por seres humanos, no por la
tecnología. Aunque la tecnología, que es creada
por seres humanos, desempeña cierto papel en la
creación de las condiciones materiales (y de las
relaciones sociales) que echan los cimientos para nuestra
revolución, no la hace. La hace la gente, y la
destrucción de pueblos enteros no contribuye al
mundo que queremos, aunque fuera hace 500 años.
Así lo veo yo. Para mí, eso es parte de la
complejidad de la cuestión del bien y de lo
correcto, los principios, la moral, lo ético.
MARTIN: Ahí hay muchas cosas que abordar; quiero
responder a varios puntos, pero primero, por atizar la
conversación, quiero señalar que lo que acabas
de decir tiene un carácter muy kantiano. Para
decirlo en una fórmula: cuando algo distinto resulta
posible, por ejemplo, cuando resulta posible que exista
una sociedad en que todos pueden comer, morir de hambre
es intolerable. Sería distinto si solo unos pudieran
comer; pero si no es así, el hecho de que unos se
sienten a la mesa y otros se arrastren por el suelo
muriéndose de hambre es intolerable. Decir eso es
muy kantiano.
AVAKIAN: Bueno, supongo que en realidad no
podemos...
MARTIN: Y no es algo que diría Marx. No es por
darle duro a Marx, pero cuando surge la sociedad de
clases de las sociedades comunales primitivas, para Marx
en cierto sentido eso es un avance, aunque también
es una caída. Es a la vez la caída de la
humanidad y un avance. En parte es un avance porque lleva
al día en que habrá una "humanidad"
en un sentido global, lo que solo se ve en retrospectiva.
Pero, para Marx, es en cierto sentido un avance pasar de
la sociedad tribal primitiva a la sociedad de clases. Y
de eso va a salir algo bueno a fin de cuentas. Eso es
parte de la teleología. A ver, ¿qué
contestarías a eso: que lo que dijiste es muy
kantiano?
AVAKIAN: Me voy a aguantar las ganas de decir "no
te entiendo".1
[risas] No me voy a aguantar las ganas pero voy a parar
ahí porque cuando estábamos platicando antes de
Marx, sin grabar, dijimos que hay que reconocer cosas
positivas de Marx cuando dice que el capital viene al
mundo chorreando sangre y lodo por todos los poros, o que
el pedestal de la esclavitud infantil en Inglaterra fue
la esclavitud en América o muchas otras
declaraciones de ese estilo; por ejemplo, la famosa
declaración de que el sepultamiento en las minas de
la población aborigen de América y la
conversión del continente africano en cazadero de
esclavos negros son los albores de la era de
producción capitalista. Marx dijo muchas cosas
similares sobre la acumulación primitiva, los
estragos coloniales y cosas que vio más claramente y
que condenó fuertemente. Así que creo que tiene
dos caras, para ser dialéctico sobre Marx
también. Pero respondiendo directamente a lo de
Kant, no podemos evaluar eso sin hablar del meollo, o por
lo menos una de las principales cosas, de la ética
kantiana: nunca tratar a los demás como medios sino
solamente como fines en sí mismos.
MARTIN: Creo que lo que dijo fue nunca
solamente como medios; como un fin y nunca
solamente como medios. Así que si uno
únicamente instrumentaliza a las personas...
AVAKIAN: Okay, quiero hacer un comentario sobre eso,
pero primero volvamos al punto de que para Marx la
sociedad de clases fue un avance. Una característica
de las primeras sociedades tribales o comunales es que,
en términos generales, no tenían relaciones de
explotación y opresión, como vemos de una forma
plenamente desarrollada en otras sociedades como el
feudalismo, el capitalismo o la esclavitud. Pero
tenían semillas; por ejemplo, la división
sexual del trabajo tenía el potencial de convertirse
en una relación de opresión cuando cambiaran
las condiciones, aunque no fuera opresiva en ese momento.
Fuera de eso, en muchos casos (no conozco esto a fondo,
pero sé de varias situaciones que se han estudiado)
no existían relaciones de opresión y
explotación entre los miembros del mismo grupo, pero
cuando se relacionaban con otros grupos podían ser
muy antagónicos y violentos. El libro de Jared
Diamond Guns, Germs, and Steel,así como
otros, analiza este fenómeno.
MARTIN: Depende de quién sea reconocido como
gente.
AVAKIAN: Efectivamente. Por ejemplo, en varias partes
del mundo, el nombre que se dan los grupos indígenas
quiere decir "la gente". Se ven a sí
mismos como "la gente" y a los demás como
otra cosa, y suelen tener relaciones hostiles y belicosas
con los otros grupos. Por supuesto que esto no excusa lo
que hizo el colonialismo europeo a un nivel muy superior,
a una escala de genocidio; eso es otro asunto. Lo que
quiero señalar es que no podían relacionarse
con otros grupos sin antagonismo. Eso empata con algo que
dije hace rato, por analogía con tu afirmación
de que uno no puede hacer el bien en un sentido general
si no se lo propone. La analogía que yo propuse es
que no se puede desarrollar una sociedad y un mundo que
no tenga explotación, opresión, relaciones
antagónicas y explosiones violentas a menos que se
tengan, sí, las condiciones materiales y,
además, la orientación ideológica
correspondiente que nos permita integrar las relaciones
sociales a escala mundial de una forma que no diga:
"Este grupo es la gente y todos los demás no
son gente".
Creo que aquí también hay una cuestión
de ciencia, no entendida en un sentido mecanicista o
instrumentalista, sino en el sentido de entender la
realidad, de abordarla y de profundizar continuamente el
conocimiento de la realidad de una forma integral y
sistemática. Eso es necesario para poder tratar de
forma no antagónica las contradicciones que surjan
entre la gente. Mejor dicho, me parece incorrecto
romantizar completamente esas sociedades tempranas,
aunque reconozcamos que relativamente (hay que
recalcarlo) no tenían explotación y
opresión interna, en comparación con las
sociedades de clase.
También me parece que tu punto de ver la historia
en retrospectiva es importante. Mejor dicho, si nos
sentamos aquí en un momento dado y decimos, bueno,
todo lo que se ha hecho ha sido bueno, al final va a
llevar al comunismo, eso sería a) teleológico,
b) incorrecto y c) dañino. Llevaría a no
oponerse a cosas a las cuales debemos oponernos y
haría un revoltillo de la realidad de una forma
reduccionista muy cruda.
MARTIN: El otro término que yo le aplico es
teodicia; o sea, nada de lo que parecía malo fue
malo porque al final resultó algo bueno; al final
salió bien.
AVAKIAN: Sí, todos nos redimimos o algo
así.
MARTIN: Exactamente.
AVAKIAN: Sí, al final. Bueno, por todas las
razones que tú indicas, con las que estoy de
acuerdo, creo que es incorrecto y dañino. Volviendo
a lo de Kant, yo creo que el principio de medios y fines
con relación a las personas no es aplicable en una
sociedad dividida en clases. Primero que todo, es claro
que no es aplicable por parte de la burguesía o de
otras clases dominantes y explotadoras. No pueden aplicar
ese principio. Por definición, lo que hacen es
tratar a los demás como medios.
MARTIN: Como cosas.
AVAKIAN: Ajá. Tienen que hacerlo para explotarlos
como lo hacen; eso es parte integral de las relaciones de
explotación y opresión. Pero también desde
el punto de vista del proletariado, mientras existan las
clases y mientras sea necesario... en la sociedad
socialista el estado todavía es necesario, se
necesita la dictadura del proletariado; mientras que
existan las clases hay que impedir el "florecimiento
total" de ciertas partes de la sociedad, los
individuos que forman la clase burguesa y las fuerzas
contrarrevolucionarias, o de lo contrario, van a impedir
que el resto de la sociedad florezca y se emancipe, y no
será posible transformar la sociedad al punto en que
finalmente ya no sea necesario que una parte de la
sociedad restrinja a otra. Esto entraña muchas
contradicciones, como sabemos, y se puede convertir en su
contrario; pero de todos modos el proletariado tiene que
bloquear el "florecimiento" de la
burguesía para llegar al comunismo.
Bueno, pero a mí me parece que al llegar al
comunismo la cosa se complica. Esto tiene que ver con un
punto de Marx que mencionamos hace un rato: que los seres
humanos son animales sociales que solo se pueden
individualizar en un contexto social. Mejor dicho, me
parece que el florecimiento de los individuos y sus
relaciones en un plano sin explotación también
están condicionados socialmente. Dependen de lo que
se esté dando en las relaciones de la sociedad en
general. El reino de la libertad de los individuos va a
ser dependiente de lo que la sociedad esté haciendo
y de la forma en que la gente se relacione. Y
también de la relación con la naturaleza, valga
decirlo. Porque, como decíamos, la gente
seguirá necesitando comida y otras cosas, y
será necesario guardar para los días de
"vacas flacas", así como ampliar la esfera
de la libertad por medio del desarrollo de la
producción de modo que se requiera menos tiempo y
menos esfuerzo de parte de todos para reproducir las
cosas necesarias para la vida. Todo eso seguirá
operando, inclusive en las distintas etapas de una
sociedad comunista, un mundo comunista. Y la
relación de los individuos, a mi manera de ver, no
es que no sea importante, pero está situada en ese
contexto. Bueno, voy a parar con una pregunta para ti:
¿cómo se aplica a eso la máxima o
principio kantiano?
MARTIN: Excelente. Me gusta que la palabra
"florecimiento" haya entrado así en la
conversación. Creo que su uso en filosofía
política se remonta a Platón y especialmente a
Aristóteles con la palabra griega
eudaimonia,que se ha traducido de varias formas.
A veces se traduce como "felicidad". Kant
rechazaría esa traducción porque no le
parecía bien mezclar cuestiones de placer y dolor
con cuestiones de lo bueno y lo malo. Esto se considera
un aspecto puritano o muy estricto de Kant. A veces se
considera así a Kant, como un tipo muy estricto,
aunque por lo visto era muy jovial.
Kant tenía un lado muy raro; no sé si sabes
esto, pero parece que nunca tuvo un encuentro sexual con
otra persona y que de noche se envolvía en
sábanas apretadas por temor de excitarse mientras
dormía. Un amigo escribió un libro que usa ese
aspecto para interpretar otras partes de su
filosofía. Es un poco preocupante. [risas]
También hay que decir que el mismo Kant estaba algo
consciente (no tan consciente como es necesario) de la
contradicción que entraña la cuestión de
medios/fines, especialmente con la cuestión de la
revolución. Porque en una revolución una clase
tumba a otra violentamente y con esa violencia se
instrumentaliza a los tumbados, en el sentido de hasta
matar a algunos. Es difícil reconciliar eso con su
supuesto florecimiento, si están muertos. Así
que Kant se halló ante la contradicción de que
no podía justificar la revolución francesa
antes de darse; pero después pensó que fue algo
grandioso y fue muy positivo hacia ella. Pero eso es una
contradicción y no creo que tenga todos los recursos
para resolverla.
Volviendo a la idea de florecimiento. Creo que importa
mucho. Tiene que ver con la cuestión de ideas que
importan, y podemos hablar de ideas que importan sin ser
idealistas, filosóficamente. Lo que quiero decir,
bueno, algo que dijo Adorno es útil: hay una
conversación grabada de Theodor Adorno y Ernst
Bloch, dos teóricos marxistas de la escuela de
Francfort, que recibió el nombre de "Falta
algo". Adorno habla del utopismo y dice que la
sociedad va por el camino del filisteísmo total en
que decir que algo es utópico se toma
automáticamente como una crítica o... no una
"crítica crítica", como dijo Marx, o
un caso de pensamiento crítico. No una crítica
en el sentido de: "Ah, tu idea es
utópica", porque no parte de una buena base
para llegar adonde queremos llegar. O no examina las
divisiones de la sociedad y lo que tenemos que hacer.
Sino más bien una actitud despectiva hacia
cualquiera que sueñe con algo diferente y mejor.
Ahí se ve la importancia de los ideales, ya sean
de florecimiento, de no instrumentalizar, de trabajar en
pos de un mundo en que la gente no sea convertida en
cosas, en que no viva bajo una lógica de
mercancías que pone a los seres humanos a circular
como cualquier otra mercancía. Importa que
tengamos esos ideales. Importa que pensemos que eso es lo
que tenemos que hacer. En ese sentido materialista,
necesitamos esa idea. Ese es su materialismo.
Necesitamos esa idea; importa que podamos hablar en ese
lenguaje, que queramos crear un mundo en que... Me gusta
deletrear la palabra "comunismo" como donde
podemos crear una comunidad global de florecimiento
mutuo. Creo que la mutualidad está en el ideal de
florecimiento, como lo he entendido históricamente,
pero refuerza que eso es lo que florece, que es una cosa
mutua. Es algo del "nosotros". Es algo
colectivo. Importa que podamos usar ese lenguaje y si en
cambio solo tuviéramos el lenguaje calculador, no
podríamos llegar allá, materialmente.
AVAKIAN: ¿Qué quieres decir con
"lenguaje calculador"?
MARTIN: Bueno, interés. Si eso fuera todo lo que
tuviéramos.
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