Obrero Revolucionario #893, 9 de febrero, 1997
En todo momento, y a lo largo de todo el proceso revolucionario, tenemos que saber aplicar nuestra línea y orientación estratégica del Frente Unico bajo Dirección Proletaria (FUDP), con el aspecto de independencia e iniciativa del proletariado y su vanguardia.
Tenemos que saber hacerlo de tal manera que, a partir de los intereses estratégicos del proletariado, vayamos trazando líneas divisorias que permitan unir y encauzar a la mayor cantidad de personas posibles hacia los intereses estratégicos del proletariado, de modo que--objetivamente y, al máximo grado posible sin romper esa unidad, subjetivamente--se promuevan esos intereses estratégicos en un sentido general. Bueno, eso es algo "kilométrico", pero es sumamente importante.
Lo que quiero decir con "objetivamente y, al máximo grado posible sin romper esa unidad, subjetivamente" es que debemos trazar la línea divisoria de tal manera que la batalla prosiga objetivamente de acuerdo con los intereses del proletariado y, en ese contexto, ganar a cuantos sea posible a luchar con más conciencia, sin romper la unidad apropiada para una lucha determinada y en vista de las condiciones concretas.
El principio muy importante que venimos recalcando de que "el Partido tiene que estar en el núcleo" de todos nuestros esfuerzos es algo que hay que comprender bien en ese contexto. El principio de que el Partido tiene que estar en el núcleo de todo es, ante todo, un asunto político e ideológico. No es cuestión de que el Partido tenga que ejercer directamente la dirección del amplio movimiento popular y de las múltiples organizaciones populares en un momento dado; en muchos casos, aun en una etapa más avanzada del movimiento revolucionario (antes de conquistar el poder), no sería correcto intentar hacerlo. Sin embargo, en última instancia, para conquistar el poder y llevar a cabo la transformación socialista de la sociedad como parte de avanzar al comunismo mundial, el Partido tendrá que establecerse como la dirección directa y reconocida del movimiento revolucionario y de la sociedad socialista.
Al llevar a cabo nuestra Tarea Central hoy y prepararnos para cuando surja una situación revolucionaria y se pueda lanzar la lucha frontal por el poder, también es indispensable construir organizaciones populares en las que el Partido esté en el núcleo, no solo política e ideológicamente sino orgánicamente. Eso se debe hacer en relación dialéctica con la construcción y desarrollo de luchas y organizaciones populares y el desarrollo general del movimiento revolucionario hacia nuestros objetivos estratégicos.
Otra manera de decir lo mismo es que para manejar correctamente esta contradicción--entre el aspecto del Frente Unico y el aspecto de la Dirección Proletaria--hay que dividir uno en dos y no combinar dos en uno. Ese es un principio filosófico importante.
(Aquí también podemos ver la importancia de los debates y luchas filosóficas que se dieron en China antes de la Revolución Cultural. Un folleto chino titulado "Tres luchas monumentales en el frente filosófico" analiza luchas que jugaron un importante papel antes y durante la Revolución Cultural. Los reaccionarios, los seguidores del camino capitalista dentro del Partido, decían que había que combinar dos en uno, o sea, combinar aspectos contradictorios, fuerzas e intereses contradictorios; en una palabra, reconciliar diferencias fundamentales por medio de un acuerdo, lo cual equivalía a subordinar el proletariado ante la burguesía. Los maoístas, que dirigían al pueblo por el camino socialista, luchaban por una línea opuesta, por el método correcto de dividir uno en dos; reconocer los aspectos contradictorios de todo y la permanencia de la lucha entre esos aspectos contradictorios--incluso de las contradicciones en el seno del pueblo, que no tienen que resolverse por medios antagónicos, y definitivamente de la contradicción y lucha antagónicas entre el pueblo y el enemigo--para defender la dictadura del proletariado y proseguir por el camino socialista, continuar la revolución bajo la dictadura del proletariado.)
Con respecto a nuestra estrategia, eso quiere decir que tenemos que esforzarnos por forjar la más amplia unidad posible, pero también apoyarnos firmemente en el punto de vista y los intereses del proletariado, y luchar intrépidamente por ellos y no por los de otra clase o grupo. El principio de que uno se divide en dos, y no al contrario, quiere decir que en la práctica no debemos mezclar el punto de vista y los intereses del proletariado con los de otras clases y capas a fin de unirnos con ellas. Dividimos uno en dos para forjar la más amplia unidad posible, pero también nos apoyamos firmemente en el punto de vista y los intereses del proletariado, y no de otra clase.
Tenemos que trazar una clara distinción y línea divisoria entre ese punto de vista e intereses y todos los demás y, a partir de eso, forjar la más amplia unidad posible. "A partir de eso" no quiere decir que otros tengan que estar de acuerdo con el punto de vista del proletariado para unirse a nosotros, eso sabotearía y minaría al frente único y, de hecho, sabotearía y minaría los intereses del proletariado. Lo que quiere decir es que tenemos que defender y propagar fuertemente ese punto de vista y aplicarlo, formando amplias alianzas, tanto en luchas específicas y en la lucha general contra el sistema imperialista.
Quiere decir unirnos con mucha gente que, en un momento dado, no abrace y que incluso se oponga fuertemente al punto de vista del proletariado. También quiere decir, como dije con la oración "kilométrica", que debemos procurar que abracen el punto de vista del proletariado y sus objetivos estratégicos todos los que sea posible, pero sin romper la unidad necesaria que corresponde a esos objetivos, en un momento dado y en un sentido general a lo largo de la lucha.
Como dije en el primer artículo de esta serie sobre nuestra estrategia del Frente Unico bajo Dirección Proletaria: si deseamos verdaderamente ganar, si deseamos verdaderamente la revolución proletaria y no solo en apariencia, con vehemencia y no sin ella, profunda y no superficialmente, tendremos que hacer el esfuerzo para encarnar y aplicar esa orientación estratégica.
Para hacerlo, tenemos que basarnos en la concepción materialista--en lo que nos enseña y solo nos puede enseñar el materialismo dialéctico y el materialismo histórico--de que la raíz de todas las contradicciones que impelen a diversos sectores de la población a luchar contra el sistema es la contradicción fundamental y la naturaleza fundamental del sistema capitalista/imperialista; y, además, que en última instancia, solo la revolución proletaria puede resolverlas. En eso se basa nuestra estrategia del Frente Unico bajo Dirección Proletaria, y esa es la base para transformar a los luchadores de un frente en luchadores de todos los frentes, cada vez más concientizados contra el enemigo común: el problema común, el sistema capitalista/imperialista. Para citar a Balas*:
"Cuanto más firmemente comprendamos la línea correcta, inclusive con respecto a la construcción del frente único como nuestra estrategia revolucionaria, tanto más ampliamente debemos no solo tratar, sino también lograr, unirnos con otras fuerzas en movimiento. Esto se debe a que cuanto más profundamente comprendamos dicha línea y los principios básicos del marxismo-leninismo-maoísmo en los cuales se basa, tanto más capaces seremos de entender cómo cada batalla particular se desprende de la contradicción fundamental del capitalismo y representa una parte de la batalla general contra el sistema capitalista, independientemente del grado en que las personas involucradas espontáneamente en esta batalla sean conscientes de ello". (Página, 160).
Esta es otra manera de expresar lo que Lenin decía sobre el comunismo: que emana de todo poro de la sociedad. Para canalizar todas esas aguas vivas hacia la meta final del comunismo, hay que aplicar nuestra estrategia del Frente Unico bajo Dirección Proletaria.
* BALAS: De los escritos, discursos y entrevistas a Bob Avakian, Presidente del Partido Comunista Revolucionario, EU. RCP Publications, disponible en Libros Revolución.