Bob Avakian, presidente del PCR
Obrero Revolucionario #1147, 21 de abril, 2002, posted at http://rwor.org
Este artículo es de un número especial del Obrero Revolucionario (No. 1143) titulado "Los grandes retos de la nueva situación". Se puede conseguir la sección especial en La Neta del OR en rwor.org o en las librerías de Libros Revolución.
Con todo lo anterior en mente, quisiera abordar los retos políticos que se nos plantean. Primero, vale la pena citar un editorial que salió hace poco en el OR (2 de diciembre de 2001), titulado "SE NECESITA: Un pujante movimiento contra la guerra"5:
"McWorld o Jihad, ¨acaso no hay otro camino?
¨Cómo podemos luchar contra los injustos bombardeos e intervenciones militares de Estados Unidos, y contra la bárbara represión y discriminación a los árabes y musulmanes?
¨Cómo pueden luchar los pueblos del mundo contra las fuerzas e ideologías reaccionarias sin caer en la trampa de fortalecer a los explotadores y opresores globales?
¨Cómo logrará el pueblo de este país comunicarse con los pueblos del otro lado del planeta para hacerles entender que una enorme brecha separa a la estructura de poder y las grandes mayorías del pueblo estadounidense, a quienes no beneficia fundamentalmente la opresión y el saqueo de los pueblos del mundo?
¨Cómo ayudamos a `echar leña al fuego' de los movimientos que liberarán al pueblo de los opresores globales y crearán sociedades donde se eliminen la miseria, la violencia injusta, el odio étnico y la opresión de la mujer?
Al reflexionar sobre estos problemas y la necesidad de la revolución proletaria en Estados Unidos y el mundo entero, el presidente del PCR, Bob Avakian, escribió:
`Debemos plantear la visión de un movimiento contra los actos de guerra y represión de `nuestro propio' gobierno que llegue a todo rincón del planeta, un movimiento tan recio y pujante que no sea posible ocultarlo de las masas del mundo, ni de las masas de los países y regiones que son blancos de la agresión del imperialismo yanqui y que justamente son `semilleros' de odio `a América'.
`Imaginemos lo que significaría, lo que significará, para esos millones y millones cuando vean a miles y miles -y con el tiempo a millones- de personas en Estados Unidos luchando contra la agresión (y represión) de su propio gobierno y, hombro a hombro con los pueblos del mundo, oponiéndose a lo que este gobierno representa, y lo que hace e impone al mundo.
`Imaginemos las grandes inquietudes que eso despertará para un montón de gente, el `diálogo' (aun indirecto) que provocará entre gente del mundo entero y gente de Estados Unidos.
`Imaginemos cómo atizará la lucha y el potencial para una nueva configuración de fuerzas en que la gente común del mundo entero luche por una cause común contra los opresores y gandallas del mundo, sobre todo la clase dominante de Estados Unidos, que -quedará más claro con cada día que pase- no habla ni actúa de acuerdo a los intereses ni en nombre de una creciente mayoría del pueblo estadounidense...'
Imaginemos...
Tracemos planes...
Hagamos realidad esta visión...
El mundo entero nos está mirando".
He aquí una gran visión, del tamaño que se necesita, en vista de lo que los imperialistas han puesto en marcha y buscan, a costa de tremendo sufrimiento. Construir un pujante movimiento de oposición, como plantea el editorial, es un objetivo muy importante y una meta muy concreta, por la cual debemos forjar unidad, luchar hombro a hombro y trabajar enérgica y urgentemente.
Es muy notable y alentador que tras el 11 de septiembre y la declaración de guerra ilimitada (y mayor represión) por los imperialistas, mucha gente -gente prominente, estudiantes y otras fuerzas sociales de la sociedad estadounidense- han tomado una posición muy buena, y muchos han asumido el reto de oponerse y fortalecer la resistencia contra la ofensiva de los imperialistas.
La experiencia del movimiento de oposición a la guerra del Golfo nos brinda importantes lecciones al respecto. No olvidemos que desde los primeros días se prendió una oposición masiva en grandes partes del mundo, incluso en Estados Unidos y muchos otros países de la "coalición" de entonces. Recuerdo que vi un reportaje de una manifestación de medio millón de personas (o quizás un millón) en Alemania. Claro, como de costumbre enseguida corrieron a tapar esa desagradable realidad y a sembrar confusión: "Sin embargo, las encuestas indican que la mayoría de los alemanes apoyan la guerra", como quien dijera: "Olvídense de la realidad, siempre hay una encuesta". Eso me trae a la mente algo que dijo Lenin: que las clases dominantes reaccionarias necesitan dos cosas, el verdugo y el sacerdote. Bueno, ahora tienen las bombas y las encuestas: con las bombas matan y con las encuestas nos dicen qué pensar.
Bueno, inicialmente se prendió oposición masiva a la guerra del Golfo, en el mundo y en Estados Unidos, pero más adelante mucha gente se desorientó, sobre todo al ver que los imperialistas tenían una abrumadora superioridad militar y saldrían victoriosos sin sufrir muchas bajas. Los imperialistas lanzaron una contraofensiva política en el campo de la opinión pública que causó mucha desorientación e incluso desmoralización en el movimiento, debido en parte a la suposición errónea de que esa guerra iba a ser básicamente igual a la guerra de Vietnam: que Estados Unidos (y su coalición) se meterían en un "lodazal" y quedarían atascados, empezarían a llegar bolsas de cadáveres de soldados y grandes sectores de la población repudiarían la guerra.
En primer lugar, este es un resumen unidimensional de la oposición a la guerra de Vietnam. Aunque los factores enumerados arriba afectaron a importantes sectores de la población, la conciencia contra la guerra se desarrolló en la lucha contra la guerra. Pero más que eso, el pujante movimiento de protesta contra la guerra de Vietnam no se prendió simplemente por la muerte de jóvenes estadounidenses ni porque resultó cada vez más evidente que Estados Unidos no iba a ganar la guerra, sino porque se comprendió la naturaleza política de la guerra, es decir, que era una guerra reaccionaria, opresiva y sangrienta por los intereses de Estados Unidos contra el pueblo vietnamita que, en aras de sus intereses, luchaba y oponía resistencia.
En segundo lugar, en la guerra del Golfo algunos grupos y tendencias políticos con un análisis erróneo, que siempre buscan rebajar el nivel de unidad al mínimo común denominador, propagaron de una manera utilitaria y pragmática que "cuando lleguen las bolsas de restos humanos, la ciudadanía repudiará la guerra". Y cuando no sucedió así, mucha gente se desorientó.
Por otra parte, los imperialistas no tardaron en contraatacar con la consigna de "apoyar las tropas" e incluso en el movimiento se adoptó esa línea, que sirvió como un caballo de Troya ideológico y político. ¨Acaso se puede apoyar las tropas y no apoyar la guerra?¨Acaso las tropas están haciendo otra cosa que la guerra? Por lo contrario, debemos apoyar a los soldados que oponen resistencia -o buscan los medios de oponerse- a la guerra. Durante la guerra de Vietnam, la resistencia de los soldados fue un fenómeno masivo, y el movimiento contra la guerra apoyó y alentó (muy correctamente) a los miles de soldados que se rebelaron y lucharon por ganarse a su lado a muchos más. En la guerra del Golfo, muchos soldados estaban tomando la misma posición, pero en ese caso la línea de "apoyar las tropas" -fomentada en grande por los imperialistas y, lo que fue más dañino, adoptada por fuerzas del movimiento- sirvió para desorientar, desmoralizar y desmovilizar. Debemos tener esto muy presente y luchar por aplicar las lecciones de esa experiencia de manera consecuente si ocurre una situación parecida u otra en que busquen desviar el movimiento contra la guerra ilimitada "contra el terrorismo".
Debemos escuchar a los imperialistas y observar y analizar sus acciones. Fundamentalmente son mentirosos patológicos, pero también es cierto, como dijo Lenin, que tienen la necesidad de influenciar y movilizar a la población, y con sus propios propósitos y de un modo torcido revelan parte de la verdad. Por ejemplo, como dije antes, están preparando a la gente para aceptar que tendrán mayores bajas y pérdidas que en la guerra del Golfo. Eso por un lado, o sea, es una parte de lo que ven, una posibilidad muy concreta, y reconocen que es necesario preparar a la gente para ella. Pero por otro lado, tendrán sus victorias militares, como ya han tenido en Afganistán. Y en ciertas situaciones podrán minimizar las bajas o, si no, ganar a mayores sectores de la población a corto plazo precisamente porque están sufriendo más bajas: "Nuestros soldados están dando la vida y nos toca brindarles apoyo, ahora más que nunca".
Va a ser un proceso complejo y, repito, no podemos concebirlo de una forma simplista o en línea recta. En primer lugar, no podemos dar por sentado que van a meterse en un lodazal o, si así pasa, que esto automáticamente suscitará oposición; ninguna de las dos cosas sucederá de forma tan sencilla y fácil. Para ello se necesitará la plena participación y trabajo, antes que todo, de las fuerzas MLM de este país y el mundo (en particular, nuestro partido y el MRI) y, unidas a ellas, a través de un proceso de unidad-lucha- unidad, fuerzas progresistas y de resistencia y oposición a la implacable ofensiva imperialista.
Nuestro partido tiene un papel de suma importancia: tendremos que luchar por unir a todos los que sea posible unir en oposición a esto y ligar la oposición a objetivos estratégicos revolucionarios por medio de nuestro trabajo y línea independientes. Aquí vemos nuevamente la gran importancia de repolarizar las fuerzas de la sociedad y ganar a muchas de ellas a oponerse a la ofensiva imperialista de guerra y represión. Es preciso captar que podemos y debemos hacerlo sin rebajar el nivel de unidad del movimiento de resistencia, y de hecho esta es la única manera de hacerlo bien; es decir, hay que deslindar campos de tal forma que sea posible unir a la mayor cantidad de gente de las más diversas perspectivas políticas (e ideológicas) de la forma más resuelta contra los aspectos esenciales de la ofensiva imperialista.
Como señala un documento interno del partido:
"[Se necesita] un movimiento que se aferre a los principios básicos y a la vez forje el más amplio frente único con el enfoque de parar la implacable ofensiva de guerra y represión en vez de caer en el sectarismo o simplemente ocuparse de intereses más limitados y estrechos...
"Tenemos que condenar rotunda y resolutamente la naturaleza del sistema, plantear la solución a toda esta locura y trabajar para unir a los más grandes sectores posibles en un pujante movimiento que los PARARÁ...
"Básicamente, nuestra declaración del 14 de septiembre6 aplicó muy bien esta orientación de hablar a millones de personas e influenciarlas desde una perspectiva revolucionaria, de deslindar y aplicar la línea de masas a fin de unir a la mayor y más diversa gente de acuerdo a los intereses estratégicos de nuestra clase internacional. El gran reto de hacer esto correctamente se nos planteará a lo largo del difícil y complejo proceso de repolarización en que arrebataremos a grandes sectores de la sociedad de las garras de la clase dominante".
Al captar estos principios cruciales, captaremos que no importa desde qué perspectiva la gente diga que está "contra la guerra" ni que piense, equivocadamente, que la ONU u otras instancias internacionales pueden efectuar una "resolución justa" de los conflictos internacionales que provocaron los ataques del 11 de septiembre. Será necesario unir a gente muy diversa que analiza las cosas con su propia perspectiva y tiene sus propios puntos de vista sobre muchas cuestiones. Lo importante es llevar al mayor número de gente a unirse a la oposición, sobre todo a lo que el gobierno estadounidense (y su "coalición" en un momento dado) está haciendo, su ofensiva de guerra y represión. Si no trazamos estos deslindes, si no apuntamos contra el gobierno estadounidense y su ofensiva, si la oposición a la guerra y represión se rebaja a tal punto que las declaraciones a favor de la "paz" y la "justicia" no señalan al gobierno como responsable de la represión y guerra injusta, se podrá movilizar a muchísima gente, pero en el mejor caso, la oposición será ineficaz y, en el peor, la canalizarán contra la verdadera resistencia a las embestidas de la ofensiva imperialista. Todo esto subraya la importancia de bregar constantemente por unir a todos los que sea posible unir contra esta ofensiva y a la vez aferrarnos a los principios y debatir las discrepancias de la oposición, por ejemplo cómo deslindar campos y construir el movimiento de tal forma que se una a la mayor cantidad de gente de la forma más enérgica.
5. Este artículo se puede encontrar en La Neta del OR en: rwor.org.
6. "Los horrores que genera este sistema horroroso", OR No. 1119, 23 de septiembre de 2001, dice: "A través del shock vemos la verdad: los explotadores globales y los multiasesinos no tienen derecho de vengarse; solo causarán más destrucción e injusticia. Unir fuerzas con ellos, pedirles protección, los espoleará a cometer más crímenes contra el pueblo de nuestro planeta".
Este artículo se puede encontrar en español e inglés en La Neta del Obrero
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