De Pongamos las cosas en claro

La Revolución Cultural de China: Una revolución dentro de la revolución

Revolución #3, 22 de mayo, 2005, posted at revcom.us

Lo que sigue es parte del artículo "La verdad sobre la Revolución Cultural" del Proyecto "Pongamos las cosas en claro", cuyo texto completo salió en el No. 1251 del Obrero Revolucionario.

La Gran Revolución Cultural Proletaria de 1966 a 1967 fue un levantamiento revolucionario en que participaron cientos de millones de personas. Fue una especie de "revolución dentro de la revolución".

En 1949, la revolución obrero-campesina tumbó al gobierno. Estableció un sistema político y económico socialista que dio poder a las masas y generó muchas mejoras. A pesar de eso, quedaban disparidades económicas y sociales significativas. Además, surgió una nueva élite privilegiada que tenía su centro político-organizativo en el seno del Partido Comunista y estaba aumentando su influencia política e ideológica.

A mediados de los años 60, esos seguidores del camino capitalista (los llamaron así porque proponían medidas que llevaban a la restauración del capitalismo) estaban maniobrando para tomar el poder. Querían reinstalar los sistemas de explotación y abrir las puertas a la dominación extranjera; en resumen, ¡querían convertir a China en el "paraíso de maquiladoras" que es hoy en día!

La Revolución Cultural, lejos de ser una "pugna de palacio", fue una lucha aguda y profunda para determinar qué camino seguiría el país y quiénes lo dirigirían: los trabajadores o una nueva clase burguesa.

Mao y las fuerzas revolucionarias del Partido Comunista movilizaron a las masas a levantarse para impedir que los seguidores del camino capitalista tomaran el poder y para sacudir los altos niveles del partido que estaban adoptando un molde burocrático-burgués. Sin embargo, la Revolución Cultural fue mucho más que eso. Las masas realizaron transformaciones revolucionarias de la economía, las instituciones sociales, la cultura y los valores de la sociedad, y hasta revolucionaron el partido. Mao llamó este proceso seguir la revolución bajo la dictadura del proletariado.

La Revolución Cultural no fueron "redadas" ni meter a la gente en "campos de trabajos forzados" ni obligar a todos a pensar igual. Los métodos de la Revolución Cultural fueron muy distintos. Los trabajadores, los campesinos y gente de todas las capas sociales participaron en críticas masivas de los círculos oficiales corruptos. Debatieron los planes económicos, el sistema de educación, la cultura y la relación entre el Partido Comunista y las masas populares. Mao no quería "purgas" políticas. Quería que las propias masas tomaran medidas para derrotar a los enemigos de la revolución.

Mao exhortó a las masas a "cañonear el cuartel general" y derrocar al puñado de seguidores del camino capitalista que querían arrastrar a China de nuevo al capitalismo. Se trataba esencialmente de levantamientos políticos. Debate de masas, crítica y movilización política de masas: estas fueron las principales formas que tomó la lucha de clases durante la Revolución Cultural. A los líderes y a los funcionarios del partido se les dio la oportunidad de reformarse y participar en la lucha.

A los artistas se les animó a participar en el movimiento revolucionario, mirar sus obras desde la óptica de la lucha para crear una nueva sociedad y examinarlas para ver si contribuían al avance de la revolución o lo retrasaban. Una meta de la Revolución Cultural fue fomentar arte revolucionario protagonizado por las masas que las ayudara a impulsar la historia.

Otro objetivo era acabar con el desequilibrio cultural que existía en el país. Los artistas, intelectuales y profesionistas vivían mayormente en las ciudades y su trabajo estaba divorciado de la sociedad en general y en particular del 80% de la población que vivía en el campo. Por toda la sociedad, la Revolución Cultural suscitó debates sobre la necesidad de disminuir las desigualdades entre el trabajo intelectual y el trabajo manual, entre las ciudades y el campo, entre la industria y la agricultura, y entre hombres y mujeres.

Se exhortó a los artistas, médicos, trabajadores técnicos y científicos y a la gente educada a unirse a los obreros y campesinos: aplicar sus conocimientos a lo que la sociedad necesitaba, convivir con la gente trabajadora, compartir información y aprender de ella. Grandes cantidades de jóvenes y profesionistas respondieron al llamamiento de Mao de "servir al pueblo" e ir al campo.

La Revolución Cultural fue un movimiento histórico sin precedentes. Con el sistema socialista ya establecido, Mao y los revolucionarios del Partido Comunista de China movilizaron la actividad consciente y la creatividad de las masas para impedir la restauración del viejo sistema e impulsar la revolución socialista hacia el comunismo: hacia la eliminación de las clases y de toda relación de explotación. En toda la historia, jamás se ha visto un movimiento de masas o una lucha de esa magnitud, guiada por una política y unos principios tan revolucionarios. Jamás se ha visto un esfuerzo tan radical por transformar relaciones económicas, instituciones políticas y sociales, cultura, costumbres e ideas.

¿Hubo fallas o se cometieron errores durante la Revolución Cultural? Sí, y a veces bastantes serios. Pero en el contexto de los enormes logros, y en comparación con los horrores de la sociedad capitalista, esos problemas eran secundarios.

Pero la revolución comunista no debe estancarse. Los revolucionarios tienen que aprender críticamente de la experiencia, sin temor a interrogarse, seguir adelante y llegar más lejos cada vez. Bob Avakian ha desbrozado nuevos terrenos del marxismo-leninismo-maoísmo que nos capacitan para hacer eso.

Bob Avakian plantea una visión vibrante del socialismo y el comunismo. Ha profundizado el conocimiento de cuáles son las tareas y las contradicciones de la dirección revolucionaria, y de cómo desencadenar a las masas a gobernar y transformar la sociedad. Ha hablado del papel indispensable del disentimiento en la sociedad socialista, y de su contribución al espíritu de crítica que debe imbuir toda la sociedad. Ha señalado la importancia de las esferas intelectuales y culturales en el socialismo, resaltando que la sociedad socialista necesita y debe fomentar—gran efervescencia, creatividad y experimentación intelectuales.

 

Constantemente nos bombardean con el mensaje de que "el comunismo ha muerto", que no funcionó y no puede funcionar, y que las revoluciones que conquistan el poder llevan a la tiranía. Un elemento de esta cruzada ideológica es tergiversar sistemáticamente las experiencias revolucionarias de la Unión Soviética y China, sobre todo la Gran Revolución Cultural Proletaria. Muchas veces, a esas mentiras y calumnias les ponen un barniz de objetividad.

El PCR ha iniciado el proyecto PONGAMOS LAS COSAS EN CLARO con el fin de contar la verdad de esas revoluciones (sus grandes logros y victorias, al igual que sus errores y deficiencias), y popularizar las obras y observaciones de Bob Avakian que sintetizan dichas experiencias y sacan lecciones para hoy. La campaña se centrará en las universidades y escuelas. Invitamos a participar a todos los interesados.