De “La ciencia de la evolución”
by Ardea Skybreak
Revolución #011, 14 de agosto de 2005, posted at revcom.us
En contra de la abrumadora mayoría de los científicos, George Bush ha dicho que “no se sabe a ciencia cierta” si la evolución es un hecho. El 1° de agosto le preguntaron sobre la enseñanza de la teoría de Diseño Inteligente en las escuelas públicas, y contestó: “Quieren saber si pienso que se debe presentar una variedad de ideas, y la respuesta es sí”. En efecto, fue una declaración de apoyo del presidente a la enseñanza de la religión y de esa teoría anticientífica. Como ha analizado Ardea Skybreak en una importante serie de artículos (“La ciencia de la evolución”) que salió en este periódico, el Diseño Inteligente es otra variante del “creacionismo” de los fundamentalistas cristianos.
En la siguiente sección, Skybreak habla de los métodos erróneos y anticientíficos del “diseño inteligente”. La serie se puede encontrar en la internet en: revcom.us/s/evolution_s.htm
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de la parte 7f: “Recapitulación: Una cuestión de métodos, una cuestión de lucha”
En las últimas entregas de esta serie hemos visto que los métodos que usan los creacionistas de Diseño Inteligente para investigar el mundo y buscar la verdad son incorrectos y carecen de rigor científico. Por ejemplo, cuando encuentran un proceso complejo que la ciencia todavía no puede explicar, se precipitan a sacar la conclusión de que una inteligencia consciente lo “diseñó”. Se aferran a ese razonamiento falto de rigor científico a pesar de que debido a una gran cantidad de evidencia científica sobre los procesos naturales (y los procesos evolutivos) es razonable esperar que el conocimiento incompleto sobre los procesos y mecanismos naturales aumentará y llegará a ser un conocimiento más completo.Pero es importante recalcar que el conocimiento científico (y los avances que conlleva) solo aumentará si seguimos aplicando métodos de análisis materialistas científicos a la exploración del mundo natural, en vez de pensar que mundos sobrenaturales imaginarios pueden explicar cómo es y cómo opera este mundo natural.
Los creacionistas de Diseño Inteligente no son muy diferentes de los “creacionistas científicos” tradicionales que dicen que las “lagunas” del registro fósil (o del conocimiento humano) son “evidencia” de Dios y de la creación divina... y cuando la ciencia explica esas “lagunas” pierden interés en ellas y se interesan en otras. Este juego no tiene fin y con estos métodos el conocimiento científico no avanzará.
Los creacionistas de Diseño Inteligente coinciden con todos los otros creacionistas en que la ciencia (la investigación científica de procesos y mecanismos naturales sin recurrir a poderes sobrenaturales) es “insuficiente” para explicar todas las características de la vida y su desarrollo. Pero, además de eso, los creacionistas de Diseño Inteligente quieren cambiar la práctica de la ciencia. Quieren que la ciencia incorpore la existencia (o la posibilidad) de Dios en su caja de herramientas. Por eso proponen una “ciencia teísta” (basada en Dios). Creen que la ciencia sería mejor si aceptara a Dios, en tanto que la enorme mayoría de los científicos están convencidos de que si la ciencia adoptara creencias y principios teístas se iría al traste. Aquí vemos en líneas muy generales los dos campos contrapuestos en lo que ya es una batalla central de las “guerras culturales”: dos concepciones del mundo y dos métodos muy opuestos sobre cómo explicar y transformar la realidad material. Solo uno de esos dos métodos (la ciencia “naturalista” o ciencia “materialista”) expresa confianza en la capacidad humana de entender cada vez más la realidad y de transformarla conscientemente sin recurrir a un mundo sobrenatural imaginado. El otro método (la “ciencia teísta”) desde un principio pone límites a la investigación científica, renuncia a que la iniciativa humana pueda entender y transformar la realidad material, y espera la revelación divina.