Revolución #011, 14 de agosto de 2005, posted at revcom.us
El 19 de julio el presidente Bush nominó a John Roberts como magistrado de la Suprema Corte.
Ahora la “batalla” en torno a la nominación se desenvuelve como la escena típica de una película de horror: cuando los muchachos deciden separarse y andan cada uno por su lado en la oscuridad hasta que los matan, mientras el público grita que no vayan allá.
Primero es la fase de “¿a quién escogerán?” En el proceso, todo se desplaza más y más hacia la derecha. Mencionan a Alberto Gonzales, pero los fascistas cristianos se encojonan y dicen que este arquitecto de la tortura no es lo suficientemente fundamentalista ni reaccionario. Ante esto muchos progresistas empiezan a pensar que quizás es necesario “ser realista”, bajar las miras y aceptar a Gonzales.
Luego viene el anuncio de la nominación de Roberts. Entre bastidores, la camarilla de Bush ya lleva un año asegurando a los fascistas cristianos que Roberts es “uno de los suyos” y la mejor opción para que “uno de ellos” llegue a la Suprema Corte. Roberts se ha dedicado a acabar con el aborto, la acción afirmativa y los derechos de los presos. Dio el fallo que permitió al gobierno realizar tribunales militares en el campo de tortura de Guantánamo.
Cuando el público empieza a enojarse pensando en lo que todo esto significará para la mujer, los presos, los niños y los negros, y a querer una gran lucha política contra la nominación, los demócratas solo ofrecen unas declaraciones sumisas acerca de defender ciertas normas de la democracia burguesa como el filibuster, el bipartidismo y el papel consultivo del Senado. Una vez más, nos exhortan a enfocarnos en aspectos secundarios, como “hacerle preguntas difíciles”. El objetivo es desperdiciar el tiempo, los recursos y la energía en un callejón sin salida.
Esta vez la excusa de los demócratas es que no saben quién es Roberts realmente, pues no se le conocen. y que Bush hubiera podido escoger a alguien peor. A algunos grupos, como NARAL y NOW, les permiten hacer declaraciones acerca de lo que significará la nominación de Roberts para la mujer. Pero Bush no tiene dudas sobre quién es Roberts, y los dirigentes de los fascistas cristianos, como Tony Perkins del Family Research Council y Paul Weyrich del Free Congress Foundation, andan alabándolo y declararon victoria el mismo día del anuncio. Ninguno cree que no lo confirmarán.
Al final, los demócratas se dan por vencidos, los republi-fascistas prevalecen y la sociedad da un tumbo más hacia la derecha, dejando más desmoralizados y más desmovilizados a millones de personas.
A menos que ocurra algo totalmente inesperado, ¿quién no sabe cómo termina esta película? Para cuando pasen los títulos, esta sociedad habrá dado un paso importante hacia la esclavitud reproductora para la mujer, la imposición de los valores tradicionales (léase: cadenas de la tradición), la eliminación de los derechos de los presos, el resurgimiento de la discriminación racial sin disimulo, la aprobación de leyes represivas para los niños, etc. todo ratificado oficialmente por el ala judicial.
¿Y quién cree que, pase lo que pase con esta nominación, las fuerzas poderosas (entre ellas el presidente) que buscan establecer una forma estricta y punitiva del cristianismo aquí, y seguir la misión “civilizadora” del imperio yanqui en el extranjero, se dejarán disuadir o descarrilar sin una enorme lucha?
Puesto que ya se sabe el desenlace, no me molesta divulgar la moraleja de esta y todas las versiones de la película. EL PUEBLO NECESITA OTRA PELÍCULA CON OTRO DESENLACE.
Sí, la nominación de este paladín de la opresión y la represión es una infamia y se debe atacar. Pero fundamentalmente, tenemos que zafarnos de toda la lógica y todo el marco que nos mantienen paralizados ante una situación sumamente peligrosa.
Como dice la convocatoria de “¡El mundo no puede esperar, Hay que sacar corriendo al gobierno de Bush, Movilízate para el 2 de noviembre!”:
"Hay una forma de hacerlo. Estamos hablando de algo en una escala que podría efectuar un enorme cambio en este país y en el mundo. Es necesario dejar de luchar contra las atrocidades de Bush una por una, perdiendo terreno constantemente. Debemos y podemos crear un clima político que repudie el gobierno de Bush, que lo saque corriendo y que cambie el rumbo por el que ha encaminado la sociedad.
"Nosotros, a millones, debemos y podemos responsabilizarnos por cambiar el curso de la historia. Con ese fin, el 2 de noviembre, el primer aniversario de la `reelección’ de Bush, daremos el primer gran paso organizando un día de resistencia masiva en todo el país. Por todas partes se saldrán de clases y del trabajo, irán al centro o a las plazas, se tomarán las calles y exhortarán a SUMARSE a esta lucha. Repudiarán este gobierno criminal y dejarán en claro esto: ¡NO! ¡ESTE GOBIERNO NO NOS REPRESENTA Y LO SACAREMOS CORRIENDO!
“El 2 de noviembre debe ser una proclama masiva y pública de que NO NOS DEJAREMOS GOBERNAR DE ESTA MANERA. El 2 de noviembre tiene que ser un toque de clarín para los millones y millones más que están inquietos e indignados. El 2 de noviembre será el principio: un enorme primer paso que apunta a la expulsión de Bush y un anuncio de que no pararemos hasta que se vaya. Esto será un gran apoyo y alegría para la gente de todo el mundo que, con urgencia, necesita y quiere que se pare a este gobierno”.