¡Toma partido con la gente de Nueva Orleáns!
Revolución #016, 2 de octubre de 2005, posted at revcom.us
“No estamos enojados, estamos mucho más allá del enojo”.
Chavo de Nueva Orleáns, pocos días después del huracán Katrina
“Ahora todos conocen el horror que viven los negros todos los días”.
Señora en un salón de belleza en
San Francisco
Este fin de semana –del jueves 29 de septiembre al domingo 2 de octubre– es un fin de semana para protestar por lo que el sistema le hizo –Y LE SIGUE HACIENDO– a la gente de Nueva Orleáns. Exhortamos a expresar la furia por esto de muchas formas:
Todos los que lean esto deben entrarle a este fin de semana de protesta. ¿Por qué? Para decirlo sencillamente: ¡porque no podemos dejar que el sistema quede impune!
El huracán Katrina arrancó la tapa de la sociedad. Mostró la opresión que el sistema mantiene tapada.
El huracán no se podía evitar. ¿Pero por qué el gobierno no organizó una evacuación? ¿Por qué dejó podrir los diques y los sistemas de protección de inundaciones? ¿Por qué dejó a los de abajo arreglárselas solos sin agua, comida, medicinas ni albergues? ¿Por qué los metió en esas condiciones al estadio (como en un barco negrero)? ¿Por qué policías y paramilitares blancos impidieron que mucha gente, especialmente negros, salieran de Nueva Orleáns?
¿Por qué FEMA, la policía y la Guardia Nacional frenaron y despidieron a los que acudieron por su cuenta a ayudar?
¿Por qué un gobierno que puede trasladar miles de soldados de la noche a la mañana en aviones y barcos no pudo evacuar a la población de una ciudad, cuando sabía con días de anticipación que se avecinaba un huracán?
¿Por qué la gran mayoría de la gente que no pudo salir de la ciudad es negra? ¿Qué relación tiene eso con la historia de este país y con la situación de hoy? ¿Por qué la prensa se puso a criticar, calumniar y desprestigiar a los negros, y por qué la policía y los paramilitares se pusieron a atacarlos?
¿Quiénes son los responsables? ¿Qué podemos hacer? Estas airadas preguntas saltaron de millones de bocas, de todos los sectores, y retumbaron por todo el mundo.
Todas estas preguntas tienen respuestas. Para empezar, los (ir)responsables son el sistema capitalista y su comandante en jefe, George Bush. Por eso fue que lo vimos correr como rata a tapar el daño político que sufrieron.
Ahora Bush y el resto –los gobernantes de este sistema– van a tratar de tapar SU RESPONSABILIDAD por el daño que causaron. Van a tratar de voltear la tortilla, de cambiar el tema, de tapar sus crímenes. Van a tratar de echarle la culpa a la gente. Y van a usar el caos que causaron con sus acciones (y su inacción) para imponer más opresión y represión, y más intensa explotación a las víctimas del huracán.
¡NO! No podemos permitirlo.
Hay que decir la verdad. Bush y sus voceros dicen que el problema fue el “saqueo”. No joda, si no fuera porque mucha gente se llevó lo que necesitaba, habría habido más muertes. Y de todos modos, miren quién habla: ¡el principal representante de los mayores saqueadores y ladrones que han robado este planeta!
¡NO! El gobierno tiene que responder a las justas demandas de los damnificados: regresar (si lo desean) con vivienda y trabajos dignos. La represión y dispersión de la gente que salió de Nueva Orleáns tiene que parar. Hay que responsabilizar a los responsables e impedir que se escabullan, que le den la vuelta a la tortilla, que digan que las víctimas son los culpables y que saquen provecho de la situación.
La única forma de hacer esto es por medio de lucha. Mientras este sistema perdure, no se conseguirá una onza de justicia sin LUCHA. Además, jamás nos libraremos de este sistema –de este horror que muele seres humanos– sin LUCHA.
Hay una cosa clara: si no luchamos, si no protestamos, el sistema hará cosas peores. Mucho peores. A la gente de Nueva Orleáns la regarán a los cuatro vientos sin considerar para nada sus necesidades. Los amigachos de Bush se cebarán y se enriquecerán más con el sufrimiento ajeno. Con el pretexto de “combatir desastres”, la policía y las fuerzas armadas recibirán nuevos poderes que usarán contra el pueblo. Lo peor de todo es que sofocarán el espíritu de cuestionamiento y resistencia que surgió después del huracán. El programa general de Bush avanzará, a pesar de los crímenes que cometió en Nueva Orleáns.
Nos dicen que recemos; dicen que el huracán es castigo por nuestros pecados y que debemos rezar para expiar los pecados. Bueno, el que quiera rezar que lo haga, pero las muertes y el sufrimiento innecesarios de Katrina son cosas del sistema.No son cosas sobrenaturales. La gente de Nueva Orleáns no “se lo buscó” en absoluto y no podemos tolerar que le echen la culpa. Lo que necesitamos en este momento es RESISTENCIA, y todo lo que nos desvíe de eso nos condena a sufrir más y peor.
Si no montamos una resistencia a esto, el gobierno pensará que puede hacernos lo que dé la regalada gana con toda impunidad. Es como cuando los policías medio mataron a Rodney King por TV y después los absolvieron: si no hubiera habido respuesta, la situación hubiera empeorado. La policía se habría desbocado más y las masas se habrían sentido impotentes. Pero hubo resistencia y por eso los policías acabaron en la cárcel y, especialmente, estalló una ola de lucha y conciencia por toda la sociedad, que reverberó en todo el mundo.
Estamos en un momento especial. No son los tiempos normales, cuando demonizan y aíslan a los de abajo. Esta es una oportunidad de salir de ese aislamiento y conectarse con aliados. Reflexionemos. El huracán sacudió a gente de todos los sectores del país y del mundo. Muchos están pensando qué pasa con esta sociedad, cuál es el problema de fondo. Por eso es necesario que sepan lo que piensan los de abajo sobre este horror. Es necesario que oigan cómo explican el problema las voces normalmente calladas o sofocadas. Es necesario que vean lo furiosos que están, lo intolerable que es su vida y que los vean tomar medidas. En momentos como estos, la lucha de los de abajo puede cambiar las ideas de gente de toda la sociedad y puede impulsarla a tomar medidas positivas.
Pero estos momentos no duran mucho. Los medios de comunicación lavan el coco, hay represión, hay que trabajar y jalar, y pronto todo vuelve a... empeorar. A menos... a menos que se luche contra todo esto (y que llegue a ser parte de un movimiento general). Eso es lo que buscamos.
Pensemos, entonces, en el próximo fin de semana con todo esto en cuenta. Si en barrios populares por todo el país se ven montones de afiches de “Se busca” y si llega a la prensa; si los damnificados de Nueva Orleáns reciben mantas de solidaridad y protesta de todo el país; si por todas partes se ven cintas negras; si se reúnen grupos grandes y pequeños a planear qué más hacer: todo eso dará un gran mensaje por toda la sociedad. También sería el primer paso de otras formas de lucha más grandes con mayores objetivos.
No podemos dejar que el sistema salga impune tras estos crímenes. El sistema tiene que responder a las justas demandas del pueblo. Hay que poner al descubierto, responsabilizar y sacar corriendo al gobierno de Bush. Por toda la sociedad se tiene que debatir cuál fue el papel del sistema y qué se puede hacer al respecto, especialmente la revolución. No dejemos que vuelvan a poner la tapa.