Revolución #020, 30 de octubre de 2005, posted at revcom.us
Bush ha anunciado que en el caso de brotes de gripe aviar en Estados Unidos, es posible que las fuerzas armadas "pongan en cuarentena" a la población. El gobierno podría también asumir el mando de la Guardia Nacional, que ahora incumbe a los estados.
El Dr. Irwin Redlener, subdecano de Salud Pública de la Universidad Columbia y director del Centro Nacional de Preparación para Desastres, le dijo a Associated Press que dar tareas policiales a las fuerzas armadas es "una medida extraordinariamente draconiana"... y que no sería necesaria si el gobierno se hubiera preparado para la producción rápida de vacunas, si se hubiera abastecido de gran cantidad de medicinas antivirales como Tamiflu y si no hubiera permitido el deterioro del sistema de salud pública.
El Dr. Redlener agregó: "[Tales medidas] equivalen a ley marcial en Estados Unidos".
Una influenza avícola, llamada H5N1, ha provocado la muerte de más de 140 millones de aves en Asia. 116 personas se contagiaron y 60 murieron. Los expertos de salud prevén que en tan solo tres meses, el mundo entero podría sumirse en epidemia.
Una epidemia de gripe aviar podría causar la muerte de millones de personas en todo el mundo. En comparación con otra influenza aviana de 1917 a 1918 que mató a 40 millones de personas (el 5% de las contagiadas), esta gripe ha matado a más del 50%. Este sistema tiene gran abundancia de dinero, científicos y fábricas, pero el gobierno de Bush ha realizado pocos preparativos para esta epidemia. Se informa que las agencias de salud del gobierno solo se abastecieron de dos millones de dosis de Tamiflu, una droga antiviral que combate la H5N1. Con esa cantidad, apenas se podría tratar al 1% de la población.
Bush ha pedido la autorización del Congreso para movilizar las fuerzas armadas en el caso de una epidemia. La Ley Posse Comitatus de 1878 prohíbe movilizar tropas para tareas policiales dentro del país y Bush busca una manera de eliminar tales obstáculos. Tras el huracán Katrina, habló públicamente de cambiar esa ley. El terremoto de Pakistán ha suscitado nuevas discusiones entre los analistas militares sobre la posibilidad de militarizar las labores de rescate internacionales y nacionales. (Ver el artículo sobre Pakistán del número 19 de Revolución, 23 de octubre de 2005).
En Estados Unidos, jamás han movilizado tropas para imponer una cuarentena. Mandar las fuerzas armadas para aislar a regiones enteras del país parece más una medida de guerra civil que de salud preventiva. Por otra parte, los expertos de control de enfermedades han señalado que si se implementa el plan de Bush, los soldados propagarán el virus.
El gobierno de Bush aprovecha toda crisis social (real, en potencia o inventada) para aplastar los derechos civiles, arrebatar más poderes y agravar la situación. Una cuarentena militar no es la solución. Es igual de útil como las cuarentenas para enfermos del SIDA, las redadas de inmigrantes árabes tras el 11 de septiembre o los registros a usuarios del metro tras los bombazos de Londres. Proponer la ley marcial para responder a la amenaza de una epidemia de gripe es evidencia de los tiempos extremos en que vivimos y de las medidas extremas que el gobierno de Bush está deseoso de tomar.