Revolución #020, 30 de octubre de 2005, posted at revcom.us
El Diario, 10/16/05
Unos días atrás, le decía a Dios en una de esas oraciones que me permiten pelear con ella: "George W. Bush es un asesino, racista, verdugo, mentiroso, dictador y sanguinario".
Dios en cambio muy sabiamente me contestó como siempre suele contestarme: "Yo lo sé, ¿y tú qué vas a hacer?" ¡Qué bueno es tener a una Diosa que no nos quita la responsabilidad si no que más bien nos pone de cara a la misma!
De aquí la necesidad de reconocer la existencia de un desafío bushista el cual se sigue manifestando a través de una ideología nazi-onalista.
Esta es una especie de idolatría la cual puede ser identificada como un cristianismo fascista con la intención de justificar los sentimientos de odios y desprecios y a la misma vez excusar las acciones racistas, sexistas, heterosexistas, etnocentristas, clasistas, entre otras muchas.
De aquí la realidad de tener que acusar a Bush y a su gobierno de genocidio y holocausto contra la humanidad.
La resolución 260 (III), del 9 de diciembre 1948, de la Asamblea General de las Naciones Unidas nos dice en el artículo 2, entre otras cosas, que genocidio es cuando ocurre el asesinato de personas que pertenecen a unos grupos específicos; o cuando se causa daños serios tanto físicos como mentales a estas personas. El artículo también nos dice que el genocidio, la conspiración para cometer genocidio, el intento o la complicidad para cometer genocidio deben de ser castigado por la ley.
A mi juicio, todas estas violaciones contra la dignidad y la integridad humana se cometieron recientemente por parte de Bush y su gobierno cuando el huracán Katrina. A la gente de Louisiana y Mississippi se le dejó morir porque pertenecían a uno o más de esos grupos los cuales la clase dominante en Estados Unidos no quieren: gente negra, Latina y/o pobres.
El informe del año 2005 de Amnistía Internacional de Estados Unidos formuló unas acusaciones serias contra el gobierno de Bush concerniente a torturas llevadas a cabo contra grupos de prisioneros de guerras en la cárcel militar de Guantánamo, Cuba y la cárcel militar en la Base Aérea en Garam, Afganistán. Este informe enfatiza y critica el rechazo por parte del gobierno de Bush de permitir el que se investigue y se evalúen las condiciones de los prisioneros, lo cual no deja de ser un encubrimiento.
También es necesario acusar al gobierno de Bush de llevar a cabo el crimen de holocausto ya que este concepto es aplicable en situaciones en donde un aparato gubernamental lleva a cabo o auspicia la persecución, y comete genocidio contra grupos políticos.
Aquí están los grupos independentistas puertorriqueños. El asesinato del Comandante Filiberto Ojeda Ríos, líder del Ejercito Popular Boricua, los Macheteros, en Puerto Rico por parte de la policía federal (FBI) es un ejemplo de este tipo de crimen y también lo es su amenaza de perseguir y arrestar a más de 150 personas involucradas con este movimiento de descolonización.
¿Por qué entonces no debemos ni podemos esperar? Porque no nos da la gana de permitirle a Bush y a su administración que sigan gobernando de esta manera fascista.
Hay que sacarles de la presidencia; ¡basta ya coño!
De aquí la invitación a que nos sumemos a la gran demostración que se está organizando para el miércoles, 2 de noviembre, con la intención de sacar a esta gente de la presidencia.
Todos los caminos conducen a Union Square (calle 14) en la ciudad de Nueva York a las 12 del mediodía.
Paz con justicia y saquemos a Bush, que ¡sí se puede!