Dios el fascista original

Parte 4 (C): Guerras santas; Destino Manifiesto en la Biblia

Revolutión #021, 6 de noviembre de 2005, posted at revcom.us

Nota de la redacción: En este número continamos una serie sobre religión escrita por un lector. Motivado por los escritos y charlas de Bob Avakian sobre el tema, y estimulado por discusiones sobre la Biblia con amigos, se puso a estudiar los primeros cinco libros. Esos libros, los "libros mosaicos" (que contienen pasajes centrales, como los diez mandamientos), cimientan los temas más importantes de la Biblia. Tras leer los libros moasicos, quedó convencido de que la esencia del mensaje bíblico se ha tergiversado.

Como he mencionado, la ocupación y aniquilación de los pueblos que habitaban en Canáan es uno, mas no el único, de los temas de santa conquista de la Biblia. Otro tema relacionado es la aniquilación de todos los que no sean "el pueblo escogido", con sus correspondientes justificaciones. Por ejemplo, el siguiente pasaje de Deuteronomio explica que dios ha escogido a los israelitas para dominar a los demás:

"Ya que Jehová tu Dios te habrá bendecido, como te ha dicho, prestarás entonces a muchas naciones, mas tú no tomarás prestado; tendrás dominio sobre muchas naciones, pero sobre ti no tendrán dominio".

(Deuteronomio, 15)

En vista de pasajes como este, ¿es de extrañarse que los lunáticos evangélicos afirmen que la conquista militar y un orden económico imperial son parte de los "designios de dios"?

O veamos de nuevo los pasajes de Deuteronomio, 20 que citamos anteriormente:

"Cuando te acerques a una ciudad para combatirla, le intimarás la paz. Y si respondiere: Paz, y te abriere, todo el pueblo que en ella fuere hallado te será tributario, y te servirá. Mas si no hiciere paz contigo, y emprendiere guerra contigo, entonces la sitiarás. Luego que Jehová tu Dios la entregue en tu mano, herirás a todo varón suyo a filo de espada. Solamente las mujeres y los niños, y los animales, y todo lo que haya en la ciudad, todo su botín tomarás para ti; y comerás del botín de tus enemigos, los cuales Jehová tu Dios te entregó. Así harás a todas las ciudades que estén muy lejos de ti, que no sean de las ciudades de estas naciones. Pero de las ciudades de estos pueblos que Jehová tu Dios te da por heredad, ninguna persona dejarás con vida".

(Deuteronomio, 20)

Es decir, lo mejor que pueden esperar los pueblos invadidos es una vida de "tributarios", o sea, de esclavitud. Pero para tener esa "fortuna", deben rendirse de inmediato y estar lejos de los invasores. Si, por el contrario, no quiere n que los esclavicen por el resto de su vida o si viven cerca de los conquistadores, les espera la aniquilación total.

Como vimos, la Biblia no se limita a recomendar la matanza de otros pueblos; lo ordena, o si no el pueblo de dios será castigado. Por ejemplo, en Deuteronomio, 12 Moisés les recuerda a los israelitas:

"Destruiréis enteramente todos los lugares donde las naciones que vosotros heredaréis sirvieron a sus dioses, sobre los montes altos, y sobre los collados, y debajo de todo árbol frondoso. Derribaréis sus altares, y quebraréis sus estatuas, y sus imágenes de Asera consumiréis con fuego; y destruiréis las esculturas de sus dioses, y raeréis su nombre de aquel lugar".

(Deuteronomio, 12)

En un pasaje citado antes, se detallan las consecuencias para los que no quieren conquistar: Moisés les dice a los israelitas que o conquistan o serán conquistados:

"Si lo hacéis así, si os disponéis para ir delante de Jehová a la guerra, y todos vosotros pasáis armados el Jordán delante de Jehová, hasta que haya echado a sus enemigos de delante de sí, y sea el país sojuzgado delante de Jehová; luego volveréis, y seréis libres de culpa para con Jehová, y para con Israel; y esta tierra será vuestra en heredad delante de Jehová. Mas si así no lo hacéis, he aquí habréis pecado ante Jehová; y sabed que vuestro pecado os alcanzará".

(Números, 32)

O veamos Números, 34, donde dios le dice a Moisés:

"Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hayáis pasado el Jordán entrando en la tierra de Canaán, echaréis de delante de vosotros a todos los moradores del país, y destruiréis todos sus ídolos de piedra, y todas sus imágenes de fundición, y destruiréis todos sus lugares altos...Y si no echareis a los moradores del país de delante de vosotros, sucederá que los que dejareis de ellos serán por aguijones en vuestros ojos y por espinas en vuestros costados, y os afligirán sobre la tierra en que vosotros habitareis. Además, haré a vosotros como yo pensé hacerles a ellos".

(Números, 34)

Esta serie termina la semana próxima: Que dios hable por su cuenta: La terrible pesadilla que sería tomar la Biblia literalmente y elevarla a la categoría de "ley".

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