Londres/Turquía: Un paso adelante para seguir en los pasos de los caídos
Revolución #022, 13 de noviembre de 2005, posted at revcom.us
31 de octubre de 2005. Servicio Noticioso Un Mundo que Ganar. Aunque por años los inmigrantes revolucionarios de Turqu'ia y de Curdistán del este de Londres se han reunido muchas veces, la reunión de1 5 de octubre no fue lo de siempre. Ese día fue una conmemoración para el secretario general Cafer Cangoz del Partido Comunista Maoísta de Turquía (MKP) y de otros 16 dirigentes del partido y miembros que asesinaron camino a un congreso el 16 de junio las fuerzas armadas turcas. [Ver el reportaje de Revolución en el sitio web revcom.us]. Los que fueron a la conmemoración en Londres estaban bastante conscientes de las consecuencias de la masacre: los medios turcos sacaron artículos en primer plano proclamando que el gobierno turco había "destruido a los maoístas de un solo golpe".
Las más de 500 personas presentes también tenían un mensaje que dar, pero uno muy distinto: que la revolución vive en los corazones de millones de oprimidos de Turquía, y que van a transformar su tristeza en algo nuevo, y a luchar con más ahínco contra la opresión.
Los ojos de muchos hombres y mujeres se llenaron de lágrimas cuando oyeron las presentaciones de cómo gente común y corriente, de todo tipo, por todo el país, se ha transformado en luchadores de la causa de la clase obrera internacional y dedicaron sus vidas y las sacrificaron en el campo de batalla por un mundo nuevo. Un documental de 25 minutos que muestra todo lo que pasó después de la masacre conmocionó a los presentes. Al ver la reacción de las masas a las muertes en Turquía y en las comunidades turcas y curdas inmigrantes en Europa, al ver los miles de compañeros en Estambul, Dersim y otras ciudades cargando las cajas de los compañeros, todos corearon con desafío en el auditorio.
Se pronunció un discurso del partido que declara que la alegría del enemigo se murió cuando vio que el país fue testigo de los miles que salieron a la calle a presentar sus respetos a los compañeros caídos. El discurso también conminó a todos los que estaban ahí. Recordó que el partido había tenido días difíciles como esos, como cuando asesinaron al presidente Ibrahim Kaypakayya menos de un año después de la creación del partido en 1972, y que alzó la bandera maoísta cuando solo había un puñado de personas, una base importante para los grandes avances que siguieron.
Los revolucionarios de Turquía han debatido mucho cómo llegaron a ser asesinados los compañeros. Un revolucionario veterano habló para poner la discusión en un contexto apropiado. Primero, es necesario entender muy firmemente y profundamente que "ellos eran nuestros espartacos" (refiriéndose al líder de las rebeliones de esclavos más grandes contra el imperio romano, al que capturaron y mataron). Cuando el enemigo mata a nuestros líderes, lo primero que hay que preguntar no es ¿qué es lo que hubieran podido hacer mejor?, sino si ¿estuvo bien rebelarse? ¿Estuvo bien que alzaran la bandera roja de la revolución y que lucharan de corazón y alma por otro mundo? Cuando el enemigo nos da un golpe duro, la única forma de echar una base para futuros avances es trabajar con la vanguardia y con los principios centrales. Como dice una declaración de honor para esos compañeros caídos que sacó el Comité del Movimiento Revolucionario Internacionalista: "El enemigo quiso destruir al MKP pero el partido, rodeado de las masas que lo apoyan de todo corazón, ha empezado el arduo trabajo de transformar la tristeza y el coraje en un plan científico revolucionario".
Los discursos también señalaron que el reto no es para un futuro muy distante, es para ahora. Grandes trastornos están sacudiendo el mundo y particularmente el Medio Oriente. Los sucesos de Turquía han apretado el paso, y es urgente que el partido afirme su unidad y que haga grandes avances. El discurso del partido resaltó que hay que considerar las declaraciones al MKP del Movimiento Revolucionario Internacionalista y de los partidos participantes no solo como expresiones de solidaridad internacionalista, sino también como los primeros resúmenes de la valiosa experiencia que adquirió el movimiento comunista internacional, y que se deben estudiar por las valiosas lecciones que contienen.
Más que nada, se proclamó la necesidad de dar un paso adelante en esta coyuntura importante. Hablaron de una manera simple y poderosa de lo que eso significa: hay que dar el corazón al oprimido del mundo; hay que asumir la ciencia de la revolución, que nos permite luchar por un mundo sin opresores y explotadores, un mundo comunista.