Vistazos y voces del 2 de noviembre
Madison, Wisconsin
Revolución #023, 20 de noviembre de 2005, posted at revcom.us
Revolución habló con Alice, una joven que organizó a estudiantes de la Universidad de Wisconsin en Madison para El Mundo No Puede Esperar.Revolución: ¿Cuál fue la respuesta inicial en la campaña para el 2 de noviembre?
Alice: Los estudiantes se conectaron con la Convocatoria porque plantea la verdad de una manera clara. No fueron muchos los que dijeron: "¿Por qué?". No preguntaban: "¿Por qué quieren sacar a Bush, por qué están haciendo esto?". Algunos decían que Bush les caía bien, o que no podíamos retirarnos de Irak ahora, que no se podía parar la guerra. En ciertos casos no estaban de acuerdo con la Convocatoria y ni querían leerla, pero la mayoría decía que era magnífico lo que estábamos haciendo. Pero sí hubo preguntas sobre el momento en que estamos viviendo, que tenemos que forjar resistencia ya, que es como estar en Alemania en 1939 con los nazis en el poder, que la sociedad ha tomado cierto rumbo y hay que pararla. Sobre eso hubo discusión.
R: Unos estudiantes y tú se vistieron como los presos de Abu Ghraib y les pidieron a otros estudiantes que "agarraran la correa". ¿Qué impacto tuvo eso?
A: La segunda vez que lo hicimos fue un viernes soleado y había estudiantes de prepa visitando la universidad. Los guías los hacían pararse en círculo y nosotros nos metimos directamente en medio de un círculo y le pedimos al guía que agarrara la correa. Hubo silencio; luego se oyó un comentario de que esa universidad es muy militante. Un tipo se puso muy inquieto y hostil cuando le dije que tomara la correa, que su gobierno está haciendo esto. Trató de quitarme la capucha. Yo no le dejé y me sacó del círculo a empujones. Mientras tanto, otro compañero repartió la Convocatoria a los estudiantes. Creo que lo hicimos bien, porque vimos el video para este teatro en la página web de El Mundo No Puede Esperar. No se hace para espantar, ni para ser efectistas, ni para hacer sentir vergüenza, sino porque es lo que hay que hacer. No se puede vivir como si nada sucediera, o simplemente repartir volantes; es cuestión de desafiar, de insistir que no seamos cómplices. Hay que decir: esto es lo que está sucediendo, ¿qué vas a hacer?
Otras veces me acercaba a los estudiantes y les preguntaba: "¿Cómo te hace sentir?" y sin cambiar el tono, les decía: "Todos los días, cuando tú estas en clases o en reuniones o estás organizando como de costumbre, a mí me está torturando tu gobierno. Eso es lo que está sucediendo, ¿qué vas a hacer?". Un tipo me suplicaba que esa no era la manera de trabajar, se frustró y se fue. Pero fue algo positivo. A mí no me pareció mal que tuvieran una reacción o que se sintieran inquietos. Un estudiante habló de esto con los miembros de su grupo antibélico, y no lo hizo positivamente porque no estaba de acuerdo. Sin embargo, por eso los estudiantes estaban hablando de lo que hicimos.
R: O sea que causó conmoción.
A: Sí. Al día siguiente, por la noche, estábamos en la cafetería, los estudiantes estudiando y nosotros leyendo la Convocatoria. Uno de nosotros se subía a una silla y la leía y otros la repartían, y luego pedíamos información para comunicarnos después. Hablé con un tipo por casi una hora porque uno de sus amigos nos vio y hablaron sobre esto; les pareció diferente y audaz. Les pareció una buena manera de despertar a los que andan paralizados y sacudirlos para que sea responsabilicen.
R: Volvamos a cuando llegaste a Madison; dinos algo sobre el proceso de conseguir organizadores.
A: El primer día recorrí la universidad y la calle State volanteando y hablando con gente. A veces les decía que dejé el trabajo y me vine a vivir acá porque estoy convencida de que tenemos que organizar un movimiento en esta universidad, que tenemos que despertar esta universidad, y que para eso estaba buscando organizadores, estudiantes que quieran asumir la dirección.
El segundo día conocí a una señora en la calle State, nos dio una contribución y compró unas calcomanías. Platicamos un rato. Yo le dije: "Si crees que esto es importante, tienes que meterle el hombro". Después de escuchar la plática de Sunsara Taylor, pensó mucho en la comparación de Bush con Hitler y de hoy con la Alemania nazi, porque ella es judía y los nazis mataron a miembros de su familia. Así que pensó en eso de una manera muy personal. Ese punto de la Convocatoria le llegó mucho.
R: ¿Qué punto, lo de Hitler?
A: Sí, y que tenemos que enfrentarnos a todo el gobierno de Bush. Ella fue a varias organizaciones con que había trabajado y otras, y les dijo: "Miren, esto dice que tenemos que unir gente de diferentes organizaciones, que juntos tenemos que sacar al gobierno de Bush ya, que eso es lo que tenemos que hacer. Claro, ustedes pueden seguir con su organización, eso es bueno, pero hoy necesitamos un movimiento para sacar al gobierno de Bush y tienen que ser parte de él". Consiguió que sus amigos leyeran y comentaran la Convocatoria, y que la distribuyeran en diferentes comunidades los fines de semana. Incluso personas que no estaban muy seguras de lo que dice la Convocatoria fueron a distribuirla. Después se quedaron muy sorprendidas de encontrar gente muy interesada y dispuesta a apoyar. Unos se llevaron copias para distribuir o para ponerla en la ventana.
R: Dinos algo sobre el 2 de noviembre en Madison.
A: Uno de los verdaderos éxitos y sorpresas del día fue la diversidad de la gente. Fue una protesta amplia y diversa. Todo el estado estaba representado. Había una familia, niños de unos 10 ó 12 años, con pancartas que decían "Niños rurales contra Bush". También había muchos estudiantes que vinieron por su propia cuenta y grupos estudiantiles como Alto a la Guerra. Los periódicos informaron que hubo unas 400 personas, pero yo diría que fuimos 500. Muchos eran de la ciudad, pero también había gente de los alrededores. Para un estudiante esta fue la primera protesta; dijo que fue porque se necesita un cambio, que esta situación es intolerable, que alguien tenía que hacer algo, que nadie estaba haciendo nada y que nosotros teníamos que hacerlo. Hubo muchos informes de prensa. Salimos en los dos principales periódicos de Madison, así como en periódicos estudiantiles, y fuimos la principal noticia en dos de los canales de Madison.
El ex alcalde de Madison estuvo en la protesta y le entrevistó un periódico. Dijo que un amplio sector de la gente común y corriente no estuvo presente. Me parece que tiene razón en cierto sentido. No vio la amplitud y la diversidad, o el hecho de que para muchos fue su primera protesta. Pero en cierto sentido tiene razón, hay gente de la clase media que odia lo que está pasando pero no hemos logrado movilizarla, para que se lance a la calle. Dijo que cuando esos suceda, esntonces Bush sí tendría problemas.
He estado pensando mucho en lo que dijo Howard Zinn de que los estudiantes pueden ser la chispa que prende un movimiento, algo así. Unos nos preguntaron: "¿Dónde están los estudiantes?". Ellos esperaban un gran contingente de estudiantes, sentían la necesidad de que se diera. Un profesor estaba muy contento; él ha visto con sus propios ojos la parálisis y que los estudiantes no ven su relación con el resto del mundo, que solo piensan en los estudios, los exámenes, la carrera y cosas así. A él le alegró ver la concurrencia y el espíritu del día, y la presencia de estudiantes. A mí me dijo que lo que hicimos en tan poco tiempo tuvo un enorme efecto para cambiar la dinámica y la situación en la universidad.
Sin embargo, la presencia masiva de los estudiantes sigue siendo necesaria y que con justeza moral digan: "Yo voy a dirigir esto, esto es lo que hace falta, ya no me importan los exámenes; estoy haciendo historia". Eso todavía no se expresa de la manera necesaria y posible. Para que eso se dé, tenemos que pasar a otro nivel, que los que se involucraron el 2 de noviembre sigan acelerando y avanzando, a medida que el ritmo de los acontecimientos acelera, y podamos seguir adelante impulsados por la Convocatoria, sin olvidar lo que Mario Savio dijo de que tenemos que entregarnos plenamente, con el cuerpo, con el corazón y con la mente. Tenemos que recordar a Rosa Parks y ver nuestra vida en ese contexto porque el futuro lo demanda.