Más voces del 2 de noviembre

Revolución #024, 27 de noviembre de 2005, posted at revcom.us

Declaraciones de las manifestaciones de Seattle y Detroit:

Declaración de Jim McDermott, congresista federal del estado de Washington

A los participantes de las acciones de El Mundo No Puede Esperar hoy:

Están expresando furia por el engaño de la guerra de Irak.

Están expresando dolor por la muerte de nuestros soldados y de miles de iraquíes.

Han visto el costo de la guerra para nuestro país: no hay dinero para darle comida, ropa, techo y educación a nuestros conciudadanos.

Están protestando porque la ley de educación de Bush ("No Child Left Behind") supuestamente iba a crear oportunidades, pero lo que ha hecho es dar a los reclutadores militares información de los estudiantes.

Ustedes, no el gobierno, deben tomar la decisión de explorar una carrera militar o no.

Hoy le harán ver a todas las preparatorias que la información de los estudiantes debe ser algo privado.

Hoy le harán ver al gobierno que les tiene que responder.

Es su futuro, y espero que sigan trabajando porque sea mejor.

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Declaración del Reverendo Harry T. Cook, sacerdote episcopal, iglesia St. Andrews, Clawson, Michigan, escritor y ex director del periódico Detroit Free Press

Las palabras "fe" y "creencias" se han convertido en una influencia peligrosa y corruptora en el mundo. A un imán, un atacante suicida, un papa, un presidente de Estados Unidos se les permite justificar sus decisiones con la "fe" (cuya validez no se puede establecer) y con sus "creencias" (que supuestamente debemos tolerar, no cuestionar, pues "cada quien tiene derecho a su propia opinión").

Las cruzadas se emprendieron por la fe; a los presuntos herejes los quemaron para defender las creencias; por la fe hay quienes creen que la Tierra tiene 6000 años y que es anatema enseñar otra cosa; por la fe, 19 seguidores del islam estrellaron aviones contra dos rascacielos y un edificio del gobierno. En todos estos casos, el artículo de fe en cuestión no acepta prueba empírica ni discusión. La aceptación absoluta de esos artículos de fe se estipula en "textos sagrados", que tampoco se deben someter a investigación textual y que se deben tomar como la ley y voluntad del dios que corresponda. "Lo dice la Biblia", "lo dicen el Corán", son las justificaciones para lo que el poeta escocés Robert Burns llamó "la inhumanidad del hombre para con el hombre".

Lo que se necesita en el siglo XXI es valor, no fe; conocimiento, no religiosidad. El valor es lo que permite a una persona buscar lo que es real y lidiar con la realidad, no con lo que se imagina o desea. Al conocimiento se llega por observación y experiencia racionalizada. Un elemento central para establecer una sociedad justa es el valor de buscar y aceptar el conocimiento, en vez de aceptar con fe ciega lo que propongan como realidad las autoridades religiosas o políticas.

Es un acto de valor caminar por la vida sabiendo que nuestra luz, nuestra verdad y nuestra fuerza radican en nuestro interior y que, como no estamos desconectados en este mundo, radican en otros. Tales cualidades no radican en una deidad invisible a quien puede que le importe o no nuestro bienestar. Es un acto de valor declarar que una cosa es objetiva porque coincide con los hechos establecidos. Fue un acto de valor de Carlos Darwin observar la fauna de las islas Galápagos sin más meta que estudiarla. Fue un acto de valor, no de fe, lo que llevó a Darwin a publicar la Teoría de la selección natural,un libro que, junto con la genética, es la base de la medicina moderna.

Lo que impedirá que seamos una teocracia es el valor de buscar la verdad, a pesar de las demandas sectarias. La historia es testigo de que la fe en deidades invisibles o sistemas basados en deidades y sus presuntas leyes, siempre mediatizada por una jerarquía de gobierno y defendida por preferencias personales, lleva a la teocracia, es decir, al gobierno aplicado sin piedad por una autoridad central y a la represión del disentimiento. También tiene otro nombre: fascismo.

La tolerancia sin crítica de la fe y las creencias nos llevará a ese punto. Un sistema basado en la fe (mejor dicho, una religión) se debe juzgar por la conducta de sus adherentes hacia otros, y no con ningún otro criterio. Cuando la religión se usa, especialmente en liga con el gobierno, para restringir los derechos humanos, para bendecir guerras injustas, para mantener la supremacía de una clase, se ha impuesto una teocracia. Hay que rechazar eso.

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