¡Defendamos a los universitarios de Hampton!
Amenazan con expulsar a siete militantes
Revolución #025, 5 de deciembre de 2005, revcom.us
“Los estudiantes que se mantuvieron firmes, a pesar del hostigamiento policial y amenazas de la administración, para participar en el movimiento nacional Saquemos corriendo al gobierno de Bush porque El mundo no puede esperar, son heroicos y hay que defenderlos y tenemos que asegurarnos de que muchos más sigan su ejemplo”.
De una declaración de El Mundo No Puede Esperar—Hay que Sacar Corriendo al Gobierno de Bush firmada por Sunsara Taylor, Allen Lang y Howard Zinn
Cuando los estudiantes de Hampton, una universidad negra de alto nivel, decidieron asumir la convocatoria de participar en un movimiento para sacar corriendo al gobierno de Bush, les cayó encima una fuerza represiva implacable.
La administración mandó grupos a quitar los volantes sobre el 2 de noviembre. La policía vigiló, detuvo e interrogó a los que asumieron responsabilidad por organizar la protesta. Y el día de la protesta mandaron a filmarlos, a quitarles la identificación y los volantes.
Luego, la víspera de ir a Nueva York a participar en la conferencia nacional de El Mundo No Puede Esperar, celebrada del 19 y 20 de noviembre, tres estudiantes recibieron órdenes de comparecer, el próximo día laboral, ante una audiencia para considerar su posible expulsión, lo cual les dejó poco tiempo para consultar un abogado e impidió que unos emprendieran el viaje a Nueva York. ¿Qué hizo la administración cuando recibió montones de quejas sobre el tratamiento de los estudiantes? Giró cuatro órdenes más de comparecencia. Ahora son siete los que podrían ser expulsados.
Ante estos ataques los estudiantes se mantienen firmes, dicen la verdad y luchan contra la injusticia. Cuando la prensa los estaba entrevistando, la policía sacó corriendo a la prensa. Durante el puente del Día de Acción de Gracias la administración, descaradamente, distribuyó volantes en los dormitorios que dicen que no está motivada por fines políticos, que solo está cumpliendo las reglas universitarias que prohíben distribuir materiales no autorizados.
Pero como los estudiantes han señalado, todo el tiempo se distribuyen materiales no autorizados, como volantes con fotos de mujeres casi desnudas que anuncian fiestas. Además, esos materiales se hubieran podido “autorizar” si la administración no hubiera “perdido” la solicitud de los estudiantes de tres años consecutivos para que se les reconozca oficialmente como capítulo de Amnistía Internacional.
Pero lo que está en juego es enorme y va mucho más allá de un conflicto con la política universitaria. Estos estudiantes se expresaron en nombre de millones de personas cuando participaron en la convocatoria de El Mundo No Puede Esperar y denunciaron los crímenes del gobierno de Bush ante el huracán Katrina; denunciaron las atrocidades de la guerra injusta en Irak; encararon la mortal y creciente persecución de los homosexuales en este país; difundieron información sobre la epidemia del SIDA; y muchas cosas más. Hay que ver la indignante mano dura con que trataron a estos estudiantes en el contexto de la escalada de represión contra el disentimiento político, la penalización de la protesta y la expansión del espionaje policial en todo el país.
Por eso es que todos los que se han enterado están profundamente indignados y preocupados, y quieren frenar este ataque. De una u otra manera, se trazará una línea divisoria.
¿Viviremos en una sociedad que no quiere que se le impute responsabilidad a los mayores y más poderosos criminales del mundo, el gobierno de Bush, y que persiga y amenace expulsar a estudiantes por su política? ¿O se movilizarán más personas a frenar este ataque y animar a muchos más a unirse al movimiento para sacar corriendo al gobierno de Bush y cambiar por completo la dirección en que lleva al mundo?
Para contestar estas preguntas, vale recordar que nunca en la historia se han efectuado cambios positivos sin librar una gran lucha y sin un profundo sacrificio. Vale reflexionar no solo sobre la valentía de Rosa Parks cuando decidió sentarse en el frente del camión, sino también que no se rajó y que miles acudieron a su lado.
Los estudiantes de Hampton y muchos otros del movimiento El Mundo No Puede Esperar tomaron la historia en manos propias y asumieron la responsabilidad de dirigir un movimiento para sacar corriendo a este gobierno criminal. Ahora hay que defenderlos. Como dijimos en nuestra declaración citada al principio de este artículo: “Exigimos que las autoridades de Hampton retiren las acusaciones contra estos estudiantes, dejen de hostigarlos políticamente y que les pidan disculpas. ¡Que no los expulsen!”.
El texto completo está en worldcantwait.org. El Mundo No Puede Esperar pide que se envíen declaraciones de apoyo a los estudiantes y que se llame a las autoridades para exigir que no tomen medidas disciplinarias y que los dejen de hostigar. Llamen al director de hombres al 757-727-5303 y a la directora de mujeres al 757-727-5486.