Entrevistas a estudiantes de prepa de LA y Oakland
"Estamos hartos del gobierno de Bush"
Revolución #026, 12 de deciembre de 2005, posted at revcom.us
El 2 de noviembre, estudiantes de prepa de todo el país salieron a las calles a declarar "¡El mundo no puede esperar… Hay que sacar corriendo al gobierno de Bush!". A muchos los reprimieron fuertemente. Antes, trataron de impedir que fueran a las protestas.
*****
En la prepa Granada Hills, una escuela de un suburbio de clase media de Los Ángeles, llevaron a la dirección a un joven porque se puso una calcomanía de El Mundo No Puede Esperar con la fecha de la protesta. Esto es lo que nos contó:
Un guardia me dijo que me quitara la calcomanía; yo le dije que no, que estoy a favor de esto y del movimiento de paz. En eso un policía me dijo que me la quitara, me agarró del brazo y me llevó a la dirección. El director me dijo que me la quitara; me la quité y se la di a él, y le pregunté que por qué no apoyaba el movimiento de paz…
Me puse de pie y les dije que me estaban quitando mis derechos, y empecé a quitarme la ropa y a tirársela al director: primero la camiseta, y luego los zapatos, la correa y los calzoncillos. El director me dijo que no le tirara la ropa; yo le dije que ellos son los que me estaban quitando los derechos.
El director se quedó con la camiseta y dijo que estaba desequilibrado, que mi comportamiento era extraño y que estaba drogado; preguntó qué había tomado. Me mandó con la enfermera porque dijo que estaba mal. Me dio tanta ira que se me aguaron los ojos.
El director me preguntó que cuál era el problema; dijo que sabía que no era solo el incidente de la calcomanía. Yo le dije que el problema era la sociedad, que si acaso no veía todo lo que está mal. Me llevó a la oficina. Yo me puse a explicarle que apoyo el movimiento de paz, pero eso no era lo que quería oír.
Por eso me mandó con la enfermera. Le dijo que pensaba que estaba drogado y que era un peligro para mí mismo y para otros. Luego le pregunté a la enfermera si pensaban que estaba psicótico o algo así. Yo le dije que no tenía nada y le conté cómo soy. Le dije que milito en el movimiento, juego béisbol, soy poeta y toco la guitarra.
Le dije que me metí en el movimiento porque nunca me he dejado engañar ni me han vuelto religioso, que siempre he pensado por mí mismo y que nunca he estereotipado a la gente; siempre he cuestionado. Le dije que esta era mi primera protesta. Ella dijo que también está en pro del movimiento de paz y que protestó contra la guerra de Vietnam. Me dijo que la situación hoy está muy mal, y que si se me ofrecía cualquier cosa que la llamara….
El 2 de noviembre, Jesse, un alumno de la prepa Oakland, nos dijo:
Estamos hartos de que esta sociedad, por la manera que está estructurada, nos da a escoger entre la cárcel o la guerra. Eso es lo que nos dicen. Nuestro director nos dijo: "Si hay guerra, vayan a la guerra". Lo que nos está diciendo es que no vayamos a la universidad sino a la guerra. ¿No lo ven? Nosotros queremos salir adelante, queremos ser algo. Pero Bush está metiendo un montón de leyes y poniendo en la Suprema Corte tipos que cambiarán las leyes, haciendo todo más conservador, para que no mejoremos. Estamos hartos de eso, estamos hartos del gobierno de Bush.
Lo de Katrina sí que me encabronó. Mi abuela estaba hasta el cuello en agua. Tiene 57 años, había caimanes y el agua era venenosa. Y Bush los dejó así cinco días; se estaban muriendo. Y no mandaron camiones para rescatarlos, sino bolsas para cadáveres. Increíble. Ni siquiera intentaron rescatarlos. Mi abuela estaba en un techo y se hacían los que no la veían. Ahora está en Texas, ¿pero te imaginas lo que tuvo que vivir? Todavía no se ha recuperado; está enferma…
¿Qué tuviste que hacer para estar aquí hoy?
Echaron llave, engrasaron las cercas, pusieron alambre de púas y contrataron seis guardias de seguridad más. Afuera, los radiopatrullas anunciaban que arrestarían a los que se salieran. Nos corretearon. Las reglas de incendios prohíben cerrarnos con llave dentro de la escuela. Cuando estaba en el noveno grado nos encerraron por una protesta contra la guerra de Irak y era peligroso por si había un incendio; se metieron en problemas. Y otra vez volvieron a ponerle candado a las puertas. Unas maestras amenazaron con hacernos perder las asignaturas y suspendernos. Nos empujaban, nos jalaban para que regresáramos a la clase. Solo unos pocos lograron salirse; tuvieron que escalar alambre de púas. Eso no es correcto.