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Revolución #026, 12 de deciembre de 2005
El socialismo es mucho mejor que el capitalismo, y el comunismo será un mundo mucho mejor
Segunda parte: El comunismo y el socialismo
Nota de la redacción: Revolución está publicando por entregas la conferencia de Raymond Lotta "El socialismo es mucho mejor que el capitalismo, y el comunismo será un mundo mucho mejor". La semana pasada publicamos la primera entrega (Primera parte: Introducción). Lotta está dando una serie de conferencias por todo el país como parte del proyecto Pongamos las cosas en claro. El website http://www.thisiscommunism.org tiene las fechas de las conferencias y materiales relacionados.
Quiero definir primero el comunismo porque es la meta a la cual el socialismo apunta.
Imaginen una sociedad en que la gente conozca el mundo y lo transforme conscientemente... donde se haya zafado de las cadenas de la tradición y la ignorancia... donde trabaje colectivamente para producir los artículos básicos y también para explorar el arte, la cultura y la ciencia, ¡y se divierta haciéndolo!... donde el punto de vista científico y la imaginación se refuercen uno a otro... donde haya unidad y diversidad, y se dé amplio debate y lucha ideológica sobre el rumbo y el desarrollo de la sociedad, pero sin antagonismos de clase... donde las relaciones humanas se basen en respeto mutuo, amor a la humanidad y un verdadero interés por su bienestar. Un mundo que cuide el ambiente. Eso es el comunismo.
El comunismo es una sociedad mundial (todavía no alcanzada) que ha superado todas las clases y distinciones de clase; abolido todos los sistemas y relaciones de explotación; acabado con todas las instituciones sociales de opresión y las relaciones de desigualdad social (como la discriminación racial y la dominación de la mujer por el hombre); y dejado atrás todos los valores e ideas retrógrados y opresivos. Es un mundo de abundancia donde la gente administra colectivamente los recursos de la sociedad.
El comunismo también se refiere a la ideología comunista. Bueno, muchos piensan que la palabra "ideología" quiere decir ver el mundo por el prisma de unas creencias políticas que lo sesgan todo. No, en este caso me refiero a la cosmovisión global y el método científico del proletariado para conocer las fuerzas de la naturaleza y la sociedad. La ideología comunista abre el camino para un avance histórico de la capacidad de la humanidad de comprender y transformar tales fuerzas. También es la fuente de la moral que corresponde al gran paso que la humanidad ya ha emprendido.
No es una fantasía ni una utopía. Lo que pasa es que el desarrollo de la sociedad ha llevado a la humanidad a un umbral histórico.
Las fuerzas productivas de la sociedad (los equipos, las máquinas y las tecnologías, y también la gente y los conocimientos) se han desarrollado a tal punto que permiten superar la escasez y producir, además de artículos básicos, un excedente sustancial que se puede dedicar al desarrollo balanceado y futuro de la sociedad.
Las fuerzas productivas de la sociedad están altamente socializadas. Miles y, en última instancia, millones de personas trabajan colectivamente y producen en masa ropa o computadores, por dar un ejemplo, que se distribuyen por toda la sociedad. Tales fuerzas productivas también están altamente interconectadas en el plano internacional; los recursos naturales, las máquinas herramientas y los transistores producidos en una parte del mundo entran en el proceso de producción de otras partes. Las fuerzas productivas son socializadas, pero son controladas privadamente, y la clase de dueños capitalistas se apropia los frutos de la producción como propiedad privada capitalista.
Ese es el problema fundamental del mundo, que la revolución proletaria resuelve.
El proletariado es la clase que surge de las fuerzas productivas socializadas de la sociedad capitalista. Representa el trabajo y los esfuerzos colectivos que corresponden al carácter socializado de las fuerzas productivas; tiene la base material y ocupa la posición material para reorganizar radicalmente la producción y toda la sociedad.
Ahora, ¿qué es el socialismo? No es una gran burocracia dedicada al bienestar social. No es simplemente que el estado se apodere de la vieja economía capitalista. Al contrario, el socialismo es una transición del capitalismo al comunismo, a la sociedad sin clases. En el socialismo el proletariado y sus aliados (que son la gran mayoría de la sociedad) transforman conscientemente las estructuras económicas, las relaciones sociales y las ideas que perpetúan las divisiones sociales y de clase. Se desata la creatividad e iniciativa de los que han estado en el fondo de la sociedad.
La revolución socialista establece un nuevo sistema de gobierno: la dictadura del proletariado, que frena y controla a las viejas clases explotadoras y a los que buscan tumbar el nuevo sistema. Tal sistema les da a las masas el derecho y la capacidad de cambiar el mundo, de participar en todo aspecto de la sociedad y de ser amos de la sociedad. Hoy, en Estados Unidos y en todo el mundo, vivimos bajo la dictadura de la burguesía, que en este país tiene la estructura de la democracia. Esta dictadura impone un sistema al servicio de los capitalistas y gobierna al pueblo para que tal sistema florezca.
La revolución socialista establece una nueva economía basada en la propiedad social de los medios de producción y la planificación social; la cooperación para solucionar problemas y atender necesidades sociales; y un conjunto de prioridades económicas y sociales completamente nuevas.
La dictadura del proletariado ejerce una dictadura sobre los capitalistas y apoya un sistema que permite liberarse del capitalismo. Las masas y el núcleo de dirección tienen que defender el poder, pero eso no puede ser un fin en sí mismo. Es preciso emplear el poder para el beneficio de la humanidad y para crear las condiciones para la extinción de la dictadura del proletariado en la futura sociedad comunista.
Estos principios básicos guiaron a Lenin, el líder de la primera revolución proletaria, cuando se lanzó a la batalla en octubre de 1917.
En el próximo número, la tercera parte.
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