¿A quiénes molestó el desplegado de Que se largue Bush en el New York Times? ...y qué nos dice sobre por qué debemos y cómo podemos sacar corriendo al gobierno de Bush
Revolución #028, 26 de deciembre de 2005, posted at revcom.us
El lunes 12 de diciembre por todo el país y el mundo, los lectores del New York Times encontraron un desplegado de una plana con un gran titular de "¡BUSH: LÁRGATE CON TODO Y TU PROGRAMA!"
Exhorta a "callar" a Bush y a "ahogar sus mentiras" simbólica y políticamente durante el Informe presidencial (que dará en enero), y a protestar al sábado siguiente en Washington, D.C. Tiene la Convocatoria de "El mundo no puede esperar, Hay que sacar corriendo al gobierno de Bush", firmada por reconocidos actores, escritores, activistas, músicos, pastores y otras personas de una amplia gama de sectores sociales y puntos de vista .
El desplegado enfureció a los defensores del gobierno. Bill O’Reilly despotricó contra el Times y dijo que no debió sacarlo. El guru "conservador" William F. Buckley trazó una comparación entre el movimiento El Mundo No Puede Esperar y la convergencia de fuerzas que sacó del poder al presidente Lyndon Johnson (en 1968, durante la guerra de Vietnam). David Horowitz, que ha organizado un grupo estudiantil como tropas de asalto para acabar con el pensamiento crítico en las universidades, dijo (puras mentiras) que las protestas contra el Informe presidencial las organiza "gente que quiere que los terroristas salgan victoriosos" y que planean "infiltrar el capitolio". El teócrata fundamentalista cristiano Lou Sheldon, de la Coalición Valores Tradicionales, dijo que la Convocatoria es anticristiana porque se opone a una forma estrecha y odiosa de teocracia fundamentalista.
O’Reilly, Buckley, Horowitz y Sheldon trazan analogías históricas con la caída de Joe McCarthy y Lyndon Johnson como advertencias a su base de que podría forjarse una alianza peligrosa (desde su punto de vista) para sacar corriendo a Bush. Azuzan prejuicios contra los comunistas revolucionarios, los gays, los musulmanes y los "liberales de Hollywood", y demandan que esos grupos no trabajen juntos… porque ven los inicios de una alineación social que podría echar a Bush. Temen y quieren impedir que esto cobre fuerza.
Las mentiras de O’Reilly y Horowitz
En el programa de O’Reilly, el senador estatal de Nueva York Tom Duane, que firmó la Convocatoria, le dijo a O’Reilly que admitiera que las justificaciones de la guerra de Irak son mentiras. "Ese es un debate para otro día", le contestó O’Reilly, ¡como si las mentiras con que el gobierno de Bush inició una guerra horrorosa no tuvieran nada que ver con la legitimidad de ese gobierno! Duane dijo con razón: "Esto es lo que debería debatir todos los días". Cuando Duane mencionó las torturas que comete el gobierno, O’Reilly admitió: "Tienen una política. Creen que los interrogatorios coercitivos nos pueden salvar".
O’Reilly empezó el programa despotricando contra el Times:"El New York Times ha debido rechazar el desplegado tan pronto como vio que el grupo compara este gobierno al de Hitler. Eso es odio, no diálogo racional". La Convocatoria dice: "Todo esto [lo que está haciendo el gobierno de Bush] lleva a muchos a pensar en Hitler, y con razón. El gobierno de Bush se ha propuesto redefinir la sociedad con un molde fascista por muchas generaciones. Tenemos que responder ya; el futuro está en juego". La Convocatoria traza comparaciones con Hitler por el rumbo inconfundible de la sociedad hoy. Colocando a teócratas fundamentalistas cristianos en los más altos niveles del gobierno... lanzando una guerra contra el mundo con mentiras e institucionalizando la tortura… el gobierno está cimentando la ideología y la maquinaria del fascismo. (Ver "Bush, Hitler y tú" en el No. 19).
Como no es capaz de refutar lo que dice la Convocatoria, O’Reilly invitó a David Horowitz a regar mentiras y calumnias sobre El Mundo No Puede Esperar: que "quiere que los terroristas salgan victoriosos" y que "quiere infiltrar el capitolio" durante las protestas contra el Informe presidencial. El objetivo de tales mentiras es infundir miedo, alejar a aliados potenciales de las protestas, y preparar el terreno para investigaciones y represión oficiales.
Como dice la Convocatoria de las protestas de El Mundo No Puede Esperar: "En 2003 Bush aprovechó el discurso del Informe presidencial para exponer sus razones mentirosas para invadir a Irak. Sabemos que lo aprovechará el año entrante para lanzar planes para un año más de su programa horripilante y definir el marco político para todo el país". En oposición a todo esto, El Mundo No Puede Esperar exhortó a protestar durante el discurso y al sábado siguiente para decir: ¡BUSH: LÁRGATE CON TODO Y TU PROGRAMA! El objetivo de las protestas es ahogar políticamente el intento de Bush de retomar la iniciativa con la demanda de que se largue con todo y su programa, y hacer que todo el mundo tenga que alinearse y realinearse con respecto a ESO.
Horowitz concluyó diciendo: "Hasta que el Partido Demócrata no trace una raya, tendrá un montón de problemas. Tiene que regresar a la corriente mayoritaria". Bueno, de ninguna manera es cierto que el Partido Demócrata está alineado con la batalla para sacar corriendo al gobierno de Bush. Pero Horowitz, O’Reilly y demás son agentes políticos astutos de alto nivel y ven que la amplitud de las fuerzas que han firmado la Convocatoria no augura nada bueno para ellos, y captan que es el embrión de un movimiento que podría triunfar. Les molesta que esto atraiga a la base del Partido Demócrata y las ramificaciones imprevisibles que puede tener en una alineación política que está llena de contradicciones, como se puede ver en la conmoción por la Ley Patriota .
Los paralelos históricos de Buckley
William Buckley examinó el potencial (y, desde su perspectiva, el peligro) de que una mezcla de radicales y liberales se unan en un movimiento para sacar corriendo a un presidente. ("Exit Eugene McCarthy", 14/12/2005)
Comparó "el tono intranquilo y exigente de descontento de la izquierda radical de hoy" (quiere decir los sectores descontentos de la base del Partido Demócrata) con la escisión de 1968 entre la base del partido y su dirección. En ese entonces un profundo descontento, combinado con la angustia de la clase dominante ante la inminente derrota en Vietnam, sacó corriendo al presidente Lyndon Johnson.
Buckley da la alarma de "la meta, casi 40 años más tarde, de El Mundo No Puede Esperar". Les advierte a sus lectores que el grupo quiere "echar al presidente Bush por sus ‘mentiras escandalosas’, su ‘guerra asesina ilegítima contra Irak’, ‘la tortura abierta’, la cimentación de ‘una teocracia’ y la glorificación de ‘una cultura de avaricia y odio’".
Trazando una analogía histórica con las fuerzas que se reunieron para echar a Johnson, Buckley advierte que, además de los "radicales sin techo", El Mundo No Puede Esperar tiene apoyo de "nombres reconocidos: Jane Fonda, Ed Begley Jr., Jonathan Kozol, el rabino Michael Lerner, Grace Paley, Studs Terkel, Gore Vidal, Kurt Vonnegut, Alice Walker".
Teócrata cristiano fundamentalista condena El Mundo No Puede Esperar
Lou Sheldon, de la Coalición Valores Tradicionales, tiene estrechos vínculos con la Casa Blanca y ha sido la punta de lanza del ataque fundamentalista contra el matrimonio gay (por ejemplo, ha movilizado oposición entre los ministros negros de Sur Centro, Los Ángeles). En la internet, advirtió que los signatarios de la Convocatoria son una coalición de "islamistas, marxistas, liberales de Hollywood y grupos de militantes homosexuales, alineados con el Partido Comunista Revolucionario". (tradicionalvalues.org, 13/12/2005) Dijo que el desplegado "ataca a los cristianos y el cristianismo" porque dice: "Tu gobierno avanza día tras día hacia una teocracia, al gobierno de un fundamentalismo cristiano intransigente y cruel".
Nótese que no dijo que no es partidario de "un fundamentalismo cristiano intransigente y cruel". ¡Tampoco dijo que es falso decir que la gente como él quiere imponer una teocracia fundamentalista cristiana! Lo que hace Sheldon es decir que El Mundo No Puede Esperar "ataca a los cristianos y el cristianismo": eso es mentira. Pero, como ha subrayado El Mundo No Puede Esperar, no es cuestión de oponerse a los cristianos ni al cristianismo, sino de tener que aceptar y seguir la interpretación bíblica de un grupo, que dice que son los "auténticos" cristianos. Y no pocos ministros han firmado la Convocatoria de El Mundo No Puede Esperar y la apoyan.
Dos lecciones... y cómo avanzar
Analizando minuciosamente los gritos de indignación de O’Reilly, Buckley, Horowitz y Sheldon, salen a relucir dos cosas:
1. Sus ataques contra El Mundo No Puede Esperar defienden las mismísimas cosas que la Convocatoria exhorta a acabar: la tortura, la represión, la guerra justificada con mentiras y "una teocracia, el gobierno de un fundamentalismo cristiano intransigente y cruel". Esos ataques son una confirmación, y hacen reflexionar en lo extrema que es la situación y adónde nos quieren llevar esas fuerzas.
2. Las alarmas y mentiras esbozan (desde su perspectiva) cómo millones de personas podrían sumarse a un movimiento para hacer que el gobierno de Bush se largue con todo y su programa. Los que odiamos el gobierno de Bush debemos sacar una lección de esto y captar con más claridad lo grande que es la base del movimiento para sacarlo corriendo.
Poderosos aliados de Bush se sienten vulnerables ante la Convocatoria. Esto subraya lo urgente que es que miles y miles de personas den el próximo paso y se movilicen en torno al Informe presidencial.
El desplegado del New York Times exhorta a hacer dos cosas: la noche del Informe presidencial o discurso del estado de la Unión: "En ciudades grandes y pequeñas, por todo el país, participen en protestas una hora antes de que empiece para proclamar nuestra resolución de ‘sacar corriendo al gobierno de Bush’". Y durante el Informe: "Retumbará una CACOFONÍA DE SONIDO para callarlo y ahogarlo con música (de tambores a violines, de hip hop a clásica) y con ruido: ollas, campanas de iglesias, bocinas de carros y alzando la voz".
Y al sábado siguiente del Informe, a protestar frente a la Casa Blanca.