Grietas en la cúpula del poder
Peligrosas medidas de Bush y la necesidad de acción independiente del pueblo
Revolución #028, 26 de deciembre de 2005, posted at revcom.us
La cosa está gruexa en la cúpula del poder. Al cierre de esta edición, se ha sabido que la policía secreta espía dentro del país y se armó un escándalo. Esto revela tres cosas:
1. Las medidas de Bush para reestructurar radicalmente las normas de gobierno imperantes desde hace décadas o siglos son extremas, draconianas y avanzan a toda velocidad.
2. Esas drásticas medidas podrían abrir grietas de un modo volátil e imprevisible en la estructura de poder.
3. De esto no resultará nada bueno si los intereses populares no se hacen sentir desde abajo; y puede resultar algo muy bueno si la gente se moviliza, si sale a la calle conforme a sus propios intereses para callar políticamente el Informe presidencial de Bush con la consigna: ¡BUSH: LÁRGATE CON TODO Y TU PROGRAMA!
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La clase dominante de este país tiene fuertes diferencias, por ejemplo, sobre el atolladero militar en Irak, que según el congresista John Murtha (muy conectado con los militares) ha "fracturado" a las fuerzas armadas. Pero esas diferencias se están agudizando por cuestiones más fundamentales: cómo va a gobernar la clase dominante.
Devolvámonos unas semanas atrás a la respuesta de Bush cuando Murtha pidió la retirada de las fuerzas armadas de Irak (y, en vez, recomendó sembrar terror por medio de ataques aéreos, ejércitos designados y fuerzas de ataque rápido instaladas en países vecinos):
"Mientras que yo sea el comandante en jefe, el sobrio juicio de los comandantes militares que están en la zona determinará nuestra estrategia de Irak".
Defendió la guerra diciendo:"Mientras que yo sea el comandante en jefe…". Esto es lo que Bush le dijo a un público disgustado y a los críticos de la clase dominante, pueden refunfuñar y escribir todas las mociones que quieran. Yo mando el ejército.
La cuestión de cuáles serán las normas de gobierno del país se volvió a plantear, más agudamente cuando el New York Times informó (después de callarse todo un año) que el gobierno de Bush se pasó por la faja las mínimas reglas que controlan el espionaje en el territorio nacional con una enorme operación de espionaje secreto a miles de personas en violación de las leyes.
Ya antes de la Ley Patriota existía un tribunal secreto que autoriza espiar siempre que se le pide. Luego la Ley Patriota le dio al gobierno el poder de autorizar vigilancia generalizada, sin restricciones, allanamientos secretos de residencias e intervención telefónica y de correo electrónico sin límites. Pero eso no fue suficiente para Bush, quien autorizó, más espionaje secreto de quién sabe quién con un programa no autorizado por ninguna ley. Es decir, Bush se atribuyó la autoridad de violar la ley y espiar a cualquiera que quiera, incluso los críticos de la clase dominante, y de hacerlo en secreto.
Cuando un senador (Russ Feingold) nos dice: "Esta impactante revelación le debería dar escalofríos a todos los americanos", eso nos dice… precisamente eso.
La cosa es más gruesa…
Cuando el conductor del noticiero de televisión Jim Lehrer le preguntó a Bush si autorizó el espionaje secreto de miles de estadounidenses, Bush le contestó con el tono de Michael Corleone diciéndole a su esposa en El padrino que nunca le pregunte de sus negocios: "Jim, no hablamos de operaciones de inteligencia en curso".
Pero Bush quería ser más directo. Al día siguiente, dio un mensaje grabado por televisión, mirando desafiante a la cámara. Y, para refregárselo en las narices a sus críticos, Bush rompió la regla de "no me preguntes de mis negocios" y dijo: "He reautorizado este programa más de 30 veces desde los ataques del 11 de septiembre, y tengo toda la intención de seguirlo haciendo mientras que nuestra nació, afronte amenazas de al Qaeda y grupos afines".
Después de amenazar al New York Times por "perjudicar nuestra seguridad nacional" y decir que violó la ley por revelar su red secreta de espionaje, Bush se puso a dar una nueva definición de "defender la Constitución" dejando de lado el Congreso y los tribunales.El discurso de Bush no fue apenas una defensa airada de una operación de espionaje totalmente ilegal en el país; encima, aprovechó la ocasión para justificarla con normas y procesos que cambian la forma de operación del gobierno, en que el presidente puede autorizar lo que quiera sin tener en cuenta las leyes.
¿El Congreso? ¿Los tribunales? Ya se pueden ir despidiendo de la idea. Bush dijo que su autoridad se basa en su visto bueno y en la aprobación de sus propios asesores: "los juristas más importantes de nuestra nación, como el secretario de Justicia y el abogado del presidente".
La demócrata conservadora Dianne Feinstein dijo que todo esto era "pasmoso" y que echó por tierra su confianza en la guerra del gobierno contra los terroristas en el país. Mencionó la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera y dijo: ¿"Cómo puede un miembro de este organismo decir que con la Ley Patriota protegemos los derechos, cuando el presidente va y dice que no acatará… las leyes?".
"Dicen: ‘Tengan confianza en nosotros, estamos acatando la ley’. Háganme el favor –dijo el senador Edward Kennedy–. En todo el país y en todo el espectro político, ya nadie se lo traga. No hay responsabilidad ante nadie. No hay supervisión… Es el Gran Hermano suelto".
El senador republicano Lindsey Graham de Carolina del Sur dijo: "Tenemos que resolver el asunto para demostrarles a los americanos que somos una nación de derecho, no de resultados".
Feingold dijo: "El presidente cree que tiene el poder de invalidar las leyes que aprueba el Congreso. Así no es como funciona nuestro sistema democrático de gobierno… Es el presidente, no el rey". Después dijo: "El asunto es si el presidente de Estados Unidos se ha puesto por encima de la ley, y yo creo que lo ha hecho".
Que esté sobre el tapete esta cuestión –un gobierno de derecho versus una autocracia de Bush– es una manifestación muy aguda de lo que está pasando.
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Un paralelo histórico que vale la pena examinar de modo crítico y creativo: cuando el líder soviético Mijail Gorbachov trató de reestructurar radicalmente las normas de gobierno del sistema capitalista de la URSS con el glasnost, se vino abajo toda la credibilidad y legitimidad del gobierno. Dos lecciones: 1) desgarrar las normas de legitimidad y tratar de instituir nuevas normas cuarteó la sociedad a un nivel completamente inesperado, y 2) de eso no resultó nada bueno. Esto es una analogía, por supuesto, pero da una idea de cómo se puede desarrollar una crisis de la sociedad, y de que nada bueno resulta de ella si no se expresan los intereses independientes del pueblo y se lucha por ellos.
Los miembros de la clase dominante que critican a Bush no están desafiando de modo fundamental el rumbo que ha tomado. El senador demócrata Patrick Leahy dijo: "Nuestra meta es arreglar la ley, no terminarla". El senador Barack Obama dijo que la meta es asegurar que nada impida que el gobierno "investigue actividades sospechosas (nuestro énfasis)". Incluso Russ Feingold, el único senador que votó en contra de la Ley Patriota en 2001, le dijo a CNN que solo quería hacer cambios pequeños a las secciones de la ley que van a expirar.
Incluso si los demócratas ganan, la Ley Patriota seguirá en vigor con todos los poderes de espionaje y represión. Y lo más probable es que, si continúa la misma trayectoria, Bush lleve a cabo una reestructuración fascista.
Por otra parte, es crucial captar que en tiempos como estos, independientemente de lo que se proponga la clase dominante, sus conflictos internos pueden lanzar muchas cosas al aire. Demuestra cómo Bush ha estado pisoteando las leyes y espiando sin restricciones. Todos esto jala a la vida política a los que hasta ahora han estado observando todo esto con pasividad. Si entran a la vida política y se quedan en el ring de las luchas actuales de la clase dominante, o si luchan por sus propios intereses,puede marcar una diferencia enorme en la dirección de la sociedad, y del mundo, por mucho tiempo.
Bush terminó su discurso en la defensa del programa de espionaje con estas palabras: "…Y eso es precisamente lo que seguiré haciendo mientras sea presidente de Estados Unidos". Eso se debe ver como una amenaza… ¡y como un desafío!
El espionaje en el territorio nacional subraya POR QUÉ hay que sacar corriendo a este gobierno y cambiar todo el rumbo del país. También subraya por qué no podemos contar con los demócratas, que solo quieren "arreglar" la Ley Patriota y continuar el espionaje y la represión, sin romper con las normas tradicionales de resolver las disputas en el seno de la clase dominante. Es hora de redoblar nuestros esfuerzos, y unir a más gente para demandar que SE LARGUE BUSH, y hacer todo lo posible para Ahogar políticamente el Informe presidencial.
¡Todos los días son importantes! ¡Cambiemos la historia -- el mundo no puede esperar!